Todos los personajes de Naruto son de Masashi Kishimoto.
Todos los personajes de Naruto son de Masashi Kishimoto.
Yo soy por excelencia una Sasuhina pero por esta vez escribiré un Kibahina, mi primer fic.
También lo hago por que el primer fic que leí fue exactamente un kibahina y me encanto, por eso he decidido que mi primer fic sea un Kibahina.
Si les gusta escribiré varios capítulos, ya que veo que escriben muy poco sobre esta pareja en especial. En verdad espero sea de su agrado y así poder crear una historia linda y larga sobre esta parejita.
Bueno solo me queda decir que disfruten de la historia.
No puedo creer lo que estoy a punto de hacer, aun creo que esto es otro de mis tontos sueños y fantasías, tal vez estoy en un mundo diferente en el que yo puedo hacer e imaginar todo lo que deseo que sea verdad.
Lo dicho, solo estoy hablando estupideces otra vez. Pero si de ser sincero se trata lo único que puedo decir es que nunca en todo mi vida he estado tan nervioso como lo estoy ahora, el futuro se ve muy borroso para mi, y no se si estará a mi favor o en mi contra.
Hoy le pediré matrimonio a la mujer más hermosa, tierna, sincera, valiente, cariñosa, amable, ya dije hermosa, bueno todo eso y mucho mas es Hyuuga Hinata. La chica que me robo la voluntad, el corazón y asta la razón, por ella soy capaz de cualquier cosa en este mundo y en otros.
Hace 2 años que ella y yo estamos juntos, aun no se muy bien como se dieron las cosas, pero agradezco infinitamente que se dieran, de otro modo yo nunca me hubiera decidido a confesar mis sentimientos hacia ella, menos sabiendo que estaba enamorada de otro tipo. Como su mejor amigo mi responsabilidad era apoyarla aunque eso me rompiera el corazón.
Las cosas pasaron de una manera tan rápida que no supe como reaccionar, solo deje que mis instintos hicieran el trabajo por mí, y al parecer lo hicieron bien, ya que ahora me encuentro en este dilema de cómo proponerle matrimonio.
Hinata, Shino y yo Kiba Inuzuka, nos encontrábamos en una de las tantas fiestas de la universidad, a las cuales nunca íbamos, solo que esta era especial para nuestro querido amigo Shino, por fin iba a declarase a la chica que tanto tiempo había estado observando (cual si fuera uno de sus adorados bichos), y a la que nunca le declaro lo que sentía.
Creo que por eso somos tan buenos amigos el y yo, siempre cobardes cuando se trata de la chica que te gusta. En fin, esa fiesta iba ha ser especial para el, aunque yo nunca creí que también lo seria para mi.
El se aparto de nuestro lado y fue directo sobre su "presa". Hinata y yo decidimos platicar, la verdad ese tipo de fiestas no son muy del agrado de ella, pero por apoyo a Shino decidió ir, a mi la verdad me da igual. Después de platicar por mucho tiempo y ver que nuestro amigo no daba señales de vida, decidimos ir a buscarlo, para nuestra sorpresa lo encontramos, pero digámoslo así "muy ocupado" en una de las habitaciones de la fraternidad por lo que regresamos de inmediato a la fiesta.
-vaya Shino si que no pierde el tiempo- estoy casi seguro de que mi cara estaba roja a tal grado de confundirse con mis tatuajes en las mejillas. –creo que Akane lo acepto- mi pregunta era mas que obvia, puesto donde lo encontramos, pero por mi nerviosismo ante lo que vi lo justifica.
-eso creo Kiba- Hinata estaba peor qué yo, al ser tan tímida y ver a su amigo en eso situación, fue algo traumante para ella.
Después de eso, los dos tratamos de olvidar lo que vimos tiempo atrás. La fiesta seguía su rumbo normal, chicas besándose acaloradamente con los chicos del equipo de fútbol, ebrios haciendo cada espectáculo digno de vergüenza ajena, y cosas por el estilo.
