Algunos de los personajes de esta colonia no me pertenecen, pertenecen a la ama y señora del universo Twilight, Stephenie Meyer.
Esta historia tiene alto contenido sexual, palabras obscenas y violencia, si tu mente está no admite estos temas te recomiendo que huyas lejos de aquí.
Hola.
Aquí estoy con una nueva historia, una historia que nació de la admiración que siento por la apicultura.
Este es mi autoregalo de cumpleaños.
Feliz cumpleaños a mí.
Beta: Kelly Escobar (FFAD)
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Ahora sí… Lean.
La Abeja Reina
Prólogo
Toda acción, toda novedad, todo descubrimiento se desarrolla gracias a que algo lo desencadena, lo libera, lo produce… lo hace posible.
Un reino, puede iniciar tras una salida victoriosa de una guerra.
El amor, por un susurro, una caricia o una simple mirada.
Una vida por la unión de dos seres que al parecer se aman.
Y una venganza, por una acción que despierta odio y rencor.
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Los Angeles, 1989
Charlie Swan caminaba de un lado a otro en la sala de espera del hospital, su hija Margaret lo miraba sonriente, le hacía gracia ver al amo y señor de la familia Swan de ese modo, desesperado y muy preocupado.
—Tranquilo, papi. Todo va a salir bien —intentó tranquilizarle Margaret, quien solo tenía 12 años.
—Maggie, tu madre está en ese quirófano, siendo sometida a una cesárea de emergencia, porque la vida de tu hermana y la de ella están en riesgo —inquirió Charlie, pasándose la mano por el rostro.
—Pero todo estará bien, papi. Mamá es fuerte y mi hermanita mucho más, seguramente ella es una Swan en todo el sentido de la palabra, será una reina —dijo de manera vehemente Margaret.
—No digas eso, Maggie —le regañó Charlie—. Recuerda que la reina de la familia Swan eres tú, es tu derecho por ser mi hija mayor, mi primera hija —argumentó Charlie.
—Pero yo no quiero serlo papá, yo no quiero ser la reina, que lo sea Isabella —refunfuño Margaret, cruzándose de brazos y mirando de manera retadora a su padre.
—Ya hemos hablado de esto antes, tu hermana si acaso logra nacer. —La sola idea de que esa posibilidad se hiciera real produjo en Charlie un estremecimiento.
Margaret achicó sus ojos y le propinó una patada a su padre en la espinilla.
—No vuelvas a decir algo así, Bella va a nacer bien, perfecta y fuerte, y ella será la reina, yo no quiero, papá.
Justo cuando Charlie pensaba contestar al comentario de su hija el médico salió del quirófano, luciendo cansado y se acercó a Charlie.
—Señor Swan, le tenemos noticias —anunció el médico.
—Pues eso es obvio, ¿no? De no ser así, ¿qué carajos hace aquí si le pago para que trabaje? —le increpó Charlie en su tono autoritario, como se mostraba de la verja de su mansión hacia fuera, puesto que con su familia el hombre era completamente diferente.
—Lo siento, Señor —se disculpó el médico—. La intervención ha sido un éxito, su esposa ya no corre peligro, en este momento la deben estar trasladando a una habitación y su hija ha nacido en perfectas condiciones, está sana, la pequeña ha sido muy fuerte —comentó.
— ¡Ohh! ¡Quiero ver a mi hija! —exclamó Charlie; mitad orgulloso, mitad enfadado.
—En seguida envío a una enferma para que lo guie hasta las cunas. Señor Swan, felicitaciones —dijo el médico, tendiéndole la mano. Charlie miró la mano extendida del pobre médico y arqueó una ceja.
—Muévase y envié a la puta enfermera ¡Ya! —le gritó Charlie al médico.
El pobre hombre asustado asintió y dejó la sala de espera corriendo.
— ¡Ogro! —Le llamó burlonamente Margaret—. Casi te comes al médico, papá.
—Todos son unos inútiles —gruñó Charlie a modo de defensa.
— ¡Sí, claro, papá! Yo no seré la reina y no pienso cambiar de opinión. —Margaret se plantó desafiante frente a su padre.
— ¡Ah, no! Solo la primera hija, la mayor puede ser la reina —argumentó Charlie.
—O tu única hija, papá. —Sonrió Margaret triunfal.
— ¿Qué estás insinuando, Maggie? —cuestionó Charlie totalmente asustado.
—Que tu hija mayor va a morir, papá —advirtió fríamente Margaret.
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Tres años después…
La familia Swan en pleno miraba descender el frío ataúd hasta el fondo de la fosa, las lágrimas surcaban el rostro de Renée, mientras Charlie tratando de consolarla, la acercaba con uno de sus brazos, pues con el otro cargaba a la pequeña Isabella qué tenía sus brazos envueltos en el cuello de este.
—Mi Margaret, mi Maggie —sollozó Renée.
— ¿Papi, Maguetet donde ta? —preguntó Isabella de manera inocente a su padre.
Charlie mira hacia arriba y un avión surca el cielo.
—En el cielo, Isabella, tu hermana está en el cielo —respondió serio.
— ¿Toy solita? —La voz de Isabella se oyó triste.
—No, cariño, Margaret cuidará de ti —aseveró Charlie.
—Pero Maguetet es reina —dijo la pequeña frunciendo el ceño.
—No, Isabella. Ahora… de ahora en adelante tú serás la reina —expresó Charlie a su pequeña, dándole un beso en el tope de su cabeza—. Tú eres la única reina, Isabella Swan.
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¿Y bien? Fusílenme ahora… no, mentiras. Díganme su opinión, soy toda ojos, quiero saber qué piensan y si desean matarme por favor lean primero el primer cap que ya he publicado y que espera por ustedes.
Nos vemos allá.
Besos.
La Runner.
