No puedo decir que volví ... pero bueno...
Amo el SaruMi con cada fibra de mi ser.
Serán 30 one-shorts, si cumplo este reto, podre decir abiertamente que volvi al mundo del fanfiction... el rolplay me ha ayudado mucho.
Sé que no es correcto poner los titulos en otro idioma, pero es en honor a Shiro/Adolf.
[K] es propiedad de GoRa.
Medicina: (Del lat. medicīna) 1. f. Ciencia y arte de precaver y curar las enfermedades del cuerpo humano. 2. f. Sustancia que, administrada interior o exteriormente a un organismo animal, sirve para prevenir, curar o aliviar la enfermedad y corregir o reparar las secuelas de esta.
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En el bar de Homra hay una reunión, todos están allí, hablando de cosas triviales, riendo como hermanos… ¿No es fantástico? No.
Misaki está allí.
Y Saruhiko también, pero él no está hablando, no está riendo.
Sólo está observando, desde la barra, en silencio.
Típico.
─Tch…
El ambiente confortante de aquel lugar, el cálido trato de los miembros de esa familia, aquella soltura y sencillez que bañaba cada gesto del cuerpo que a lo lejos contemplaba… aquella risa martillando sus oídos, aquella sonrisa tan amplia quemando su retina.
Todo eso tan distante, lejano… cada vez más y más lejano…
Era un malestar muy grande.
Apretó los ojos irritado, irritado con ese lugar, con esa gente… irritado con él.
Sobretodo con él.
¿Por qué lo permitía? ¿por qué se quedaba allí? ¿Por qué no se marchaba de ese lugar que tanto, tanto le enfermaba?
Si, le enfermaba… por dentro se está pudríendo, aquella felicidad irradiando del más pequeño le quemaba, aquella felicidad que no podía tocar, de la que no podía ser parte, de la que no se sentía parte.
¡Debes salir de allí! ¡Seguro que Misaki ni lo notara! ¡A fin de cuentas, él no está consiente de cómo estas enfermandote más y más!
¿Estás enfermo?…
─¡Oye! ¡Al menos cambia esa cara, Saru!
La voz de su amigo llegó justo a tiempo a sus oídos, logrando que desistiera de cualquier acto -precipitado- que su mente comenzara a maquinar, sus ojos azules buscaron los contrarios, ese pequeño bosque otoñal a lo lejos lo recibió como si no estuviera pasando algo fuera de lo común.
Contento con todo esto.
Aquí esta el doctor, ese doctor que sabe cual es la solución para sanar tu mal, el que te cura las heridas.
El que con aquella sonrisa, te brinda siempre una dosis de su mágica medicina…
Por él, por él, por él, por él.
Y sólo por él seguía aguantando ese ambiente, por esa atención que de a poco se volvía más y más mínima.
¡Pero doctor! ¡hay un problema! esta enfermedad es muy fuerte, tan fuerte que por más que el paciente recibiera esas dosis, no mejoraba sino todo lo contrario.
Debía ser más dosis, más fuertes…
Pero al final…
Los ojos avellana lo observaban con alegría mas la mirada azul sólo rodó a un lado, perdiéndose en algún punto incierto en el bar.
Para Yata, aquel gesto fue leído como algo arisco, así que frunció el ceño y curvó el labio para arriba, irritado; aquella mueca fue cortada cuando su atención volvió hacía sus compañeros, la sonrisa mágica reapareció coqueta a bailar en sus labios.
Ajena a aquella mirada dolida oculta en el filo de esos azules ojos.
Lo estamos perdiendo…
Pero este paciente es terco, sobrevive; aferrándose a aquella medicina todo lo que puede, por mas que esta ya empieza a no ser efectiva.
Volviéndose un placebo.
En grandes, grandes, grandes dosis.
El sable bailó en su mano, cortando los duros golpes que el bat de acero y la patineta infringian contra su cuerpo, la sonrisa de un enfermo resignado con su muerte se garabateaba en sus labios.
Esa aura roja lo embriagaba.
Ese rojo lleno de odio y resentimiento.
Era el placebo que lo consolaba.
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Gracias por leer
"Por cada review que dejas, Saruhiko recibe un Misaki de felpa" (?)
