Hola a todos! He aquí una pequeña historia de nuestros personajes favoritos del PV para este mes de Octubre. Quizás un poco oscura, pero entretenida, tranquilos, quienes me conocen saben cómo terminan mis historias. Y esta historia contará solo con 5 capítulos, no más. Así que sin más qué decir aparte de que espero ver algún cameo de estos personajes que me encantan… COMENZAMOS!

Capítulo 1.

Acosadora.

Félix estaba acostumbrado a tener que lidiar con los constantes admiradores. Pero siempre intentaba poner su mejor cara y ser lo más educado posible. Así que cosas como cursis cartas de amor y regalos eran cosas que ya estaba acostumbrado y que le parecían tan vacías como las chicas que se lo mandaban, por suerte Natalie estaba lista para interceptar todo eso en su casa. Siempre intenta ser amable aunque claro, hay excepciones.

-¡Hola Félix!- saludó Bridgette que fue hacia él casi tropezando sobre sus propios pies al verlo ingresar a la escuela. Félix solo siguió caminando rezando para que no lo siguiera, cosa que ella hizo.- Tengo un par de boletos para ir al cine y quisiera saber si...

-No.- contestó pasando de largo.

-Pero aun no sabes que...

-Si es alguna invitación de tu parte la respuesta es siempre y será no. No importa cuánto lo intentes.- el mechón de cabello de Bridgette decayó al igual que su ánimo. Félix fue a su casillero donde Allan ya le esperaba testigo de lo acontecido.

-En serio quieres firmar tu sentencia de muerte, viejo. Aly y Allegra ya te tienen en su lista negra por las veces que has puesto a Bridgette triste.

-Como si me importara. Lo único que quiero es que me deje en paz.

-Vamos Félix. ¿Qué tienes contra Bridgette? Digo, es linda, inteligente, graciosa y te ha hecho unos bocadillos que bien te has zampado a escondidas.- Félix se sintió incómodo, en eso tenía razón, pero tenía que concentrarse en lo esencial.

-Es una acosadora. Igual que todas las chicas que me siguen y me piden autógrafos.

-¡Eso no es verdad!- al abrir su casillero Félix vio algunas cartas y Allan silbó al ver el pequeño montón.

-Vale. Aunque estas son menos que la última vez, tu mirada matadora ya las está poniendo a raya. Pero creo que te equivocas con respecto a Brid. Te dejo, voy a intentar que mi novia y su amiga no te maten cuando te vean entrar al salón.- Allan se fue entre risas y Plagg aprovechó para salir y posarse sobre los guantes de esgrima de Félix que estaban en el casillero.

-Vaya que eres frío. Sabes, aceptar una invitación de parte de esa chiquilla no te matará.

-Mi orgullo moriría. Además, yo estoy enamorado de Ladybug. No de la patosa de Bridgette.- Plagg suspiró.

-A veces las apariencias engañan. Si no vez más allá de una persona te perderás de mucho.- Félix arqueó la ceja ante la extraña sabiduría que su kwami demostraba. Suspiró no deseando darle la razón y tras dejarle un pedazo de queso se marchó a sus clases.

Todo marchó como era habitual, Claudia casi encima de él. Allegra y Aly mandando con sus miradas amenazas de muerte, Allan hablándole sobre temas de los cuales encontraba entretenidos, y Bridgette algo decaída sin verlo. Pero sabía que sería por poco tiempo, ella siempre terminaba por volver a sonreír y brillar como era su costumbre, y no se equivocó cuando la vio reír y jugar con sus amigas y Claude en el receso. Era siempre lo mismo, ya esperaba que esa tarde volviese a intentar invitarlo.

De repente vio a Claude alzarla de sus caderas y darle varias vueltas en el aire.

Su ojo tuvo un ligero tic. Había algo en aquella escena que lo irritaba de sobremanera, la forma en que reían, en que este se tomaba unas confianzas que no debían ser propias de un amigo… ¡¿Pero qué le importaba?! Decidió ignorarlo y seguir su almuerzo con Allan que le estaba contando sobre la hermana de su novia. Sintió pena por él. O al menos era así hasta que se distrajo y Allan lo miraba con los ojos entrecerrados y una gran sonrisa.

-Parece que ves mucho a Brid.- ese tic en el ojo volvió.

-Hacen demasiado escándalo, obviamente llaman la atención.

-¿Ah, sí?

