Notas de autor: Es hora de que me ponga ñoña en este fandom y lo peor es que no soy ñoña, soy lo que le sigue. xD
Disclaimer: Gintama pertenece al gorila. Qué va, yo solo quiero brotar y este es el camino.


Darling & Honey

Capítulo I: Un kunai puede cortar el romance pero no los sentimientos


You're an asshole but I love you


Hacía mucho que había renunciado a ser mujer. Por ende, no se daba el lujo de ser romántica… Es más, ni si quiera pensaba en el romance porque toda la vida fue testigo del peor lado de los hombres, miró de lo que eran capaces de hacer solo por lujuria. Sí, lo reconocía, hubo una que otra historia bonita de amor que escuchó, pero ninguna obtuvo el final feliz que merecía. Y también era cierto que a pesar de todo lo malo, dejaban la sensación de que no todo era igual a lo que había visto.

Era una sensación dulce que si se cuidaba lo suficiente, como a una delicada flor, se podía convertir en esperanza. No para ella pero sí para el resto de las mujeres de Yoshiwara para que aspiraran a algo más que ver el hermoso cielo azul.

Pero por más promesas de amor, por más lunas compartidas, por más hilos rojos o cabellos amarrados al dedo meñique, por más miel y cosas buenas que desear, ninguna era para ella. Lo suyo era patrullar, liderar, cuidar y los kunais. No había cabida para nada, absolutamente nada, de hombres o cosas de esa índole; noviazgo, matrimonio o enamorarse.

A menos que se tratara de golpearlos con sus kunais por comportamientos indebidos, porque ahí sí había cupo para ellos, que a veces no lograba encontrar diferencia entre un hombre o una bestia. Y por fortuna, sus armas no perdonaban. Ni ella tampoco.

Las demás mujeres de Yoshiwara podían soñar si ellas así lo querían, era algo que nadie les arrebataría jamás. Podían creer en el amor, idealizar a su hombre perfecto, eran libres de hacerlo, mientras tanto ella haría guardia para que se mantuvieran así, con luz dentro de esa nocturna ciudad. En un futuro, se enorgullecería de esa felicidad ajena, mas ni hoy, y ni nunca, trataría de copiar sus aspiraciones o contagiarse con esas fantasías, por más que Hinowa la animara insistentemente a hacerlo.

Tsukuyo la quería con todo su corazón, Hinowa era tan cálida y buena. Un faro en la oscuridad. Obvio trataría de bañar al mundo con su brillo, y como ella también le era importante y le guardaba mucho cariño, trataba de mejorar su vida de esa forma. Le pedía enamorarse, confiar, compartir la carga con alguien más, dejar de cerrarse y sonreír más, porque ella era linda, buena y merecía que la quisieran… pero todo eso era una lástima ya que tenía una filosa arma que cortaba todo el romance y por más insistencia que hubiera, nada la alcanzaba.

Nada de honey y darling para Tsukuyo y a falta de eso, kunais. No se quejaba de ello, siempre habían estado a su lado y la mantenían segura. Con esa arma renunció a ser mujer, con ella cuidó a su protectora, a ella también, y con ella seguía defendiendo a los inocentes. Total, el kunai era su fiel amigo.

Y le servía, también, como defensa. Podía bloquear los rayos de luz romántica que Hinowa le lanzaba. Y el rayo rebotaba hacia otro lado, sin tocarla a ella, sin herir a Hinowa, solo reflejaba su resplandor y la mujer que velaba por sus sentimientos, sonreía de igual forma. Brillaba como el sol, siempre y volvía a la carga después. Y así, ella era feliz.

Sin embargo… a veces su kunai no estaba tan afilado como creía ―o lo usaba tanto para la resistencia, que perdió el filo― y el brillo romántico de Hinowa la alcanzaba y esa luz viajaba por todas sus venas tan, pero tan, rápido que no había tiempo de cortar y evitar que la plaga inundara todo su cuerpo. No tenía oportunidad de cortar ese rayo plateado en su camino.

