Sakura Card Creator
Capítulo 1. El Viaje Comienza!
El zumbido constante del avión me hipnotizaba mientras observaba los kanji en tinta negra, el papel en mi mano, los cálidos rayos del sol entrando por mi ventanilla. Y en realidad no veía nada.
Una fuerza interna se había despertado lentamente dentro de mi pecho y me impedía ignorarla. Sentía a mi alrededor un aura, una presencia incorpórea pero inconfundible que se hacía más fuerte con cada kilómetro que avanzaba hacia Hong Kong.
Mis ojos verdes perdidos en el vacío lo veían claramente. Veía su mirada intensa tras las pupilas cafés, veía su sonrisa tímida y franca, veía su misteriosa seriedad.
Un sentimiento de profunda tristeza y soledad me inundó el pecho de pronto, sentí que me faltaba el aire con aquel inmenso dolor oprimiéndome los pulmones y casi paralizándome el corazón.
"Sakura," La voz me despertó de aquel surrealista trance y repentinamente regresé a la realidad. "Has leído esa carta de Wu Sensei como mil veces… ¿Hay algo que te esté molestando?"
Aquel sofocante sentimiento en el que me había sumido desapareció tan pronto como mi mente volvió al presente, a la realidad tangible. La mirada preocupada e inquisitiva de Tomoyo se posaba fijamente en mí y me sentí un poco apenada por mis desvaríos.
"No… Estoy bien. Por favor no te preocupes por mi Tomoyo. En serio, estoy bien. Quizás solo esté un poco nerviosa." Musité rápidamente.
Pero no sólo eran nervios. Había algo en ese avión que me había hecho sentir infinitamente triste, algo que me recordaba a…
"¿Estás pensando en él, verdad?" La sonrisilla de Tomoyo anunciaba que más que una pregunta aquello era una afirmación.
¡Y tenía razón! ¡Tenía toda la razón! Algo tenía aquel avión que me hacía recordar a Shaoran con tanta intensidad que si me atrevía a cerrar los ojos, estaba segura que lo vería tan nítidamente como si lo tuviera enfrente.
"¡Tomoyo! ¿Cómo lo supiste?" ¿Cómo era que siempre sabía exactamente lo que estaba pensando?
Ella sonrió orgullosa de su perspicacia.
"Pues soy tu mejor amiga, ¿cómo no iba a saberlo?"
En aquél momento un agradable aroma inundó la cabina y la mayoría de los pasajeros comenzaron a bajar sus mesitas plegables, esperando ansiosos que se acercara la aeromoza con alguno de esos humeantes platillos que cargaba en su carrito.
Sentí un movimiento en las piernas y un par de olisqueos me sobresaltaron. ¡¿Mi bolsa había cobrado vida?¡ Me pregunté horrorizada. Sé que fue un pensamiento estúpido pero en mi defensa solo puedo decir que una vez que uno ha presenciado la magia, ya pocas cosas te parecen extrañas. Y yo había presenciado mucha magia a lo largo de mi vida.
Cuando una vocecilla surgió de mi bolsa y creció hasta volverse completamente audible hasta para el resto de los pasajeros del avión, me sentí una idiota.
"¿ES COMIDA LO QUE HUELOOO? ¡Sáquenme de esta maldita bolsa! ¡YO TAMBIEN QUIEROOO!"
"¡Shhhht!" Me apresuré a susurrar. "¡Kero cállate!"
¡¿Por qué siempre estaba perdiendo la noción de la realidad, y perdiéndome en alucinaciones fantásticas?
¿Cómo podía haber olvidado que Kero estaba allí adentro? Kero, siendo una especie de león-raton mágico tenía que ocultarse en algún lado. ¡Después de todos los problemas para evitar que la seguridad lo detectara en el aeropuerto de Haneda! ¡Cuando pasó mi bolsa por el lector de rayos X tuve que utilizar la carta mágica Ilusión para confundir al guardia que vigilaba la pantalla! Ya hora Kero lo había arruinado todo con esos gritos…
Voltee sobresaltada a mi alrededor para verificar que nadie hubiera escuchado aquella indiscreción por parte del tonto de Kero y me encontré sorprendida con una sonriente aeromoza que me observaba fijamente.
"Lo siento señorita, ¿ha dicho algo?" Me preguntó.
"N-no…" Tartamudee moviendo las manos frenéticamente. "E-Estoy bien."
Me sorprendió que no me tomara por una estúpida ante semejante reacción. En lugar de eso asintió amablemente y me preguntó si prefería pollo o carne.
"¡LAS DOS! ¡Escoge las dos!" La imprudente y chillona vocecita surgió de mi bolsa, dejándome en total y absoluta evidencia.
Tomoyo y yo nos vimos con los ojos abiertos como platos y la aeromoza me observó con una mirada desquiciada y medio confundida.
"¿Acaba … de hablar… esa … bolsa?" Me preguntó lentamente como si ni ella misma pudiera creerlo.
Me puse colorada de la pena y los nervios. Tartamudee una respuesta negativa, pensando que mataría a Kero en cuanto tuviera la oportunidad de sacarlo de su escondite… Pero de pronto algo llamó mi atención...
"Eh?" No pude evitar soltar un suspiro de asombro. Tomoyo y los demás aún no habían sentido nada, pero yo lo sentí de inmediato. Una ráfaga de energía me aturdió los sentidos en un segundo enviando disparos de adrenalina por todo mi cuerpo y de pronto sentí inconfundiblemente una fuerte presencia mágica aproximarse.
