Capítulo 1: Una Confesión y un Vampiro.

Idea original escrita por Gamera68 y traducido por Kyuubi1.
Basado en los personajes creados por Akihisa Ikeda.

Publicado originalmente en Inglés el 13 de marzo de 2012.
Clasificación M por temas de adultos.

...

El día finalmente ha llegado: el Día de Graduación de la Academia Yokai.

Ahora estaba cerca el fin de Abril.

Tsukune Aono por fin había logrado lo casi imposible: obtener su diploma de preparatoria.

Habían sido tres exhaustos años en la escuela de monstruos que estaba bien escondido del mundo humano por una barrera mágica invisible.

Él había pasado por muchas pruebas y problemas en el tiempo de estancia en el campus hecho por monstruos para monstruos.

Desde el primer día de clases, él empezó a hacer muchos amigos, lo que no es normal en ese mundo.

Pero de alguna manera, todas se enamoraron locamente de él. Él trató a todas las chicas con respeto y siempre hizo lo mejor para mantenerse a su lado y enfrentar cualquier adversario que se pusiera en sus caminos. Incluso si él seguía siendo humano, él protegió a cada una de ellas con su propia vida.

Yokai o no, ellas seguían siendo chicas.

Él había aceptado el hecho de que todas eran diferentes, pero nunca las vio como en verdad eran; y nunca las trató de esa manera.

Pero había una chica muy especial por encima de las demás que tenía un lugar muy especial en su corazón de muchacho de 18 años de edad recién graduado. La misma chica que conoció el primer día de clases hace tres años: Moka Akashiya.

No solo era, por mucho, más hermosa que todas las demás chicas de la Academia Yokai, también era inteligente, dulce, amable y la primera amiga que tuvo.

La única chica que sabía desde el primer día de clases que Tsukune era el único humano que había en la academia exclusiva para monstruos. La primera que se había enamorado de él a pesar de todo lo que había pasado y que sin querer, lo transformó en un Ghoul sediento de sangre.

Si no hubiera sido por el candado sagrado que lleva puesto en su muñeca derecha, que sella sus poderes, él hubiera perdido el control de su mente por la furiosa sed de sangre que había en su alma. Hoy sería el día en que mostraría sus verdaderos sentimientos y su corazón a la hermosa vampira de cabello rosa.


Tsukune le había pedido a Moka para encontrarse en su dormitorio después de la ceremonia de graduación, tenía algo muy importante que decirle.

Naturalmente ella estaba un poco indecisa, teniendo en cuenta los últimos años que han pasado juntos en la Academia Yokai.

Ella albergaba sentimientos muy profundos por él, como su yo verdadero, su parte interior.

Para cuando Moka había llegado al dormitorio de él, la mayoría de los estudiantes ya se habían ido de la academia para regresar con sus familias.

El resto de las chicas de su "harén" de mala gana dijeron adiós con ojos llorosos y prometieron mantenerse en contacto por correo electrónico o teléfono.

*Knock-knock-knock*, ella golpeó ligeramente a la puerta después de haber subido las escaleras y de encontrar su habitación un minuto después.

—¿Sí? ¿Quién es?—. El hombre de cabello de color ébano preguntó desde el otro lado de la puerta de madera.

—¿Tsukune? Soy yo, Moka. Vine tan pronto como pude—. Dijo ella en voz baja, de pie en el vacío pasillo del casi vacío edificio de dormitorios.

—Sí. ¡Pasa, por favor!—. Tsukune respondió felizmente y se puso nervioso de repente.

—Perdón por la intrusión—. Ella dijo, así como dejaba sus zapatos junto a la puerta después de que ella la cerrara lentamente y le puso seguro. La vampiresa estaba vestida con una blusa sencilla de color rosa, con una minifalda de mezclilla que resaltaba sus perfectas piernas. Su largo, fluido, cabello rosa estaba recogido en una cola de caballo, amarrado por una pequeña cinta amarilla.

—Moka, me alegro de que hayas venido. Por favor, entra y siéntete cómoda—. Él respondió y trajo una lata de jugo de tomate para ella. Ella lo bebió felizmente en pocos segundos.