Hinata y yo decidimos mejor salir a dar un paseo a el parque, hablábamos de tantas cosas que creo seria imposible recordarlas todas, era como si los dos nos conociéramos de toda la vida, la verdad nos conocemos desde los 12 años, desde entonces hemos estado juntos, creo que ya no podríamos estar el uno sin el otro.
Después de caminar y hablar por un largo rato, decidimos sentarnos y admirar la hermosa luna, no se por que pero me recuerda a los ojos de Hinata, tan hermosos pero a la vez tan vacios. Nos quedamos en silencio, tal parecía que esta vez si que no teníamos nada mas de que hablar, o era por que ya lo habíamos platicado todo.
El lugar era realmente hermoso, flores de todos los colores y de todas las clases, una pequeña fuente en el centro del parque, que a los rayos de la luna brindaba un espectáculo único y mágico capaz de hipnotizar a cualquiera.
No se muy bien la razón pero después de un momento en silencio ella y yo volteamos a mirarnos al mismo tiempo fue como si todo el mundo dejara de girar, como si el tiempo se congelara, como si todos los sonidos que había se esfumaran, como si el mundo se hubiera acabado y solo estuviéramos ella y yo.
De un momento a otro y sin saber como, nuestros labios estaban unidos en un cálido beso, sentía que eso era la mas grandioso que pudiera existir en la tierra, mi mente se nublo por completo, no pensaba, creo que hasta deje de respirar y mi corazón latió con mas fuerza que nunca antes.
Coloque mi mano el la mejilla de Hinata, tal vez era un sueño y al tocarla yo despertaría, pero no fue así, era real, podía sentirla. Ella me rodeo el cuello con sus manos y en ese momento comprendí que esto era real, Hinata y yo estábamos besándonos. Me acerque mas a ella y rodé su cintura con mis brazos, quería tenerla cerca de mi, quería que este momento nunca terminara, al sentir que yo la pegaba cada vez mas a mi cuerpo ella dijo mi nombre de una manera que nunca creí que fuera mas hermosa a mis oídos.
Al dejar de besarnos permanecimos abrazados, mirándonos, tal parece que no creíamos lo que acababa de pasar, nosotros los mejores amigos aviamos llegado a una situación como esta, ella estaba sonrojada, ese sonrojo que me encanta tanto ver en ella, yo creo que estaba con cara de no saber nada.
-Kiba Kun- esa dulce voz me hizo reaccionar de nuevo. –creo qu…-no le permitiría romper el momento, la volví a besar y ella me correspondió.
-me gustas Hinata y mucho- esta vez fui yo quien hablo, siempre creí que lo que sentía por Hinata solo era amistad, pero ahora me doy cuenta de que no es así, es algo mucho mas fuerte que eso.- creo que me enamore de ti.- lo dije sin siquiera detenerme a pensar en lo que significaban esas palabras.
-Kiba- solo eso salió de los labios de Hinata, además de una cara de asombro y sorpresa.
Creí que había arruinado todo, si ella no sentía lo mismo que yo, nunca podríamos volver a ser los mismos de siempre, todo se arruinaría y seria por mi culpa.
Fue entonces que sentí como ella me acariciaba el rostro de una manera tan tierna que creí estar siendo tocado por un ángel.
Me deje guiar por su caricia y serré los ojos, tal vez esa era su forma de decirse un sutil no, esta en espera de lo peor cuando siento su aliento chocar contra mi cara, antes de poder abrir los ojos escucho que me dice.
-yo también te amo- fue ahí cuando me volvió a besar y mi mundo se volvió a detener.
Después de eso nos hicimos novios formalmente y ante todos nuestros conocidos, yo estaba más que feliz por eso.
Ahora ya han pasado 2 años y seguimos juntos y yo cada día mas enamorado de ella.
Ella es la heredera de las empresas Hyuuga las mas importantes de la cuidad, un tiempo estuvo muy preocupada por ese motivo, creía que no seria capaz de cumplir con las expectativas de su padre y de la empresa misma.
