K-ON!: La fantasía final.

Capitulo 00: Prólogo – La causa.

Cuando Ritsu me reto a acompañarla a una tienda de antigüedades realmente espeluznante, inmediatamente supe que eso nos acarrearía un montón de problemas. El lugar solo abría a partir de las 8 de la noche, después de que el sol ya se había ocultado y la noche comenzaba su marcha. Estaba situado en la parte más profunda de un mercadillo, al final de un corredor de tiendas esotéricas.

El ambiente era frío y las luces de las velas encendidas en las tiendas creaban un juego de luces y sombras en verdad aterrador. El olor de los incienso y las velas aromáticas se entremezclaban con los de las distintas hierbas del lugar, provocando un aroma demasiado dulce que resultaba picante a la nariz. Yo me moría de miedo y en más de una ocasión estuve a punto de salir huyendo o desmayarme. En verdad quería salir de allí en ese instante. Ritsu siempre había sido muy escéptica en cuanto a temas sobrenaturales, pero era obvio que tampoco le agradaba el ambiente siniestro que ese lugar generaba.

Si no retrocedió en sus palabras fue por simple y vano orgullo, ella tampoco quería permanecer allí más tiempo, estoy segura.

Finalmente llegamos a la tienda de antigüedades y entramos a ella, el lugar era escasamente iluminado por un candelabro colgando en el techo y algunas cuantas velas colocadas aquí y allá. La campanilla de la puerta sonó en el silencioso lugar, alertando al encargado de nuestra presencia. El dueño parecía ser un anciano, de cejas blancas y barba, ambos muy abundantes, en contraste a su cabeza, la cual estaba totalmente calva y mostraba arrugas junto a manchas seguramente causadas por la edad.

"Bienvenidas."

Dijo con una voz ligeramente alargada y opaca para después soltar un "Jejeje" que parecía burlarse de nosotras. No pude evitar temblar completamente.

"Ritsu, lo admito, perdí. ¡Vámonos de aquí!"

Le dije en un murmullo a mi amiga pero ella no me escucho, simplemente avanzo hasta el encargado con un rostro curioso.

"Hey, abuelo, ¿estas son reales?"

Le pregunto al anciano mientras tocaba sus enormes cejas, mas grandes y pobladas que las de Mugi.

"¡Ritsu!"

Le grite entre enojada y temerosa por como fuera a reaccionar el encargado. Para mi sorpresa, este solo sonrió.

"Así es señorita, estas cejas y la barba son producto de una vieja maldición."

Dijo sonriendo divertido y Ritsu solo levanto una ceja incrédula.

"¿Una, maldición, no?"

Dijo sin creerle demasiado para después mirar alrededor, al parecer buscando algo que llamara su atención.

"Al parecer no es una persona muy crédula ¿no es así, jovencita?"

Pregunto el encargado mientras se sentaba de nuevo en una vieja silla mecedora, la madera crujiendo al recibir a su dueño.

"He visto muchos programas sobre cosas paranormales y ovnis, también asistí a un par de eventos que prometían esas cosas. Al final todo fue mentira."

Explico la castaña mientras avanzaba hasta donde había lo que parecían ser pequeñas muñequitas con orejas largas y piel verde. Un letrero sobre ella decía 'Trolls.' Y daba una descripción de cómo cuidarlos para que no te lastimaran y te protegieran.

"Ya veo. Los jóvenes de ahora ya no creen en nada."

Su voz parecía afligida mientras se lamentaba sobre como la tecnología cerraba nuestras mentes de lo que en verdad estaba allí.

"Pero echen un vistazo, quizá haya algo que llame su atención."

Y sin decir más, se puso a hojear un libro cuyo título no alcance a entender.

Ritsu parecía curiosa por todo lo que había en el lugar, pero nada parecía llamar demasiado su atención, yo, por otro lado, solo quería irme cuanto antes.

"Ritsu, ya vimos suficiente. ¿No crees que deberíamos irnos?"

