Disclaimer: La serie de Claymore es propiedad de Nori Yagi. Esto es de fans para fans sin fines de lucro.

En honor a ella.

Creó aquella técnica para proteger a sus compañeras y lo único que obtuvo fue alejarlas. Excepto a esa chica que apenas había conocido por pura casualidad. Esa guerrera que portaba el número 35 y que de algún modo se las había arreglado para entrar a la pequeña burbuja gris que era su mundo, iluminando como un sol.

"… Porque, verás, cuando limpiaste tu rostro… Pensé en ti, de algún modo, como en el gato que solía tener en mi casa."

Apenas respiró en un vano intento por controlarse. El recuerdo de aquella chica de coletas le saludó con una radiante sonrisa agrietando su pecho. El aire se atoró antes de llegar a sus pulmones. Su ojo izquierdo perdió la visión y Cassandra echó la cabeza para atrás. Ya no sentía el dolor de las heridas que crecían por todo su cuerpo ni la tierra bajo sus pies. Todo el rompecabezas se armó mientras ella estaba por hacerse pedazos y en su mente la imagen de Roxanne le sonrió con sorna antes de estallar en carcajadas.

Sólo entonces el sobrenombre de aquella mujer cobró sentido mientras la luz se apagaba en su interior. El sonido desapareció en su totalidad. Cassandra separó los labios y antes de que se hundiera en la oscuridad, se prometió en silencio zanjar aquel asunto que ahora estaba a punto de retomar.

"RO..XA.. AA…NNE…"

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Notas de la autora: amé la escena de Cassandra y de cierta forma a Roxanne. Es tan bastarda-perra. Me recuerda a Ophelia con Miria. Pero el amor aquí, es para Cassandra.