El despertar de la Sangre
( Nazi!Germany )
¡ADVERTENCIA!
No quiero herir sensibilidades al tocar un tema tan profundo y sensible como el nazismo. Pero todos saben que esto es una historia basada en un hecho de la Historia Mundial. Y así como se tocan temas de la WWII también se tocan temas del nazismo, así que no quiero ni acepto ningún tipo de quejas sobre este punto. Dicho esto, pasemos al drabble.
Disclaimer: Axis Power Hetalia ni ninguno de sus personajes me pertenecen. Todos son parte de Hidekaz Himaruya. Yo sólo hago esta historia sin fines de lucro y a pura diversión personal.
Sus manos temblaban por enésima vez. El sonido metálico zumbaba en sus oídos con tal fuerza que creía que se le romperían los tímpanos, pero todo era parte de una obsesiva ilusión. Estaba a punto de volverse loco, pero no tenía otra opción. Incluso el par de ojos desconocidos frente a él le suplicaban por piedad ante la imposibilidad de defenderse. ¿Piedad? Creía conocerla al pensar en su gente, pero no. Algo dentro de él hervía con fiereza, quemándole la piel. Sus orbes azuladas brillaban de excitación y poder, una sensación completamente desconocida para él.
En ese instante el prisionero comprendió que no tenía salvación. Ahí, en ese solitario y frío lugar, su vida terminaría.
¡Bang!
Un único y certero disparo resonó en el ambiente, encontrando lugar en el centro de la frente del prisionero. Aún se podían observar aquellos ojos abiertos de par en par impresos en terror y con lágrimas aún frescas marcando sus hundidas mejillas.
Ante aquella vista el rubio tiró el arma con violencia y se miró las manos cubiertas por la sangre salpicada. Sangre ajena. Sangre impura.
Todo se basaba en órdenes, y él había sido entrenado para obedecer. Para defender a sus superiores, aun cuando su accionar no se encontrara dentro de sus convicciones. Debía hacerlo. Debía demostrar que era un auténtico y legítimo aria.
Una, y otra, y otra, y otra vez intentó limpiarse las manos en su uniforme, pero era inútil. Parecía que éstas se habían teñido hasta las capas más profundas de su piel. Casi en un descuido miró a su alrededor. Estaba lleno de cadáveres, producto de sus propios compañeros de combate.
¿Por qué tenía que pasar por todo esto?
Sin embargo una figura resaltó a lo alto de un helicóptero que se asomaba en la distancia, descubriéndose por el ruido de sus hélices y distrayéndolo de sus propias cavilaciones. La sombra se aclaró, descubriéndose sus facciones duras y un distintivo bigote oscuro en su rostro. La mirada brillaba en un placer demoníaco ante el espectáculo que yacía a sus pies.
El rubio alemán que aún permanecía entre los cadáveres hizo el saludo formal hacia su führer, resignado. Era su jefe, su capitán, y después de todo los estaba salvando del hambre, la miseria y la deshonra ante el mundo.
La sangre germana estaba despertando, aún a costa de su voluntad.
Bueno como expliqué arriba entiendo que sea un tema difícil, pero confío que mis lectores son lo suficientemente maduros como para separar mi historia de la historia mundial.
La situación de Alemania viviendo los inicios del nazismo se me ocurrió en una situación un tanto bizarra, pero me gustó el efecto final.
Espero sus comentarios y opiniones, que siempre me hacen muy feliz.
¡Nos vemos pronto!
