Toda historia tiene un principio…

Sábado por la mañana. Una suave lluvia golpea la ventana. Estoy sentado frente a la estufa y observo con detenimiento la leña que se consume como inducida por mi respiración. Tomo un libro. Me concentro excesivamente para que cada palabra impregnada en la hoja llene cada uno de mis sentidos.

Un gran perro plateado atraviesa la pared. "Sirius".

-Grimmauld place 12- Es lo único que dice, el perro desaparece.

Desde que escapo de Azkaban no había vuelto a tener noticias de él, solo lo que El profeta informaba. Escondiéndose de lo Dementores y yo del mundo no habíamos tenido oportunidad de vernos. Sonreí. Tome mi abrigo colgado en el perchero y Salí a paso rápido en dirección a su casa.

Espere frente a la puerta. Medité. Llené mi mente de recuerdos, de vida. Me acerque despacio. La puerta se abrió de golpe y una muchacha muy extravagante, cabello rosa apareció en el umbral. Me sonrió a modo de saludo y yo solo asentí. Pasó por mi lado y desapareció en la esquina empapada por la lluvia.

Camine por el oscuro pasillo. Solo una vez había entrado a ese lugar. Malos recuerdos, pero todo parecía seguir igual. Entre al comedor y una voz a mi derecha retumbo en mi mente.

-¡Hey Lunático!- volteé y ahí esta Sirius, recostado sobre un sillón- Demoraste mucho.

-Bueno, la verdad el trafico no es muy bueno- Digo con una sonrisa mientras miraba mi reloj- ¡Cretino! Solo han pasado quince minutos.

Se levanto con elegancia a pesar de su mal aspecto y me abrazó.

-Ya Canuto, no te pongas sentimental- Digo divertido.

-Lo siento Remsy, ya sabes lo que siento por ti- Dramatiza.

Nunca cambiará. Nunca cambiaremos. El espíritu Merodeador sigue en pie.

-¿Quién era la muchacha?-Pregunto.

-Ya sabes Lunático, como haces esas preguntas- Dice con picardía- Sigo siendo un hombre.

-Pervertido - Le critico

Rió por lo bajo.

-Es mi sobrina… O mi prima… O mi sobrina-prima… No lo se- se encoge de hombros- Linda ¿No?

-Algo- respondo distraído- Joven- Sentencio al ver esa sonrisa que tanto conocía de Don Juan.

-Es hija de Andrómeda. Mi prima- Agrega

Medite unos segundos. Andrómeda. Claro, como olvidarla, aquella única prima con la que se llevaba bien y tenía cierta atracción por los Muggles.

No volvimos a tocar el tema. Hablamos de otras cosas. Dementores. Escapadas. Escondites. Como llegó a su casa y los encantamientos que la protegían.

-Parece un lugar seguro- Le comento- con todos esos hechizo dudo que alguien encuentre la casa. Estas a salvo.

-Eso es lo que esperaba oír. Ahora ya no tendrás excusas para no venir a verme. Creo que me aburriré estando solo aquí- Dice un poco molesto.

-Por supuesto- Sonrió- No tengo nada mejor que hacer.

Me da palmetazo en la cabeza y me mira con reproche. Ambos reímos. Estando juntos volvíamos a tener diecisiete años.

Pase la tarde en su casa comentando anécdotas. Recordando algunas antiguas. Eran tantos años sin vernos y tener un buen rato para charlar, teníamos cosas que contarnos. Se hizo oscuro y decidí que era hora de irme. Prometí que vendría dentro de la semana. Atravesé la puerta y la cerré tras de mi.

oooo

Camino por las calles desiertas en una fría tarde de invierno. Nada de apariciones ni red flu dijo Sirius. Seguridad. Deseo llegar luego y poder secarme. Debo parecer idiota caminando bajo la lluvia torrencial. Apuro el paso. Falta menos. Logro ver la casa.

Doy un sonoro golpe con los nudillos. Un par de segundos después Canuto con su pelo un poco mas largo de lo habitual aparece.

-¡Lunático! Pasa, pasa- Dice rápidamente.

-¿Esperabas a alguien mas?- Pregunto

Niega con la cabeza mientras caminamos por el pasillo que dirige a la cocina. Saco mi varita y me seco rápidamente. El toma una taza y me ofrece chocolate caliente. Irresistible. Asiento.

La puerta volvió a sonar y lo miro con la ceja alzada.

-Nymphadora dijo que vendría- Y sale rumbo a la puerta.

