Disclaimer: como siempre, los personajes no son míos, ni su decorado, ni sus nombres. Ni el dinera que producen, desgraciadamente.
Nota de la autora: ésta es la primera viñeta de una serie propuesta para el reto "Invisible", al que Illusion me ha invitado tan amablemente. Me ha hablado de usted y todo.
Compasión
La compasión es un sentimiento odioso. Y es odioso porque no sirve para nada, porque no tiene sentido y porque no mejora el estado de quien padece, sino la conciencia de quien la siente. Cuando compadeces a alguien, inconscientemente crees que te preocupas por él. Crees que te importa, que de verdad querrías hacer algo por él. Pero es mentira, sólo tranquilizas tu ego de buena persona, y al segundo siguiente vuelves a pensar en tí.
Compasión, eso veo en sus ojos cuando me mira sin ver. Cuando piensa en la luna llena bajo la cual le encantaría disfrutar de una cita romántica con todos sabemos quién. Cree quizá que no me doy cuenta que piensa que soy débil, que el sufrimiento me ha hecho ser quien soy. Que un astro controla mi vida con su movimiento al rededor de la tierra. Indirectamente, aunque se crea muy tolerante, cree que soy un monstruo, aunque lo niegue. Aunque yo a veces me atreva a negármelo a mi mismo.
Piensa que no sé que ni siquiera me ve, ni siquiera cuando me mira, cuando me mira sin ver. Tiene la estúpida hipótesis de que la vida es más difícil para mí que para nadie. No se da cuenta de que soy la prueba de que hay cosas mucho, mucho peores. Podría no saber querer a nadie aparte de a mí mismo, podría fracasar constantemente en todo lo que intento, ver de lejos todo lo que anhelo. Nunca haber escuchado el timbre de su voz, o a Eric Clapton cantando de fondo en alguna bonita habitación. Podría no sentir nada, ni el tacto, ni el olfato, ni el oído, ni la vista, ni el gusto. Podría morir de hambre aquí mismo mientras otros se ceban a manjares y festines. Podría no conocer el final de sus ojos verdes y nunca haberle hablado. Podría no darme cuenta de que soy afortunado, enterrarme en vida por todo lo que me he perdido.
Pero para ella, que me mira sin ver, sigo siendo invisible, sólo alguien a quien compadecer cuando la vida va tan mal que necesitas saber que a otros les va peor. Alguien que hace que te sientas bien, que te demuestra que la vida es superación, que te consuela aunque tenga otras cosas que hacer. En resumen, un tonto al que todos mangonean y a quién le gusta que le mangoneen. Es decir, que encima de puta, pongo la cama. Cree que no me entero, quizás sea ella quién no se entera. Quién no se entera de que quiero ver algo más en sus ojos luminosos, que me miran sin ver, algo más que la compasión. Algo más que ese relámpago de tristeza, de ¡Qué injusta es la vida!", algo mucho más allá de eso. Necesito comprensión, no lástima. Necesito dejar de ser invisible.
Bueno, esto ha sido todo. Cumplo por poco los requisitos de longitud, pero la verdad es que he dicho todo lo que tenía que decir.
Besos y abrazos,
Sirop de Framboise
