«Mierda Parker aquí no, aquí no» gruñó mentalmente sintiendo como sus nervios se volvían trizas al ver la pequeña luz verde titilar en la pantalla negra de su celular.

Alzó la mirada y recorrió rápidamente los rostros de sus compañeros, tan concentrados en los acuerdos y las negociaciones, ninguno le prestaba real atención y (Dios gracias) Steve había dirigido su azulada mirada a Fury, que intentaba explicarle porque los condenados acuerdos esa vez eran mejores.

Volvió la vista a su celular y se obligó a ser hombre, él había iniciado ese juego, ahora debía asumir las consecuencias.

Se reclinó sobre el asiento y con fingida indiferencia abrió el mensaje de Peter. Cuando la caliente imagen de una mano cerrada sobre una brillante y muy deliciosa polla llena de semén apareció de lleno, no pudo si no atragantarse y empezar a toser con tan poca discreción que todas las miradas se volvieron a él.

Las palabras: «Quisiera que está fuera su mano, señor Stark» seguían aguijoneado su mente cuando la gran mano de Steve empezó a darle fuertes palmadas en la espalda.

Dos hora antes.

— ¿Cómo nos encontraron? No lo entiendo. Se suponía que en Wakanda íbamos a estar protegidos

Giró levemente la cabeza y miró T'Challa alzando una ceja.

— Steve, cuando quieres, pasas de ser Capitán América a Capitán Obvio. Sabíamos que era cosa de tiempo antes de que fueras a buscar los resabios de H.Y.D.R.A. Así que a partir de ahí, fue muy fácil. Sólo tuvimos que encontrarlos primero y agitarlos fuertemente para que tú pudieras verlos. —le explicó con una sonrisa divertida— No culpes a T'Chlla, él no tuvo nada que ver. Simplemente hicimos lo que suponíamos que ibas a hacer y así dimos con ustedes. Si quieres martirizar a alguien, deberías ser tú. Después de todo, el pequeño glotón que siguió el camino de dulces fuiste tú, no ellos. —murmuro divertido viendo cómo su rostro se contrae molesto— En todo caso, fueron idiotas por seguirte. Pero por suerte para ti no trajiste a todo el elenco de Lost junto, de otro modo serían muchos más los enojados contigo.

—De otro modo nunca nos hubieran atrapado. —espetó Clint molesto. Le lanzó una mirada divertida y negó con la cabeza.

—En el momento en que dejaron Wakanda, en ese momento, perdieron. Nunca pudimos acceder, ustedes podían salir pero nosotros jamás hubiéramos podido entrar. Nadie es invencible Barton. Te atrapamos dos veces, deberías cerrar la boca.

—Creo que en su momento deje lo suficientemente claro que no pensaba firmar estos acuerdos. —dijo Steve cortando la discusión— No creo en lo que ellos representan, yo soy libre de hacer lo que...

—Corta el rollo Rogers. Sé perfectamente lo que quisiste dejar en claro la última vez —masculló furioso, recordando lo que tuvo que pasar hacía dos años cuando Steve y todo el resto del equipo se fue— En serio lo sé. No necesito que me lo recuerdes, estuve ahí. Ahora si pudieras callarte y escuchar lo que tenemos para decirte, verías que estos nuevos acuerdos distan mucho de lo que eran.

—Mira, sé que estás…

—Rogers, cómo se te ocurra decir molesto, yo mismo le suelto la correa a Fury para que te…

Antes de que pudiera insultarlo, tuvo que agachar la mirada cuando el irritante sonido que salía de su celular cortó sus palabras.

«El increíble Hombre Araña lo llama, señor Stark»

«Lo increíble es que tengas la capacidad de interrumpirme sin estar presente Parker», pensó incrédulo.

Escuchó la risa de Rhody a su costado y le lanzó una mirada lacerante. Los murmullos levemente empezaron a llegar a sus oídos y el volumen del celular seguía y seguía subiendo humillandolo.

— Te dije que no deberías dejarlo jugar con tu celular. —se río Rhody.

«Condenado mocoso» gruñó internamente. Él no lo dejaba jugar con su celular. Parker siempre se lo robaba cuando estaba en el taller y con el paso de los meses dejó de intentar retarlo.

Luego de decidir mudarse a la sede con ellos, Peter andaba inquieto por todos lados y era más fácil dejarlo hacer que reprenderlo. En especial cuando sabía que le dolía dejar a su tía, pero se negaba a exponerla a algún peligro ahora que una sola persona (presa, pero eso no obraba diferencia en Peter por más que él le explicó que el día que ese bastardo pisara la calle él lo iba a aniquilar con sus propias manos por intentar robarle y sin que Peter lo sepa, por intentar matarlo) conociera su identidad.

— Yo no lo dejo jugar con mi celular —masculló enderezandose para sujetar el teléfono con furia.

La estúpida cara de Peter apareció en su pantalla y por mucho que una mueca divertida quiso tirar de sus labios al ver su bobalicona sonrisa (la única parte visible de su cara bajo la máscara alzada) las miradas sobradoras que le estaban lanzando sus amigos y sus ex compañeros podían con él.

Colgó sin molestarse en responder y tomó asiento nuevamente ofuscado. El celular comenzó a sonar nuevamente y esa vez lo apago sin poder creerlo.

— ¿Seguimos señores? —dijo el director de S.H.I.E.L.D. con una advertencia velada en su voz. Asintió lanzándole una mirada desdeñosa a Rhody que seguía riéndose de él y espero pacientemente.

Pasó de la mirada de Steve y pasó de los ojos de Natasha. Barton y T'Challa ni se molestaron en mirarlo en lo que Visión a su lado apretó los labios conteniendo una risa y Happy a su espalda dejó de reírse cuando la voz de Peter empezó a salir de su celular.

Giró sin poder creerlo y su recientemente estrenado jefe de seguridad personal (demasiado personal para su gusto. Visto que no se le despegaba jurando que lo que pasó en la vieja base H.Y.D.R.A. no volvería a ocurrir jamás) se encogió de hombros mirando el celular.

—Dame eso —gruñó arrebatándole el aparato.

— ¿Stark, qué es lo que pasa? —le preguntó el presidente de la ONU mirándolo preocupado.

—Una maldita araña que no deja de molestar —masculló antes de salir de la sala fingiendo que los ojos de Steve no le quemaban la espalda.

Cerró con fuerza la puerta y atendió el celular de malos modos.

