CAPÍTULO 1: PERFILANDO UNA NUEVA VIDA.

Era la más conocida del barrio. No por nada la llamaban Afrodita: la diosa del amor y la belleza. Todos los hombres sucumbían ante su poder, perdiéndose en sus ojos celestes. Era la preferida y siempre la buscaban a ella, sólo a ella. Y se sentía tan feliz, tan amada, tan especial. No era precisamente lo que había buscado. Ni se imaginaba que terminaría como fufurufa y a mucha honra!. Ella no robaba, no mataba, para tener un sustento, ni una casa… ni nada! Todo lo que deseaba, y había deseado por tanto tiempo, lo tenía allí. Amor, respeto, y sobre todas las cosas, dinero… todo el dinero que pudiera desear. El Santuario (lugar honorable donde ofrecía sus servicios), le había ofrecido todo lo que necesitaba y mucho más. Obviamente, cómo no sabía nada de llevar cuentas, Máscara de la muerte, su jefe (algún día debería preguntarle por qué del sobrenombre tan tenebroso), le llevaba las finanzas. Así, si deseaba comprar algo, simplemente le pedía desembolsara, y listo! Mejor que un banco y más seguro que esconder debajo de la cama el fajo de billetes. Tomó uno de los cigarrillos en el bolsillo de su chaqueta, colgada en la silla cerca de la ventana que siempre solía sentarse en las mañanas. Ahí, en la esquina, veía a los mismos niñitos: uno jugando entretenido con un improvisado carro hecho de latas (Dios, acaso estaría vacunado? De llegar a lastimarse, necesitaría fijo una antitetánica) y otro intentando vender frunas. Obviamente, sólo lograba caras de desaprobación y una que otra moneda de gente que no buscaba comprarlas, algunos porque simplemente sólo querían ayudar de una forma, otros porque temían le hubiesen echado algo. Cuando el mayorcito recibía alguna moneda, se mostraba muy entusiasta y le daba una de las frunas al más pequeño que le sonreía cándidamente. Destapaba y comía dos mientras le ofrecía las otras dos a su nisan. Una escena entrañable. Y eso lo veía todos los santos días; así hubiese sol, lloviera, tronara… en fin. Para suerte de los pequeños, hoy la mañana estaba realmente hermosa, y no tendría la cita sino hasta las 5 de la tarde. Entonces, se puso a hacer la tarea que le habían colocado, porque podría ser muy fufurufa que fuera, pero eso no le impedía estudiar. Estaba conciente que la belleza era pasajera, y no quería terminar como esas pobres viejas que se vendían por cualquier pedazo de pan. Muy pronto, terminaría el bachillerato a distancia, y sólo entonces, podría comenzar a estudiar abogacía. Para acabar así con los males de la sociedad, o al menos, empezar a mejorarla. Para que niños como los que siempre veía en la esquina cuando se levantaba, no tuviesen que mendigar en la calle.

Y pasó el día, y llegó la noche… otra noche más de trabajo. Máscara de la muerte la amaba. Cuántos clientes no había traído desde que ingresó? Y quien sabe, a lo mejor con el paso del tiempo, empezara a amarla… pero era difícil sabiendo que Afrodita no era tal sino Gabriel… un muchacho que algún día, llegó a su puerta más muerto que vivo pidiendo posada. Le tomó un año convencerle, y con esa belleza tan despampanante e inusual, Afrodita nació de la nada… como la diosa misma. Y ahora, 5 años después, era la reina del lugar.

Un nuevo día había llegado. Esta vez, llovía. Afrodita no quería levantarse de su cama. Los clientes de la noche anterior fueron demasiado… mmm… fogosos. El frío había encalambrado sus piernas y sus manos. Lo mejor era quedarse ahí quietecita, y esperar que sus extremidades se recuperaran. Entonces, un grito la sacó de la roña que estaba haciendo hacía unos instantes. Se levantó muy a su pesar dirigiéndose a la ventana. Unos jóvenes peleaban con los niños de la esquina (vieron? Hasta en días lluviosos se hacen ahí). El más grande tomó la cajita de frunas y la botó despectivamente. El mayorcito se lanzó contra el busca problemas pero era obvio el resultado. Afrodita iba a cerrar las ventanas. No era su problema, pero entonces observó que los otros miembros de la pandilla tomaban al más pequeño de los hermanos y se lo llevaban al callejón. Y eso, ya no le sonó bien. Tomó rápidamente su bata y cogió un paraguas que guardaba detrás de la puerta saliendo apresuradamente. Antes de salir del "antro" tomó un arma que guardaba su jefe detrás del mostrador. Con la juventud de estos días, uno nunca sabe con lo que se pueda topar. Salió, cruzó la calle y comenzó a caminar 3 cuadras abajo, buscando el callejón que desde su ventana había visto. Le tomó unos cuantos minutos encontrarlo, a dos calles y media de donde se encontraban.

