Disclaimer: Skip Beat no me pertenece XD

Rosa sangrienta

Era un hombre terriblemente cruel pero eso no le importaba, él solo deseaba estar junto a la mujer que amaba sin importar el precio, así que en medio de la desesperación Sho pidió que alguien concediera aquello que tanto quería, frente a sus ojos pareció una mujer vestida de negro, sus ojos eran grises, su piel era blanca y tenia una silueta perfecta, su extraña invitada sonrió burlonamente, era la tentación en persona.

-Que hombre mas guapo, en algún otro tiempo yo hubiera dado mi vida por alguien como tu- camino alrededor de él, sus pasos eran gatunos y su voz seductora.

-¿Quién eres?- estaba desorientado después de que la mujer apareciera mágicamente delante de él.

-¿Importa?, si yo puedo conceder lo que deseas- dijo desinteresadamente como si hablara del clima.

-No creo que nadie pueda concederme lo que deseo- frustrado se sentó en el sillón.

-Vamos cariño, no pierdes nada con intentarlo y puedes ganar mucho- se paro detrás de el y puso sus manos en los hombros de Sho- Solo tienes que saber decir las palabras correctas- le susurro al oído.

-¿Realmente puedes hacer realidad mi deseo?- una pequeña esperanza apareció en sus ojos.

-Claro, solo tendrás que aceptar que una vez que yo cumpla tu deseo pagaras un pequeño precio

-Con tal de conseguir lo que quiero pagare lo que sea, no me importa el precio- dijo muy seguro.

-Excelente, me gusta esa seguridad, ahora dime tu deseo- rio escandalosamente y a Sho lo recorrió un escalofrió.

-Quiero que Hizuri Kuon muera- su mirada endureció.

-¿Ese es en verdad tu deseo?- mirándolo directamente a los ojos.

-Si- no titubeo.

-Entonces así será, solo no olvides querido que pagaras un gran precio por ese deseo- su sonrisa creció- Dime querido Sho, ¿Alguna vez haz visto una rosa sangrar?- su voz sonaba inocentemente.

-No y no entiendo que importa eso- dijo totalmente confundido por el cambio de tema.

-No te preocupes cariño, lo descubrirás muy pronto- desapareció justo después de terminar de hablar.

Sho quería la muerte de Hizuri Kuon porque en su mete ese hombre le arrebataba todo lo que deseaba, justo cuando estaba a punto de alcanzar a Tsuruga Ren en las listas de popularidad este revelo su verdadero nombre y el abismo entre ellos se volvió a crear, cuando por fin le dijo sus sentimientos a Kyoko ella lo rechazo rotundamente y tomando en cuenta que Tsuruga Ren no existía la apuesta entre ellos desapareció, cuando creó el plan perfecto para reconquistarla ya era demasiado tarde en todos los medios de comunicación se dio la noticia de que se habían casado en secreto, fue ahí cuando Sho entendió que su vida se había ido al caño, porque su mejor época fue cuando Kyoko estuvo a su lado pero ahora ya todo estaba perdido. Quería muerto Kuon porque así Kyoko regresaría a él y ya no tendría competencia en el mundo del espectáculo, a Reino lo podría controlar.

A la mañana siguiente cuando se levanto casi dio un grito de felicidad cuando se entero del accidente automovilístico que había sufrido el actor n°1 en el cual había perdido la vida, esa extraña mujer había cumplido su deseo. Se presento al funeral pero no se pudo acercar a Kyoko, ella estuvo todo el tiempo llorando en los brazos de una pelinegra, al principio se enojo por no poder ser él quien la consolara, pero se tranquilizo, después de todo pronto ella seria de él, ya no había nadie quien se interpusiera en su camino.

Había pasado un mes desde que estuvo en el funeral, sabia que si quería a la chica tenia que esperar un poco, después de todo había perdido a su esposo, no podía atacar tan directamente, aunque reamente ya deseaba que ella volviera a ser de su propiedad. Ese día temprano se dirigió al apartamento de Kyoko, tenia planeado presentarse como un amigo preocupado, la actriz había acabado sus proyectos hace unos días había dicho a la prensa que su esposo jamás le perdonaría dejar botado un trabajo, pero una vez que finalizo todos sus trabajos no tomo ningún otro, toco la puerta del departamento y nadie respondió, después de esperar unos minutos tomo la perilla y la giro, la puerta no tenia seguro, entro lentamente con un mal presentimiento, el apartamento era grande, mucho mas elegante que el suyo y extremadamente limpio. Camino por el pasillo hasta la que parecía ser la alcoba principal, entró y lo que vio lo dejo totalmente frio, sentía que vomitaría en cualquier momento.

En medio de la habitación se encontraba una enorme cama, Kyoko estaba acostada totalmente bañada en sangre, Sho se acerco lentamente a ella y tomo su pulso; estaba muerta, sin embargo su sangre aun no estaba seca, las sabanas blancas tenían manchas color carmín, ahora estando mas cerca pudo notar la pequeña navaja en el buro ensangrentada y como la mano de Kyoko se aferraba a lo que parecía ser una camisa de hombre, si no fuera por la sangre en toda la cama y la falta de color en la chica casi podría jurar que estaba durmiendo por la tranquilidad que mostraba su rostro, ella había elegido su muerte.

Incluso en esas condiciones se veía hermosa y delicada, era una rosa…una rosa sangrienta.

Llamo a la policía que llegó rápidamente, le hicieron pregunta y el respondió todo mecánicamente, mientras estaba en la estación de policías para que presentara su declaración vio a varios compañeros de Kyoko llegar, todos lloraron al enterarse que la noticia era cierta, escucho como el presidente de LME les decía a los policías que él se haría cargo de los gastos del funeral una vez que terminara la autopsia.

Una vez que lo dejaron ir llego a su casa totalmente cansado, todo el día se sintió como estuviera dentro de una película, pero de pronto la realidad lo golpeo, ella estaba muerta, ella jamás volvería, así que lloro y destrozo todo a su paso, se sentía triste y enojado.

-Te vez muy mal querido- escucho una voz burlona y aquella mujer apareció sentada en el único sillón que aun estaba en su lugar.

-Tu hiciste esto- la miro con odio pero ella no se inmuto.

-No lindura, lo hiciste tu- sonrió con satisfacción.

-¡Yo jamás te pedí que la mataras!-estaba totalmente desesperado.

-Pero aceptaste pagar un precio y el precio fue la vida de esa chica, sin embargo yo no tuve que quitarle la vida, ella me la dio.

-Me engañaste

-Jamás preguntaste cual seria el precio a pagar

-Si las cosas son así entonces mátame, por favor- su voz se oía destrozada.

-Las cosas no son así de fáciles corazón, ahora tu viras por muchos años con el pensamiento que mataste a la mujer que amabas, te dejare vivir por mucho tiempo con el único propósito de que cada día por el resto de tu vida te tortures con ese pensamiento- su voz sonaba severa- Además incluso si murieras jamás te encontrarías con ella, ella esta en el paraíso con el hombre que ama, tu irías directamente al infierno.

-Me engañaste- ya sin fuerzas para pelear.

-Míralo de esta forma deje que vieras una rosa sangrar- fueron sus ultimas palabras antes de desaparecer.

Fin.

Me dolió en el alma matar a los tortolitos, enserio lo siento por eso

Si les gusto o lo odiaron (Que es lo mas seguro) déjenme un comentario, me encanta saber que piensan.

Gracias por leer c: