Hola, aquí os dejo otro de mis fics

Este mini-fic fue escrito originalmente en respuesta a un Challengue del Foro Sunnydale Express¿Qué hubiera pasado si...?

Título: La Esperanza de Feigenbaum, (Feigenbaum es el nombre del peluche de Fred)
Autora: Lluvia
Tiempo: Quinta temporada de Angel, entre el capitulo A hole in this world y Shells.
Pairing: Spuffy, Fred-Wes
Resumen¿Qué habría pasado si Buffy hubiera ayudado a Fred cuando Angel llamó a Giles para localizar a Willow?

Disclaimer: En este capi hay varias conversaciones tomadas integramente del capitulo Shells de la quinta temporada de Angel.


Parte primera

Había sido un mal día. Para ser justos, un día verdaderamente horrible, uno de los peores días que cada uno de aquellos hombres había vivido y esos hombres estaban especializados en esa clase de días.

Todos ellos habían luchado contra viento y marea durante ese día, y si sirviera de algo lo seguirían haciendo, lucharían contra gigantes y molinos de viento si con eso conseguían salvarla. Pero¿Acaso quedaba algo que salvar¿Quedaba algo de la Fred que todos habían conocido y amado¿O únicamente su cuerpo vacío, endurecido y provisto de cualquier tipo de humanidad, era lo único que el demonio les había dejado?

Wesley había visto su último aliento, había estado con ella mientras la infección acababa con su vida. La había sostenido mientras el demonio devoraba su cuerpo, solo para invadirlo con su indigna presencia. Una posesión que iba más allá de cualquier concepción. La pureza y candidez de Fred no debían ser profanadas de esa manera.

El miedo la había acuciado, no quería irse, no quería abandonar aunque el dolor fuera insoportable. Sin embargo, mientras el demonio arrasaba su cuerpo, ella había sido valiente. Valiente hasta el último instante, hasta el último latido. Luchó con todas sus fuerzas, pero no pudo ganar. Wesley la había tenido en sus brazos, la había acompañado hasta el final.

Y ahora ya no quedaba nada.

La había perdido. Había perdido a Fred. Había perdido a la mujer que más había amado. La única mujer a la que había amado. La única por la que habría dado su vida si así ella se hubiese salvado.

Illyria no solo había vaciado el cuerpo de Fred, también había vaciado el suyo. Ella había sido siempre su motivo para continuar, su razón, su todo. Y ahora ya no estaba. Se había ido. Illyria se la había llevado. Y con ella se había llevado a Wesley. Con la única ventaja de que Fred ya no sufriría más, mientras él padecería una muerte en vida.

Porque una vida sin amor, sin esperanza, sin Fred, no merecía ser vivida.

La culpa aquejaba a otros dos hombres en aquel cuarto. El primero de ellos no era un hombre en el sentido estricto, aunque sí un ser masculino.

Lorne el demonio vidente que adoraba la diversión, no volvería a ser feliz. Su amiga, su pajarillo cantor que llenaba sus días con joviales risas, había muerto. Y en su lugar, un demonio, un ser de los antiguos, se había apoderado de su cuerpo.

Él había tenido delante al culpable, le había examinado igual que al resto del personal de Wolfram&Hart, había oído un suave tarareo y había pasado al siguiente. Porque estaba ocupado, había que hacer muchas cosas y no había tiempo para preocuparse de ayudantes de laboratorio, con cierto aire nerd e infantil.

Si sólo hubiera estado más atento, si hubiera estado más concentrado, si hubiera escuchado mejor, tal vez… ¿Cuántas cosas podían haberse evitado si alguno de esos "si hubiera…" hubiesen pasado¿Podría Fred seguir viva y risueña si él hubiera prestado más atención al canto de Knox?

La culpa por lo que podía haber pasado y no había sucedido, era una cosa extraña. Pero nada comparado con la culpa por haber hecho algo indebido, ese era el sentimiento que oprimía a Gunn.

Si no hubiera pensado en él por encima del resto de las cosas, si no hubiera firmado ese papel…Pero sólo era un trozo de papel ¿Cómo iba a saber él las consecuencias que traería? Y sin embargo lo sabía, nada en Wolfram&Hart era gratis, todo tenía sus consecuencias. Todo.

