Disclaimer: Los personajes aquí presentados, no me pertenecen, son propiedad de Nikelodeon y Craig Bartlett. Excepto claro, los creados por mí, para narrar la historia.

Bienvenidos a esta historia, solo una pequeña visión acerca de un Arnold enamorado profundamente de una chica completamente distinta a el. Disfruten.

Loco de amor.

Capitulo 1: El descubrimiento.


"Fuegos artificiales, eso fue lo primero que sentí; fue un beso fingido, una actuación, o al menos eso dijo ella, pero ese fue mi primer beso, y lo que me hizo sentir fue, como ver fuegos artificiales."

– ¿Que tanto piensas viejo? – Pregunta Gerald a su mejor amigo al verlo, mirando distraído por la ventana del autobús.

– ¡En nada! ¿Porque?– Pregunta como si lo hubieran sorprendido haciendo una travesura.

– ¡Mh! No por nada solo te veías un poco ausente.

– ¡Ah! – Dice el volteando a ver de nuevo por la ventana. Pero no mira la ventana, mira a la persona que se refleja en ella. Una chica rubia que también mira distraída a través de su propia ventana. Hace algún tiempo que no puede dejar de recordar cada una de las cosas que han vivido juntos, ahora repasaba la obra escolar del año pasado, esa donde todas y cada una de las protagonistas huyeron, y al final quedo solo ella, Helga, esa chica ruda que termino conmoviendo a todos los asistentes con su actuación, y ese beso, tan largo, pero según ella tan profesional.

– ¡Arnold! – Escucha la voz de Gerald llamandolo.

– ¡Cielos Gerald, creo que tendrás que cargar al tonto de Arnoldo, no parece tener ganas de despegarse del asiento! Ja,ja,ja. – Se burla Helga al ver a Arnold efectivamente sin deseos de levantarse.

– ¡Creo que ahora si le diste motivos para burlarse amigo! – Bajando del autobús.

– ¡Solo estoy un poco distraído viejo!

– ¿No entiendo porque desde que salvamos el barrio andas de ese extraño humor?

– ¡No es nada, en serio! – Dice Arnold dirigiendose a su salón.

Al llegar se queda viendo a Helga que pelea con Harold, por haber tropezado con el.

– ¡Ya te dije que estorbas mucho, bola de grasa, baja de peso! – Le grita ella antes de sentarse.

– ¡Lo siento Helga, es que estaba viendo el cartel del menú de hoy! – Explica el chico.

– ¡Fantástico mas comida para tu barriga! – Replica ella fastidiada.

En eso su profesor de quinto grado que curiosamente es el Sr. Simmons el mismo del año anterior entra saludandolos. – ¡Buenos días, espero que hayan hecho la tarea que les pedí el viernes!

Arnold se queda viendo hacia la ventana, cuando siente un pedazo de papel rebotando en su cabeza, voltea rápidamente, hacia de donde pudo provenir y ve a Helga que escribe en su cuaderno, hace tiempo que ella no le hace ese tipo de bromas, tal vez por eso las extraña. Mira mas atrás a Harold reír, ha sido el. ¿Porque eso lo entristece? Si, desde que entraron al quinto año de primaria, el ha sentido lejana a esa niña que de una u otra forma siempre lo rondaba, pero ahora desde que ella le ayudo a salvar el barrio, y le hizo esa confesión, de la que luego se retracto, se ha mantenido apartada de el, si , se reúnen con los amigos, juegan béisbol, van a las reuniones, pero ella ya no se acerca a el, salvo para burlarse de vez en cuando, ella ha dejado de buscarlo, de mirarlo, no debería molestarle dejar de ser el blanco de sus bromas pesadas pero… ¿Porque siente ese vacío ahora?

A la hora del receso Arnold camina lentamente por los pasillos, saluda a Lila que le sonríe cortésmente, antes de desaparecer tras la puerta del baño de niñas. Se siente raro de ya no sentirse tan nervioso frente a su pelirroja amiga, en realidad ya no la persigue para que acepte salir con el, se la pasa pensando en esa niña rubia ahora, esa que le hacia su vida difícil al burlarse de el a cada rato. Y entonces la ve, esta sonriendo, eso es extraño. ¿Que la hace reír?

– ¡Vamos Archie, no inventes,ja, ja! – Tomando su estomago, con una mueca de dolor por la risa que le fue provocada.

¿Archie, Archibald Roberts? Como ese tipo estirado podría hacerla reír tanto. Era el chico nuevo, un conocido de Lorenzo, pero con mas aires de grandeza que el. ¿Que rayos podía estarle platicando, a ella para hacerla reír de esa manera? En eso ella se percata de su presencia.

– ¡Oye Melenudo, ven y dile a este tonto lo que le puede pasar si se mete conmigo!

– ¡Eh! ¿Porque? – Pregunta Arnold extraviado pero acercandose a ella.

– ¿Puedes creer que me invito a salir? ¡Como si yo fuera a salir con un tipo TAN ESTIRADO COMO EL!