Pero al final creo que se auto convenció de que podría hacerlo, como su padre le dijo una vez, la sangre Hyuuga corre por tus venas puedes hacerlo.
Su padre siempre fue un hombre serio y hasta frio con ella, pero cuando le cedió el liderazgo de las empresas eso cambio, ahora hablan mas como padre e hija. Hinata da todo de si para que el este orgulloso de ella, pero eso ya no hace falta el ya lo estaba.
Siempre me he llevado bien con su familia y ella con la mía. Ahora me dirijo a su casa, se que no se encuentra ya que seguramente aun esta en la empresa, la verdad con quien deseo hablar es con su padre.
La familia Hyuuga tiene tradiciones muy arraigadas y primero quiero hablar con su padre antes de llegar y pedirle matrimonio a Hinata. Su madre murió cuando su hermana pequeña Hanabi nació, creo que por eso es su carácter tan tímido.
Llego a la casa, que en realidad es una gran mansión con detalles muy elaborados y hechos a mano, según se, ha pasado de generación en generación, se ve algo antigua pero eso no le resta belleza y elegancia a esa gran mansión.
Doy un gran suspiro antes de llamar a la puerta, tengo miedo de que su padre no me acepte como el marido de Hinata, aunque me acepto como el novio de su primogénita, aun no me da la confianza de creer que me crea como algo más en su familia.
Al fin llamo a la puerta y en cuestión de segundos me abre una de las sirvientas de la mansión, como ya me conocen muy bien, no es necesario que yo diga nada.
-Inuzuka san, ¿viene a ver a Hinata san?- me mira con cara de "pero si sabe que a esta hora no esta".
-no vengo a ver a Hiashi san. ¿Se encuentra?- se lo digo lo mas tranquilo que puedo, no quiero que nadie se de cuenta de cual nervioso estoy.
-claro pase, en seguida le aviso de su llegada.- esta vez me da una sonrisa y hace un ademan con la mano para que yo entre a la mansión.
Me dirigió a la sala principal y me pidió que esperara ahí, no era la primera vez que yo entraba y que me encontraba en esa casa. Solo que esta vez era muy diferente iba a pedir la mano de la primogénita de la familia Hyuuga.
Decidí tratar de calmarme poniéndome a admirar todos los detalles y adornos que se cruzaban por mi vista, había desde jarrones que me parecieron muy antiguos, pintados a mano y al parecer de una porcelana muy fina. Cuadros que solo había visto en fotos, y otros que en mi vida había visto pero que eran muy hermosos.
Así pase un rato hasta que escuche los pasos del jefe de la familia, de Hiashi Hyuuga. Cada vez que escuchaba mas cerca sus pasos mi corazón latía con más fuerza que nunca. Cuando al fin llego a mi lado me sonrió, me conocía desde pequeño y según el ya me consideraba de su familia, veremos si es verdad cuando le pida la mano de Hinata.
-que gusto verte Kiba- se acerco a mi y me coloco una mano en el hombre, mientras seguía sonriéndome. – la sirvienta me dijo que querías hablarme-. Se fue hasta uno de los sillones de la sala y se sentó indicándome que yo hiciera lo mismo en uno de los sillones colocados enfrente de el. – Y de que quieres hablar Kiba.-
-Hiashi san, yo he venido a…- las palabras no salían de mi boca, demonios nunca estuve tan nervioso.-yo… quería pedirle que…- de nuevo no podía decirlo.
-que pasa Kiba, habla me estas preocupando-
-quiero pedirle permiso para casarme con Hinata- creo que mas que decirlo lo grite, pero si no lo hacia así creo que nunca lo haría.
Lo que mas me preocupo fue ver como su mirada cambio a una mas seria, su sonrisa desapareció, y de un rápido movimiento se levanto y camino hasta mi. Creí que me golpearía, o que me diría que saliera de su casa, pero no paso nada de eso.
-hijo creí que nunca lo dirías- me tomo por los hombros y me levanto para darme un abrazo.- claro que te concedo la mano de mi hija. ¿Ya se lo pediste a ella?- se separo de mi para mirarme a la cara.