— ¿Se puede saber quién te dio derecho a cambiar mi tono de llamada? —gruñó exasperado.

—Vamos señor Stark, sólo es mi tono —le respondió el muy canalla con un suspiro cansado.

—Parker, no me provoques, en este momento estoy en una reunión muy impor…

— ¡¿Qué?! Oh vamos, usted me dijo que iba a poder ir —gimoteo Peter al otro lado de la línea.

—Parker —gimió en advertencia, cansado con sus berrinches.

Giró sobre su espalda y vio como los ojos de Steve lo seguían cual halcón a su presa. No, definitivamente él no tenía tiempo para aquello.

— Mira, deja de llorar. Te dije que ibas a poder venir si los capturaba yo.

—Los dos sabíamos que eso era trampa —se quejó ofendido Peter y, desviando la mirada de Steve, una sonrisa se posó en su boca— Usted nunca quiso ir a buscarlos.

—Deja de hacer pucheros Parker —lo reprendió aún imaginando la cara de indignación que debía traer— Te dije que estabas muy chico para venir.

—Hace dos años ayude a su captura y no fui muy chico. —le espetó sorprendiendolo ligeramente.

—Y yo te aclare que ninguno de ellos intentó frenarte de verdad. Aparté ¿Qué quieres hacer aquí? Esto es aburrido a morir.

—Yo quería estar ahí. Me lo gane. Trabajé muy duro, ayude en su captura y ubicación —se volvió a quejar, pero en aquella oportunidad no le causó gracia el tono de voz bañado de tristeza con el que le habló.

Soltando un suspiro se rascó el cuello sin saber muy bien qué hacer. No podía retarlo, pero tampoco podía subirlo a un auto y hacer que lo trajeran a la sede.

Peter era una distracción. Sus continuas bromas, su incesante parloteo y su habilidad innata para atraer sobre sí mismo su atención, lo volvían un complemento explosivo para cualquiera que intentara que él lo escuchara y esa reunión requería de toda su astucia. Ninguno de sus ex compañeros darían el brazo a torcer y todos sabían que si Steve caía, el resto lo acompañarían.

Después de dos años eso ya no le importaba, él tenía su equipo. Uno que lo ayudaba y en quienes confiaba tan ciegamente que aveces se asustaba. Steve no parecía creer lo mismo, pero cuando te alias a personas como Natasha, aprendías rápidamente a andarte con cuidado. En especial si llegó a tu bando traicionando al enemigo, una rápida forma de entender a quienes les confías tu vida y a quienes no.

Él se metería al mismo centro de la tierra por su equipo, y era por eso que más atento tenía que estar. Peter no lo sabía, pero la gente de S.H.I.E.L.D. estaba dispuesta a empezar a mandarlo en misiones al extranjero, y eso era algo que no estaba dispuesto a aceptar. Peter no había nacido para eso y él iba a hacer todo lo que estuviera a su alcance para mantenerlo así. Así fuera estar sentado en la misma habitación que Steve, por mucho que eso le doliera en su orgullo.

—Mira Peter…

—No se preocupe —lo cortó abruptamente— Suerte, espero que esta vez firmen.

Bajó el celular cuando la llamada murió y se abstuvo de romperlo contra el piso. Se arrancó los anteojos y se masajeó el puente de la nariz molesto y culposo. Joder con el mocoso, así no había humano que pudiera.

¿Quién había sido el hijo de puta capaz de engendrar un crío con la capacidad de pasar por la alegría y la esperanza a la desolación y la tristeza?

A diario bailaba con sus emociones, buscando la mejor forma de ignorarlas todas y ahí venía Parker, una bomba radioactiva de emociones, y se le parqueaba al lado para que él lo desactive.

—Tony, ¿todo bien?

Apretó los dientes cuando la voz de Steve le llegó por la espalda. Hablando de bombas emocionales... extrañaba su reactor, podría achacarle a él aquel disparatado y jodido conjunto de cosas que se apretaron en su pecho.

Era verdad lo que le dijo a Peter, él no los había ido a capturar, pero Rogers a su espalda sabía que fue él el que comandó la misión, nadie más que él los conocía lo suficiente para atraparlos.

—Perfectamente, problemas... —se mordió la lengua antes de decir «sin importancia» sintiendo un regusto amargo de sólo pensar en Peter en esos términos— Controlados. Volvamos. —dijo mientras se encaminó a la sala.

—Tony yo... —clavó los ojos donde la fuerte mano de Steve le sujetaba el brazo y deslizó lentamente la mirada hasta clavarla en esos glaciares azules que en su momento supieron destrozarle el amor propio.

—Tú... no me tocas —dijo lentamente sacudiéndose su mano— Ahora, ¿qué puedo hacer por usted Capitán? El gobierno de los Estados Unidos y la Organización de las Naciones Unidas estamos encantados de poder complacerlo.

Steve le rodó los ojos y una cosquilla irritada lo obligó a apretar la mandíbula.

— ¿Vas a seguir por mucho tiempo con esta inmadura posición?

—En verdad creo que ellos esperan eso —respondió confidencialmente.

—Nunca hiciste lo que se esperaba de ti. —espetó haciéndolo sonar como un reproche no una virtud.

— ¿Cómo firmar la primera vez? ¿Cómo ser el responsable de los dos? ¿Cómo no haberme cargado yo solito a los Vengadores? —preguntó mirando con una mueca divertida la cara de Steve que se iba agriando a cada palabra— Tiene razón Capitán, de un tiempo a esta parte me volví impredecible. Si alguien me viera rápidamente, diría que hasta madure.

Dio un paso en dirección a la puerta y la mano de Steve volvió a cerrarse sobre su brazo frenándolo.

— Siento mucho cómo... cómo terminó todo entre nosotros Tony. —masculló sinceramente arrepentido.

Clavó su vista en la puerta que intentó cruzar y se mordió el interior de la mejilla. Podría estar horas peleando por eso, discutiendo, imponiendo su verdad y aún así nada iba a cambiar que A: Steve se fue y él tuvo que aprender a sobrevivir con su abandono y su posterior traición. y B: El hijo de puta seguía creyendo en lo que hizo. Se sentía culpable por «tener que hacerlo», seguía sin ver que habían habido muchas opciones, y todas viables sin mentirle.

—Ya lo olvide. Ahora, vayamos que nos esperan para jugar.