Mi amiga de la infancia hecho una última mirada alrededor y después suspiro, parecía decepcionada.

"Tienes razón, se está haciendo tarde."

No pude evitar soltar un suspiro de alivio ante esto y ambas nos dirigimos hacia la puerta.

Fue entonces que lo vi.

En una vieja mesa cercana a la pared había un par de pergaminos que se notaban antiguos y empolvados además de lo que parecía ser una lámpara rota. Sin embargo, lo que en verdad llamo mi atención fue un libro grueso de tapa dura que estaba al lado de los pergaminos. El libro era grande, como el doble de un libro normal, además de que tenía el titulo grabado en relieve sobre la tapa, dejando ver unos extraños símbolos que parecieron brillar a pesar del polvo que tenía encima.

"Al parecer algo llamo tu atención."

Di un pequeño saltito al escuchar la voz del anciano, por lo que me gire a verlo. Este seguía sentado sobre su mecedora sin despegar la mirada de su libro.

"Esto…"

Me quede sin palabras unos momentos, los símbolos ya no brillaban, por lo que me estaba preguntando si solo había sido mi imaginación.

"¿Sucede algo, Mio?"

Ritsu me observo con sus ojos llenos de confusión, esa era una buena pregunta ¿Qué era lo que sucedía?

"¿Qué… que tipo de libro es ese?"

Pregunte finalmente, armándome de valor mientras apuntaba al objeto de mis dudas. El anciano finalmente dejo de mirar su libro y sus ojos oscuros se cruzaron directamente con los míos por primera vez desde que entre a la tienda. Tenía arrugas debajo de sus ojos y sus pupilas negras eran tan duras como la obsidiana.

Pero él estaba sonriendo.

"Eso, señorita, es un Grimoire, un libro que tiene sellado dentro de sí enormes poderes mágicos."

Explico mientras cerraba su libro y acariciaba el lomo suavemente sin dejar de sonreír. Un escalofrío cruzo mi espalda ante esta imagen. ¿Un libro mágico?

"¿Ha-habla de un libro de brujería?"

No pude evitar que me temblara la voz, el anciano solo asintió sin dejar de sonreír.

"¡Espere, espere abuelo!"

Ritsu dio un paso al frente, su voz sonaba irritada.

"Si en verdad fuera un libro mágico ¿Por qué lo vendería así como si nada?"

Su pregunta tenía sentido. Si en verdad fuera algo tan valioso ¿Por qué lo pondría a la venta?

¿Quizá pensaba venderlo a un alto precio?...

¿O quizá tuviera una maldición?...

"¡Hiii!"

Un chillido escapo de mi garganta al pensar en mí misma con unas cejas enormes y barba, víctima de la maldición del libro. ¡No quería eso!

"Jejeje ese libro no esta maldito, jovencita."

Increíblemente el anciano pareció leer mi mente y se levanto lentamente de su silla, dejando su propio libro en el mostrador.

"Un Grimoire es un objeto de gran poder mágico, sin embargo, muchos solo pueden ser usados por ciertos tipos de personas."

Explico mientras se acercaba al libro negro en la mesa y le soplaba suavemente, retirándole el polvo que se había acumulado en él.

"Así que este, por muy poderoso que pueda ser, no me es más útil que un curioso pisapapeles."

El anciano termino de retirar el polvo del libro y me lo ofreció, estirando su brazo huesudo hacia mí.

"Tómalo, quizá a ti te sea más útil."

Poco a poco estire mi mano hacia el libro, Ritsu me miraba sin saber si dejarme tomarlo o detenerme. Note que mi mano temblaba ligeramente mientras sujetaba el libro y lo atraía hacía mí.

"¿¡Eh?!"

Por poco pierdo el equilibrio al sujetar todo el peso de esa masa de hojas y cuero, ese libro pesaba un poco mas que mi bajo ¿Cómo podía ese anciano sujetarlo tan tranquilamente con una sola mano?

