Tengo mucho que decir.

•Primero: Disculparme por la poca actividad. No han sido buenos meses. Estoy ocupada y desganada. Lo último que quiero hacer cuando llego a casa es escribir.

También he comenzado a trabajar, y me he sumado a otros proyectos.

De nuevo me disculpo.

•Segundo: ¡Pero vieron esto! WOHO FIC NUEVO.

Me disculpo también por esto.

Realmente #sorrynotsorry

Desde hace algunos meses he querido subir esto, pero me obligaba a no hacerlo para continuar los ya comenzados, y finalmente acababa haciendo: Nada.

Así que he decidido ordenar mi vida y seguir mis propios consejos y: Voy a hacer lo que yo misma me pida y me vea con ganas.

Y ahora tengo ganas de traer este nuevo proyecto, y espero con ello desenredar ese nudo de emociones y desgana para volver a ser yo y que la creatividad fluya.

Después de esto, vamos con el nuevo proyecto.


Advertencia: Esto es un fic. Bello. Divino. Precioso. Pero fic.

Este bello fic contiene: Lenguaje vulgar. Oc's. Ninfas. Berserks. Un pelirrojo. Una oc deslenguada y descarada. Sexo. Oh, yasss, dame lemon. Citas a libros. Estrellas. Maltrato. Dioses. BDSM. Seguramente lolis :v

Lee bajo tu responsabilidad.


Tuviste que amarme mucho para, después de una eternidad, odiarme tanto como me odias ahora.


Yo nunca había sido como mis "hermanas". Lo sabía, lo tenía claro, pero eso no me importó en ningún momento, porque yo era única. Especial. La mejor.

Y nunca me di cuenta de cuan horrible era eso. De los problemas que me acarrearía.

Nunca esperé convertirme en su favorita.


El Dios Ptono observaba a sus siervas desde lo alto de su trono. Echado sobre el de una manera despreocupada y sin pudor. Él era el Dios, el soberano. No necesitaba las buenas formas en su casa. Tampoco es como si fuera a darle explicaciones a nadie.

Allí todos le servían.

Con una sonrisa en su cara paseaba sus orbes rojos sobre todas y cada una de sus ninfas. Sus veinte siervas.

Ellas eran su goce y disfrute. Eran el bocado que dejaba probar en sus fiestas a sus invitados.

Podían tocarlas, manosearlas, jugar con ellas, pero respetando el límite que él indicaba.

Si él no lo permitía nadie podía sobrepasarse con lo suyo.

Todas estaban disponibles menos una. Su brillante luz. El sagrado regalo que había robado hace años.

Orfeo.

Tan descarada. Tan atrevida. Ella era especial. Sus dones eran magníficos. Podría hacerte jadear de placer con una caricia.

Pero eso no era todo. El motivo por el que era su favorita era su cuerpo. Plagado de estrellas. Miles y miles de ellas que predicaban el futuro, que mostraban mensajes del destino de las personas.

Y era suya. Por y para siempre.

Estaría loco si alguna vez dejaba esos conocimientos a otra persona. Nadie más podía tenerlos. Tenerla.

El collar en su cuello lo indicaba. Ellas. Todas y cada una de las veinte eran de su propiedad. Y nadie se atrevería a robarle al Dios Ptono.


Jiji.

Pequeño prólogo que promete mucho para dejaros con las ganas.

Eso es todo. Ya pueden lanzarme tomates.

¿Qué les ha parecido? Díganme, me escudo mucho en sus comentarios.

Y~ Por si no lo han adivinado va sobre ninfas. Siiiii~

Pero. Peeeeeeero. Por ahora no pediré oc's, ya que la historia se va a centrar sobretodo en dos personajes, y más adelante irán apareciendo los otros.

En todo caso, si pido oc's, serían como unas... ¿Cinco? No quiero muchas, ya tengo dos historias con oc's, no quiero sobrecargarme.

xoxo Lú