—No digas mentiras Tony. Se que la embarre pero…

—No Rogers —se giró rápidamente y lo miró con todo el desprecio que pudo acumular— Tu la jodiste, no la embarraste. Vete a descongelar a tu súper paleta. Yo tengo asuntos que atender.

—Tony, no salgo con…

—Que pena por ti. —lo cortó sin inmutarse y sin creerlo.

Si su maldito Bucky no fuera una maldita estructura de hielo en esos momentos don Lo siento la embarre, seguiría sin prestarle atención

— Si me disculpas, en verdad tengo mejores cosas que hacer como para escucharte decir idioteces. —le dirigió una mirada a la puerta y lanzó otra mueca aburrida— Bien, no mejores, pero tengo otros idiotas que escuchar decir idioteces.

*

Después de una tortuosa hora, en la que nada había avanzado más que el simple hecho de que ya Barton había dejado de meterse con él para empezar a insultar a Fury, su aburrimiento había alcanzado su cenit.

Rhody empezó a pelear con Steve, Visión intentaba hacer que Barton entendiera que era lo que había pasado, el presidente de la ONU intentaba llevar paz, Fury se había hartado y empezó a reprocharles a los renegados como su egoísmo y falta de compañerismo se cargaron su más brillante idea, el jefe de S.H.I.E.L.D. intentaban imponer su voluntad al hacerlos callar a todos y T' Challa había empezado a discutir con Happy sobre si él tenía o no que estar allí.

Claro que nadie logró el éxito. No se escuchaban y por consiguiente el volumen de sus gritos aumentaba cada instante más y más de nivel.

Dejó vagar su mirada por el techo replanteándose como había sido tan idiota para caer en aquella trampa. Quizás cuando le ofrecieron capturarlos su rencorosa vena ni lo dudo, pero sabía que el mal nacido de Fury conocía su talón de Aquiles, y en ese momento (aburrido a más no poder), reconocía perfectamente que le había manipulado el ego y el orgullo para que lograra en un mes lo que las dos organizaciones juntas no lograron en dos años: tener a los cabecillas de los renegados sentados enfrente con mejores acuerdos listos para firmar.

Hastiada, su mente empezó a divagar en todo lo que podría estar haciendo, y como siempre, en contra de la más absoluta sensatez, su mente encontró el camino natural hacia Parker. ¿Con quien discutiría si estuviera en aquel berenjenal? Seguramente se posicionaría al lado de Rhody y lucharía contra el que su mejor amigo eligiera.

Después del primer año, en el que él se encargó de relamerse las heridas y sacar la cabeza del pozo depresivo y humillante en el que la metió, acercó a Peter a su vida. Peter necesitaba un mentor, uno que hiciera un mejor trabajo que dejándolo saltar por todo Queens con un traje que era mucho más de lo que podía manejar y —después de muchas dudas— se ajustó el cinturón y se tomó en serio su trabajo. Por aquellos días Rhody hacía el trabajo que Pepper había dejado como su segundo al mando.

Luego de que Steve se fuera Pepper volvió, volvió con la clara idea de que él había reformado su vida y sus estatutos. Al poco tiempo los dos descubrieron que las terceras oportunidades nunca eran buenas y ella terminó de cerrar la puerta a lo que alguna vez tuvieron.

Era IronMan no por sus trajes, lo era desde lo más profundo de su ser y eso era más de lo que ella podía manejar. El peligro estaba esperando por él en cada esquina y las misiones siempre podían salirse de control; Así mismo él no podía vivir —no más— una vida que le era ajena. No quería ir por ahí fingiendo que las normas de la sociedad estaban hechas a su medida, no... él era por lejos mucho más que un simple transeúnte y por eso dichas reglas no aplican para él.

Por eso Peter lograba atraer su atención con la fuerza de los polos opuestos, era todo lo que él deseaba mantener alejado de su vida y como bien dice la ciencia, todo lo que necesitaba. No eran muy diferentes, no en realidad, había días en los que veía tanto de él en Peter, que resultaba escalofriante; pero era todo lo que siempre supo no quería cerca. Dolores de cabeza, migrañas, disgustos y problemas. Oh tantos problemas.

Podría bien cambiarse el nombre a Problema Parker y nadie notaría la diferencia. Peter no necesita buscarlos, los problemas le orbitan desesperados por absorber su energía vital. Si una situación 'X' le rozaba, Peter lograba volver el inmenso tablero en su favor, y en su contra personal claro, ya que era su maldita responsabilidad, y volvía la situación un problema digno de admirar y temer. Metía la cabeza en él de lleno y la mierda la debían a ir a juntar en patota y Rhody lo amaba por eso.

Los acuerdos amargaron la vida de su amigo, el año que le tomó crear la perfecta prótesis tampoco ayudó y cuando, Don Agarró un problema y lo elevó a la categoría de catástrofe grado F6, llegó a sus vidas volviéndolas un caos, Rhody agradeció la actividad. Como buen Marín que era, Peter le representaba lo que amaba: problemas que solucionar, alguien a quien rescatar. Aveces se metía con él diciéndole que tenía su propia y personal mini bomba de hiroshima y que le encanta activarla y desactivarla a placer.

Lo incentivaba a que se metiera en tantos problemas como pudiera, y a lo largo de ese año, Peter logró con éxito necesitar ser rescatado la tormentosa cantidad de cuatro veces.

A pesar de que estaba seguro de que su corazón no iba a aguantar un disgusto más, Rhody seguía manipulando a Peter para que cometiera tantas imprudencias como pudiera a lo largo del día, con gran éxito a decir verdad. Así que no dudó que Peter se aliaría con su compañero de travesuras favorito.

Mientras el caos parecía sólo empeorar, metió la mano dentro del saco y acarició el celular, ¿Qué estaría haciendo Peter? Sin dudas con el mocoso allí la cosa hubiera estado mucho más divertida, su equipo se potenciaba cuando la rápida boca de Peter estaba al mando y los chistes irónicos e irreverentes llegaban a salir del propio Visión, que se justificaba jurando que sólo marcaba lo evidente. Las pocas veces que pelearon juntos, Peter lograba llevar ligereza en los peores escenarios.

Después de estar observándolo por años sabía una cosa a ciencia cierta, Peter era —por lejos— la mejor de sus apuestas. Se estaba convirtiendo en la mejor versión del hombre que podía ser. No se daba nada de crédito, en lo absoluto.