- no- aun no salía de mi asombro, nunca creí que un hombre como el se comportara de esa manera.
- y que estas esperando-
-primero quería decírselo a usted-
-pero con quien vas a casarte es con ella no con migo- genial ahora se estaba burlando de mi, y yo de muy tonto creyendo que eso seria lo mejor, ya que es una familia tan tradicional.
- lo se, se lo pediré en la cena de esta noche-
-muy bien espero y ella te acepté, se que lo hará, ella te ama- creo que el ya me ve como su hijo, al menos así me trata ya.
Después de una larga platica con el jefe de la familia, Salí rumbo a mi casa debía de preparar todo para la cena en la que le pediría matrimonio a Hinata.
Las horas pasaban lentas para mí, deseaba tanto que ya llegara la hora de poder volver a ver a mi amada Hinata. Me puse mi mejor traje deseaba que esa noche fuera perfecta.
Llegue hasta las puertas de la mansión Hyuuga, sin bajarme de mi carro saque de mi chaleco el anillo que le daría a Hinata.
Era un hermoso anillo, con un diamante en el centro y sujeto por un par de gemas alargadas que armonizaban perfecto con la joya. Mi madre me había dado ese anillo, que según ella ha pertenecido a la familia Inuzuka por generaciones, y que ahora seria de la próxima integrante Hinata.
Después de mirarlo por un rato, lo guarde y Salí del auto, camine hasta la entrada de la mansión y toque el timbre, inmediatamente salió la misma criada que me atendía en la mañana. Esta vez no dijo nada y solo me indico que pasara.
Adentro estaba Hiashi junto a Hanabi, los dos me sonreían como si hubieran hecho alguna travesura y no hubieran sido descubiertos.
-hola Kiba-
-hola Hanabi- la mire un poco desconcertado, esa chiquilla siempre me daba escalofríos.
- mi hija no tarda en bajar- mi suegro siempre tan frio, ahora se mostraba "dulce" con migo.
Después de un rato incomodo con mi suegro y cuñada, al fin bajo Hinata, cuando la vi, no pude más que reafirmar lo que ya sabía, era hermosa, un sueño echo realidad. Llevaba un hermoso vestido azul oscuro como su cabello, se ajustaba perfectamente a su cuerpo, demostrando así aun mas lo hermosa que era, nunca le gusto usar joyas, según ella era algo muy sofisticado y absurdo de usar, su cabello lo llevaba sujeto de una manera muy simple, junto con su maquillaje, todo en ella así una armonía perfecta.
-ya estoy lista Kiba- me miro y me sonrió como solo ella sabe hacerlo, de esa manera que hace que todo mi mundo deje de girar y en el que solo existe ella.
- hija diviértete-
-si padre-
Le extendí la mano para que saliéramos de una vez de la mansión, poco a poco se acercaba el momento de la verdad.
-con su permiso Hiashi San, Hanabi- hice una pequeña reverencia antes de retirarme por completo de ahí.
Una vez que estuvimos en el auto, le dije lo hermosa que se veía, la hice sonrojar, me encantaba verla así, después de tanto tiempo juntos, aun sigue comportándose de esa manera, simplemente encantadora para mi.
Todo el camino hasta el restaurante la pasamos platicando de mil cosas, del trabajo, la familia, los amigos, cosas tontas como por que el cielo es azul. Nunca nos cansábamos de hablar, sabias todo del otro, eso creo que fue lo que nos hizo enamorarnos.
Cuando por fin llegamos hasta el restaurante, la ayude a bajar del auto mientras un chico se lo llevaba para estacionarlo. En el camino hasta la mesa que reservé tuve que soportar las miradas de todos los hombres sobre Hinata. Aunque no me guste ella llama mucho la atención, su belleza es tan natural que es inevitable no verla.
Al llegar a nuestra mesa como todo caballero que soy le acomode la silla para que ella se sentara, después de solo unos momentos llego el mesero que nos atendería, al pedir lo que comeríamos esa noche se marcho, cuando volvió llego con todo lo que pedimos.