"Déjenlo ir, malditos… déjenlo ir!"

"Ikki… Ikki!"

La joven de cabellos celestes y peculiar lunar cerca de su ojo izquierdo se dejó guiar por los gritos de los pequeños. Cuando por fin hubo llegado, asomó su rostro para ver la situación: dos de los pandilleros tomaban a Ikki de ambos brazos, a una distancia prudencial de su hermanito… un niño de unos 5 años, con unos ojos esmeralda, los más hermosos que haya recordado, visto hasta el momento. Cuatro de ellos, le estaban manoseando, dos atrapando sus manitas y piernas abriéndolas para que su hermano mayor pudiera ver, mientras otro comenzaba a meter un dedo en el pequeño agujerito. Shun lloraba inconsolablemente, mientras gritaba desesperado por su hermano, quien tan pronto intentaba zafarse era cruelmente golpeado en el estómago.

Afrodita, llena de indignación, salió de su escondite. Un fuerte sonido les hizo ganar la atención de todos los presentes. Acababa presionar el gatillo de la escopeta fue suficiente para que todos los malandrines se pusieran pálidos. Y sin más ni más un 'vámonos muchachos' seguido sonidos de pies corriendo fue lo único que luego se escuchara. Shun lloraba, y se había recogido en si mismo. Ikki sólo miraba asustado a la peculiar señora, la cual se dirigió donde se encontraba el pequeño peliverde. Colocó sus pantaloncillo en su lugar, lo tomó protectoramente entre sus brazos para luego acercarse al segundo pequeño. "Puedes caminar?" Ikki seguía mirando sin entender el proceder de la mujer. Un leve asentimiento. Bien. Porque con este aguacero, y con este niño en brazos, no creo poder portar ese paraguas. Lo harías por mi?" Ikki se incorporó. Limpió sus rodillas y se dejó guiar por la mirada de la señora. Luego, abrió el paraguas y tanteando la altura de su salvadora, decidió empinarse para lograr el cometido que se le había indicado. Afrodita no pudo evitar sonreír. En cambio, ella también se agachó para poder facilitarle algo de la tarea al pequeño. Y así cruzaron la calle, subieron y llegaron.

"Que tu quieres, QUE!" los ojos desorbitados de Máscara de la muerte habían hecho que el menor de los hermanos se refugiara detrás de Afrodita.

"Lo que escuchaste. Quiero adoptar a estos niños"

El moreno levantó el dedo y abrió la boca… se quedó pensando. Volvió a sentarse… entonces su cabello se encrespó, volvió a levantarse e indicando con el dedo al pequeño. Volvía a abrir su boca sólo para que nadie saliera. De nuevo se sentó. Con sus manos revolviendo su ya revuelto cabello xDD, llevándose las manos a su cara, y abriendo los dedos para dejar ver sus cansados ojos

"Por qué llegaste a esa decisión. Es que acaso, conoces a estos niños?"

"De toda la vida" contestó sonriente

"Acaso, son familiares?" – un dejo de miedo inundando su voz. Si Afrodita recordaba quien era… entonces, eso quería que deseaba regresar con su familia… por ende, se acabó el negocio :S.

"Hahaha… tontín. Si sabes que no tengo memoria… dudo mucho que les reconociera aún si les viera en mis propias narices" El moreno suspiró. "Si, si claro… tan bobo yo… hahaha… si… pero volviendo al asunto… por qué?"

"Porque si" punto final. El de cabellos violetas sintió como perdía el equilibrio y caía de la silla. Porque si? Estaría hablando en serio? Su rostro se veía tan resuelto. Y tomaba de la mano a esos niños con tanta ternura y devoción. Claro, en otras circunstancias, sería una escena adorable. Sólo que había pequeños problemitas:

Era un prostíbulo

Afrodita era su mejor prostituta…

Que hacer? La joven seguía expectante por la respuesta que le pudiese dar su jefe.

"Y si me niego?"

"Lo haré de cualquier forma" bueno, lo había tratado… claro, aún había otra carta por utilizar.