Peter tenía las mejores bases, la mejor motivación y una integridad que pocas personas podían presumir. Él mismo no podía, el remedo de Capitán que tenía sentado a su costado izquierdo salía altamente perjudicado en la comparación y la seguidilla de idiotas que lo rodeaban otro tanto. Quizás Visión le compitiera, pero basados en sus orígenes, tampoco podía entrar en la comparación. Peter había probado lo peor que la humanidad podía dar y había sabido salir de aquello. Que lo aprendiera solo y a la corta edad de quince años sólo le daba más a su favor.

Con diecisiete años le podía dar cátedra a todos ellos, que juntos le quintuplicaban la edad (sacando a Steve que volvía nada el cálculo, ya que podía ser su bisabuelo).

Con la culpa llenando su torrente sanguíneo, sacó el celular y lo prendió discretamente. Arrugó el gesto cuando fue evidente (después de una rigurosa búsqueda) que Peter no lo había vuelto a molestar.

Puso el celular en silencio, ya que la posibilidad de que su timbre personalizado alcanzará los mensajes, y buscó su contacto.

Tony: ¿Ya destruirse la sede?

Sonrió maliciosamente y espero impaciente que el mocoso lo leyera.

Cuando bajo el nombre del mocoso, que volvía a ser Increíble Hombre Araña, pese a que había cambiado mil veces el nombre a Mocoso, apareció en línea sonrió.

Se sintió estúpido cuando tuvo que obligarse a no sonreír cuando leyó «escribiendo» y su impaciencia fue recompensada cuando leyó su ofendida respuesta.

El Increíble Hombre Araña: Aún no.

Tony

: No te pases de listo Parker.

Mocoso: Creía que era "extremadamente" importante lo que estaba haciendo, como para no llevarme.

Tony: Deja de llorar. Te dije que esto era aburrido.

Mocoso: No me lo creo. ¿Rhody con quien está peleando?

Sonrió levemente, Peter los conocía, de eso no quedaban dudas.

Tony: Con Rogers.

Mocoso: Y yo me lo estoy perdiendo.

Tony: Eres un crío.

Mocoso: ¿Ya cambió el nombre de mi contacto? Sé que si.

— ¿Tony estás ocupado? —masculló Steve obligándolo a alzar la vista.

—Muy —dijo sobradoramente tapando su celular con la mano.

— ¿Te importa? Estamos en una reunión. —le espetó Barton.

— ¿Si? Y yo que pensé que estaba viendo una competencia de lucha libre... —soltó un suspiro triste antes de volver la vista a Fury— Por qué no les explicas otra vez los nuevos puntos del acuerdo. Creo que no los pillan aun, Clint tiene más que sólo vista de una pájaro, no puede con tanta información junta y al resto, la selva les atrofió la cabeza.

Los gritos se alzaron otra vez cuando Barton lo insultó y volvió a concentrarse en su celular olvidando a todos allí, incluso los penetrantes ojos azules que parecían muy poco interesados en seguirle la pela a Rhody.

Tony: Deja de jugar con mi celular Parker. Un día encontrarás más de lo que necesitas saber.

Mocoso: No lo creo, yo también tengo porno en el mio.

Dio un respingo violento y se sacudió esa idea. Él no debía ni permitirle a su mente pensar en eso.

Tony: ¡No hablaba de eso Parker!

Mocoso: Tiene porno señor Stark, no lo negó.

Tony: Sigue buscandome y verás como tus permisos se van por el desagüe.

Mocoso: Un hombre cruel que no puede con un pequeño chiste.

Una risa escapó de su control y mágicamente el silencio reinó a su alrededor.

— ¿Tony? —pregunto fríamente Fury.

—Oh, perdón —se disculpó alzando una mano— Sólo estaba buscando actualizar mi catálogo de chistes sobre la selva, los que tengo son tan viejos que hasta Steve los pillaría.

Rhody soltó una leve risa y Happy tosió fuertemente a su espalda escondiendo la suya.

—De nuevo ¿porqué está aquí? —preguntó T'Challa seriamente al presidente de la ONU.

—Oh mmm... ¿Porque yo soy lo único que se interpone entre un nuevo piso en el mejor penthouse acuático del país y ustedes? —preguntó mirando a Rhody para confirmar sus dudas.

—Si, por eso mismo —respondió serio su amigo.

—Y usted volvió a escribir los acuerdos. —le recordó Visión.

—Correcto, eso era... siempre lo olvido... —se lamento sonriéndole al nuevo Rey de Wakanda.

—No parece que te importe lo que estamos haciendo. —espetó Steve y cuando estaba por responder su celular volvió a vibrar entre sus manos atrayendo su atención.

—Tranquilo, cuando dejen el concurso de meadas me toca a mí —murmuró y abrió el mensaje con impunidad mientras se volvía a recostar en su asiento— Señor, porque no les ilustra lo que va a pasar sí está vez no toman en cuenta la idea de firmar. —murmuró apretando los labios divertido al mensaje que leía— Creo que a la Traidora, digo Agente, Romanoff le va a interesar saber que su contabilidad volvió a foja cero... los libros manchados de sangre o la analogía que más le complazca.

Se volvió a desentender de sus parloteos cuando la fría mirada de Natasha se posó sobre él.

Le traían sin cuidado, lo que pasará en esa reunión ya le traía sin cuidado. Sólo había una forma de que no terminaran en la cárcel y era firmando los puñeteros acuerdos. Podían darse por agradecidos, él había sido más que generoso con todos.

Mocoso: ¿Mis permisos siguen ahí?

Tony: ¿Qué quieres?

Mocoso: Iba a invitar a Harry.

Tony: ¿Osborn?

Mocoso: No, Potter señor Stark.

Reprimió él bufido que pujaba por salir de boca. Osborn. Había muy pocas cosas que odiaba y Osborn había logrado encabezar la lista en los pocos encuentros que tuvieron.

Era un idiota; Engreído, pedante, con un sentido del humor limitado y banal. Un crío rico que tenía más arrogancia que inteligencia. No terminaba de entender qué era lo que Parker veía en él.

Tampoco es que Peter socializara con muchos chicos, pero Osborn era por lejos la peor de las opciones y él, él que siempre lograba convencer de lo que quisiera a Peter, no lograba que lo entendiera. Sabía que ese era precisamente el motivo por el cual el mocoso iba a llevarlo a la Cede, para castigarlo por no haberlo llevado con él, por haberlo excluido.

