No es que sea mi Shippeo favorito pero me gusto como quedo.

¡Publicado primero en Wattpad! En digishots por si alguien quiere Stalkear.

Naruto no me pertenece.

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Uchiha.

Con una sonrisa discreta el único sobreviviente del que antes fuera uno de los clanes más fuertes y respetados por la aldea de la hoja miraba con melancolía el lugar.

Abandonado. Destruido. Sin vida.

Así como él se sintió durante mucho tiempo. De hecho aún podía sentirse de esa manera.

¿Qué sentido tenía su vida si la razón en la que basó su existencia estaba muerto? ¿Cambio en algo su venganza? No, seguía tan solo como en el traumático momento en que descubrió la extinción de su sangre manos de él. De su propio hermano.

Y aún debía enfrentarse a su condena.

Se condenó a sí mismo a seguir solo, a morir de esa misma manera y con el recuerdo de que Itachi le dejo vivir por el amor que le tenía.

—¿Cuántas veces he de decir que me dejes solo?

Él no era tonto, nunca lo había sido y ella mejor que nadie lo sabía.

La mota rosada dejó de esconderse tras la pared que dividía un cuarto de otro, apenada miraba al suelo apenada por inmiscuirse en la privacidad que pidió el moreno antes de su juicio.

—Sasuke.

—¿Ahora me dirás que tu amistad con la Hyuga te volvió una acosadora tan torpe como ella? No, siempre has sido mala. Aún recuerdo cuando queríamos ver la cara de Kakashi sin la mascara, ninguno logró verla.

Aquello aún con la típica manera tosca del portador del Sharingan se dejaba ver un destello de diversión.

Haruno no pudo contener un par de lágrimas que rodaron por su mejilla y cayeron al suelo, sollozando lo más discreto que pudiera para no incomodar al que siempre fue y será el amor de su vida.

Un dedo algo rasposo limpio con sumo cuidado la blanca piel del rostro de Sakura, como nunca antes alguien hizo y lentamente fue subiendo el rostro hasta encontrarse con él.

—Lady Tsunade ha hecho una prótesis para ti.

—No la quiero.

—Pero … —sin dejarla proseguir en sus intentos para regresarle su visión le colocó los dedos de la misma manera que Itachi sobre su sien.

No hizo más. Las palabras sobraban en aquel gesto.

Los ojos verdes de la Kunoichi se cristalizaron, antes de caer al piso de rodillas y él aprovechó para desaparecer.

Quería lo recordase de esa manera, ahora entendía que ella era importante para él.