hola, este fic es dedicado para una lectora anónima que me pidió este tipo de escenas en "amor de locos" cabe decir que soy una romántica empedernida y cuando voy a escribir algo tipo T como lo es el otro fic, no le adjunto escenas como las que hay en este tipo M, porque como romántica que soy, digo que las parejas deberían llegar ya saben VIP al matricidio, es un aspecto romántico de mi personalidad, pero como me lo pidió y la quiero complacer, hice este fic que actualizaré poco a poco.

Destaco que por cuestiones de trama en este fic, Diamante hace tiempo perdió la inocencia pero para mi, no hay nada mas lindo que 2 seres inocentes se entreguen el uno al otro, eso lo haré en otro fic.

Espero disfruten este muchísimo y no les haya aburrido mucho con mis comentarios de chica romántica.

¡Déjenme saber su parecer! ¡Con un hermoso REVIEW!

Sailor moon, es propiedad de Naoko Takeuchi, yo solo agrando el pahndon de Diamante.

Atraída por la luna negra

Mi caída en la atracción.

Era otra vez un sueño, se que era un sueño porque la persona que me acompañaba estaba muerta, bien muerta y enterrada desde hace tiempo, pero era el, era el príncipe de la luna negra, en este sueño, estábamos el y yo en la playa en una noche de luna, sus manos recorrían mi cuerpo, dulcemente y suavemente mientras sentía su beso en mi boca, su dulce lengua a mi me encantaba y me excitaba mientras el alrededor de mis senos deslizaba sus calientes manos una y otra vez, una y otra vez.

El despertador suena y me levanto aturdida, otra vez estoy húmeda, siento contracciones en mi útero como si esperara algo que nunca llega, Darien jamás me ha hecho sentir de esta manera, tan sensual, tan erótica, el me sigue tratando como una niña, le he insinuado que quiero llegar a la fase mas importante de las almas gemelas pero, parece que no le importa nada, y es tan frío ¿Por qué no me había dado cuenta de que era tan frío? El de verdad no me quiere, se que no me quiere, el no lo sabe, pero yo se que en realidad buscó mi poder desde el Milenio de Plata ¿Cómo lo se? Lo descubrí, el me cree tonta, pero yo se que Diamante perteneció a nuestro tiempo y el fue capaz, de vender el alma de sus 4 generales para quitarme al chico que iba a ser mi amor antes de conocerlo…Diamante, la sola mención de su nombre me hace sentir tan, dios, tan excitada, es como si su nombre ya acariciara todo mi cuerpo dándome pequeñas olas de placer, no le he dicho a nadie, pero desde hace un año sueño con Diamante, con el fallecido príncipe de la luna negra a qien le debo la vida, siempre es lo mismo, el me posee, me hace suya y lo peor, es que quiero que lo haga, quiero que el príncipe Diamante me haga el amor.

Después de mi última clase de preparatoria, me dirigí sola hacia el parque, solamente estaría allí durante unas horas, alcé mi cristal de plata y pensé en Némesis y sentí de repente, un frío glacial, un espantoso fruío que penetró todo mi ser ¿este fue el poder maligno que corrompió este planeta? Que desastre, entré al que ahora era el desolado castillo de la familia real, todo lleno de muebles cubiertos por sábanas blancas, de polvo, todo absolutamente solo, comencé a revisar los dormitorios, llegué al dormitorio del que supuse era el príncipe Zafiro, seguí mi camino, llegué al segundo dormitorio, el mas grande, ese si era, el de mi príncipe, temblaba un poco, las veces que había revivido a alguien había tenido cuerpo, ahora, lo debía aparecer y eso me aterraba, tomé una de las camisas que el siempre usaba, pasé los dedos por los adornos azules y por un momento, mi alocada imaginación me dio la imagen mía con esa camisa por bata y Diamante a mi frente, mirándome con amor y deseo, deslizando sus manos para quitármela, parpadeé sofocada, coloqué la camisa en la cama.