Después de su último encuentro en el que ese listillo intento decir que su padre era mejor que él (algo completamente falaz que tuvo que corregir inmediatamente) Peter no se volvió a arriesgar y Harry Osborn desapareció de su vista.

Ahora, muy oportunamente, Peter lo quería llevar a su casa. Parker vivía con ellos y tenía derecho a llevar al que fuera a la casa, pero sabía que intentaba tocarle las pelotas y punto para él, su humor se había agriado.

Tony: No.

Mocoso: Eso no es muy justo visto que usted no está aquí y yo me estoy aburriendo.

Tony: Busca algo para hacer. Te sobra imaginación.

Mocoso: En este momento me sobra energía...

«¡Joder!» pensó intentando sepultar lo que su incorregible mente intentaba imaginar. Él no tenía nada que hacer pensando en las cantidades de energía que el mocoso tenía encina y que quería hacer para desahogarse. No era de su maldito interés pero Peter, como siempre, no se cortaba o se andaba con vueltas.

El problema no era ese y lo sabía. Lo sabía de sobra. Peter con diecisiete años y las hormonas en estado activo desde el año pasado vivía su maldita sexualidad sin fijarse en nada, pero él sí se fijaba. Y vaya si lo hacía.

Desde su memorable charla en la que un muy pragmático Peter le preguntó: «Puedo traer... visitas» y él con una sonrisa que intentó con fuerza fuera divertida le dijo que podría traer a las chicas que quiera siempre que compartiera y el muy cretino sonrió más profundamente soltándole un «Gracias, pero son hombres, señor Stark.». Él no había podido alejar sus ojos y peor aún, su mente, de ese hecho.

Después de que técnicamente se tragó su lengua ante esa respuesta, Peter disfrutaba metiéndose con él. Palabras como «retrogrado» «antiguo» «ingenuo» salían disparadas de la rosada boca a su persona. Si algún chico, uno de los pocos que al fin de cuentas desfiló por su cocina una mañana aparecia, Peter se le acercaba y le soltaba un jodido «Si no es mucho para usted, iba a pedirle a —la mierdecilla del caso— que se quede un rato más» en líneas generales desaparecía de su vista obligándose a no darle una lección.

No era un retrógrada, menos antiguo y lo de ingenuo ni lo iba a discutir, es que no le cuadraba en que momento su mocoso que tartamudeaba había dado paso a ese joven mucho más descarado.

Seguía todo igual, pero le irritaba la diferencia porque la encontraba atractiva y él se esforzaba mucho por no verla, pero días como ese, le explotaba en la cara. Momentos como ese, en los que Peter bromeaba con camadería al respecto, le hacían sentir ligeramente sucio ya que la broma implícita que se esperaba de él no salía natural, tenía que forzarla y esconder el leve arranque de celos que le llegaba.

Tony: Deja de soñar Parker. Podrías hacerlo mejor.

Mocoso: No hay mucho para elegir.

Tony: Busca más Parker. Osborn es un idiota.

Mocoso: Pero es caliente y me vale.

Tony: Calientes sobran.

Mocoso: ¿Tiene el número de alguno?

Tony: Estoy ocupado ahora mismo.

Guardó el celular más ofuscado aún. Joder, cada día perdía más y más la paciencia con ese tema. Estaba empezando a tocar el pasto y no podía permitirse aquello. No debía. No era esa su misión en la vida de Peter, tenía que dejarse de idioteces y no meter más su nariz allí.

Sintió como volvía a vibrar y por mucho que se dijo que tenía que dejar de contestarle y empezar a prestar atención a su reunión, la curiosidad tiraba de él.

Mocoso: No se ponga así señor Stark, usted sabe que es mi favorito.

Bufó por lo bajo y por más que de perfil veía la cara de Steve salir disparada en su dirección no podía quitar sus ojos del condenado celular.

Tony: Ahora si estás soñando Parker.

Mocoso: Eso es gratis, asique puedo permitirmelo.

Tony: Deja de decir estupideces.

Mocoso: No hay nada que lo complazca.

Negó con la cabeza y guardó el celular. El terreno pantanoso en aquella discusión podía verse y lo mejor era alejarse. De un tiempo a esa parte así iba, bailando a aquel extraño ritmo entre las bromas y las propuestas. Sabía que Peter tonteaba por naturaleza, incluso había escuchado como le hacía propuestas explícitas a Rhody, que se ponía violeta, pero a él no le apetecía. A su entender las cosas claras ahorraban problemas y su vida era complicada per se sin agregarle una bizarra relación difícil de explicar con un mocoso menor de edad.

—Esto no dice nada sobre Bucky. —dijo Steve arrancándolo de sus pensamientos con crueldad. Sintió los vellos de su cuello erizarse cuando el silencio se alzó cubriéndolo.

¿Él pedía realidad? Ahí la tenía.

Lentamente alzó la cabeza y se obligó a mantener su cara inmutable. Steve, que no había parado de acosarlo con su estúpida mirada, lo ignoraba tan olímpicamente que incluso podía ser gracioso.

¿Suponía que si no lo miraba a la cara él no lo escucharía? Un misterio más de la humanidad. Dejó su vista vagar a lo largo de las caras que lo rodeaba y todos al parecer habían decidido que mirarlo era peligroso, ya que nadie le prestaba atención.

Rhody echaba chispas por los ojos, mirando a Steve, mientras que Visión se contemplaba las manos con pesar. No necesitó mirar a su espalda para saber qué actitud tendría Happy, sentía su furia golpearlo. Lo peor, aquello que sin dudas fue mucho para él, fueron las expresiones de sus ex compañeros.

Natasha miraba a Steve reprobatoriamente, «Este no era el momento» decían sus ojos y él sabía que no era porque temiera que sus planes se fueran al carajo, no, era él. T'Challa miró al techo apretando los labios incómodo, en lo que Fury le dirigía miradas de soslayo esperando que él atacara a Steve. Sin dudas, fue Barton, el puñetero Clint, fue el que saturó su paciencia. Clint «Stark eres un capullo y no me voy a cortar a la hora de decírtelo» corrió su mirada cuando él la buscó y asqueado vio el relámpago de pena y culpa que bañó sus ojos por unos instantes.