Quería liberar su carga, quería confesar, pero algo se lo impedía. Tenía miedo. Miedo de que cuando el resto supiera que todo había sido culpa suya, que Fred había… por su culpa. Todo por su culpa, por su egoísmo, por su miedo a volver a ser lo que era, por miedo a volver a ser aquel chico callejero sin nada que ofrecer al mundo. Por eso habían perdido a Fred.

No, no podía confesar. Su pecado no podía ser perdonado, ellos no podían saber lo que había hecho.

Sólo dos hombres en aquel cuarto mantenían una pequeña puerta abierta a la esperanza. Hacía mucho que ninguno de ellos era un hombre propiamente dicho, y por eso su pequeña esperanza se mantenía. Eran vampiros. En su mundo la muerte no era el final, la muerte bien podía ser un nuevo comienzo.

Ambos habían muerto como humanos y renacido como hijos de la noche, ambos habían sido enviados al infierno y habían regresado, ambos habían perdidos sus almas y vuelto a recuperarlas. En sus experiencias basaban su esperanza. Si el alma de Fred seguía intacta podrían hacerla volver, igual que Wolfram&Hart había hecho volver a Darla, igual que Willow había hecho volver a Buffy. Aún había esperanza.

- Wes, sé que lo estas pasando mal – dijo Ángel intentando aplacar la ira que consumía al ex-Vigilante – pero necesito que estéis alerta, todos vosotros. Por el bien de Fred.

- Fred ha desaparecido – murmuró Wesley con la voz estrangulada.

- Eso no lo sabes – replicó Gunn aferrándose a las ultimas posibilidades.

- ¡Yo vi como la destripaba desde dentro! – gritó Wesley aquejado por el dolor de la perdida – todo lo que era ha desaparecido. Ya no queda más que la cáscara.

- Encontraremos la forma de rellenarla – dijo Ángel con más calma.

- Esa cosa solo se apoderó de su cuerpo – explicó Spike con vehemencia – no de su ser espiritual.

- Lo que importa es el alma – clarificó el otro vampiro.

- Confía en nosotros – añadió Spike – somos expertos.

- Pero y si… - comenzó a decir Gunn no queriendo abrazarse a una esperanza que podría ser solo polvo en el viento - ¿Y si sus órganos ya se ha licuado?

- Asados en un pilar de fuego salvando el mundo – respondió el vampiro teñido intentando convencer a Gunn – lo mío fue peor.

- ¿Tu crees… – preguntó Wesley con temor –… que hay posibilidades de recuperarla?

- El alma de Fred tiene que estar en alguna parte – explicó Ángel – La encontraremos y la devolveremos a su lugar. Y luego se lo haremos pagar a cada hijo de puta que intervino. ¿Estamos todos de acuerdo?

El silencio en la sala se pudo saborear durante un segundo, luego los cuatro hombres que quedaban en el despacho se pusieron de pie, comenzando a trazar el plan que les devolvería la alegría que sus vidas habían perdido en tan solo un día.

- Empecemos – animó Gunn.

- Necesitamos armas – requirió Ángel.

- Willow – aportó en seguida Wesley.

- Se ha enfrentado a los muertos antes – explicó Spike – lo ultimo que sé es que estaba en Sudamérica.

- La localizaremos y traeremos aquí – dijo Ángel reafirmándose en el plan – Mientras tanto debemos contener a Illyria – en aquel punto el vampiro se volvió hacia el ex-vigilante – Wes, tu eres el único que ha tenido contacto ¿Sabes a donde se dirige?

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Mientras tanto en las mismas oficinas de Wolfram&Hart, el poderoso demonio Illyria resucitado bajo la forma azulada del cuerpo de Winnifred Burkle, irrumpía en la oficina de Gunn para llevarse a Knox. Su sacerdote, uno de los adeptos que había ayudado a que lo que estaba escrito, lo que fue predicho, se cumpliera, el que había elegido el cuerpo de su portadora, el asesino intelectual de Fred, el Qwa'ha Xahn.

Con él en su poder, Illyria buscaría su ataúd de piedra para recuperar sus poderes y traer a su ejército a la Tierra, recuperando su reino y sus dominios.

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(Roma en el mismo instante)

- Hey Buffy – dijo Dawn asomando la cabeza a la cocina mientras cogía su bolso y rebuscaba algo en él – Voy a salir un rato. He quedado con Giulia y Marco, van a enseñarme un sitio en… ¿Oye has visto mi móvil? No sé…donde… – Dawn levantó la vista del interior de su bolso para mirar a su hermana ante la falta de respuesta - ¿Buffy? Sabes que llevas quince minutos lavando el mismo plato ¿verdad?