—Tsukune, vine tan pronto como pude. Dijiste que tenías algo muy importante que decirme—. Ella contestó con un rubor en sus mejillas debido a la cercanía con él. Ella se sentó en la cama, a lado de Tsukune.


Cuando Tsukune cerró los ojos, respiró hondo, hizo una pausa por un momento y finalmente habló:

—Moka, sé que hemos pasado por muchas cosas en los últimos tres años. Y de alguna manera, todos sobrevivimos. Claro, hubo momentos en los que pensé que moriría, ya que era solo un humano. Pero tú, junto con Kurumu, Mizore, Yukari y Ruby, hicieron lo mejor para protegerme—. Se detuvo un momento para continuar. —Y por eso estoy muy agradecido. Especialmente contigo, Moka. Tú siempre has estado a mi lado y me has salvado la vida de las que podría contar. Jamás podría pagarte ni en mil años… con el fin de salvarme, tú insertaste tu propia sangre en mi cuerpo para devolverme a la vida en más de una ocasión. Incluso cuando no tenía control, un Ghoul sediento de sangre, tú yo interior se encargó de detenerme, a pesar de que retuviste tus lágrimas por lo que tu yo interior había causado. Incluso trataste de alejarme porque te sentías responsable de mi transformación. Tú querías protegerme de tu yo interior. Tú estabas asustada de que si volvías a estar conmigo, me harías daño de nuevo o incluso podrías matarme. Pero no me importó lo que me dijiste ese día en el hospital, yo quería estar cerca de ti. No podía imaginarme un día sin estar cerca de ti. Preferiría haber dejado la academia con el corazón roto que nunca más poder estar a tu lado.

Lágrimas empezaron a brotar de los hermosos ojos verde esmeralda de Moka.

—Oh, Tsukune…—. Abrumada por las emociones de su discurso, Moka empezó a sollozar, él se acercó y la abrazó desde un lado.


Varias lágrimas después, Moka se sentó y recobró la compostura. Tsukune continúo:

—Moka, por favor, no lo malinterpretes. Estoy muy agradecido con lo que has hecho por mí. Yo nunca cambiaría eso. Me alegro de haberte conocido. No me hubiera enamorado de ti si las cosas fueran diferentes. Yo… yo te amo, Moka. Te amo mucho. En realidad, he estado enamorado de ti… desde hace mucho tiempo… si te sientes igual que yo, me gustaría mucho estar contigo—. Dijo mientras empezaba a entrar en pánico. Moka pensó que ella se había imaginado todo esto. El solo se confesó a ella. ¿Ella correspondería a sus sentimientos? ¿Cómo se siente ella realmente por su mejor amigo? Dios, ¿y si ella lo rechazará?

—"¿Estoy soñando?"—. Ella se preguntó a sí misma, ya que ella estaba sumida en sus pensamientos por las palabras que ella estaba esperando y que ella había estado queriendo y deseando desde hace mucho tiempo. —Oh, Tsukune… yo… también te amo… te amo… mucho—. Ella dijo casi al punto de estallar en lágrimas de pura felicidad. Tsukune se giró hacia la izquierda para abrazar a la chica de cabellos rosas y de ojos verdes.

¡Ella lo amaba también! Su mejor amiga en todo el mundo. Él estaba más que feliz.

—Moka… estoy tan feliz de que te sientes igual que yo—. Él respondió y mantuvo sus emociones que querían salir ya.

—Tsukune… por favor… muéstrame cuanto… me amas—. Ella susurró sin aliento a su oído derecho mientras lo abrazaba con ternura más cerca.

Tsukune comenzó a besar suavemente el lado izquierdo de su tierno cuello; besando lentamente hasta la oreja, la mordió y apenas sopló en ella.

—Oh, dios… mmm… Tsukune…—. Moka gimió mientras revoloteaba con los ojos cerrados. Su cara era de color rojo brillante, como la repentina ola de sentimientos hacía latir su corazón en su pecho. Ella correspondió a los besos de él, en los mismos lugares que él la había besado. Oh dios, ¡ella quería mucho más!

Tsukune comenzó a excitarse.