-Mejor deja de mirarme así o te haré una llave como la que te hizo la hermana de Aly.- Allan sonrió con un brillo en los ojos.

-¡Si me escuchas!- Félix suspiró. Era su amigo pero a veces no lo toleraba…

Al regresar a clases lo primero que hizo fue sacar de su maleta la libreta para la siguiente clase, pero algo llamó su atención, un sobre rosa cayó de entre sus cosas. Lo tomó y lo vio detenidamente. Rosa y con un sello de corazón.

-Qué rayos…

Se sintió ofendido por la violación a su espacio personal. Nadie hasta entonces había puesto esa clase de cosas en su mochila, solo en el casillero. Y solo podía pensar en una persona que podría hacer eso. Así que cuando la vio entrar, rodeó su mesa y le extendió la carta de modo despectivo.

-Te he dicho que no iría contigo a ninguna parte así que déjame en paz.- Bridgette lo miró confundida y luego la carta.

-Yo no envié eso.

-No mientas. Esto tiene tu sello.- soltó cada vez más irritado y le puso en la mano la carta con más brusquedad de la que hubiese querido.- No te atrevas a volverlo a hacer y tocar mis cosas.

-¡Oye! Para el carro Agreste.- intervino Aly.- Bridgette no te pudo dejar esa carta porque estuvo con nosotras todo el tiempo. Y no es la única chica tras de ti. Tienes a media escuela y también está Claudia.

-¡A mí no me metas con el grupo de admiradoras como a Bridgette, Cesaire!- soltó Claudia con desprecio y se acercó para quitarle el sobre a Bridgette.- Lo de mi Félichoo y yo es algo diferente y más profundo que simple fanatismo como aquí con Britonta. Y ni loca mandaría una carta tan cursi como esta.- y sin más la rompió frente a todos. Allegra se dio un golpe en la frente.

-¿Sabes que existía la posibilidad de ver quien había mandado la carta si es que estaba firmada?

-¡Tonterías! Aquí tienen a su acosadora número uno. No tienen que buscar más.- aseveró señalando a Bridgette que frunció el ceño molesta.

-¡Que no he sido yo! Lo digo en serio.

-Ya basta.- dijo Claude mirando a Claudia y a Félix.- Si ella dice que no fue no lo es. Así que ya dejen a Brid en paz.

Claudia se fue a su lugar restándole importancia al asunto con ese aire de diva que se cargaba y Félix al ver a Bridgette, esta evitó su mirada. Por alguna razón no le gustó la desazón de la culpa, pero había tenido sus razones para sospechar, después de todo era la perfecta candidata. Aly acompañó a su amiga a su lugar y ya sentadas Bridgette suspiró a lo bajo.

-Brid, no te pongas triste. Eres inocente.

-Pero no menos sospechosa. Tal vez… me lo merezco.- dijo con pesar sin saber que Félix la había escuchado.

Quiso decir algo, pero el maestro llegó y ya no pudo hacerlo…

La hora de deportes le parecía a Félix una materia de lo más fastidiosa. Tenía un excelente estado físico por su trabajo de modelo y no contar con ser Chat Noir, pero prefería hacerlo a estar con Claudia que supo zafarse de la clase con alguna ridícula excusa. El resto corría por todo el patio intentando acabar las cinco vueltas impuestas por el joven maestro. Félix llevaba un ritmo constante estando a mediados del grupo. Allan, que iba detrás, parecía ya caer desmayado en esa que era la tercera vuelta, pero el moreno se las arregló para poder estar a su ritmo.

-O-Oye... baja un poco el ritmo ¿quieres?

-Deberías hacer más ejercicio.- reprochó a su amigo pero igualmente bajó el ritmo.

-Hombre, dejaré de comer tantas frituras... Pero no es mi condición de la que quería hablar. Sino de quien crees que te haya dejado la carta.

-Ni idea.- gruñó molesto.

-Porque... si hubiera sido Brid ella lo hubiese hecho de frente... ufff, ya sabes cómo es.- Félix lo pensó. Tenía razón, Bridgette siempre le decía todo de frente. Cartas, invitaciones, dulces. Se sintió como un idiota de haber dudado de ella.

-O tal vez sabe que la rechazaré de frente y ahora prefiera hacerlo de esa forma.

-Eso ni tú te la crees.