El anciano sonrió sin dejar de observarme, cosa que me ponía nerviosa. Acomode el libro en mis manos y comencé a abrirlo. Un suave olor a humedad me lleno al instante por lo que no pude evitar soltar un pequeño estornudo, Ritsu se acerco a mi lado, estornudando un poco también ante el aroma.

"Huele a polvo…"

Murmuro suavemente, cosa que me confundió. No olía a polvo si no a húmedo. Decidí no prestarle más atención a eso y comencé a hojearlo. Las hojas eran de un color amarillento, demostrando que era un libro muy viejo. No sabía mucho sobre eso, pero quería suponer que al menos tenía 500 años de antigüedad para estar en esas condiciones. Aun así, las letras se distinguían perfectamente. O es mejor decir los símbolos, ya que eso era lo que parecían para mí. Un montón de círculos, cuadrados, triángulos y mezclas de los mismos y algunas letras del alfabeto oriental se revolvían formando lo que sería el texto del libro, haciéndolo inentendible para mí.

"¿Qué es esto? ¿Son las famosas runas? ¿O es otro idioma?"

Ritsu estaba igual de confundida que yo, pero el anciano solo sonrió aun mas.

"Interesante."

Dijo mientras pasaba sus ojos por cada uno de los símbolos en el libro.

"Oye abuelo ¿sabes lo que dice aquí?"

Pregunto Ritsu muy emocionada, al parecer el libro había atraído su atención finalmente.

"Ni idea."

Contesto simplemente, provocando que Ritsu perdiera el equilibrio. Yo seguí hojeando el libro y note que tenía dibujos de lo que parecían ser espadas y arcos, también había extraños bastones de madera y cartas. No entendía que significaban esos extraños símbolos, pero aun así pase mi vista lentamente por ellos, tratando de descifrar su significado.

"¡Mio!"

Ritsu grito cerca de mí por lo que cerré el libro de golpe mientras pegaba un brinquito.

"¡No me grites tan de pronto!"

Le dije mientras sostenía el libro con una mano y le daba un suave golpe con la otra a la castaña. Hubiera querido golpearla más fuerte pero mi equilibrio era precario con semejante tomo.

"¡Pero es que no me contestabas!"

Me dijo molesta mientras se acariciaba donde le pegue.

"¿En serio? ¿Qué me preguntaste?"

"¿Te pregunte que si pensabas comprar el libro?"

Era una buena pregunta. El lugar era totalmente siniestro, el anciano no me daba confianza y lo que había dicho sobre este libro era difícil de creer. ¿Sería cierto? ¿En verdad esto era un libro mágico? Mire el libro por unos segundos más. Si fuera cierto entonces lo mejor sería no llevármelo, podría resultar muy peligroso, no solo para mí, si no para mis seres queridos también. Por otro lado, en verdad me había interesado este libro, tenia curiosidad por descifrar esos extraños símbolos. Quizá no era un libro mágico si no en realidad una historia sobre caballeros y cosas así, lo cual en verdad me fascinaba.

"¿Tu qué piensas, Ritsu?"

Le pregunte tímidamente a mi amiga, esta solo me miro sorprendida unos instantes para después pensarlo seriamente.

"No lo sé, ¿te interesa el libro?"

Yo solo asentí un poco.

"Umm… Entonces está bien."

Me dijo con una gran sonrisa que me tranquilizo, pero no pude evitar preguntar.

"¿Segura? Podría ser algo peligroso."

Ritsu solo aumento su sonrisa.

"¡Descuida, si algo malo surge de ese libro, yo te protegeré!"

Anuncio con una sonrisa llena de confianza que me hizo suspirar divertida. Esta chica no tenía remedio.

"¿Cuánto vale?"

Le pregunte al encargado mientras me giraba a verlo, este miro al techo unos instantes y después sonrió.

"Te lo dejare por 1000 Yenes ¿te parece bien?"

Yo solo asentí, por una antigüedad, era toda una ganga.

Fin del prólogo.