—Moka…—. Fue todo lo que pudo decir en ese momento.

Ella comenzó a sentirse más cómoda ya que de repente se acostó en su cama, tirando de él encima de ella, todavía abrazándolo con cercanía. Él podía sentir su pecho firme y abundante presionando contra él, cuando ella lo acercó más, de repente lo besó en los labios, separando su boca con su suave lengua rosada.

Ella gimió suavemente y con lujuria.

Moka quería más, mucho más. Ella podía sentir a Tsukune bastante excitado. Él comenzó a acariciar de forma suave en los muslos y a lo largo de su espalda.


La siguiente cosa que Tsukune supo fue que ella removió rápidamente su camiseta azul y la arrojó a un lado. Ella lo empujó suavemente hacia arriba por un momento, luego agarró sus dos manos y las colocó en la parte superior de su blusa, donde sus enormes y firmes pechos esperaban ser liberados de su prisión de algodón y poliéster.

—Tsukune, p-por favor, tócame—. Declaró en voz baja mientras sostenía sus manos, causando que él masajeara sus pechos. —M-mm… más… tócame más, Tsukune… ah sí… más—. Ella pidió con voz llena de deseo y amor. Él continúo con lo que su amante le pidió. Ella estaba más sonrojada que antes. —Ahh… Tsukune… oh sí… tócame más—. Gimió eróticamente de nuevo. La cara adorable de Moka estaba tan rosa como su cabello que ya estaba suelto como usualmente usa. Ella luego guio las manos de Tsukune y lo ayudó a quitar su blusa rosa de algodón de la parte superior de su torso. Eso también se unió a la camiseta botada en el piso momentos antes.

Tsukune por fin vio los pechos de su amante, el sostén apenas y los mantenía en su lugar. Los pechos de Moka eran más grandes de lo que él nunca se imaginó.

—"Ella en verdad ha crecido tanto en estos años"—. Él pensó para sí mismo mientras sus ojos no podían desviar la mirada de lo que estaba presenciando en este segundo.

—Está bien, Tsukune. Yo quiero que tú m-me quites esto, por favor…—. Ella señaló su sujetador y pidió al muchacho quién solo observaba su hermoso cuerpo.

Lo hizo de forma rápida como la sexi vampira le pidió. Por suerte el cierre se encuentra en la parte frontal para evitar cualquier torpeza de sus dedos. Ahora están a la vista. Espectaculares. Firme pero suave y bastante voluptuoso.

—Tócame… bésame… Tsukune… aquí…—. Ella preguntó audazmente a su amante mientras señalaba a sus pezones redondos que sobresalían ligeramente en la parte superior de sus pechos.

Él llevó a cabo la petición con ligereza y tomó su seno izquierdo con su mano y empezó a besar su areola. Luego succionó el pezón como lo haría un bebé con biberón. Al mismo tiempo, él masajeaba el otro seno de forma circular.

Moka empezó a jadear pesadamente y a gemir con más fuerza que antes.

—Ahhh. Tsukune… dios… sí… oh sí… Tsukune…—. Moka luego tomó el rostro de Tsukune con sus delgadas manos y continuó plantando más besos en su cuello con sus rosados y sensuales labios. Ella quería desesperadamente insertar sus colmillos en su cuello pero se contuvo por ahora.

—Moka…—. Preguntó él. —¿Estás bien?

Él pudo determinar que ella estaba sudando un poco y su rostro estaba completamente rojo.

—Estoy bien… em… si está bien… quiero mucho más—. Ella preguntó, casi sin aliento.

—Sí, yo también… quiero más… si eso está bien para ti…—. Él respondió, la bella chica de cabello rosa acostada en la cama, de repente, se quitó la minifalda. De repente se desvaneció junto con las demás prendas desaparecidas. Ella ayudó a Tsukune a remover los pantalones de mezclilla como si su vida dependiera de eso. Ellos también se perdieron en la oscuridad de la habitación.

La única fuente de iluminación era la luna carmesí que se arrastró lentamente en el cielo ébano, ya era de noche.

Moka colocó su mano de forma suave sobre su virilidad palpitante y acarició ligeramente a través de sus calzoncillos de algodón.