-mediante este objeto que perteneció a mi amor, te ordeno que reconstruyas el cuerpo del príncipe Diamante. El cristal brilló y su poder trajo el cuerpo de quien ahora es mi amor, tenía el traje que recordaba y la mancha de sangre donde recibió el poder del adivino salvando mi vida ese 26 de junio tan lejano ya, me acerqué a el y toqué su frente, estaba helada, lo miré y con cuidado, lo desvestí, era tan hermoso, era el primer hombre sacando a mi padre que veía desnudo, pasé las manos por su frío pecho, por sus frías piernas, por su frío miembro, lo encontré tan bello, antes de despertarlo, se me ocurrió que podría tener hambre, así que fui a la cocina, milagrosamente encontré frutas y vino y un poco de queso, me aseguré que todo estuviera bueno y regresé al cuarto, lo dejé todo en la mesa de su bien pulida peinadora, 2 copas de hermoso cristal también conseguí y sintiéndome valiente como pocas veces en mi vida, salvo cuando he derrotado al mal, me desnudé para ser apreciada por un hombre, no sabía si el castillo tenía calefacción, así que me dio un escalofrío por lo frío del lugar, pero antes de c cualquier cosa, encontré una chimenea en un lateral del dormitorio y la encendí ¿Qué diablos estoy haciendo?¿que pensarán las demás de mi si me entrego a un desconocido? No podrían decir nada, porque este desconocido es mi verdadero amor, lo se, lo se, porque cuando lo miré aquella primera vez que me raptó nuestras miradas hicieron clic y en ese momento, quedé irremediablemente atada a su alma, lástima que el nudo se vio años después.

-revive al príncipe Diamante cristal de plata. Ordené en un susurro, me senté al lado de el, y pude admirar como la energía del cristal de plata, regresaba su alma, como el calor volvía a el y curiosa, mas curiosa de lo que hubiera estado en cualquier otro momento de mi vida, lo toqué otra vez, esta vez, era tan cálido, pasé mi manos nuevamente por su perfecta anatomía, que hermoso era, tan musculoso, tan fuerte, dios, hermoso, era la única palabra que se me ocurría para el, me acosté con cuidado encima suyo y coloqué mi oído en su corazón, latía como cuando una persona duerme, 2 manos me tocaron tentativamente y 2 brazos me abrazaron después, el tubo un espasmo de miedo supuse, me acerqué a su oreja.

-tranquilo, tranquilo príncipe, soy yo. Abrió sus bellos ojos y me miró - ¿sailor moon? Preguntó, asentí - ¿estoy muerto? Preguntó mientras me aferraba, besé su mejilla –no, ya no. Dije con suavidad, el pasó sus manos por mi espalda y eso envió electricidad por todo mi sistema - ¿Qué pasó? Nosotros no estábamos así, yo morí en tus brazos. Asentí –así fue, yo te he traído de regreso. El parpadeó confundido.

- ¿Por qué? Preguntó –porque te amo. Le susurré al oído, me miró de forma incrédula –no puede ser posible. Dijo roncamente - ¿estaría desnuda ante ti aquí si no fuera así? Lo desafié, el negó –increíble. Dijo mientras sus manos tocaban una y otra vez mi cintura –yo pensé que tu. Comenzó –y yo también, pero pude ir a otra realidad, la realidad que de verdad es la destinada y haí estabas tu, no el. El sonrió.

- ¿gané la guerra? Preguntó - ¿allí? No la vieja, pero si una nueva, ni te imaginas el enemigo. El rió, hizo un gesto de querer sentarse, así que le di paso –en estos momentos, me importa mas saber ¿Por qué te encuentro desnuda como mi mas bello sueño? Me sonrojé –porque llevo un año soñando contigo y quiero, yo deseo, que tu, que me hagas tuya. Miré como me miraba, parecía que creía que estuviera loca - ¿quieres pertenecerme? Asentí en silencio con la cara ardiendo de vergüenza –en el fondo, siento que ya te pertenezco. Murmuré –genial. Dijo, se miró desnudo.

-esto ¿te lo debo a ti? Asentí, el sonrió e hizo un gesto de cabeza, se levantó con suavidad de la cama, yo me senté a un lado de esta –bien hecho Serena. Murmuré para mi –te ofreces y el hombre ni siquiera te hace caso, eres una idiota. Sentí un beso en mi hombro de repente.

- ¿Por qué lloras hermosa? Preguntó, tartamudeé –pensé que me dejarías, que no me querrías, que no te gustan las ofrecidas. El rió –ciertamente las ofrecidas no me gustan, pero lo estás haciendo por amor y eso no es ofrecerse, es querer entregarse, jamás te dejaré y ¿Cómo vas a decir que no te quiero? Aunque es verdad, no te quiero. El alivio que me inundó se congeló en mi pecho –te adoro, te amo, eso es mas que querer. Solté una risita de alivio –lo que pasa, es que tengo un par de necesidades que debo atender. Dijo con un poco de vergüenza –ya sabes, del tipo, recién despertado. Asentí –no tardo nada. Dijo repitiendo el beso en mi hombro y yendo con paso calmado hacia el baño, suspiré de alivio y reí –oh, que suerte la mía. Dije feliz, serví vino en las 2 copas y cuando el salió, se acercó a su peinadora.