La noche transcurrió tranquila, platicamos y platicamos de mil y una cosas, pero ninguna sobre lo verdaderamente importante que yo quería decirle esa noche, aun no era el momento correcto para hacerlo.
Cuando llego el momento de marcharnos pude notar que Hinata tenía una cara de tristeza y desilusión en su rostro, no puede evitar sonreír, se veía como una pequeña niña a la cual no le había comprado lo que deseaba. Fu entonces cuando supe el por que de la cara de Hiashi y Hanabi, ellos le contaron todo a Hinata, y ella esperaba que se lo pidiera ahí.
Como puede confiar en que guardaría el secreto, le pediría matrimonio, pero no en un simple restaurante, por más lujoso que este sea, para ella y para mi no significa nada. Le pediré que sea mi esposa, pero en un lugar mágico, no aquí.
Era el cumpleaños de Hinata y como regalo le daría un pequeño cachorrito que compre para ella, una semana antes yo ya lo había comentado con Hanabi, creí que ella me diría si esa era una bueno o mala idea. Juro guardar el secreto de mi regalo, pero el día del cumpleaños cuando yo le obsequie el cachorrito, ella ya tenía todo para el, la correa, comida, juguetes, todo.
-Hinata como sabias que te daría un cachorro-
-Hanabi me lo dijo- volteo a mirarla esta solo me brinda una de sus tontas sonrisas, las cuales me dan algo de miedo. –Te molestaste Kiba- como me enojaría con ella, solo suspire y puse mi mejor cara.
-claro que no, por que debería-
Salimos del restaurante, pude ver como aun llevaba esa cara de tristeza, creo que pensaba que yo me había arrepentido de pedirle matrimonio, volví a sonreír, dejaría que ella pensara eso un poco mas, es cruel lo se, pero al final valdrá la pena, al menos ya se cual será su respuesta ante mi pregunta y eso me hace sumamente feliz.
Al ir en el auto ya no me hablaba de nada, en verdad estaba triste y eso en cierta forma me dolía.
-Hinata la noche aun no termina- volteo a mirarme con cara de no saber que trataba de decirle. –tengo una sorpresa para ti-. Esta vez logre arrancarle una de sus hermosas sonrisas.
-Kiba- el simple echo de escuchar mi nombre en sus labios, me hacia feliz.
Después de un rato de camino llegamos a nuestro destino, bajamos del auto y caminamos un poco, ella aun no sabia muy bien donde nos encontrábamos, hace tantos años que ella no iba ahí, que por un momento no lo reconoció.
Cuando al fin llegamos al parque en el que por primera vez nos besamos, ella inmediatamente lo recordó, pude verlo en sus ojos, los que antes estaban tristes ahora tenían un brillo mucho mas hermoso que el de la misma luna.
La lleve hasta la misma banca en la que nos sentamos aquella ocasión, desde antes yo tenia todo planeado para esta noche, ahí en la banca se encontraba un hermoso ramo de flores, y el cachorro que un año antes yo le regale, solo que esta vez ya no era un cachorro si no un perro de gran tamaño llamado Akamaru.
Cuando se acerca a la banca la primero que hizo fue acariciar a su adorado Akamaru, para después tomar el ramo de flores y con el en brazos se volteo a mirarme, como lo dije antes su mirada es muy hermosa pero esta vez lo era mas. En ese momento creí que era el mejor para mi, di un ultimo respiro y tome todo el valor que tenia.
Saque el anillo de mi chaleco y como todo un caballero antiguo me arrodille ante ella extendiéndole el anillo y mirándola a los ojos le hice la tan anhelada pregunta.
-Hinata ¿te casarías con migo?- al momento de que hice la pregunta un nudo se formo en mi garganta. Tenía miedo y lo admito.
Me quede mirándola, ella no cambio su expresión en ningún momento y esto en verdad me preocupo mucho, demasiado.
-Kiba, yo…- por que, por que hizo una pausa en su respuesta, que acaso me diría que no.
CONTINUARA.......
espero sus comentarios , gracias.
