AFÁN DE PROTAGONISMO
Era una tarde como otra cualquiera, los dos paseaban, mientras una brisa agradable les hacía cosquillas en el rostro. Andaban tranquilos, sin prisa pero sin pausa, no hablaban, sólo caminaban. Entonces, él señaló un banco, y los dos se aproximaron. Tomaron asiento, y se dispusieron a disfrutar de la vista.
Sus miradas estaban perdidas, en ningún momento se cruzaban, quizás una mirada podía decir mucho más que una palabra, y ninguno de los dos quería que el otro supiese lo que se les estaba pasando por la mente en esos momentos. Entonces ella habló.
"Parece que hubiera pasado mucho tiempo¿verdad?"
"¿Eh?", la mirada del joven aún estaba perdida en el horizonte.
"Digo que parece que hubiera pasado mucho tiempo desde que Ichigo y los demás se fueron a su mundo", la chica se quedó pensativa.
"Ah sí, y sólo han pasado 2 meses…"
"Sí, pero en estos 2 meses han pasado muchas cosas…importantes". Por primera vez en toda la tarde, sus miradas se encontraron, ella pareció sonrojarse, él dejaba entrever una gran ternura inspirada por la mujer que tenía enfrente.
"Deberíamos hablar" dijo ella nerviosa, "porqu…", no pudo acabar la frase, ya que él rápidamente puso su dedo en sus labios.
"No tenemos porqué hablar de ello, si no te sientes preparada. Hace ya una semana, que te confesé lo que siento por ti, y te dije que no necesitaba una respuesta, simplemente que anhelaba decírtelo. Por ello, no debes sentirte obligada a darme una respuesta o a excusarte o a sentirte mal, sólo déjalo estar". Una sonrisa se dibujó en la cara de Renji, dulce pero amarga a la vez, sincera pero falsa.
"Pero yo…", Rukia no se sentía para nada aliviada al oír las palabras de Renji, al revés, sentía más ganas de decirle todo. Pero él, no la dejó…
"Bueno, vámonos ya, que se está haciendo tarde, y seguro que ya nos echan en falta", su voz sonaba conciliadora.
Rukia se resignó, "sí, vamos".
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Después de cenar, Rukia no se sentía con fuerzas para hacer nada, y rechazó la invitación de Matsumoto para salir a tomar algo. Se tumbó en su cama, dejando que cientos de pensamientos la inundaran. "¿Por qué¿Por qué él se comportaba así, por qué no me deja hablar, por qué siempre que intento decírselo me para? No lo entiendo… ¿acaso no se da cuenta de que siento exactamente lo mismo que él¿quizás no se percata de que yo también anhelo confesarle lo que siento, pero su estúpido orgullo o miedo o lo que sea, no me deja hacerlo? Oh, Renji¿por qué no me dejas acabar con este silencio que me está matando?" Una lágrima resbaló por la cálida mejilla de Rukia sin que ella pudiera evitarlo, y así, cerró los ojos e intentó conciliar el sueño, mientras una escena se repetía una y otra vez en su cabeza…
Flashback
Una preciosa luna llena se coronaba reina de un cielo estrellado. Su luz, pura y limpia, hacía que dos siluetas se dibujaran en la orilla del río. Estaban sentados tranquilamente, mientras observaban aquel infinito cielo. El silencio no era incómodo, es más, disfrutaban de él, estaban ya acostumbrados a pasar largos ratos el uno al lado del otro sin mediar palabra, simplemente estando allí.
Pero entonces en aquel momento, Rukia miró a su silencioso compañero, y notó una extraña inquietud en él. "¿Qué le pasa¿Por qué está tan inquieto? Que yo lo esté, pues mira lo entiendo, ya que hoy voy a dar un paso muy importante, pero que él lo esté, no sé…"
Rukia despertó de su pensamiento, ya que notó cómo Renji se giraba para acabar clavando su mirada en la de ella. La muchacha no pudo evitar que su corazón empezara a latir con fuerza y un escalofrío recorrió todo su cuerpo. "Renji¿qué haces?".
