Regreso
Ya estaba atardeciendo cuando se veía a un joven moreno, castaño caminado por la zona, era alto y poseedor de unos hermosos ojos verdes esmeralda su nombre era Antonio.
Después de tanto tiempo al fin puedo volver a casa – dijo el castaño mostrando una gran sonrisa
¿Cómo estará Lovi? Me muero de ganas de ver a ese pequeño demonio
Antonio tuvo que irse a atender unos asuntos importantes después de todo el era el reino de España, ya estaba cerca de su hogar prácticamente podía olerlos tomates de su huerta.
- Loviii….ya llegué – dijo el español abriendo la puerta de golpe – Lovi? ¿Donde estas? ¡
Se adentro a la casa a buscar al pequeño italiano "De seguro esta durmiendo voy a sorprenderlo y hacer que se sonroje como un tomate jajaja" pensó el español mientras tenía una sonrisa pícara; había recorrido toda la casa, las habitaciones, los baños, la cocina, la sala y el comedor pero no lo encontraba por ninguna parte, el único lugar en el cual no había buscado era el huerto.
Salió por la puerta trasera donde había un jardín cubierto por tomates rojos "Ya deben estar listos, mejor hago una salsa talvez con uno espaguetis y…." de repente se escucho el ruido de algo cayéndose seguido de un "Demonios¡¡" , Antonio fue a ver quien era el causante de ese ruido y para su sorpresa vio a una persona que se encontraba recogiendo una gran cantidad de tomates en el suelo.
Oye tú¡ ladrón de no te muevas – gritó el español, agarró un tomate que tenía cerca y a pesar de que lo consideraba un desperdicio se lo lanzó en la cabeza al intruso.
Auch¡
Antonio se aproximo lentamente pero de manera amenazadora al que se atrevió a robarle y lo pero de todo sus tomates.
Bastardo pero que es lo que te pasa?¡ - gritó el desconocido mientras se levantaba del suelo
Fue entonces que se dio cuenta de que aquella persona tenía un rizo que sobresalía de su cabellera castaña "¿Podría ser posible?" se preguntó.
Lo-lo-lovino, eres tú?
¡Pues claro que soy yo idiota, sino quién más va a cuidar todo esto! – fue la respuesta del italiano enojado y con el ceño fruncido.
Una levantado el italiano, el español pudo verlo mejor, frente a él se encontraba un joven de cabello castaño, ojos ámbar, de piel blanca y clara como el marfil, con un uniforme de color caqui, aproximadamente tendría unos 18 o 19 años.
"¿En verdad ese es Lovino?, ¿Pero qué pasó con ese pequeño niño?" pensó Antonio mientras sentía como su cuerpo era invadido por un extraño sentimiento, sin darse cuenta que con tanta divagación su cara estaba sonrojada de un visible color rojo.
Demonios Antonio pareces un tomate – dijo el italiano con sorna, al fin se había vengado de todos las veces que lo molestaba a él por eso.
Ah…em….En serio?- respondió algo avergonzado, y se quedo por un rato sin saber que hacer.
Oye! Te vas a quedar parado ahí todo el día o me vas a ayudar bastardo! – dijo el italiano intentando levantar una caja con tomates.
S-si claro
Todo el camino de vuelta a la casa en lo único que podía pensar Antonio fue "Lovi es realmente sexy". Dejaron la caja sobre una mesa que se encontraba en la cocina, Lovino se sentó en un banco recargando su brazo sobre la mesa.
Deja de mirarme idiota¡- gritó el italiano sumamente enojado – Se que no has parado de hacerlo desde que estamos en la casa ¡
Los siento Lovi, pero es que me has sorprendido después de todo cuando me fui solo eras un niño – Dijo mostrando su característica sonrisa
Lovino por su parte simplemente ignoró el comentario y se dispuso a comer su tomate mientras esperaba que Antonio tuviera lista la comida que él muy "AMABLEMENTE le sugirió que hiciera". La cena transcurrió de manera tranquila y silenciosa, ninguno de los dos se atrevió a decir nada, después de terminar ambos se dirigieron a sus respectivas habitaciones.
Hey ¡, Lovi a doné vas?
Pues a mi habitación, a donde más ¡?
Ah… c-ci-cierto perdona
Después de esa profunda conversación Lovino se dirigió a su habitación; el español estaba algo decepcionado, debido a que todo ese tiempo desde que lo conocía éste siempre terminaba durmiendo con él sin importar las circunstancias (truenos, miedo a la oscuridad y la mayoría de las cosas en su cuarto) y como era de esperarse termino acostumbrándose a la presencia del pequeño en su cama y a verlo totalmente rojo de la vergüenza, pero apartando eso también estaba el hecho de que al parecer éste no lo había extrañado nada.
Estaba en su cama dando vueltas, no podía dormir lo único en que su mente podía pensar era en Romano y poco a poco su mente comenzó a divagar " Acaso me odiara…no, no puede ser eso, me sigue tratando igual que siempre además de que no se ha ido, nada a cambiado; bueno excepto porque esta más grande y no me había fijado de que sus ojos eran tan hermosos, y su cabello se ve muy suave al igual que su piel, me gustaría sentirla, así como sus labios de seguro deben saber bien…" justo en ese momento se detuvo "¡¿Pero en qué estoy pensando?" y así fue como pasó toda la noche y al final no pudo dormir.
