Bienvend a este nuevo fic, debido a las peticiones, que no esperaba, de mi otro fic "Un 'nada' siempre es algo" realicé una nueva versión de la luna de miel de la pareja con la parte "Rawr". Esto es algo nuevo para mí, pero espero superar las expectativas.

Viajes

Entre dos aldeas se conseguía el carruaje que llevaba una pareja de recién casados muy particular, no solo porque se trataba de los nuevos príncipes de Corona, herederos del reino; sino, que además, el dúo está constituido por una chica que fue la pequeña más buscada durante los últimos dieciocho años y un antiguo ladrón, muy buscado por la guardia del mismo reino que en algún momento gobernaría junto a su flamante esposa.

La simpática pareja iba rumbo a su luna de miel, a uno de los castillos vacacionales de la familia real, fuera de la capital. Por ello llevaban viajando doce horas, después de salir de madrugada desde la recepción habían parado dos veces, la verdad era que por lo largo de la trayectoria y debido al evento celebrado la noche anterior los ha dejado exhaustos, por lo que la mayor parte del tiempo lo aprovecharon para descansar.

Cuando el apuesto chico de cabello marrón abrió los ojos vislumbró la entrada del pueblo, en el arco de bienvenida se observaba escrito en letras doradas "Asfamenta" entre dos soles, igualmente, dorados. Esto alegro mucho al joven, ya no estaría acostado sobre el incómodo asiento del carruaje, podría dormir en la comodidad de la cama o lo que quisiera hacer su hermosa esposa… Su Rapunzel.

Eugene observó a la chica de cabello castaño acostada en el otro asiento, como caballero que es, dejó a su esposa viendo hacia la parte delantera del vehículo, mientras él observaba el camino ya recorrido, así como a los escoltas reales que seguían de cerca a la pareja. Una de las cosas que más le ha costado trabajo incorporar a su rutina es la inmensa cantidad, en su opinión innecesaria, de personal a su disposición y mayor era el número de gente encargada de la princesa. Como ladrón, que había sido y prometió no volver a ser, sabía valerse por sí mismo, la vida le había dado una lección dura de niño al perder muy pronto a sus padres, siendo un infante en un orfanato, aprendió que nadie velará por ti mejor que uno mismo.

Claro que había la excepción de la regla, él había podido velar por su Rapunzel, pero eso fue cuando era la chica atrapada e indefensa en la torre que quería conocer un mundo entero fuera de esas paredes. En cambio ella ha velado por él desde entonces, desde el momento en que Gothel lo hirió de muerte y ella entregó la última dosis de su poder mágico para sanarlo, hasta enfrentar a sus padres (los reyes) y explicarle la bondad que existía en el alma del hombre que amaba, que solo la circunstancias habían provocado que se desviara del camino de buena voluntad.

Aunque los reyes entendieron a su hija, el chico tuvo que pagar un alto precio ante la justicia… Claro está que no fue la pena máxima, la muerte.

Así que, después de mucho esfuerzo y dedicación, pudo demostrar a sus suegros, al pueblo de Corona y, sobre todo, a su princesa que era un hombre de principios listo para entrar en la sociedad como futuro príncipe.

Como era de esperar, muchos ciudadanos seguían dudando del cambio sufrido por Eugene, poco le importaría a éste, si no tuviera que estar siete días con cuarenta personas, donde dos de las tres partes tienen ese pensamiento negativo sobre él.

-Eugene…-se escuchó la voz somnolienta de la chica en el carruaje-¿Ya llegamos?

-Creo que sí, princesa-dijo Eugene acariciando el corto cabello, este gesto hizo que la chica abriera sus ojos verdes que, al cruzar la mirada con su esposo, expresaron un amor infinito. En ese momento el carruaje se detuvo, haciendo que la chica se incorporará rápidamente, sentándose de forma erguida.

-¿Debemos esperar?-preguntó él de forma exasperada, ella simplemente le dio una sonrisa ladeada, intentando reflejar que sabía cómo se sentía ante las formalidades. Alguien abrió la puerta y salió Eugene, para extenderle la mano a Rapunzel para que ella pudiera descender del carruaje.

"Si la hubiesen visto" pensó Eugene mientras se dirigía, acompañado del brazo por su mujer "Todo lo que mi princesa sabe hacer, no se preocuparían porque baje uno o dos peldaños"

Seguidos muy de cerca (siempre, desde el inicio de su relación formal) por Prudence. Una señora de alta sociedad, con título nobiliario, pero que por alguna razón no pudo casarse. La mujer es la compañía principal de Rapunzel y el principal motivo de cabeza de Eugene estos tres años. No había oportunidad alguno en que ambos pudieran estar solos, porque ella los acompañaba.

¿Cuál sería su papel en una luna de miel? Sencillo, además de acompañar a Rapunzel siempre que sea necesario, debía comprobar que el matrimonio fuera consumado. Esta idea venía en la mente de los dos protagonistas del acto, pero en diferentes formas.

Eugene estaba completamente agradecido con que llegara el día, como cualquier ser humano, sentía un gran deseo por su esposa. Ya para sus 21 años, Rapunzel había adquirido una imagen más madura, de una hermosa mujer con un cuerpo hermoso que desgraciadamente para Eugene, solo podía imaginar en sus solitarias noches. Había sido una gran tortura no poder ni rozar sus dedos más allá de su rostro, había pensado, por breves momentos, volver a su vida anterior, que por su encanto había podido obtener varias mujeres bajo su cuerpo, varias fueron deseadas, pero a ninguna llegó a amar. Éste último pensamiento lo hacía volver a calmar sus deseos instintivos por la devoción a su pura esposa.

Por su parte Rapunzel tenía otros pensamientos sobre su primera noche de casada.

Aquí el primer capítulo, será una historia d partes, una mejor que la otra (espero) y muchas gracias por los review.