"Si los de bienestar familiar se enteran…"

"Dudo mucho que se enteren… a menos claro está, que alguien se los diga" sintió ojos celestes mirándolo en profundidad "cosa que no creo, porque estamos entre amigos… verdad?" no le gustó el tonito. Él no era un hombre de paciencia precisamente. De ser cualquier otra mujer, su rostro ya estaría estrellado contra su escritorio, y de patitas en la calle. Pero era la que más ganancias le daba… y obviamente, ella lo sabía.

"Criar un niño no es tan fácil como tu piensas" – la última carta que le quedaba. Hacerla caer en razón. – "necesitan un buen lugar donde vivir, un lugar limpio y sano… y tu no tienes con qué ofrecérselos"

"Pero por supuesto que si, si ya lo tengo todo planeado" comentaba complacida y chocando ambas palmas de las manos. "Podrán dormir conmigo… después de todo, mis clientes no llegan sino hasta la tarde. Buscaré un buen colegio para Ikki y para Shun una guardería, así estarán ocupados hasta la noche, y luego Marieta los recogerá"

"Pensaste en todo verdad?"

"Así es . En cuanto a la comida, los juguetes o demás cosas que los niños puedan necesitar, tengo 5 años de trabajo acumulados… y no creo haber gastado todo el dinero… verdad?" – seguía mirándole con sólo esa mirada que podría darle para poner la carne de gallina.

"Si… si… tienes tu dinero. Sabes que cuando lo necesites, ahí estará".

"Entonces, todo resuelto, verdad? Mañana necesito que me des el día libre. Ya sabes, para buscar el colegio a los niños y comprarles ropa."

"Aja si… lo que quieras. Pero luego debes reponer el tiempo perdido! ¬.¬"

"Como gustes amor"

Salió soltando un beso al aire. Se veía en verdad muy contenta. MM (como le decía Afrodita para no decirle mascara de la muerte y morir de asfixia en sólo pronunciarlo xP) se sentía derrotado. Pero lo mejor, era dejar que probara un poco de la maternidad. No le daba más de una semana… ya estaría aburrida y buscando a alguien para que se ocupara de los niños. Aunque, el pequeño no estaba del todo mal… quien sabe… a lo mejor, con el paso del tiempo, una nueva estrella nacería. Ya hasta le tenía el nombre pensado: Andrómeda. Si, sería una hermosa damita… sin duda alguna. Un futuro prometedor le esperaba.

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Siete de la mañana de otro nuevo día. Afrodita se despertó abrazando a sus nuevos retoños. El mayorcito, aún se encontraba renuente a la bondad de aquella mujer. Es más, su jefe, no le inspiró ni un poquito de confianza, pero al menos tenían un lugar cómodo donde pasar la noche. No le había parecido tampoco, el hecho de ser separado de su hermanito. Después de todo, desde que tenía memoria, siempre le había cuidado. Shun por su parte, se había hecho al lado de Afrodita, como buscando calor. La joven no pudo evitar sonreír. Si, había hecho lo correcto.

"Primores, primores hora de levantarse, tenemos muchas cosas que hacer" abrió las cortinas, el sol bañando cuidadosamente a los dos niños. Ikki fue el primero en despertarse, pero contrario a lo que la joven de cabellos celestes se hubiese imaginado se sentó en mariposa cruzando los brazos mirándola furiosamente. Por otro lado, Shun solo volteó de lado, porque los rayos del sol le estaban impidiendo seguir su sueño xDD. Cuando Afrodita se disponía a despertarle, Ikki le tomó de la muñeca, indicándole por gestos que quería tener una charla seria… ya saben, de hombre a mujer xD.

Salieron del cuarto, y se encerraron en el baño. Afrodita no sabía que decir ante el comportamiento del mayor de los hermanos. "Escucha. Se que esto va a sonar fuera de lugar y que has sido muy buena con nosotros. Pero por ningún motivo voy a dejar que nos adoptes". Afrodita levantó la ceja pero Ikki no le dejó continuar. "Hemos estado por nuestra cuenta desde que nuestros padres murieron. Y no voy a dejar que la primera cara bonita que pase por nuestro camino y se sienta benevolente me separe de mi hermanito". Una carcajada fue lo que finalmente despertó a Shun, quien extrañado empezó a mirar a todos lados buscando por su hermano y la señora. "Comprendo. Eres el típico hermano sobreprotector". "No soy sobreprotector… sólo que… mi hermano… tiene una extraña maldición. Todos quieres aprovecharse de él! Y si no estoy a su lado, entonces quién puede protegerle!" comentó molesto el niño. Iba a responderle cuando la imágenes de lo que había pasado en el callejón llenaron su mente. Ikki era demasiado maduro para su edad. Quizás, algo más pasó en el pasado, que le halla obligado hacerlo (y bueno, la muerte de sus padres ya es algo -).