Ahí se dio cuenta, ahí lo supo. Steve nunca iba a cambiar. Desde que se vieron las caras la expresión que traía el Capitán era claramente insinuante. Pudiendo elegir donde apoyar su descongelado trasero, había decidido hacerlo a su costado y lo había perseguido con la mirada desde el momento cero. Él no era idiota y por más que gustará hacer de cuenta que no se enteraba de ese tipo de detalles, no se le escapaba ninguno. En el mismo momento en que la charla sobre los acuerdos se tornó mínimamente sería, sacó a relucir su única real preocupación.

—Podemos dejar eso para más tarde Capitán. —dijo el presidente de la ONU lanzándole una mirada de disculpa.

Tan sorprendido como furioso, taladro con la mirada a Fury hasta que el muy cabrón tuvo lo que hacía falta para mirarlo con una sospecha de disculpa en el rostro.

Apretó los dientes tan indignado que no estaba seguro de poder hablar. Sentía todos los músculos de su cuerpo agarrotados y la creciente necesidad de lastimar a Steve se iba abriendo paso en su cabeza.

Antes de que nada agradable saliera de su boca, su celular volvió a sonar. Agradecido al universo por algo en lo que ocupar sus manos (algo que no fuera el cuello de Steve) sujeto el celular y lo abrió fingiendo que los últimos dos minutos nadie había entrado en estado de alerta.

Mocoso: Para que vea que puedo ser bueno, no voy a llamar a Harry. Me voy a quedar muy quieto, intentando no romper nada, a la espera de que usted llegue. Sabe que no se lo merece... pero para que vea que puedo ser obediente por usted, me voy a sacrificar.

Sacudió la cabeza «obediente» no era para nada un adjetivo que lo describiera y podía escuchar el tono que el muy ladino implementaría al hablarle. Por primera vez se preguntó qué haría Peter sí él, para variar, le siguiera el juego. «No sabría ni que hacer» se dijo y antes de que su cabeza (claramente atontada) terminara de llegar a una respuesta Steve, bendito infeliz, decidió por los tres.

—El tema de Bucky es importante.

—Importante debería ser no terminar preso —lo corrigió Rhody— No ver que vamos a hacer de tu amigo.

—Déjalo —dijo por primera vez serio— Déjalo, él tiene razón —agregó fríamente girándose para quedar casi de frente a Steve— La tiene —afirmó mirando los ojos azules que ahora sí le daban la cara— Como siempre, te adelantas a mis planes. Bien, tu iceberg no sufrirá ningún daño, Dios nos libre de otro berrinche de tu parte.

—Yo no...

— ¡Cállate! —le gritó harto.

Quería su atención, ahora iba a arrepentirse de eso.

— Hizo una pregunta Capitán, ahora cierre esa boca o le juro que me voy a ir de esta estúpida reunión.

—No tienes que gritar —le dijo apretando los dientes— Estoy al lado tuyo, escucho igual.

—Nadie lo creería —murmuró Rhody por lo bajo.

Ahí quedó plasmada la mala influencia que podía llegar a ser Peter. Presente o no.

—Como decía, tu amigo no va a pagar por crímenes que no cometió. Me tomé el trabajo de contarles quién fue el que ideó el ataque en la conferencia y les expliqué cómo lo volvían una marioneta asesina.

— ¿Lo defendiste? —preguntó con incredulidad.

— ¿Por quién me tomas? —le preguntó entendiendo lo evidente. Sin importar que, Steve nunca iba a entender su forma de actuar— Claro que no, les pedí explícitamente que me dejaran ahorcarlo y ver si eso disipaba mi furia, pero, te imaginarás la lluvia de «No» que me cayó. —le comento con fingida pena— ¡Claro que les conté lo que en verdad pasaba Rogers! —le reprochó con asco— Yo no soy como tú. No tengo por profesión ser un condenado hipócrita.

—Tony...

Por mucho que escuchó la advertencia en la voz de Fury él necesitaba descargarse.

—Yo no soy ningún hipócrita. —se defendió pobremente Steve.

El soldado sabía que había actuado mal, podría admitirlo si los dejaban solos, pero ante tanta gente, Steve sabía que ni podías demostrar debilidad.

Claro que él fue el que tuvo que cargar con la mierda que sus decisiones ocasionaron y para eso, el Cap no había tenido muchos inconvenientes.

—Tienes razón, eres un mentiroso Rogers. Pero yo no, así que por qué no dejas que está selecta junta te explique qué planes tenemos para tu amigo y procuras entender. Porque tengo una puñetera vida esperando por mi y no voy a quedarme todo el día aquí esperando a que simples palabras entren en ese freezer que cargas bajo el pelo.

—Si tan poco te importaba ésta reunión, ¿Para qué viniste? —le recriminó indignado— En todo caso vete, ni siquiera estás aquí realmente.

— ¿Quieres qué repita palabra por palabra lo que todos dijeron? —espetó molesto— Porque puedo Rogers. Que no me interese en lo las mínimo responder a las pullas de Barton no significa que no esté prestando atención. Y para que te enteres, si ves por ahí abajo, justo en esos papelitos tan divertidos y llenos de letras que te dimos al entrar, hay una cláusula en la que Banner y yo nos comprometemos a buscar la forma de arreglar el tornillo que le zafaron, e incluso más a abajo, podrás toparte con una advertencia de que cualquier daño que el Agente Barnes cometa bajo la manipulación de H.Y.D.R.A. no podrán ser tomados como actos propios, por lo cual no deberá ser juzgado o condenado. —cuando vio una ligera sonrisa surcar el rostro de Steve sus peores sentimientos lo llenaron y sonriéndole con confianza, agregó— Sólo cabe destacar que vamos a mantenerlo congelado en lo que eso pasa y cuando lo pongamos al sol para que despierte, va a tener que asistir a terapias de todo tipo antes de pasar a estado activo. Después de cada misión va a tener que pasar por muchas, muchas pruebas para constatar que siempre es él. Si H.Y.D.R.A. vuelve a poner sus manos sobre él, tu no tienes derecho de ir a buscarlo, no eres profesional cuando se trata de él. Pero —agregó con una sonrisa al ver la boca de Steve contraerse molesta— No sufras, el equipo de élite que formaste cuando decidiste que 117 naciones te valían poco, son los que van a tener que ir a buscarlo. Ningún otro agente está autorizado para reducir a la amenaza Barnes. Y sólo por si lo dudas... Si Rogers, esa también fue mi idea. Ahora será mucho pedirle, Capitán, si puede poner su atención en los malditos acuerdos y respirar en paz.