Ojalá tuviera el perfecto dominio de su corazón como el aro del kunai que deslizaba por su dedo índice. Ella lograba poner freno a sus pensamientos, tampoco divagaba hasta perderse en lo romántico, no era una mujer soñadora, pero si había algo que le resultaba difícil de manejar era su corazón. Los kunais no podían cortar sentimientos.

No pensaba en romance. No le interesaba tener pareja y menos hacer esas cosas ―el rubor le subía con solo pensarlo― con y en pareja. No pretendía corazones de chocolate para San Valentín y menos citas a solas. No quería que le temblaran las piernas por nervios y menos sonrojarse como una colegiala… no quería ningún efecto pero eso era todo lo que tenía, estaba indefensa ante eso.

Los sentimientos eran algo profundo e intangible… pero tenían el filo de un arma; tocaban la piel, se hundían, causaban heridas. Sangraban, ardían, se cerraban y dejaban cicatrices como la de su rostro, tal vez mucho más hondas.

Y eso era incontrolable.

Simplemente, los kunais volaban hacia ella y la atravesaban. Se clavaban en su cuerpo como si estuvieran fijos en el tronco de un árbol, al practicar la puntería. Y era tanto el tino que tenían que cruzaban su corazón como una flecha de cupido. Oh, y ahí estaba el estúpido lado romántico.

Con el arma fija en su corazón, atravesando lentamente hasta desangrar… lo blanco se teñía de rojo. Se hundía más, se remolía… y no dejaba de sentir. Eso no mataba, al contrario, parecía darle vida aunque ella se negara, con todas sus fuerzas, a eso.

Ahí era la útil Tsukuyo. Ahí lo darling y honey abundaba.

Y ella maldecía y trataba de resistir, al quedarse sin armas y escudo era lo único que podía hacer. Pensaba en lo malo, en lo idiota y holgazán que era él para volver a ser la mujer sin miel. La mujer que lanzaba kunais para protegerse, con uno solo podía detener mil flechas de amor.

Pero era difícil. Bastante cuando el idiota se acercaba a ella para acostarse sin ninguna preocupación. El aliento se le iba junto con la seguridad que antes tenía para apuntar con su arma. Para concentrarse, pensaba en lo mal y asqueroso que se veía hurgándose la nariz. Sin embargo, el idiota estaba tan tranquilo que ella se enfurecía ante la diferencia de su sentir pero con su cabello rozando su brazo, simplemente temblaba y su kunai, su fiel amigo, la traicionaba.

El arma caía al suelo pero aún le quedaba su voluntad. Quedaba poco de la Tsukuyo antes de darling y honey.

No solo perdía la habilidad de atacar, sino que también su defensa. No había kunais para bloquear ataques directos al corazón.

Y con su cercanía, con su pelo plateado haciendo cosquillas en su piel y con lo acalorada que comenzaba a sentirse, era como sentir una explosión en su interior, la vergüenza aumentaba y los nervios también… Ella bajaba el rostro y trataba de controlarlo, porque le daba coraje ver que él estaba como si nada: sacándose los mocos y con sus ojos de pez medio muerto, lo odiaba.

Pero le gustaba de igual forma aunque no lo aceptara del todo.

Tener su vista fija en el piso, le regresaba la tranquilidad; en el suelo brillaba el filo de su arma. Después de levantarla, pensaba en todo lo malo. En todo lo que no quería…

Y aunque honey fuera atravesada por su propia arma no se quedaba con los brazos cruzados, por lo que darling tenía que salir de su indiferencia y sentir lo mismo que ella. Sin cavilarlo más, apuntó sin temblar y lanzó su kunai del amor.

No importaba cortar el romance que no había, ella no quería romance.


¿Fin?


En realidad quizás tenga más caps pero para eso hay que ver si los astros se alinean.

Me dio mucha risa cuando se dicen Honey&darling, respectivamente. jijiji. Me gusta el tsunderimo de Tsukuyo, era necesario que escribiera sobre sus kunais porque soy así de ñoña.

Review, crítica y sugerencia, bienvenidos.