Este fic no es invención mía, sino de una muy buena amiga que me la ha prestado para publicarla aquí. Está basada en una película y hasta el capítulo 5 mas o menos no empieza con sus aportaciones, pero a continuación, es simplemente genia. Espero que os guste tanto como me gustó a mi.
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Naruto Uzumaki llevaba tres años perteneciendo al cuerpo de élite de la Villa de Konoha. Era uno de los ANBUs más reconocido de todos; pero para él era tan solo un entrenamiento, una preparación para cumplir su sueño de ser Hokage. La última misión que le habían encomendado era de rescate. Los ninjas de la Villa Oculta del Sonido habían secuestrado hacía una semana al profesor Hiashi Hyuuga. Y la misión de Naruto y sus compañeros era traerlo de vuelta a la villa. Mientras se preparaban, el rubio, líder indiscutible, iba dando instrucciones a sus compañeros.
- Kiba – llamó a un chico moreno que estaba cerca de él
- ¿sí, capitán? – preguntó el chico de inmediato
- Tú subirás por la popa y te ocuparás de los ninjas que vigilan allí Shikamaru – dijo entonces, haciendo que el chico de pelo pincho se girara a mirarle – tu te ocuparás del que dirige el barco y de acabar con los ninjas que vigilan la cubierta por proa
- De acuerdo – dijo el chico. nunca antes le había llamado capitán, no iba a hacerlo ahora.
- Vale. Lee, tú te ocuparás de poner los sellos explosivos cuando Shikamaru te lo indique.
- Sí, jefe – sonrió el chico
- Shino, tú y yo acabaremos con los que custodian el barco y van por el agua. Yo me ocuparé de rescatar al profesor Hyuuga ¿todo claro? – gritó
- Sí, capitán – gritaron ellos
- Pues en marcha.
Dicho esto, los ninjas comenzaron a correr sobre el agua con toda la discreción que pudieron. El asalto fue bastante rápido, coreografiado y preciso. Kiba fue el primero en llegar y el más rápido en actuar. Siempre con su fiel amigo Akamaru a su lado, consiguieron despejar la popa en unos segundos, para dar paso a Shikamaru. Tras él subió Lee, a la espera de las órdenes del mayor para detonar los sellos explosivos. Naruto no tuvo apenas problemas para explorar el barco y encontrar al profesor maniatado en la bodega. Al principio, éste se asustó, hasta que le reconoció. El chico le soltó las manos y aguzó el oído para escuchar a Shikamaru dar la orden.
- gracias por rescatarme, Naruto – dijo el profesor – creí que no llegaríais nunca
- deje de quejarse, profesor – pidió Naruto – hemos venido en cuanto la Hokage nos avisó. ¿está bien?
- Sí, no me han hecho nada. Pero me temo que van persiguiendo algo de lo que deberían desconocer la existencia.
- Hemos descubierto un infiltrado de la villa del sonido – explicó Naruto – lo supieron a través de él
- Entonces Naruto escuchó la orden de Shikamaru.
- ¡vamos! – le gritó al profesor
Lee acababa de poner los sellos, por lo que tuvieron el tiempo justo para saltar del barco y concentrar su chackra en los pies para así poder caminar sobre el agua. Cuando al fin estuvieron a salvo en tierra, los muchachos se retiraron, dejando al profesor con Naruto. Antes de comenzar a caminar, el profesor se detuvo.
- ¿Qué le sucede ahora? – preguntó el rubio
- ¿me permites enviar un mensaje a la villa? Es para avisar a mi esposa de que estoy bien. Ella me cree muerto
- No tenemos tiempo. La misión es llevarlo de vuelta sano y salvo – cortó él
- Por favor, Naruto – pidió él
- Tiene cinco minutos, profesor – suspiró el chico.
El hombre se arrodilló en el suelo y sacó de su bolsillo un pequeño pergamino. Naruto se sorprendió al verle hacer sellos con las manos a la vez que susurraba:
- Neji
Y acto seguido hizo el sello con el nombre del muchacho.
- Hinata
E hizo de nuevo otro sello, esta vez con el nombre de la chica
- Hanabi – susurró, haciendo un nuevo sello – y Hiroki – acabó, poniendo la mano sobre el pergamino después de hacer el sello
Inmediatamente el pergamino se abrió.
- ¿Por qué ha hecho eso? – preguntó Naruto, curioso
- Porque este pergamino es especial. Solo puede abrirse reproduciendo los sellos de los nombres de mis cuatro hijos – explicó el profesor – es muy útil cuando no quieres que nadie lea lo que hay en su interior.
- Ah, muy interesante – susurró el rubio – espéreme aquí, profesor. Voy a comprobar que los refuerzos ya hayan llegado.
Apenas se separó de él. Encontró al primero de los guardias de refuerzo apoyado en un árbol. Se acercó a él sin mirar atrás.
- nos iremos en unos minutos.
El guardia no respondió.
- eh, ¿me oyes? – preguntó el chico, zarandeándole.
Entonces el cuerpo muerto del guardia cayó al suelo. Naruto comprendió rápidamente que era una emboscada. Estaba enfadado por no haberse dado cuenta de que les habían seguido. Se giró tan rápido como pudo y gritó.
- ¡profesor!
Pero él no volvió a contestar. Primero una lluvia de kunais atravesó en parte el cuerpo de Naruto, que quedó mal herido. Había esquivado más de veinte kunais y, aún así, le habían herido. Intentó levantarse con las fuerzas que le quedaban, y corrió hacia el cuerpo inerte del profesor. Pero entonces, tras él, le siguió un potente sello explosivo que lo lanzó contra una pequeña gruta montañosa que había allí y le dejó inconsciente debido al fortísimo golpe que se llevó. Jamás en su vida le había pasado tal cosa. Nunca le habían tendido una emboscada como esa ni derrotado de esa forma en una misión. Ni siquiera se enteró de cuando llegaron sus compañeros para llevarlo de vuelta a la villa y que la Hokage curara la gravedad de sus heridas.