—Si Bucky se vuelve... un problema, es mi responsabilidad contenerlo. Sólo yo puedo.

—Mira, vas a tener que trabajar esos problemas de confianza con tu equipo. Fury, ponles terapias grupales, las necesitaran. Si su líder confía tanto en ellos…

—No estoy bromeando Stark. —lo cortó molesto Steve.

— ¿Crees que yo si? —preguntó sonriendo— Aún no se enteran... —sacudió la cabeza y miró a Rhody divertido— Diles mi amigo.

—Son criminales. —dijo duramente Rhody— La orden es capturarlos y ponerlos en prisión. Ninguna de las 117 Naciones se siente segura con ustedes, no confían en que los cuiden y los salven. Capitán, el mundo entendió que usted tiene prioridades. Barton, Natasha, las Naciones Unidas se preguntan si pueden confiar ciegamente en dos agentes que se pasaron de bando. Sam y Lang, son dos prófugos más, cargados con armas peligrosas y todos sabemos que responden únicamente a Rogers. Barnes es un soldado entrenado para matar sin piedad, que no siempre pueden controlar. T'Challa, tu corres la misma suerte, diste asilo a un grupo de fugitivos y colaboraste en encubrir sus pasos. Para resumir, son criminales y esta no es una negociación. Esto es un último intento de evitar que vayan presos. Nosotros queremos tenerlos de nuestro lado, pero es muy simple, si los acuerdos como están no les gustan, van a ir a prisión.

—Entonces no tenemos opción —dijo Barton.

—Claro que la tienen —le respondió con soberbia— firmar o ir a prisión.

—Eso no suena a una opción —dijo Natasha interviniendo por primera vez ligeramente divertida.

Sabía que intentaba congraciarse con él, lo percibía, pero nunca iba a lograrlo. Él no deposita su confianza dos veces en la misma persona.

—Discúlpame encanto, creo que no lo has entendido bien, ustedes perdieron el derecho a negociar en el momento que escaparon.

—Esto es lo que les ofrecemos —dijo Fury tomando la palabra entendiendo que los gritos estaban por volver en el mismo momento en que Steve abrió la boca— Y si nos tomamos la molestia de explicarles tan detenidamente es porque en verdad queremos que vuelvan a nuestro lado, sabemos que todos ustedes elegirían volver a prisión. Así que nos estamos asegurando de que entiendan que es a lo que están diciéndole que no.

Dejó de prestarles atención en ese mismo momento, tenía que controlarse y lo sabía, estaba peligrosamente cerca de convertir aquello en una escena de celos y antes que se congele el infierno que el quedar como un novio despechado. Steve se había ido y él lo aceptó, le dolió era verdad, pero nada se comparaba con la traición.

Agarró el celular dispuesto a concentrarse en algo un poco más divertido. Sorprendido vio que tenía 5 mensajes y 4 llamadas perdidas, lo desbloqueo sabiendo completamente de quién eran todas esas llamadas y cuando leyó el nombre de mocoso por todos lados sonrío internamente.

Mocoso:Vamos señor Stark, de verdad no voy a invitar a Harry.Mocoso: Esto es llevar el rencor a un nuevo nivel.Mocoso: Deje de ignorarme señor StarkMocoso: Me estoy empezando a preocupar, señor Stark ¿pasó algo?Mocoso: Mierda sí pasó. Si no me responde enseguida voy a llamar a Happy para corroborar.

Se dio vuelta en el mismo momento que la voz de Peter salió del bolsillo de su amigo y extendió la mano para sacarle el celular.

¿Necesitas refuerzos? Puedo llegar en diez minutos.

Una media sonrisa conforme salió de él, cuando la fría y determinada voz de Peter llegó. Alzó la mano pidiendo unos segundos antes de girar la silla para poder hablar mirando a todos en la reunión.

—Estoy bien —dijo con una marcada exasperación, Parker era la conjunción más desesperante de exageración y dramatismo— Controlate.

— ¿Rhody? ¿Vision?... Digame que Happy esta bien.

—Todos estamos bien. Calmate.

—A sus órdenes.

Cortó cuando Peter terminó de decir aquella sencilla oración.

—Ponlo en silencio. —le dijo a Happy mientras le entregaba el celular— Disculpen, podemos seguir.

— ¿Peter? —preguntó Rhody.

—Como siempre. —le confirmó sonriéndole.

— ¿Seguro que quieres quedarte Tony? —preguntó fríamente Steve— En verdad parece que están esperándote afuera.

—Tranquilo, puedo manejarlo. Sólo se pone ansioso cuando cree que hay problemas.

Vio los ojos de Steve se entrecerraron estudiándolo detenidamente y él sólo le sonrió más profundamente.

— ¿En problemas? Creo que es justo lo contrario, somos nosotros los que estamos en la fila de los presos. —murmuró con rabia Clint.

—Oh, es que él no los conoce como yo. La última vez que los vio, Rhody terminó paralítico. No sabe que eso no es recurrente.

Todos en la sala guardaron silencio por unos instantes y él se obligó a calmarse, así no iban a llegar a ningún lado.

—Lindo toque —le espetó Clint— Me extrañaba que no lo dijeras en el mismo momento en que nos vimos.

— ¿Antes o después de tus disculpas? —le respondió perdiendo los papeles.

Al menos podía darse el lujo de lucir contrariado o dolido. Ni que hablar de culpable.

— ¡Clint! —gritó Steve cuando Barton se preparaba para contestar— Tiene razón. —la arrepentida mirada de Steve se dirigió a su amigo— Siento mucho que lo que hicimos, haya terminado así.

—No tienen nada de lo que disculparse. Toda mi vida luche, se las consecuencias que trae una pelea.

—No era nuestra intención, Sam está en verdad arrepentido.

—Debería —dijo él cuando la pusilánime respuesta de Rhody iba a salir— Dejemos las idioteces para otro día. Fury, podrías de una buena vez empezar a desglosar esos acuerdos.

Cuando la profunda voz de Fury volvió a resonar en la sala dispuesto a no aceptar una sola interrupción más, se volvió a acomodar en su silla. Rhody le frunció las cejas y cuando vio a Visión su otro amigo lo miró impasible. Sabía que ninguno de los dos aprobaba que les echara la culpa de lo que pasó ese día. Rhody porque juraba que así era la guerra y Visión porque se culpaba a sí mismo, pero no era nada cierto.