"Mira. Lo único que busco es el bienestar de ambos" Ojos celestes encontrándose con azules cobalto. Afrodita se arrodilló para poder hablar de tu a tu con el pequeño. "Si tanto te preocupa el bienestar de tu hermano, podemos hacer que estudies por la mañana. Así puedo cuidarlo yo. Y cuando ingrese a la guardería, te dejaré con él. Como serás el niño más grande, no creo que nadie abuse… que te parece?" Ikki la miraba con algo de desconfianza. Finalmente, tendió su mano y ambos la estrecharon como sellando un pacto. Entonces la puerta se abrió. Unos ojitos somnolientos mirando. Shun se llevó sus manitas a los ojos, como intentando aclarar su campo de visión. "Nisan… Afrodita, ocurre algo?" su voz infantil creó en ambos la misma reacción: poner ojos de ternero degollado xD

"Nada pequeño… sólo, estaba arreglando algunas cositas con tu hermanito… pero todo ya está bien… verdad Ikki?" El de cabellos oscuros sólo volteó su mirada, tomó a Shun y lo alzó. Ahora señorita, si me disculpa, debo asear a mi hermanito. Y sin más ni más, fue sacando a la joven, que cada vez estaba más y más sorprendida con la personalidad de Ikki.

Ese día sería muy largo. Aparte de comprarles ropa, calzado, algunos juguetes… debía buscar una guardería que estuviese cerca y un colegio para el mayorcito. Diantres! Se le había olvidado! No tenía papeles y así, no podía hacer nada… estaba de manos atadas… a menos que…

Tomó la bata y bajó directo hacia la oficina de MM, el cuál estaba ocupado, con unas finanzas.

"Hola amor!" – alegremente, fue sentándose en las piernas del moreno, que tuvo que soltar su cigarro, para luego hacer malabares y no terminara cayendo en su costosa alfombra persa.

"Tu? Tan temprano? Ahora que bicho raro te picó mujer… a menos que… quieres deshacerte de los niños?" woa… eso si que fue rápido. Dios Máscara de la muerte, eres un genio v.

"De que hablas querido. Ahora estoy más convencida que nunca, hice lo mejor por ellos… sólo que… tengo un problemita…"

"Un problemita?"

"Aja… no tengo papel de los pequeños… sin papel, no hay guardería, y si no hay guardería…"

"Si, si. Ya voy captando el meollo del asunto. Qué sugieres entonces?"

"Papeles"

"QUE! ESTAS LOCA MUJER!"

"Ahhh… ahora me vas a decir que es ilegal… no?"

"Por supuesto que no… eso es lo de menos… pero sabes cuán costoso es sacar papeles falsificados? Porque debe hacerse con gente que sepa, a menos que los quieras de tercera, pero entonces no me comprometo."

"Sería más fácil si te presentas a la notaría" – Marieta, quien estaba escuchando la conversación se animó a intervenir. "Puedes decir que vienes del campo, que acabas de venir a la ciudad, y que vienes a registrar a los niños. Como son niños, no creo que haya problema… y mejor porque son pequeños. Si te preguntan por qué no les registraste antes, dices que vienes del campo, y ya".

Los ojos de Afrodita se iluminaron. Si, quizás tenía razón! Y con eso, explicaría por qué ella tampoco tiene papeles de registro. Y todo solucionado. La joven de cabellos celestes saltó feliz hacia su mejor amiga, dándole un beso en la mejilla para salir corriendo. Definitivamente, iba a ser un día muy largo…

Continuará

Notas de la autora:

Bien… que les pareció? Un poco distinto a Conquista, pero espero les guste xP. Afrodita, no es tan linda? xDDD. En fin… traigo unas palabritas a colación xDD Porsi no nos entendemos… Ya saben, su opinión es muy importante para mí… así que… reviews… espero reviews v. Dependiendo de ellos… pues voy a ver qué cap saco primero… si otro de Conquista u otro de este xP… dioses… y si me escriben mucho de ambos… pos… será hacerle a ambos hahaha xDDD

Para los que han visto Todos quieren con Marylin xDDD ya deben estar acostumbrados a este término. Si no, simplemente denota a las prostitutas xD!.

Frunas: son unos dulces, como gomas pero se derriten en tu boca :D

Roña: dícese xDD de cuando uno está muy feliz en la camita haciendo pereza.

Ojos de ternero degollado. Expresión que se usa, cuando se quiere decir pone ojitos muy tiernos, como los de cachorrito regañado xP.