Antes de que pudiera siquiera razonar lo que estaba sucediendo un fuerte chasquido me golpeó los oídos y la aeronave se sacudió violentamente. La aeromoza cayó al suelo y estuvo a punto de ser aplastada por el carrito de alimentos. Mis manos se aferraron con fuerza al asiento mientras una descarga eléctrica golpeaba violentamente al avión.
El jalón de la gravedad no tardó en hacerse presente y sentí que mi estómago subía hasta mi garganta con tal rapidez que ni siquiera me dio tiempo de gritar de puro pavor. A mi alrededor los gritos de desesperación de los pasajeros se confundían con los golpes de las maletas y platos cayendo al suelo y con las descargas de violentas turbulencias que nos azotaban en nuestros asientos.
Se iba a caer el avión. Lo sabía con absoluta certeza. Y por un segundo todas las implicaciones de ello pasaron por mi cabeza. Nos estrellaríamos. Moriría. No volvería a ver a papá, ni a Touya, ni a Yukito, ni a… Shaoran. Podía sentir el terror que mi propia muerte me ocasionaba y con ojos llorosos supliqué al cielo que hiciera algo para salvarme.
Y entonces sentí el miedo que me rodeaba. No era la única asustada. A mi alrededor había mujeres, niños, ancianos, familias enteras. Junto a mí estaba Tomoyo. También estaba Kero. Y todos ellos también morirían…
¿Por qué tenían que sufrir tantas personas? ¿Por qué los pilotos no lograban controlar la nave? Alguien tenía que hacer algo. Y ese alguien era yo.
Si no hacía algo en ese instante, toda esa gente inocente moriría.
Me levanté tan rápido como pude de mi asiento y corrí en medio del caos, de las turbulencias, y de la caída. Me pareció que alguien me gritaba algo. Pero ni siquiera pude escucharlo. Sólo lograba pensar que tenía que ser valiente, que debía superar mi miedo y salvar a todas esas personas.
Chocando contra los asientos y las paredes, saltando maletas y vasos y botellas logré llegar al fondo del avión y encerrarme en el baño.
Mi bolso se abrió y Kero, mareado y confundido asomó la cabeza para respirar un poco de aire. En el momento ni si quiera pensé en el pobre. Yo para entonces ya sostenía en mis manos la llave mágica que llevaba siempre en una cadena colgada al cuello.
"¿Qué diablos le sucede a este avión?" Balbuceó Kero arrastrándose con dificultad fuera del bolso.
Una turbulencia nos tumbó a los dos. Yo caí al suelo y Kero salió disparado hacia el interior del lavabo. Y recobrándose del golpe la chillona vocecita gritó sorprendido "!¿Y qué hacemos en un baño?"
Me puse de pie tan rápido como pude y busqué en mi interior la energía para llevar a cabo el conjuro…
"Llave que ocultas el poder de mi Estrella, muestra tu verdadera forma ante Sakura, quien acepta esta misión contigo…"
Tomé aire y con absoluta concentración grité "¡Libérate!".
Inmediatamente sentí la reacción de la llave, la cual rápidamente creció hasta convertirse en mi báculo, mi compañero, como una extensión mágica de mi propio ser.
Rápidamente conjuré en mi mente la carta que necesitaba.
"Por favor, ayúdame a que el avión aterrice sano y salvo…" Le pedí en un susurro a la carta mágica.
"¡Viento!" La llamé con todas mis fuerzas, conjurándola con mi voz y otorgándole libertad con mi báculo.
Las ráfagas de viento explotaron fuera de la carta y sentí el aire que me golpeaba en la cara y me rodeaba furiosamente. La carta, con su rostro impasible y hermoso se materializó en un instante y formando remolinos de aire por todos lados se escabulló por una rendija al tormentoso exterior.
Sobra decir, que para entonces Tomoyo ya tenía su videocámara preparada y pudo grabar con absoluta precisión el desempeño de Viento. A veces pienso que Tomoyo es un poco rara.
Aunque yo estaba encerrada en la cabina de baño, después pude ver la grabación de Viento rodeando con sus ráfagas mágicas el avión hasta estabilizarlo. En cierta forma, también desde el baño yo podía percibir lo que estaba sucediendo afuera. Después de todo, era mi propia magia la que controlaba a Viento.
En medio de fuertes turbulencias, Viento logró sacar al avión de entre los negros nubarrones de tormenta. Pero yo podía sentir una fuerza mágica que se negaba a liberarnos, que nos jalaba de regreso a la tormenta. Aquella tormenta definitivamente no era algo normal.
Pensé que lo mejor sería aterrizar el avión lo antes posible en el primer lugar disponible, porque se me empezaban a acabar las fuerzas, y estaba haciendo un esfuerzo muy grande para darle a Viento la fuerza suficiente para guiar la inmensa masa del avión a través del aire.
Casi como si lo hubiera conjurado yo misma, apareció entre la densa niebla el Parque Kowloon y supe que allí debíamos aterrizar. Fue un esfuerzo tremendo, bajar el avión con suficiente delicadeza para evitar estrellarnos. Al final el aterrizaje resultó bastante alocado, tocamos el suelo con un horrendo ruido de metal raspándose, y avanzamos en saltos por la tierra hasta detenernos por completo al chocar la punta con un gran árbol.
Cuando escuché los gritos de felicidad de los pasajeros del avión y la estabilidad de encontrarme en tierra firme, me desvanecí exhausta.
"¿Estás bien Sakura?" Escuché la aguda vocecita de Kero y asentí levemente. Sentí la ráfaga de viento entrar en el baño por una rendija, y Viento se introdujo igualmente exhausta en su carta mágica.
Acerqué la carta a mis labios y cerrando los ojos murmuré. "Gracias."
Gracias a Viento estábamos todos vivos.
Pero, ¿qué había sido esa misteriosa tormenta mágica?
