Disclaimer: Ya saben, los personajes le pertenecen al tío Rick ouo
Este fic participa del desafío de Octubre de "Captura la bandera" del foro El Monte Olimpo.
—Charles Beckendorf, cabaña nueve.
La sola mención del nombre hizo que Silena casi derramara el esmalte que con tanta dedicación aplicaba sobre sus uñas. Disimulando los nervios que aquel nombre le provocaban, alzó la vista y sonrió, dejando por un momento de lado el gran trabajo que estaba haciendo en sus manos.
—¿Charles…?
—Alto, guapo, moreno. ¡Vamos, Silena, sabes quién es!
—Sí, sí… ¿así qué?
—El ritual de entrada, el hijo de Hefesto, ya sabes.
Lamentablemente, lo sabía.
El ritual de entrada era una de las cosas que Silena realmente detestaba de su cabaña, aunque nunca lo había hecho saber a los demás. Es solo que le resultaba tonto. Conocer a un chico, hacer que se enamore de ti y luego romperle el corazón. ¿Qué gracia tenía eso siendo hijos del amor? Pero por mucho que odiara aquella idea, sus hermanas seguían insistiendo en que, como líder de cabaña y por ende la mayor, debía de hacerlo. No estaba segura, el chico no parecía malo, entonces ¿Por qué habría de querer romperle el corazón?
—No lo sé…
—¡Vamos! Será divertido
Finalmente, acabó convencida, aunque no un cien por ciento. Solo sería una prueba, si veía que todo eso iba demasiado lejos, lo detendría de inmediato.
Pero aún con todos sus conocimientos en los temas del amor, la hija de Afrodita se sentía extrañamente incómoda y nerviosa haciendo eso que no era para nada ella, ¿cedía ante la multitud o ante un propio y oculto deseo egoísta? Además, como olvidarlo, estaba eso de no saber cómo hacerlo. Afortunadamente, no tuvo que buscar demasiado para encontrar una respuesta. Charles Beckendorf se encontraba casi oculto en el campo de fresas, realmente concentrado en algo que estaba ¿dibujando? Bien, no era de las cosas más raras que había visto, por lo que se acercó con aire casual. Efectivamente estaba dibujando, cosas de distintas formas y tamaños, y habían un par de lápices de colores a su alrededor.
—¿Estás pintando un libro para niños?
Sí, un gran comienzo.
Él soltó una risa divertida y se dedicó a observarla. —No, no pinto un libro para niños, hago uno. Llegó un pequeño a nuestra cabaña que hace la guerra con los libros de instrucciones, es una forma de que se divierta y que aprenda algunas piezas básicas del…oficio por así decirlo.
Silena no supo cuándo, pero una sonrisa había surcado sus labios. —Eso…eso es un lindo gesto. Eres un gran líder.
—No lo hago solo por eso, ¿Silena, no? — ella asintió. —Es como algo que realmente quiero hacer.
No podía creer como la imagen que tenía en su cabeza de ese chico fuera tan distinta a lo que veía ahí.
—¿Quieres que te acompañe?
—Ya terminé…pero puedes acompañarme a entregárselo.
Ya en la cabaña nueve, el niño recibió feliz el presente, con una sonrisa que no podría haber sido reemplazada con nada. Charles estaba feliz y ella lo observaba con curiosidad.
La bondad, la amistad, el amor.
No. Definitivamente no podía romperle el corazón a ese chico.
Estaba leyendo un fic y de la nada el rito es mencionado, así que se me ocurrió esta cosa como una forma de que ellos se conocieran(?)
Eso 8D Gracias por leer /o/
