15 de Septiembre
Zoro se despertó sobresaltado por el despertador. Se levanto de la cama y corrió hasta la otra punta de la habitación, donde estaba el despertador. Eran las 7:30. Se vio reflejado en el espejo de la puerta de su armario. En su cara se notaba claramente que tenía sueño, su pelo verde despeinado y los pantalones del pijama, lo único que llevaba puesto, bastante por debajo del lo normal. Fue hacia la cocina, echó leche fría en una taza, dos cucharadas de cacao y cogió una bolsa de magdalenas, y se lo llevó todo al salón. El único sonido que se podía escuchar en aquella casa era el que provocaba la cuchara al chocar con la taza. Tras comerse una cuantas magdalenas y beberse la leche Zoro volvió a su habitación. Abrió el armario y se puso lo primero que pilló: unos vaqueros desgastados y una camisa negra de manga corta. Zoro se colgó la mochila y salió de casa. En la calle hacía un poco de aire, avisando que el otoño se acercaba. En la parada del autobús se dio cuenta de que dos chicas con uniformes de colegialas le miraban, tendrían un año menos que él. No podía evitar oír sus risitas. Cuando el autobús llegó muy cargado de gente las chicas se quedaron atrás de Zoro siguiendo con su actitud. "Que bueno está" escuchó él. Una vez en el autobús apenas podía moverse y alejarse de ellas. De repente noto un pellizco en el culo. Sabía perfectamente quién había sido, pero no podía girarse para intimidarlas con una mirada. "Maldita sea, ¿por qué todas las chicas de mi edad están igual de huecas y descerebradas". Zoro no podía aguantar más esas risitas juntas con el insoportable calor humano que había en el interior del autobús.
-Próxima para Masamune Date High School.- Anunció la voz artificial del ordenador.
"Al fin, esta es la mía". Zoro se aproximó a la salida y justo cuando iba a abandonar el autobús las puertas se cerraron en sus narices.
-Oiga, abra la puerta, que aun no he bajado- le gritó al conductor, pero este se hacía el loco. A Zoro le hervía la sangre.-Autobusero de los cojones.- murmuró Zoro.
Bajó en la siguiente parada. Apenas había distancia entre una parada y otra, pero no sabía en que dirección estaba el instituto. Se acercó a preguntar a un anciano.
-Perdone, ¿sabe donde está el Masamune Date?
-¿El Yukimura Sanada? Si, está en esa dir…
-No, el Masamune Date- lo interrumpió Zoro.
-Aaaahh, el Nobunaga Oda. Está…
-Olvídelo.- desistió Zoro.
Por suerte se cruzó con un grupo de chicas con el uniforme del Masamune, por lo que las siguió y a los cinco minutos llegó al instituto, sin llegar tarde. Había un montón de gente en el instituto pero no conocía a nadie, él estaba repitiendo 4º y sus compañeros del año pasado ahora estaban en la universidad. De todos modos tampoco es que el año pasado conociese a mucha gente. Atravesó el patio y entro al hall de la escuela, fue hacia su taquilla y dejo lo que no iba a necesitar en ella. Zoro se quedó absorto observando el interior de la taquilla.
-Perdona- la voz de un chico trajo de vuelta a Zoro.-¿Me dejas abrir mi taquilla?
Zoro se giró hacia la persona que le hablaba. Vio a un chico con un pañuelo en la cabeza, el pelo rizado le asomaba por debajo, llevaba una mochila de Haruhi. "¿Un otaku?" se preguntó Zoro.
"Maldita sea. ¿Por qué mi taquilla esta debajo de la de este tipo? Lleva el pelo teñido de verde y no lleva el uniforme. Seguro que es un matón que se la suda todo y luego me quitara el dinero. Con semejante cuerpo lo logrará sin problemas. Joder, piernas, dejad de temblar"
-¿Es esta tu taquilla?¿La de debajo de la mía?- le pregunto Zoro.
-S..si.- respondió el otaku.
Zoro leyó el nombre de la taquilla. "SOGEKING USOPP"
-Yo, ya me iba, toda tuya. Si te pasa algo en las piernas deberías ir a la enfermería.
Zoro cerró su taquilla y se fue hacia su clase.
Llevaba un rato dando vueltas por el instituto pero no encontraba su clase. De pronto sonó el timbre y todos los alumnos que había por los pasillos entraron a sus clases, menos él, que no encontraba la suya. "Mierda, después de todo si que voy a llegar tarde" Tras diez minutos dando vueltas al fin encontró su clase. Abrió la puerta.
-Perdón por el retraso- se disculpó Zoro.
En el interior todo el mundo le miraba. Frente a la pizarra estaban el director Smoker y una mujer de largo pelo negro y liso.
-Oh, Roronoa, estaba presentando a tus compañeros a la nueva profesora de historia. Chicos, os presento a Nico Robin, sustituirá a la profesora Nyoh, la cual ya se a jubilado. Y en cuanto a ti Roronoa, repites curso porque el año pasado no apareciste en los 5 últimos meses, sino que el primer día llegas tarde y no llevas puesto el uniforme. Te quedarás castigado en el pasillo. Y ahora chicos os dejo con la profesora.- El director salió del aula y cerró la puerta impidiendo el paso a Zoro.-Empiezas mal Roronoa.
Llevaba cinco minutos solo en el pasillo y la puerta se abrió
-Pasa. Tus compañeros y yo aun no te conocemos, además no aprenderás nada en el pasillo.- Le dijo la profesora.