-Ni un poco.- de repente se escuchó una exclamación cuando Bridgette cayó al suelo. Todos se acercaron, y Félix quiso pasar de largo entre un espacio en que sus ojos le traicionaron, vio como las suelas de los zapatos de Bridgette estaban rotas.

-¿Estás bien Bridgette?- preguntó Allegra preocupada.

-Sí, estoy bien.

-¡Ja! Mira nada más.- Claudia se había acercado al grupo.- Qué porquería de zapatos te compran para que se rompan así. Aunque siendo tus tíos unos simples panaderos con una cafetería de quinta... - se burló cruelmente y Bridgette estuvo a punto de írsele encima pero el joven profesor intervino.

-Parece sentirse demasiado bien para decir que se sentía débil hace unos minutos, señorita Bourgeois. Unas diez vueltas le sentaran de maravilla.- Claudia palideció.

-Espere profesor.- dijo Alix que tomó una de las zapatillas.- Esto lo rompieron a posta. Mire los cortes que tiene.- Félix estudió la zapatilla que tenía el profesor en su mano, era verdad, en la parte de adelante se veía un corte recto de lo que parecía haber sido intencional. El profesor vio con dureza a los alumnos y luego relajó la mirada hacia Bridgette.

-¿Puedes levantarte?

-Sí.- dijo ignorando el escozor que sentía en la rodilla.

-Bien. Que alguien te acompañe para que te pongan algo y regreses al salón.

-¡¿QUÉ?!- gritó furiosa Claudia y el profesor la fulminó en el acto.

-¿Algo que decir?- Claudia guardó silencio

-Yo le acompaño profesor.- se ofreció Allegra y el maestro asintió. Bridgette y Allegra fueron a la enfermería, se veía una leve cojera de parte de Bridgette. El profesor tocó su silbato para seguir con el ejercicio que algunos siguieron enseguida. Pero Allan, Aly, Claude y Félix miraron en dirección a donde Bridgette se había ido.

-¿Quien habra hecho eso?- preguntó Allan y Aly rodó los ojos.

-Te apuesto a que Claudia tuvo que ver.

-Te apuestas todo.- dijo Claude.- Puede que tengas razón. ¿Y qué opinas Agreste?

-Solo pienso que me fue bueno que no se lastimara de gravedad. Claudia debería aprender que sus tonterías a veces van demasiado lejos.- comenzó a correr de nuevo, para disgusto de Allan que de nuevo tuvo que volver al ejercicio. Pero la jornada todavía no acababa...

Al regresar al salón de clases, la señorita Bustier estaba en el aula con Bridgette que tenía solo una pequeña gaza en la rodilla. Se notaba que las dos estaban hablando ya que Bridgette se había reído a lo bajo antes de que entraran.

-Bueno chicos, bienvenidos. Tómense diez minutos para descansar, después necesito que lean y me hagan un ensayo corto de la lectura de la página 35.

Muchos agradecieron a su comprensiva maestra, sin embargo Félix deseaba poder hacer el ensayo. Ya había leído la historia sin abreviar del libro y solo tenía que hacer uso de su magnífica memoria para hacerlo. Metió su mano en su maleta y sacó su elegante estuche de plumas, un regalo de su padre, lo abrió pero grande fue su sorpresa al ver que faltaba su pluma fuente, otro regalo de su padre. Su estuche de plumas solo tenía su lápiz, y otras plumas fuentes, una de color vino que era la roja y otra blanca que era la azul, faltaba la pluma fuente negra con que normalmente escribía.

-Félix, ¿qué ocurre?- preguntó Allan al verlo revolver sus cosas.

-No encuentro mi pluma y estoy seguro que la dejé en mi estuche.

-Revisa bien, se te habrá caído entre tus cosas.- y así lo hizo. Félix sacó sus cosas de su mochila pero nada apareció. Todo estaba en orden en que debía estar, incluido el olor a camembert. Y definitivamente no había sido Plagg, ya que estaba más entretenido con su teléfono en el casillero que en jugar con sus cosas.

-Esto ya es el colmo.- dijo seguro que alguien debió haberla tomado.- Alguien tomó mi pluma.- dijo lo suficientemente alto para ser escuchado.

-Tal vez fue Bridgette, después de todo ella llegó antes al salón que todos.- soltó Claudia con una sonrisa. Y Selina se rió con una risilla tonta.

-Es cierto. Escuché que las acosadoras gustan de tomar las cosas de quienes acechan.

