[Reedición 2015]
Esto necesitaba una pequeña garra de tigre. :9
Esto lo escribí en los viejos tiempos, cuando era partidaria del GilbertAda. Pero en definitiva el VinceAda es amor puro. *paz interna*
Aclaraciones: Pandora Hearts y sus personajes son propiedad de Jun Mochizuki. Ésta historia se realiza sin fines lucrativos. Gracias!
Sombrero
Spoilers del anime.
Oz no necesitaba ser el genio matemático de su época para saber que el sombrero de Gilbert era muy importante. Es decir, ¿quién lo sacaría a él y a una adormilada Alice, temprano por la mañana, sólo para buscar un simple sombrero?
— ¿Por qué no te olvidas de ése y te compras otro? —preguntó el Vessalius.
— ¡Porque yo quiero ése! —respondió haciendo una rabieta.
Oz sólo pudo cuestionarse, nuevamente, la valía de ése sombrero.
ɞ
Durante la reunión con el tío Oscar y el posterior escape de Alice, acudieron con Sharon para que les explicara por qué Emily —la extraña muñeca parlante de Break— estaba tirada en una callejuela de la ciudad. La heredera Rainsworth les dio una breve explicación, para después mandarlos a la dimensión del Gato Cheshire con el poder de su cadena, Eques.
Durante su caída por el agujero dimensional, Oz se percató de algo.
—Gil —lo llamó—, ¿tu sombrero?
— ¡Un rarito lo usó, así que lo mandé a lavar! —respondió enfurruñado.
El ojiesmeralda no pudo pensar más al respecto, pues al darse cuenta ya se encontraban en una extraña dimensión.
ɞ
Con lo que pasó después no tuvo oportunidad de volver a cuestionar; especialmente cuando a su regreso a los Cuarteles de Pandora, Jack Vessalius se había hecho presente en su cuerpo.
Pero era un mocoso, no podía quedarse con la curiosidad estancada.
Entró en una de las habitaciones de la mansión Rainsworth, Alice devoraba varios trozos de carne en la terraza, mientras Gilbert leía un libro con interés.
—Gil —canturreó con una sonrisa malévola.
— ¿Qué sucede? —inquirió dejando su lectura de lado.
—Dime, ¿por qué es tan importante ése sombrero? —apuntó.
— ¿E-eh? —en un instante sus mejillas se habían coloreado de un fuerte rojo.
Oz ladeó la cabeza, intrigado.
ɞ
Días después el tío Oscar arribó temprano a los Cuarteles de Pandora, entregándoles unas prendas blancas y subiéndolos a un carruaje a prisa.
— ¡¿A dónde nos lleva?! —Gil chilló, exaltado por verse vestido con semejantes ropas.
—No grites, Gilbert —el hombre mayor movió su dedo índice de un lado a otro, de modo infantil—. Esto es una misión, una importante misión que sólo nosotros podemos completar.
Los tres presentes miraron al mayor expectante.
—Hace unos días una carta llegó desde Lutwidge.
— ¿Qué es Lutwidge? ¿Eso se come? —Alice preguntó.
Después de que Oz explicara qué era, el tío Oscar prosiguió. Ada se encontraba en Lutwidge. El corazón del menor Vessalius latió con nervios; pronto tomó la carta de su pequeña hermana entre sus manos para leerla en voz alta.
— […] Y estoy enamorada de alguien —finalizaba el escrito.
Por supuesto el tío Oscar reaccionó como un padre celoso, haciendo rabietas de niño pequeño.
Apenas llegar a su destino, las afueras de la Academia Lutwidge, entraron por un pasadizo secreto propiedad de la familia. Aunque rápidamente fueron descubiertos por un par de alumnas, por lo que en medio de la graciosa huida, terminaron separándose.
Oscar y Gilbert terminaron refugiándose entre los polvosos libros de la biblioteca, donde también merodeada la prefecta: la dulce Ada Vessalius. Tras hablar un poco con ella, salieron en busca de Oz y Alice.
El reencuentro entre los hermanos había sido emotivo. Digno de una novela, aunque rotó por la patada voladora de Alice que había asestado en el rubio.
—Gil, también ha pasado tiempo desde la última vez que te hablé así —sonrió la rubia.
—Es verdad —le devolvió la sonrisa apenado.
Los otros dos Vessalius escucharon atentos la conversación.
—El sombrero que te regalé, ¿lo estás usando?
—Sí, sí, por supuesto —se apresuró a responder.
Oscar y Oz se miraron entre sí con susto, mientras extrañamente entablaban una conexión mental.
—"¿Sombrero? Si estamos hablando de un sombrero…" —pensaron a la vez.
Segundos después pusieron rostros de horror. ¡ERA ÉSE SOMBRERO!
—"¡¿Es un regalo de Ada?!" —exclamaron mentalmente.
Los otros los observaron con curiosidad.
—Ada —canturreó el mayor Vessalius—, el tío Oscar quiere preguntarte algo sobre tu carta.
Raven sintió un extraño escalofrío.
— ¿Eh, la carta? —repitió sonrosándose.
Después observó de reojo a Gilbert, que también la veía expectante. Inmediatamente su rostro se ruborizó por completo.
ɞ
Habrían acorralado a Gil de no haber sido por los Baskerville que habían aparecido en la Academia.
A eso de la tarde, el carruaje en el que habían llegado emprendió camino de vuelta a la mansión Rainsworth.
Dentro Oz miró con malos ojos a su amigo.
—Gilbert idiota —bufó.
— ¡¿Qué?! —saltó ofendido—, ¡todo lo que hacía era defenderte!
— ¡Y por tu culpa no pude preguntarle a Elliot sobre la canción! —chilló, hartando en el proceso a Alice que lo azotó contra el vidrio de la ventana.
—Por otra parte, Gilbert —Oscar se unió a la conversación—, ¿me puedes explicar qué pasó? —preguntó con una sonrisa tétrica.
— ¿De qué habla, Oscar-sama?
— ¡Lo sabía! ¡Mujeriego! —alegó, asustándolo y de paso también a Oz.
— ¡¿Eeeh?!
— ¿De qué estás hablando, tío? —inquirió Oz.
Alice dormitaba sobre su hombro.
— ¿Tú tampoco lo entiendes, Oz? —su voz se volvió dramática—, ¡éste demonio enamoró a nuestra pequeña Ada!
— ¡Y-yo nunca hice algo así!
— ¿Entonces por qué tartamudeas? —intervino Oz.
—E-eso es porque… bueno… eh…
— ¿Por eso tu sombrero es especial? —volvió a preguntar Oz. El pelinegro torció los labios incómodo—, tranquilo, no te echaré bronca. Lo prometo.
El Nightray se tomó varios respiros antes de responder afirmativamente y agachar la cabeza avergonzado. Oz y su tío sólo sonrieron.
Ada estaba en buenas manos.