Zoro le dio las gracias y fue al único asiento que había libre. El último en la fila que está junto a la ventana. "No es un mal sitio" pensó.
-Como bien ha dicho el profesor mi nombre es Robin, tengo 27 años y seré vuestra profesora de historia. Me gusta el café y mi color favorito es el morado. Espero que disfrutéis aprendiendo historia.
-Mucho gusto- respondieron todos a la vez excepto Zoro que solo movió la boca como si él también lo dijese.
-Ahora os explicaré como se os evaluará en mi asignatura.
La profesora empezó la explicación la cual duró casi toda la hora, de vez en cuando Robin miraba a Zoro. "No para de vigilarme, después de todo ella también cree que soy un gamberro. Es igual que todos los demás profesores" La campana sonó, era hora del almuerzo.
-Muy bien chicos, hasta la próxima clase.- se despidió la profesora
Los alumnos se levantaron y entre ellos Zoro distinguió al otaku.
-Oye, Sogeking, espera un momento.-El otaku se quedo congelado al instante y empezó a temblar. Zoro se acercó a él y le puso la mano en el hombro, lo que provocó que Usopp emitiera un chillido como un ratón asustado.- ¿Puedes llevarme hasta las taquillas?
-Claro- respondió el otaku aun temblando.
Pusieron rumbo a las taquillas. "Maldición, seguro que una vez lleguemos a las taquillas me obliga a abrir la mía y darle todo lo de valor que tenga. Ojala fuese más fuerte."
-Gracias, -dijo Zoro al llegar a las taquillas- la verdad es que tengo un pésimo sentido de la orientación y me habría pegado todo el descanso buscando mi taquilla.
-Jajaja- Usopp estalló en carcajadas- ¿me lo estás diciendo en serió Roronoa?
-Si, te lo digo en serio, y deja de reírte. Y por cierto, llámame Zoro.
-Vale, vale, ya paro. A mi puedes llamarme Usopp-sama.
-Y una mierda.- dijo Zoro con un tono y una mirada que hicieron que el otaku empezase a temblar de nuevo. Entonces Zoro empezó a reír lo que tranquilizó a Usopp que también empezó a reír.
Zoro cogió el dinero de su taquilla y Usopp el almuerzo que le habían preparado en casa; y se fueron a la cafetería. La cafetería del instituto consistía en una pequeña sala, con una barra que ocupaba un cuarto de la superficie. Frente a la barra unas banquetas y por el resto de la sala una mesas altas con 3 banquetas por mesa. Podía parecer demasiado pequeña, pero puesto que la mayoría de alumnos llevaban el almuerzo de casa no era necesario algo más grande. En encargado de la cafetería era un chico rubio un año mayor que Zoro, el cual había entrado a trabajar ese mismo año. En estos momentos se encontraba coqueteando con 2 chicas mientras Zoro esperaba a que le atendiese.
-¿Qué os parece si os espero a la salida, princesas?- preguntaba el camarero.
-Lo sentimos, no eres nuestro tipo.- respondió una de ellas y se fueron.
Se giró a Zoro y se quedó un momento mirándole.
-¿Qué te pongo, "tío chungo"?- dijo el camarero con un tonillo de provocación.
-Una botella de zumo de naranja de medio litro y un croissant, "rom-pe-co-ra-zo-nes".- le contestó Zoro con el mismo tontillo.
-Toma y lárgate de mi vista. Son 1,80€.
Zoro y Usopp salieron de la cafetería.
-Usopp, vamos a la azotea, allí estaremos tranquilos.
En la azotea disfrutaron del almuerzo y la brisa. El resto del día lo pasaron en clase, recibiendo las primeras clases del año. Esas en las que los profesores dan clase pero todos están relajados porque realmente están repasando materia del año pasado. Por sorpresa para Zoro había otro profesor nuevo, era el de tecnología.
-Buenos días, mi nombre es Franky, seré vuestro profesor de tecnología. Tengo 34 años y estoy soltero. ¡Ouh, yeah! Antes trabajaba de mecánico en el equipo de F1 de Honda. Pero un día el coche me atropello en un repostaje y decidí que necesitaba dedicarme a algo con menos riesgo. Conmigo descubriréis que la tecnología es SUPEEEEEER.
Al finalizar las clases Zoro recogió sus cosas y fue a las taquillas junto a Usopp.
-¿Qué harás esta tarde? –le pregunto al otaku.
-Pues voy a ir a Mandarake. Tengo una figura reservada y estoy ansioso por tenerla en mis manos.-respondió Usopp -¿Quieres venir?
-Lo siento, creo que paso
-Jaja, los suponía. Bueno, nos vemos mañana- se despidió y se fue corriendo.
"Si que tiene ganas". Zoro salió del instituto y se dirigió a la parada del autobús para volver a casa. Al llegar a la parada vio a las dos chicas de la mañana. "Mierda, otra vez esas dos acosadoras. Pues esta vez no van a poder, me voy andando a casa." Tras una caminata de una hora llegó a su casa. De nuevo no había nadie en casa. Se dirigió a su habitación, se colgó su bajo FOREST ETD de la marca ESP, lo enchufó al amplificador y tocó asta que las tripas le avisaron de que era hora de cenar. Después se quitó la ropa, se puso el pantalón del pijama y se fue a dormir.
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estaba atascado intentando seguir el otro fanfic y de repente me vino una idea a la cabeza, asike empece a escribir antes de que se me olvidase.
espero ke os guste.