Buffy se giró hacia su hermana, con gesto interrogante y el plato aún en su mano izquierda mientras la derecha sujetaba el estropajo.

- ¿El plato? – le dijo Dawn señalándola con la mano, Buffy siguió mirándola sin entender – Llevas un cuarto de hora lavando ese plato, Buff.

- Amh, vaya…no me había dado cuenta – dijo Buffy dejando el plato en el fregadero con aire distraído y cogiendo otro.

- Ayer rompiste dos platos – continuó Dawn – y la semana pasada tres vasos y otro plato – Dawn se calló un momento antes de preguntar – Es por lo que nos contó Andrew¿no?

Buffy soltó el nuevo plato en la encimera y se agarró a ella con ambas manos, bajando la cabeza y refunfuñando.

- Es que… - comenzó a decir la rubia, girándose bruscamente hacia su hermana - ¿Cómo ha podido hacer algo así¿Cómo…¿Tanto le costaba coger un teléfono y llamarme?

- Mira, Buffy – dijo Dawn acercándose a ella comprensivamente – Creo que lo que deberías hacer es coger un avión y dejar de comerte la cabeza, y de paso dejar de cargarte nuestra vajilla.

- Supongo – murmuró Buffy levantando la cabeza y sonriendo levemente ante la sonrisa amistosa de su hermana – sólo que no se porque lo ha hecho.

- ¿Y eso no podrías solventarlo, preguntándoselo? – inquirió Dawn buscando la mirada de su hermana – Escucha, Buff. Hace tiempo que deje de intentar entender vuestra relación. Es excesivamente complicada para poder seguirla. Es decir, tú decías que le odiabas pero aprovechabas cada momento para tirártelo, él decía que haría cualquier cosa por ti pero intenta…hacerte daño. Vuelve con un alma porque creyó que era lo que tú querías y entonces le perdonas, pero dices que no volverás con él y sin embargo os hacéis inseparables. Y luego cuando finalmente admites que le quieres, él no te cree y te obliga a abandonarle para suicidarse salvando el mundo. Y ahora, no sabemos exactamente cómo, vuelve de entre los muertos y ni si quiera puede hacer una llamada. En fin…es de locos, Buffy.

- Lo sé – dijo Buffy intentado sonreír, pero sus ojos la traicionaron llenándose de lagrimas – es sólo que…Dios¿Cómo ha podido dejarme creer que seguía muerto¿Que…que yo le maté?

- Buffy – dijo Dawn cogiéndola de las manos y haciendo que la mirara – ya hemos hablado de esto. Tú no le mataste.

- Pero le deje allí…le… – Buffy tomó aire intentando no llorar – Dije que no iba a abandonar a nadie y dejé al hombre que… al hombre que más me importaba. Dawn, le abandoné sabiendo que iba a morir, dejé que sacrificara por todos nosotros y… ¡Dios! – se quejó Buffy pasándose la mano por el rostro para apartar las lagrimas que pugnaban por salir de sus ojos – La culpa me ha estado matando durante casi un año y resulta que él estaba vivo.

- Pues ve a verle y dale una buena patada en la entrepierna – dijo Dawn intentado animarla, pero su hermana no la escuchó.

- Y Ángel… ¡oh! Él…sabía, sabía lo mal que lo estaba pasando – continuó Buffy paseándose por la pequeña cocina del piso – Le dije que nunca me perdonaría el haberle dejado allí abajo, igual que nunca pude perdonarme el haberle mandado a él al infierno cuando lo de Acathla. Y el muy… ¿No puede llamarme y decirme, eh oye Buffy, no te auto-flageles más porque Spike ha vuelto? – Buffy emitió un gruñido saliendo de la cocina furiosa.

- ¿Y qué tal lo de ir a Los Ángeles y darles una paliza a ambos? – preguntó Dawn alzando la voz mientras la perseguía. Un minuto después Buffy emitió un gritó y dejó caer un vaso que llevaba en la mano y que se hizo añicos contra el suelo - ¿Es que no has oído mi discurso sobre la vajilla? – inquirió Dawn molesta - ¡Willow! – gritó al ver a la pelirroja en medio del salón parada delante de su hermana.

- ¿Wills, no puedes llamar a la puerta como todo el mundo? – preguntó Buffy repuesta del sobresalto.