Uno, aquella guerra nunca debió pasar, eran amigos, no se ataca a traición a sus amigos a la primera de cambio y dos, si no los hubieran forzado, Visión jamás hubiera tenido necesidad de pelear y jamás hubiera podido lastimar a Rhody.

¿Steve juraba que Bucky era inocente? Visión también, el único modo en que ese maldito asesino se había ganado su frágil aceptación.

Agachó la mirada y volvió a ver la luz verde parpadear. Abrió los mensajes y leyó el último que le había mandado Peter.

Mocoso: Es una falta de respeto cortarle el teléfono a otro. En especial cuando se ofrece a ir a rescatarlo.

Tony: Tu quieres estar acá y cualquier excusa te vale.

Mocoso: Me descubrió . No puedo alejarme de usted.

Parpadeó mirando el celular y pasó saliva preguntándose exactamente porque no le seguía el juego. En verdad quería, pero nunca se sintió muy bien haciéndolo. Ya no era un adolescente, no podía rebajarse al nivel.

— ¿Qué quiere decir esto de que Tony va a dirigir el grupo? —preguntó Clint desbordando sarcasmo.

—Quiere decir que sigues mis órdenes —murmuró alzando la vista cansado.

—No sabes de estrategia militar —dijo Steve mirándolo como si eso en verdad fuera importante.

—Miren, intenten, intenten entender. No se negocia, no lo van a hacer. —dejó su mirada vagar en los cuatro individuos que tenía frente— La mierda que está ahí es la que es. Les gusta, genial. ¿No les gusta? La cárcel los espera. Debieron pensarlo muy seriamente antes de alejarse de la maldita isla en la que escondían sus traseros. Sigue Fury —espetó completamente superado.

Eran una pandilla de estúpidos inmaduros y él burlándose de Peter, como si el mocoso ese no fuera mucho más maduro e inteligente que ese trío junto. A veces se le olvidaba lo responsable que podía ser Peter. Con esa boca suya (que nunca paraba) lograba hacerle olvidar que cuando los problemas llegaban, junto con sus bromas su madurez emergía. Ni una sola vez lo decepcionó, siquiera en el aeropuerto. Peter siempre se tomaba las cosas con la responsabilidad y la madurez correspondiente. Que buena parte de sus días no tuviera que sacarla a relucir no significaba que allí no estuviera.

Tony: Deja de babear despierto Parker, arruinas mi sillones.

Mocoso: ¡Ha vuelto! no estoy en los sillones, estoy desayunando en la mesa y por otro lado, usted sabe que es verdad. Que no quiera escucharme es un problema suyo señor Stark.

Tony: Que haces desayunando a las once de la mañana.

Mocoso: Esa reunión en verdad tiene que estar siendo muy aburrida para que usted se preocupe por mi alimentación.

Tony: Son idiotas, ¿qué esperabas?

Mocoso: ¿Qué dijo Barton sobre sus nuevos juguetes? no es justo que a él le den mejores armas que a mi, solo quiero volver a dejarlo en claro.

Tony: Deja de llorar Parker, madura. Y él aún no se entera, lleva todo el rato refunfuñando.

Mocoso: ¡Todavía! Vamos señor Stark, con el rato que llevan en esa reunión y todavía juegan a medirse las pollas? Debería sacar la suya de una vez y ganar esa competencia. ¡No! ahora el que se lo va a perder soy yo... podria mandarme una foto?

Sintió hasta la más mínima parte de su cuero cabelludo erizarse ante ese maldito comentario. Inspiró una vez más y se estrujó la mente para dar con una respuesta que no siguiera incentivando al mocoso, aunque en ese momento, mientras la irritante voz de Clint volvía a subir de nivel remarcando por enésima vez lo injusto de todo y como no podían obligarlos a pelear por ideales que no compartían, le hizo replantearse seriamente el nivel en particular del que hablaba.

Deslizó una rápida mirada sobre las únicas dos personas que en verdad le importaban en esa mesa, ninguno de ellos pondría una sola pega, Happy a su espalda había adquirido la capacidad de mamá gallina con Peter y por mucho que disfrutará haciéndole creer que le caía mal y ya no lo aguantaba, había empezado una estrategia de casamentera digna de admirar y cada uno de los candidatos (candidatos que él lo obliga a descartar por ser pésimas opciones) eran mucho más grandes que Peter.

Dejó que su mirada fuera a parar al presidente de la ONU, esa iba a ser una pelea que sin dudas no iba a ganar nunca, pero sí a toda esa sarta de idiotas les perdonaron los muertos que acarrearon con sus malditas idioteces, él bien podía ser perdonado por darle un poco de alas a un mocoso. ¿Qué tan malos podían ser un par de mensajes? Nada grave, Peter se hallaba lo suficientemente lejos de él en ese momento para que no pudiera hacer ninguna idiotez y ciertamente un poco más de diversión a su mañana no le vendría mal. Menos si tenía en cuenta que estaba a un paso de levantarse y demostrarle a Barton lo rápido que podía ponerse su armadura y destrozarle la mandíbula.

Se acomodó mejor en su asiento y decidió que si estaba embarrado de mierda, bien podía embarrarse aún más y después de todo él nunca fue precisamente el más sensato de todos. La madurez lo había empujado a aquella reunión, la sensatez lo había guiado a unos meses de mierda y un año tan olvidable que se la pasaba soñando despierto con que firmaran esos malditos acuerdos y para ello había dejado de lado su orgullo.

Había escrito los mejores acuerdos, con las mejores opciones. Si ese maldito grupo tercos se decidía a prestar atención iba a ver cómo los había dejado mejor que bien parados. Técnicamente esos acuerdos era un jodido regalo de bienvenida completamente diseñado para que volvieran casi dando las gracias. Algo que en ese momento veía difícil, pero ese no era su problema, Fury era el encargado de eso. No él y en ese momento, él podía centrarse en cosas más... gratificantes. Podía ser ese su pequeño trofeo. Tontear con Peter; Después de todo, Parker iba a recular al verlo en persona, como siempre, el mocoso le sonreía y volvía a una actitud normal una vez que estaba en persona y las pullas era olvidadas.

Tony: No necesitas una foto Parker, si te portas bien, un día de estos te puedo demostrar lo rápido que gano esa competencia.

Apretó enviar y su estómago se contrajo con expectante ansiedad.