-pensé que conocía el hambre. Lo miré interrogativa –pero antes de morir, no sabía lo que era hambre de verdad. Asentí comprensiva –es cierto. El me miró extrañado, preguntó:

- ¿tu has muerto? Asentí -2 veces. Recordé la batalla con Véril y con Fiore y un escalofrío me pasó por el cuerpo - ¿tienes frío? Preguntó –es solo frío espiritual. Dije con suavidad, el se sentó a comer y yo, me dediqué a admirar todo los músculos de su cuerpo, su espalda, su preciosa espalda ancha, dios, qué bello es este hombre.

-gracias por todo esto. Dijo mientras tomaba un sorbo de vino - ¿he? De nada. Dije distraída por su belleza, me sonrió de modo seductor - ¿has cenado ya? Me preguntó, negué –es mejor, que comas algo. Me dijo, me acerqué y me senté a su lado, pero el me haló a su regazo –hermosa, eres tan hermosa. Dijo acariciándome como si el fuera un ciego y yo, el libro que lee, comenzó por mi rostro y bajó hasta mi cuello, de allí a mi pecho izquierdo.

-aquí hay suficiente de cenar para 2. Dijo, del ramillete de uvas que tenía en la bandeja, tomó una sola y morada uva, me tocó los labios con ella y abrí la boca para recibirla, me fue dando uvas de esa manera, mientras el, tomaba un poco de queso, luego, tocó mi otro seno con la misma suavidad delirante que comenzaba a enloquecerme, me pasó la copa de vino, pero cuando iba a darle el sorbo, dejó derramar esta por mi cuello hasta mi pechos y su lengua siguió el rastro del vino.

-oooooh. Dije excitada, el besó de mis pechos tras haberlos lambido hasta mi boca, su beso dulce, apasionado, tierno, delicado, amoroso y cuidadoso, jamás alguien me había besado así, de haber sabido esto, no hubiera tenido que usar ese ojo hipnótico, me hubiera ido con el y le hubiera dejado ganar la guerra, su lengua se enredaba en la mía y me llevaba hacia rincones insospechados, mi lengua bailaba con la suya y mis brazos, buscaron su cuello para enredarse en el a la par que los suyos, acariciaban mi espalda y terminaban en mi cintura.

-ha sido delicioso. Dije, el sonrió –será mucho mejor después. Dijo mientras me daba otro bocado –tengo sed. Manifesté, el sonrió y me dio el vino esta vez, comimos toda la bandeja y luego, nos acercamos a la cama.

- ¿estás segura de querer hacer esto? Preguntó el –si. Dije enfatizando con la cabeza –nunca había estado tan segura de algo como de esto. El asintió –quiero saber algo ¿puedo? Lo miré asustada - ¿Qué quieres saber? Pregunté –hermosa, tu ¿tu intimaste con el yo pasado del rey Endimiun? Preguntó de forma asustada creo yo pero con delicadeza, lo miré confundida.

- ¿te refieres a que si hice el amor con el? Pregunté yo a mi vez, el asintió, yo negué y mi rubor regresó –nunca se dio, no quiso, no se pudo. Miré como su sonrisa resplandecía y unas pocas lágrimas de alivio salían de sus ojos –eres virgen. Dijo –si, lo soy. Admití con pena - ¿de que te avergüenzas? Preguntó –muchas de las chicas, a mi edad. Pero el me interrumpió –no vale de nada si el primer contacto no fue por amor, siéntete dichosa que te reservaste para quien amas, eres virgen y me da una gran alegría saberlo, soy tan feliz y estoy tan orgulloso de ti y aliviado. Se rió un poco nervioso –diablos si estoy aliviado. Dijo mientras me abrazaba –descuida mi hermosa princesa virgen, yo seré lo mas delicado que te ha tocado jamás, no tengas miedo, déjate llevar por mi, yo te enseñaré. Dijo mientras nos acostaba a ambos en la cama y se dirigía a mi boca para besarla, cuando acabó pregunté:

- ¿tu lo eres también? el me miró y besó mi frente –no de la manera que quieres. Sentí un pinchazo de decepción - ¿fue con Esmeralda? No pude detener mis palabras, el negó –no importa ya hermosa, lo importante es que, aprendí con alguien a tratar a las mujeres para no hacerles daño. Volvió a besar mi frente –pero juro por Nix que me hubiera encantado perderla contigo, ojalá fuera virgen en todas las maneras corporales como lo eres tu, pero confórmate con saber, que esta es la primera vez que haré el amor, pues solo había fornicado con las chicas. Sonreí –me conforma, aunque hubiera deseado que fueras virgen como yo. El asintió –quizás, en otra vida u otro flujo temporal. Dijo mientras volvía a besarme.