—Oh, Moka… eso se siente muy bien—. Gimió con placer.

Él estaba sobre ella de nuevo, aun masajeando y besando sus grandes pechos, cambiando de turno de uno a otro. Moka continúo besándolo en los labios y siguió acariciando suavemente su miembro totalmente erecto con su mano izquierda. Sin que él se diera cuenta, Moka, de alguna manera se las había arreglado para quitarse sus bragas de color blanco.

Justo al lado de él, estaba la única mujer que amaba y estaba desnuda, para él y sólo para él.
Se quedó sin aliento ante su belleza radiante. La única chica que mantuvo cerca de su corazón. La más dulce, inteligente chica, más amable y más increíble que había conocido en su larga estancia en la Academia.
Trazó un poco con la mano su abdomen plano, a la zona justo por encima de su condición de mujer. Todo su cuerpo reaccionó a esta totalmente nueva sensación.
Ella continuó gimiendo, mucho más fuerte que antes.
—Ahhh... más... oh sí... Tsukune... por favor... no me hagas esperar más… quiero que todo... mi amor... dentro de mí—. Ella estaba a punto de llorar, y la ligera temblaba como una hoja.


Mantuvo a Moka cerca de él y reafirmó su afecto; la besó en sus suaves labios y ligeramente mordisqueaba su cuello. Ella sentía diminutas chispas en su condición de mujer ya que estaba húmeda por los juegos previos. Ella tomó la mano de Tsukune y la situó cerca de la fuente de las recientes sensaciones. Él le acarició la parte superior de su clítoris mientras sostenía su mano ahí, ella agitaba un poco la cabeza.

—Más… Tsukune… por favor… tócame más… te necesito ahora—. Ella pidió amorosamente. Ahora era sólida y estaba fuera, pidiendo mucha más atención.

Tsukune siguió acariciando su feminidad, Moka también continuaba frotando su miembro como roca.

—Tsukune… quiero que… por favor…ahora. Quiero ser… uno contigo—. Le susurró en su oído izquierdo.

Él no podía creer lo que ella estaba pidiendo. Era ahora o nunca. Los dos estaban a punto de convertirse en adultos. No había vuelta atrás y no más vacilaciones. Era ahora o nunca.

—Oh, Moka, quiero ser uno contigo también. Pero necesito que sepas que va a dolerte, es lo que he oído—. Él respondió amorosamente.

—Está bien porque eres tú, Tsukune. Quiero saber cuánto me amas. Y cuanto yo te amo. Te necesito ahora, mi amor—. Ella contestó con una sonrisa alegre.

—Moka, te amo mucho. Más de lo que pude haber pensado. Cuando nos convertimos en uno, será difícil estar juntos, pero sin importar nada, jamás voy a dejarte. Siempre te amaré y estaré ahí para ti. Por siempre… porque ahí es mi lugar—. Él dijo mientras cernía sobre ella sus manos de una forma increíble.

—Oh, Tsukune—. Respondió con una lágrima de felicidad. Él era demasiado dulce para ella. Él la besó una vez más para aliviar el dolor de su corazón palpitante.

—Yo también te amo, Tsukune. Te amo mucho, demasiado. Estoy lista ahora—. Respondió sin aliento. Esperando el momento en el que se convertirían en uno, en todo el sentido de la palabra. Puso la cabeza de su vara contra su bote de miel que ya estaba empapado con sus jugos de amor. Él frotó suavemente arriba y abajo, para prepararla para la penetración. Cuando ella le dio el visto bueno, ella agarró suavemente y poco a poco le ayudó, centímetro a centímetro, durante unos segundos.


A continuación, hizo una mueca de dolor, arqueando la espalda.

—¿Estás bien, Moka? ¿Te duele?—. Preguntó en un susurro.
Ella negó con la cabeza.
—Está bien, por favor continúe lentamente. Voy a estar bien—. Susurró de nuevo, con otra lágrima feliz en su ojo.

Lentamente siguió entrando en su condición de mujer, para que ella pueda adaptarse y no sentir tanto dolor en estos momentos.

