Mi primer fic sobre esta serie, tener piedad y espero que les guste :3
Pareja: Marshall LeexPrincipe Gumball.
Disclaimer: Hora de Aventura y todos los personajes que lo conforman no me pertenecen. El respectivo dueño es Pendleton Ward.
Advertencia: Yaoi (?)
No es que le gustara molestar al dulce y educado sin mencionar demasiado gay príncipe de caramelolandia -dulce reino- , sólo que tenía cosas que buscar, cosas importantes. Bueno, no tanto, pero esa uñeta valía la pena, las cuerdas vibraban muy bien con esa preciosidad. Odia que se le quedara la muy desgraciada en la fiesta del príncipe de hace unas cuantas semanas.
No, no quería hacer el ridículo, tampoco quería quemarse por el sol, así que optó por lo sano y sólo vino en la noche, el cuarto del Príncipe Gumball estaba vacío, sonrió con malicia flotando para escurrirse por la ventana. Oh sí, esa pieza era todo lo contrario a él. Cuanta cosa comestible junta.
Gumball es todo lo contrario a él por desgracia, sonríe con algo de nostalgia, quizás añoranza y deseos ocultos en su frío pecho, siente un ruido aproximarse a la puerta, chista los labios y frunce las cejas, se esconde detrás de un mueble espacioso. Mira de reojo quién es, alaba su suerte, a Gumball justo hoy le dio por dormirse temprano, maldición.
Bueno, eso no cambia el plan, aquel vampiro no es un idiota, sólo debe esperar a que el dulcesito con patas se duerma. Pero hoy... todo está contra Marshall, el Dulce Príncipe se está desnudando...
Lo hace de una manera... de una manera que casi le saca un suspiro de deseo puro al vampiro, los ojos cerrados de manera depredadora observan la escena desde la oscuridad, el torso exponiéndose a su vista, se relame los colmillos con ansiedad, le dan esas extrañas ganas de morderlo, agita la cabeza y trata de no pensar en ese sentimiento.
Gumball está sólo en bóxer, las piernas rosadas y tiernas, la espalda de ese color tan único, aquella sonrisa real y aristócrata, se veía tan jodidamente apetitoso que Marshall pensó que podría tener un pequeño problema en sus pantalones si seguía viendo a ese príncipe desnudándose.
Suspira de alivio al ver que por fin ese niño rosa se pondría algo, está confiado, ya no se excitaría por esos sentimientos que siempre guardó frente a ese ser que dice detestar. Pero lo que se pone Gumball parar dormir...
–Maldito... seas... estúpido dulce.
El dulce príncipe estaba allí, frente a él, iluso de los ojos cazadores que lo miraban. Sí, la camisa de Marshall, eso usaba Gumball de pijama... las piernas desnudas, su ropa puesta en él, la camisa que él le dio impregnada de ese olor a chicle... los ojos de Marshall se perdían en deseo y lujuria.
Salió detrás del mueble, ya no podía contener las ansias postergadas, digan lo que digan, lo que pasaría esa noche ese señorito era el único que se lo había buscado.
N.A: Espero que les gustara, no soy de este fandom pero hoy estaba con ganas de escribir de estos dos amores *w*