-¡Ya está bien par de víboras!- se levantó Aly molesta deseosa de callarlas.

-Solo decimos la verdad.- dijo Claudia y Félix se giró a ver a Bridgette que al notar su mirada ella palideció.

-Y-Yo no fui, en serio.

-Mentira. Confiesa.- le acusó Claudia entre risas con Selina.

-Si serán brujas.- se quejó Claude dispuesto a callarlas y la maestra aplaudió para poner orden.

-Suficiente. Para que lo sepan cuando llegué su compañera apenas entraba al salón, así que basta de acusaciones. Félix, busca tu pluma y si no la encuentras dímelo para empezar a tomar medidas.

-Claro.- Félix miró a Bridgette de reojo, ella había sido la primera en llegar al salón. Afiló su mirada y apretó su mandíbula.

-No sé si es verdad.- susurró para que ella solo le escuchase.- Pero si fuiste tú, quiero mi pluma de vuelta.- al ver la expresión de Bridgette se arrepintió enseguida. Fue como si le hubiese dado una bofetada. Otra vez se había equivocado. Quiso disculparse, pero de su boca no saliónada y se sentó a hacer su ensayo en tinta azul.

Ese definitivamente no era su día…

Cuando las clases terminaron, Félix tomó sus cosas y fue el primero en salir. La consciencia no le permitía ver a Bridgette. Si antes le había hecho sentir mal por su constante acoso, esta vez la había acusado sin pruebas. Nunca se había sentido más bajo y vil. En pocas palabras, al nivel de Claudia y Selina.

-¡Hey!- Plagg se quejó cuando lo recogió de forma no tan delicada y lo metió a su maleta. Salió de los casilleros para toparse con Bridgette que lo miraba con esos grandes ojos azules, pareció querer decirle algo pero desvió la mirada por algo detrás de ella, seguramente la habían llamado desde el salón. Salió a paso rápido a donde su chofer lo esperaba, sin notar ni por un segundo el suave click de una cámara de fotos a su costado...

Esa noche Félix no podía concentrarse en sus deberes. Había tomado otra pluma fuente de su escritorio, pero le molestaba enterarse que Plagg no había tenido que ver en la desaparición de la primera. Suspiró frustrado y cerró los libros y libretas.

-¿Y ahora qué te pasa? Pareces un gato enfurruñado.- dijo Plagg desde el computador.

-No empieces, Plagg.

-Esas de peor humor de lo habitual. No me digas que esa chiquilla de coletas te estuvo acosando de nuevo.

Por alguna razón la palabra acoso le molestó esta vez. Vale, lo había pensado mucho. Ella era insistente, DEMASIADO insistente. Pero esta vez cuando Claudia se burló de ella, no creyó que Bridgette mereciera más ese título de acosadora. Tal vez por la carta y la desaparición de su pluma, seguro que una fan lo había hecho.

Gruñó entre dientes y se levantó para mirar a la ventana y luego a su anillo, sin mirar a Plagg.

-Creo que necesito salir.

-¿Qué? ¡No seas así! ¡Ya me acomodé!

-Plagg Transfórmame.

-¡Me quejaré con los de protección animal! ¡Noooooo!

Lejos de allí, la imagen de Félix salir de la escuela se pegó con extremo cuidado en aquella blanca pared. Los dedos presionaron la cinta adhesiva con firmeza y luego se deslizaron hasta el rostro de Félix delineando su contorno con delicadeza y ternura. Sonrió ampliamente ante la imagen del rubio y después tomó otra donde Félix había sido tomado por un abrazo sorpresa de Claudia cuando tenía un vaso de café en la mano. Una tachuela se clavó en el rostro de esta.

-Con que no te gustan las cartas de amor. Ya veremos qué dices después. Ya lo verás mi amor, esa bruja pagará. Y en cuanto a ti...- sus fríos ojos se posaron sobre otra foto donde la imagen mostraba a Félix que estaba frente a Bridgette, pero esta imagen tenía tachuelas por todas partes.- Ya me las arreglare contigo para que no molestes a mí adorado Félix. Voy a demostrarte cuánto te amo...- y con una torcida mueca, se alejó. Tenía cosas que hacer para el día de mañana.

Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer. Lo sé, es corto, pero es el inicio de ago más torcido que hará a Félix sentir lo que es en verdad que un loco te siga, los otros capítulos serán más largos, lo prometo. Así que dejen review! Nada de tomatazos! Y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!