Los personajes son de Rumiko Takagashi.
Un beso por error otro para olvidar.
InuYasha miro caer el atardecer desde lo más alto del árbol. Sus grandes y trágicos ámbares reflejaban su tormento interno. Tan solo cincuenta años pasaron desde la tragedia manipulada por Naraku. Pensó que, su amada Kikyo mintió y traicionó, lo mismo pensó ella, pero no, Naraku se hizo pasar por ellos y todo acabó mal para los tres. Si también para el miserable de Naraku. La perla de Shikon que tanto codicio desapareció con ella y apareció con Ahome. No se contamino como los planes fríos de el otro híbrido calcularon que sucedería. Todo termino, el sellado, ella muerta y la perla desaparecida.
Kikyo cambios radicalmente, la dulce y amable y un poco arisca mujer que ayudaba desapareció y quedo una llena de odio y rencor que no sentía absolutamente. A pesar de todo, la sigue amando.
-!InuYasha¡-llamó la animada voz de Ahome.
La miró con ojos duros y fríos, casi podía decirse que era iguala a Sesshomaru, por una fracción de segundos. Estaba aturdido por los recuerdos y emociones, se calmó.
-Hummm...-murmuró. La sonrisa de ella era demasiado cálida que lo lastimaba.-¿Qué sucede?
-Mañana regreso a mi época por unos días-dijo despreocupada.-tengo algunos exámenes que dar...
-Como quieras.- respondió indiferente. Quiso contradecirla pero el necesitaba un tiempo para él y no con ella por su alrededor que lo desorienta y altera. Le encanta pasar todo su tiempo con esa chica alegre y despreocupada pero sentía miedo estar a su lado.
Ahome lo miró sorprendida, no se lo esperaba. Se fue preparada para el berrinche y el griterío de siempre pero esta vez no recibió nada.
-¿Te golpeaste la cabeza?-preguntó y estrechó sus ojos escrutando el rostro bronceado de el.
-!Claro que no¡ !Tonta¡-gritó indignado. ¿Quien la entendía? primero se quejaba de que hacía berrinches y toda esa sarta de estupideces y cuando se no replicaba preguntaba eso.
-!Uyyy¡ que grosero.-murmuró.-bien me largo.
No dio dos pasos antes que el joven la tomó del brazo y la abrazó contra su cuerpo fuerte y cálido. Se sonrojo por esa cercanía tan íntimo. En la desesperada y torturada mente del joven pensaba en Kikyo cuando murió. La visión de Ahome se eclipsó por la de Kikyo. Tenía que decirle cuánto la quiso que no fue el que la atacó que estaba muerto en vida al saber que tenían un limite de tiempo para estar juntos antes que su cuerpo de barro se rompa. Dolido, bajo su rostro y beso a la mujer entre sus brazos.
Sin saber que estaba impulsando a InuYasha, ella respondió con todo el cariño que sentía, se entregó por completo disfrutando de ese beso.
Fue tierno y lento, lleno de sentimientos por parte de ambos pero diferentes. El joven con adorables orejas de perro se separó muy lentamente aun con los ojos cerrados.
-Kikyo...-susurro temblorosa voz.
Ahome sintió que le clavaron un alfiler en su corazón. Su rostro se oscureció y lo miró con ojos trágicos.
-Ahome... soy Ahome.-corrigió con dolorosas lágrimas saliendo a montones de sus ojos. Su toque no lo soportaba, lo empujo sintiendo asco. Tenía que irse y rápido.
-!Espera¡-gritó horrorizado por su estupidez, no quería dañar a esa dulce chica. No la siguió. Tal vez eso la hiciera darse cuenta que debía alejarse de él, su alma estaba torturada y dañada. Y le pertenecía a Kikyo.
Con una enorme amargura y furia cargando en su corazón, corrió por el espeso y misterioso bosque con la intención de desahogarse. Una vez que su cuerpo no resistió más se detuvo frente a un río, jadeando y limpiando su rostro húmedo con el dorso de su mano. Su bronceado y ovalado rostro se tiñó de rojo por el esfuerzo y el llanto descontrolado. Quería gritar, !Soy Ahome¡ !Ahome¡ !No Kikyo¡, frente a la cara de InuYasha hasta que entienda. Descargo todo su dolor en lágrimas inundando el ambiente al olor sal.
-Deja de llorar, miko.-ladro irritado Sesshomaru, después de casi una hora de escucharla lloriquear.
-!Ah¡-soltó un grito asustada. Pensó estar sola. Clavo sus trágicos ojos en el demonio recostado bajo un árbol.
-Lárgate-ordenó seco.
Estaba harta, de que la traten mal. Frunció el ceño con firmeza.-No,-se negó.-no me pienso largar, Sesshomaru.
-Silencio...-dio a conocer su condición. Le molestaba escuchar llorar a una mujer. Nunca supo porqué pero no lo aguantaba. El silencio, se extendió por unos largos e incómodos minutos hasta que el decidió romperlo cuando estuvo seguro que ella no lloraría más.-Fue el híbrido.-deducio.
-Humm-murmuró. Resultaba extraño tener al rey de la indiferencia queriendo saber por qué lloraba. Pero deseaba hablar con alguien que no le tenga compasión como sus amigos o familiar. Y él era el indicado.-si, fue el.-susurro débil. Inhalo y exhalo profundo.-me beso, pensando que era Kikyo. Otra vez me confundió con ella. !No soy ella¡-se lamentó molesta.-somos diferente.
No se sorprendió, esa tontería era muy marcada por InuYasha. Sintió que la sangre hervía por sus venas, ser consciente que ese inepto halla contaminado esa pequeña boca que tanto lo atormento a él, le pareció imperdonable y más el hecho que la haya dejado llena de angustia. Odio que le gane en algo.
-¿Seguirás siendo el reemplazo de la muerta?-le pregunto.
La pregunta fue lo mismo que una cachetada para que reaccione. Lo miró un largo rato.
-!No¡ -exclamó sacudiendo su cabeza.-ni soñando.-el tenía razón si seguía en el grupo, todo seguiría igual. Ella seria lo primordial para InuYasha pensando que era Kikyo. Debía cortar por lo sano. -Sesshomaru...-lo llamo insegura de su decisión. El la miro para que continúe.-¿Puedo... em... acompañarte en la búsqueda de Naraku?
-¿Porque?
-Porque si sigo con el todo seguirá igual. Quiero olvidarlo para siempre.
Sesshomaru no lo pensó mucho. Ahora él la tenía bajo su mando y podría satisfacer el hambre por esa humana que lo trastornó. Asintió. Desde ahora podría comenzar. Esbozo una lánguida sonrisa que casi hace que ella se desmaye. Se levantó y fue hasta ella. Tomo su mentón suavemente.
-¿Que... que haces?-tartamudeo sintiendo un ardor en su rostro sonrojado.
-Hummmm...-murmuró bajando su rostro despacio.-no quedará rastro de ese híbrido.-declaro contra sus labios temblorosos. Bajo su boca dominante sobre la de ella y marcó un beso apasionado y sin restricciones.-lo olvidarás por completo y solo yo dominare tu mente.
Ahome gimió buscando a ciegas su boca. Le daría una oportunidad, dejaría que él intente adueñarse de su roto corazón.
Fin.