Tsukune se detuvo de repente, como si el resto de la entrada estuviera bloqueada. Luego se dio cuenta de que ese era su himen.

—Moka, por favor, abrázame fuerte, esto te va a doler.

Ella hizo calmadamente lo que le dijo, ahora están mucho más juntos. Sus manos temblaban esperando por el dolor inminente que vendría a continuación.

—Bien, estoy lista… por favor, continua… Tsukune—. Moka dijo, su voz estaba llena de adoración y de amor.

Moka apenas podía hablar, su mente estaba llena de nuevas emociones y sentimientos que nunca antes había sentido en toda su vida. Lentamente entró y el himen se rompió. Ahora ambos experimentaban su primera vez.

Una pequeña cantidad de sangre se derramó. Su cuerpo entero se estremeció por el dolor repentino. Lágrimas se derramaron de sus dos ojos esmeraldas, ella lo apretó con fuerza sin medirla.

—Moka… Moka… ¿estás bien?—. Preguntó con preocupación.

Él la besó en sus temblorosos, suaves, labios.

—Sí… *snif*… estoy bien… no duele tanto… estaré bien… dame un momento, por favor—. Pidió en voz baja. Su frente estaba ligeramente húmeda por el sudor. Después de unos momentos, le pidió que continuara.

Lo hizo lento por unos minutos para que el dolor retrocediera y se sustituyera por el placer.

—Tsukune… ahh… m-mm… puedes ir más rápido, si quieres… ahhh… se siente… ¡Tan grande!—. Jadeaba como si estuviera en celo.

Poco a poco comenzó a aumentar su ritmo para que su respiración coincidiera. Él aumentó continuamente su empuje al igual que Moka gimió más fuerte y lo abrazó por la cintura.
—Más rápido, por favor, Tsukune... ahhh... aaaahhhh... ahhhhhhhhh... ahhhhhh
—Moka... ahhh... ahhh... ahhh... ahhh... ahhhhhh... anghhhh... ahhhhhh... ¡OH, DIOS!

—Tsukune... quiero que vayamos juntos... ahhh OH, DIOS... siento como que estoy... lo quiero dentro... por favor... OH AHHH... Ahhhhh ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! ¡Oh, Dios! Tsukune, ¡sí! ¡Ahhhhh!—. Gritó Moka, su voz fuerte traqueteo de las ventanas de su dormitorio.

Su ritmo se incrementó rápidamente, ya que la cama empezó a mecerse hacia adelante y atrás violentamente. Eso continuó durante al menos 30 minutos. Gritos de éxtasis completo llenaron las paredes de su dormitorio.

—Moka… no podré contenerlo… mucho más… oh, Moka… oh, dios… Moka.

¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! Ahora, Tsukune… ahora… yo… OH, DIOS… UHH UHH… SÍÍÍ!

UuUHHH, UHHH, AHHHHNGHHH!—. La pareja de amantes convulsionó y gritaron al llegar al clímax al unísono.


Tsukune y Moka estaban empapados en sudor, su cama estaba empapada también. Habían cruzado el paso final en la edad adulta, como uno.
Ellos aun están abrazándose. Todavía se besan suavemente. Moka fue la primera en responder, en cuanto a lo que acaba de conspirar.

Tsukune, espero que asumas la responsabilidad de lo que acabamos de hacer.

—¿Eh?—. Preguntó, notando el cambio en el ambiente y en su voz.

Ahí fue cuando finalmente se dio cuenta que algo andaba mal. ¡Algo muy malo!
¡Él estaba apretando su rosario en la mano izquierda!

—¡Oh, mierda!—. Dijo de repente, dándose cuenta de su error no intencional.

Tranquilo, Tsukune. Está bien. Sé que amas a las dos. Así que… solo tienes que tomar turnos para amarnos igual, eso es todo—. Dijo la belleza de ojos rojos y cabello albino, así como hacía una sonrisa de oreja a oreja.

Moka interior de repente se dejó caer y sin querer, los dos cayeron al piso de abajo. Ambos empezaron a reírse y luego se dieron otro cálido beso.

Las cosas se pondrán interesantes para la pareja, no hay duda de ello.