- Es que tengo prisa – contestó la pelirroja con una sonrisa.

- Giles me dijo que estabas meditando en el Himalaya en no se que dimensión – respondió Buffy

- En el plano Astral – corrigió Willow – Lo estaba hasta hace un par de minutos, pero noté un cambio poderoso entre los planos…algo…algo antiguo y no precisamente bueno.

- ¿El Primero? – preguntó Buffy con temor, Willow negó con la cabeza.

- No. No creo que sea el Primero, pero es muy antiguo y poderoso – contestó la bruja – He venido en seguida para teletrasportarnos al Nuevo Consejo, a ver si Giles sabe algo.

- Está bien – asintió Buffy – voy a calzarme y coger mi chaqueta.

Willow cabeceó y la rubia desapareció por el pasillo hacia su habitación, dos minutos después Buffy volvió y las dos amigas se desvanecieron en un remolino de aire.

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- Espera – dijo Buffy agarrando a Willow antes de que tocara la puerta del despacho de Giles. La rubia había estado a punto de golpear a Andrew a la entrada, cuando el chico había intentado impedirles pasar – parece que Giles está hablando con alguien.

- Averigüemos porque ese enano mental no quería que entráramos – susurró Willow pegando la oreja a la enorme puerta de madera del despacho, mientras Buffy la imitaba.

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- ¿¡En el Himalaya!? Creía que estaba en Sudamérica – resonó la voz de Ángel por el altavoz del teléfono de Giles.

- Willow está en un retiro espiritual, Ángel – contestó Giles excesivamente frío, una tercera voz se oyó por debajo en el teléfono.

- Oye, escucha – dijo Ángel de nuevo - ¿Qué quieres decir con que no está en ese avión?

- Willow está perfeccionando sus habilidades en el plano astral – respondió Giles monótono

- ¿Has dicho…proyección astral? – preguntó Ángel – Bueno¿Y no hay forma de proyectarla a Los Ángeles? Giles esto es una emergencia¡Fred es una buena amiga!

- Lo siento Ángel tengo otra llamada – dijo Giles

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- Buffy tengo que ir allí – susurró Willow apartándose de la puerta – Sé lo que Giles opina sobre Ángel y Wolfram&Hart, y tiene razón en muchas cosas, pero yo conozco a Fred y si puedo hacer algo para ayudarla…

- Lo sé, me hablaste de ella cuando volviste de Los Ángeles el año pasado – dijo Buffy mirando a la pelirroja pensativa.

- Sea lo que sea que está pasando allí es malo – siguió diciendo Willow – lo sentí, quiero ayudar, pero Giles no me dejará si se lo digo.

- No tenemos porque decirle nada – respondió Buffy con seguridad.

- ¿Tenemos? – preguntó la bruja confusa.

- Voy contigo

- Buffy…- respondió Willow poco convencida

- Escucha, si esa chica… si tú dices que es una buena persona, puedo ayudar – dijo la Cazadora, Willow alzó una ceja escéptica – Vale – admitió Buffy – también tengo que saldar un par de cuentas pendientes, pero eso no quiere decir que no quiera ayudar. Además hace mucho tiempo que solo cazo demonios y vampiros de tercera fila, voy a oxidarme, Wills.

- Está bien – accedió la bruja reticente – pero procura no matar a ningún vampiro.

- Tranquila – dijo Buffy con una sonrisa tendiendo las manos hacia la bruja – Como mucho un poquito de tortura

- Buffy…- se quejó la pelirroja tomando sus manos para teletrasportarse

- Bueno…nada de tortura… - condescendió Buffy mientras el remolino de aire las teletrasportaba de nuevo.

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(Los Ángeles, Oficinas de Wolfram&Hart)

- Si – admitió Ángel aún al teléfono – aún sigo en Wolfram&Hart ¿Qué tiene eso que ver¿¡Si!? Lo comprendo – dijo el vampiro con furia, pulsando el botón de colgar y estrellando el teléfono contra la pared más cercana – Estamos solos.

- Pues empezaba a dudarlo – le dijo Spike sentado sobre el brazo de un sofá.

- No estáis solos – dijo una voz femenina apareciendo por las puertas del despacho.

- ¿Willow? – preguntó Wesley en un susurro.

- Nos tenéis a nosotras – añadió una segunda voz.

- ¿Buffy? – preguntaron ambos vampiros girándose hacia la puerta.

Continuará...