¿Nymphadora? ¿Quién demonios en Nymphadora? Se suponía que estaba escondido y ahora resulta que recibe visitas. Di un sorbo al chocolate. Una muchacha que me resultaba familiar de cabello violeta apareció en la cocina y sacando su varita se secó la ropa. La mire unos segundos hasta que Sirius apareció tras ella.

Lo miró curioso y rápidamente dice:

-Casi olvidaba los honores, Remus Lupin, Nymphadora Tonks. Nymphadora Tonks, Remus Lupin.

Cedo la mano con cortesía y recuerdo. Era la muchacha del primer día que había venido a la casa.

-Iré por los libros- Le dice Sirius a la chica.

-Te espero.

Se sienta al otro lado de la mesa y me mira.

-¿Café o chocolate? Dudo que Sirius tenga otra cosa- Pregunto.

-Chocolate, gracias.

Hago aparecer una taza con chocolate para la joven. Es una situación un tanto incomoda.

-Así que te llamas Nymphadora- Comento.

-Prefiero que solo me llamen Tonks- Dice sonriendo- No se en que pensaba mi madre- Da un soplido.

-Yo encuentro que es un nombre lindo, inusual… Pero lindo- Le digo con sinceridad.

Ella se sonroja un poco y sonríe.

Dentro de la casa hay una temperatura más alta. Sencillo hechizo para el invierno. La joven solo esta con una solera. Yo sigo con el abrigo y creo que moriré de calor.

Apunto la solera de la joven. Levanta una ceja. Me sonrojo, creo que ha mal interpretado. Tiene razón, más que su solera parece que estoy apuntando "las razones" por las cuales Sirius dice que es linda. Siempre se ha fijado en eso en las mujeres.

-N-no… ¿T-te gustan las Brujas de macbeth?- Digo rápidamente leyendo su solera para que no mal interprete la situación. Tartamudeo un poco por lo vergüenza.

Ella suelta una carcajada.

-Por supuesto- Grita entusiasta.

Sin más se para sobre la silla y tomando una cuchara que esta cerca se pone a cantar.

Creo que si no fuera por los hechizos su voz se escucharía en todas las casas cercanas, aun así es bastante afinada. Mucho.

En ese instante entra Canuto a la habitación y nos mira divertido.

-Aquí están los libros- Dice mientras Tonks se baja de la silla.

-Gracias- Parece un poco apenada.

Toma su abrigo. Besa a Sirius en la mejilla y asiente en mi dirección. Es mi turno de sonreír. Desaparece por el pasillo.

-¿Qué le dijiste?- Me pregunta el pelinegro mientras toma asiento en la silla que antes ocupaba la joven y posa los pies sobre la mesa- Nunca he conseguido que una chica me baile en menos de veinte minutos- Me mira con picardía.

-No molestes Canuto, ella solo cantaba.

-Claro- rueda los ojos.

-Eres un prófugo calentón- Digo tratando de cambiar el tema. No puede molestarme con una niña. Por muy linda que sea- ¿Qué libros quería?

-Mmm, pues unos sobre criaturas exóticas. Dijo algo sobre una amiga y clases de no se que cosa. Ella acaba de salir de su curso de Auror.

Cambié el tema y empezamos como siempre a conversar de trivialidades. Le ayude a limpiar un poco la casa. Quede en ir el jueves siguiente para limpiarla un poco más. Antes de irme dijo:

-Si limpiamos bien la casa, quizás podrías venir a quedarte aquí.

Le sonrió. Es una buena idea. Desaparezco por el umbral y mi cuerpo recibe una vez más la lluvia.

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

¡Hola! Tantas Lunas… No había podido subir nada porque estoy trabajando, no es la gran cosa pero el trabajo queda a dos horas de viaje, por lo mismo llego cansadísima… Dolor de espalda xx

Bueno, pero eso es cosa aparte, en el viaje escribí esto. Lo dejo para ver que les parece. Ya veré cuando subo otro poco. Es claramente un poco sacada de contexto. Y talvez podría ser algo como la parte anterior a "una singular familia".

Les digo también que subí un fic en la categoría "Remus/Sirius" De esas cosas medias raras que escribo yo, ya saben un poco ilógica. Pero es una conversaron de ellos sobre Tonks, así que quizás podrían echarle una mirada jejeje se titula "Un Gryffindor no siempre es tan valiente"

Espero que estén de lo mejor…

Criticas-Sugerencias- GO