El viaje.

Secuela de: El Principito

Disclaimer: Ni Star Trek ni El Principito son de mi propiedad, simplemente hago esto porque adoro el Principito y me encanta Star Trek

Importante: Basado en la historia de "El Principito" de Antoine de Saint-Exupéry. Por consiguiente contendrá fragmentos del libro igual que la historia anterior.

Cursiva fragmentos del libro, números romanos capítulo al que pertenecen los fragmentos. Muchos diálogos tendrán una gran inspiración en el libro.

Edades: Según Memory Beta y Memory Alpha Jim nación en 2233 y Spock en 2230, por lo que Spock y Jim se llevan tres años, siendo Spock el mayor. Esto nos deja con un Jim de once años y un Spock de catorce.

Nota: La idea surgió en mi intento de hacer una secuela de mi fic El principito pero al revisar los capítulos de más de la historia que posteriormente eliminé me entraron ganas de hacer algo con ellos y este es el resultado.

Es un AU por tanto habrá cambios respecto a la trama del universo de JJ Abrams y de la saga Original.


Sorpresa.

(XXVII)

Y ahora, por cierto, han pasado ya seis años… Nunca había contado esta historia.

Spock terminó de escribir la respuesta del problema, adjuntando una serie de anotaciones y observaciones acerca de la dualidad del ejercicio. Tenía lagunas, o mejor dicho, goteras que podrían inducir a un error de comprensión que, por extensión, haría errar al estudiante que por una razón u otra no viera el verdadero ejercicio.

Era importante ser ordenado.

Dejó el padd a un lado, absorto en el calendario que tenía frente a su escritorio. Ese día, al caer la noche, sería el sexto aniversario de su primer encuentro con Jim. Aún recordaba aquella noche con dulzura, igual que las demás veces que se había visto con Jim; era costumbre que se vieran cada verano y en cada vacaciones y que, al menos, se llamaran cinco veces a la semana.

También solían apañárselas para verse el día de su aniversario pero ese año Spock ya tenía catorce años, ya no era un niño y no podía estar yendo de un lado a otro. Sarek le había impuesto una dura disciplina.

Amanda, su madre, le había dicho que Sarek trataba de que fuera el mejor vulcano de Vulcano; pero una parte de Spock solo quería ser el mejor vulcano para Jim, lo suficientemente fuerte como para aislarlo de los males.

Es un gran misterio.

Pero para ello, se repitió, debía estudiar mucho.

Para vosotros, que también amáis al principito, como para mí, nada en el universo sigue siendo igual si en alguna parte, no se sabe dónde, un cordero que no conocemos ha comido, sí o no, a una rosa…

Spock volvió a centrar su atención en el padd, dispuesto a estudiar nuevamente un tema que se sabía de memoria y que podía recitar del derecho y del revés sin problemas. Sin embargo una parte de él seguía vagando sin control, sin poder evitar pensar en Jim y en lo triste que debía estar desde que le dijo que no iban a poder verse hacía un par de días.

¿La estrella de la botella le estaría protegiendo?

Mirad el cielo. Preguntad: ¿el cordero, sí o no, ha comido a la flor? Y veréis cómo todo cambia…

Con cierta resignación Spock dejó el padd y bajó hasta la planta de abajo rumbo a la cocina, pensando que un té podría servirle para despejar sus ideas funestas. Al entrar en el salón y recibir la sonrisa de su madre escuchó el timbre, con un susurro le informó a su madre que ya se encargaba él.

Cuan grande fue su sorpresa al encontrar en la puerta a un sonriente Jim de once años con una mochila de Spiderman colgada de los hombros y pinta de haber escapado de una cárcel.

—¡Buenas tardes Spock! —Eclamó antes de arrojarse a sus brazos con una sonrisa enorme y radiante en su rostro.

Spock, aún atónito, apenas pudo corresponder el abrazo.

¿Qué hacía allí Jim sólo?

—Jim, ¿Te has escapado? —Le preguntó alarmado, cerciorándose con un rápido examen que estaba entero.

Jim negó, con una sonrisa amable.

—Claro que no. —Le dijo en tono suave. —He venido a verte sin el consentimiento de nadie desde la Tierra. Es diferente. Totalmente diferente.

Spock quedó impresionado, no sabiendo si debía reñir a Jim o aprovechar para esconderlo en su cuarto y no devolvérselo jamás a Winona.

—¿Cómo se te ha ocurrido?

Jim siguió sonriendo pero, pese a su aversión a responder a las preguntas, le dijo:

—Te extrañaba tanto que creía que iba a apagar nuestra estrella. —Le confesó mirándole con sus mejores ojos de corderito degollado.

Y Spock cedió, indicándole con una sonrisa sutil—de esas que solo le entregaba a Jim— que pasara dentro, donde el calor de los dos solos de Vulcano no era tan sofocante.

¡Y ninguna persona mayor comprenderá jamás que tenga tanta importancia!

Continuará...


Se que era muy previsible pero antes de publicar el fic que iba a hacer de este par de mayor se me ocurrió esto y no pude negarme. Se admiten dudas, quejas, sugerencias...