– ¡Yo me voy Helga, por lo visto hoy es uno de esos días en los que no se puede hablar contigo! – Replica Archie, comenzando a irse. – ¡Arnold! – Se despide de el con un cabeceo.

– ¡Archie! – Repite Arnold el mismo saludo.

– ¡Lamento haberte molestado Arnoldo! – Dice ella dandole una leve sonrisa. – ¡No dejaba de insistir, cielos apenas tenemos diez años, me pregunto como será cuando tenga veinte!

Arnold se siente feliz por esa pequeña sonrisa que ella le brindo, pero ¿porque? – ¡No hay de que Helga, siempre puedes contar conmigo!

Ella alza su única ceja del lado derecho, en señal de asombro. – ¡Pues, gracias! – Luego se va hacia la cafetería sin mirar hacia atrás.Y el se queda mirando hacia donde ella partió, sin entender por que, de pronto como un flechazo a su cerebro le llega una respuesta, que proviene de una persona tras el.

– ¡Es lógico que Archie la invitara a salir, es muy bonita! – Arnold voltea y ve a Lila mirandolo. – ¿No lo crees?

– ¡Eh, no se de que hablas Lila! – Replica Arnold.

– ¡De Helga tonto, en realidad ella es muy bonita! ¿Verdad?

El no sabe que responder, es decir, si ella es linda, pero, ¿porque Lila se lo preguntaba a el? – ¡Supongo!

– ¡Que bueno que lo pienses así! – Comenta ella, caminando con el a la cafetería. – ¿Con quien vas a comer?

Arnold mira el lugar Gerald, esta sentado en una mesa junto a Phoebe y Helga, este lo llama para sentarse con ellos. – ¡Con Gerald, parece!

– ¡Bien entonces luego nos vemos! – Le dice la pelirroja, caminando hacia sus amigas.

Gerald y Phoebe comenzaron de novios al inicio del año, así que el, que el terminara comiendo su almuerzo en la misma mesa que Helga, ya no era raro, aún así ella siempre parecía ausente, eso era tal vez lo que mas le extrañaba a el, antes ella solía molestarlo, incluso en esos momentos.

El regreso al salón de clases no vario en mucho su humor, seguía pensativo y melancólico, aunque seguía sin entender porque.

– ¡Fuegos artificiales! – Escucha el de pronto. – ¡Eso fue lo que sentí la primera vez que bese a mi amado, eran miles de explosiones, parecía que me quemaría por dentro, era nuestro primer beso, para los dos, sabíamos que el mundo estaría en contra, pero ese primer beso sello, la promesa de un amor que llegaría a la eternidad! – Helga se sienta después de terminar de leer ese fragmento en su libro de literatura.

– ¡Siempre lees con tanta fuerza histrionica Helga, muy bien! ¡A ver Arnold lee lo que sigue! – Ordena el Sr. Simmons.

Arnold se levanta y lee. – ¡Fuegos Artificiales! ¡Eso fue lo que vivi la primera vez que me enamore de ella, si, yo ya la amaba antes, pero ese primer beso de mi vida, era una muestra de nuestro mutuo amor, me hizo sentir lo que su alma guardaba para mi, era una promesa, esa que decía que ella y yo estaríamos unidos para la eternidad, a pesar del resto del mundo! – Cuando el termina de leer esta sonrojado y voltea a ver a Helga que también lo miraba, aunque se voltea de inmediato.

– ¡Muy bien Arnold, estas lecturas son la dos expresiones de un par de enamorados que miran el primer beso de su vida, de forma similar pero al mismo tiempo distinta! ¡Se pueden notar la forma de expresión de una dama y de un hombre joven!

El timbre de salida suena, y todos los alumnos salen de el lugar rápidamente. Arnold esta extrañamente de mejor humor después de aquella lectura, al salir por la puerta ve a Helga sentada en el barandal de la escalera leyendo el libro de literatura, como si buscara algo, el la mira detenidamente, su piel blanca y su cabello rubio, que se mueve al compás del viento, brillan con la luz del sol, sus atentos ojos azules miran el papel, entonces como un reflejo ella alza la mirada y lo ve parado frente a ella. Sus ojos se encuentran, por alguna razón ella le sonríe levemente y luego vuelve a su lectura, el siente entonces toda la verdad cayendo como un pesado dique sobre el, esta irremediablemente enamorado de esa niña frente a el, lo siente, ¿Como paso? Eso no lo sabe.

– ¿Arnold, estas bien te ves pálido? – Le dice ella preocupada, mirandolo con curiosidad. El se siente extraño, da dos pasos atrás y después hecha a correr. Ella lo ve alejarse con una mueca de tristeza. – ¿Y ahora que le hice?

Continuara…

Otro proyecto, espero que entiendan los motivos de Arnold, para huir, recordemos que el es tímido, y a pesar de todo, no entiende a su propio corazón, tal vez Helga se lo aclare, o tal vez…

Dejen Reviews, se que empezó extraño y se va a poner peor, no es cierto yo digo que mejor.

Atte. Rei Hikaru Chiba.