Esa frase retumbaba en el fondo de su mente, día y noche.

Él seguía aquí, mientras que ella…

No encontraron su cuerpo. Desesperado, rebuscó durante días entre los escombros de la Ciudadela. Sus garras, carne y uñas arrancadas, no hallaron rastro de Shepard, salvo por las placas metálicas que, tiempo atrás, adornaban su cuello como un sello tímido aunque brillante de su valor y lealtad.

Durante días, se le olvidó comer y beber. A veces, cuando el sudor le impedía ver el camino y la sangre de sus manos le dificultaba la tarea, se obligaba a detenerse y respirar profundamente.

En cierta forma, el aire que entraba en sus pulmones, era el mismo que el que Shepard había inhalado antes de…

—No —negó con rabia.

Liara y Joker le insistieron para que abandonase la búsqueda pero él no podía dejarla allí, con toneladas de metal retorcido sobre su pálido y suave cuerpo.

Jamás renunciaría a ella, ni aunque su vida se perdiera en ello.

"No hay Shepard sin Vakarian" y mientras él siguiera allí, de alguna forma, ella también…