De repente, el silencio se hizo incómodo, algo a lo que no estaban acostumbrados. Rukia intentó liberar la tensión del ambiente, pero sólo consiguió empujar a Renji a hablar…
"Hey, Renji¿qué pasa? Te noto raro". Estas palabras activaron la determinación de Renji que se dispuso a confesar todo lo que sentía.
"Hey, Rukia, no digas nada,… sólo escúchame. Tal vez pienses que estoy loco,… o que no debería decirte lo que te voy a decir,… pero ya está decidido" la voz de Renji sonaba insegura y nerviosa, hablaba a trompicones y no tenía la mirada fija. Esto puso muy nerviosa a Rukia. "¿Qué va a hacer¿Qué me va a decir? Se supone que ésta era mi noche, la noche en la que yo le diría de una vez lo que siento¿por qué se adelanta? Esto no puede estar bien…".
Rukia paró de pensar en seco, notó como una calidez inusitada la abordaba. Renji acababa de coger su mano, y la sostenía entre las suyas, mientras ambos corazones se aceleraban. Las dulces palabras que salieron de la boca de Renji, dejaron sin aliento a Rukia.
"…Te quiero… Te he querido siempre, y siempre te querré". Renji pareció aliviado, y miraba ahora expectante a Rukia, ansioso por una respuesta.
El corazón de Rukia se colmó de felicidad, no podía creer lo que estaba oyendo, él sentía lo mismo, y había tenido el valor de decírselo, ahora era su turno. Pero, algo inexplicable sucedió, algo que ella no esperaba, cuando intentó expresar lo que sentía, no pudo. Sus labios no se movían, su sonrisa no se dibujaba, las palabras no salían de su garganta, y ni un músculo de su cuerpo hacía caso de sus órdenes. ¿Qué pasaba¿Acaso alguna clase de maldición¿Acaso alguna parálisis momentánea¿…O acaso aún no estaba preparada para decir lo que sentía? Fuera lo que fuera, los segundos pasaron, y el gesto de Rukia permanecía quieto e impasible. Renji creyó comprender… y soltó una risa irónica, a la vez que soltaba la pequeña mano de la que amaba.
"Lo siento, lo siento, me dejé llevar por la emoción… Siento haberte incomodado. Yo… sólo necesitaba decirlo, pero supongo que me precipité…", intentaba mantener la mirada alta, pero no podía, su gesto de tristeza llenó de dolor el corazón de Rukia.
"¡Argh¿Por qué no puedo decírselo¿Por qué no puedo decirle que yo también le quiero¡Vamos Rukia, sé valiente por una vez en tu vida!".
"Renji, yo…", Rukia jamás sabrá si hubiera sido capaz de decirle que lo quería en aquel momento, ya que él no la dejó hablar.
"No tienes por qué decir nada. Sé que me he precipitado y te pido perdón por ello. También es verdad que necesitaba decírtelo, pero no por ello te estoy pidiendo una respuesta, no la necesito, soy feliz, con el simple hecho de habértelo dicho", Renji se levantó y se sacudió. Rukia deseaba con todas sus fuerzas cogerlo del brazo y rogarle que no se marchara, que se quedara allí con ella, que escuchara lo que tenía que decirle, pero, las palabras de Renji antes de marcharse, la dejaron rota.
"Bueno, es hora de irme. Siento haber montado todo este numerito. Sólo una última cosa… no quiero que… te sientas mal, ya sabes que estaré contigo siempre, y que me sentiré feliz de verte sonreír, así que solo espero que… te vaya bien… con Kurosaki… Hasta mañana".
Renji se dio la vuelta, y echó a andar, antes de ver como el gesto de Rukia cambiaba y se tornaba en una mueca de angustia y desesperación. "¿…Con…Kurosaki…¿Por qué Renji pensaba eso¿Por qué no se da cuenta de que sólo soy feliz cuando estoy con él?". Rukia deseó correr detrás de él, pararle y abrazarle fuertemente, decirle que al único hombre que amaba era a él. Pero no pudo. Sólo pudo quedarse allí, sentada, en la orilla del río, sola y vacía, mientras las lágrimas llenaban su rostro.
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