Se levantó temprano para entrenar y eso fue todo lo que hizo en el día. Al rededor de las 10 pm entro a ducharse y tardó aproximadamente 45 minutos por los cuidados especiales que le daba a su larga cabellera violeta. Gakupo se ejercitaba más que nada por costumbre, después de tantos años siguiendo las costumbres de su padre Gackt no era fácil eliminar eso de su sistema, además lo ayudaba a distenderse.
Mientras se vestía escuchó que alguien llamaba a la puerta de su habitación, por lo cual se puso una remera para dormir de forma rápida y acomodo su lacia y mojada cortina de pelo, que aún estaba despeinada, para poder atender a quien haya llamado.

-¡Heyy!- Kaito pronunció alegrado, sosteniendo un recipiente de telgopor en sus manos- Estoy organizando una noche de videojuegos, más que nada de terror y me preguntaba si te gustaría unirtenos-

-Hola Kaito, y suena divertido, pero para ser honesto estoy bastante cansado y necesito levantarme temprano para ir al estudio mañana...lo siento- contestó Kamui muy educadamente

-Oh...está bien ¿otro día quizás?- dijo el azulado llevandose una cuchara llena de helado a la boca y mirando un poco detrás de la persona en frente de él- ¿Aún tienes cajas sin desempacar? Puedo ayudarte si quieres...-ofreció

-Oh...no, esta bien, son solo cosas decorativas, muchas gracias de todos modos, Kaito-

-No hay problema...bueno, me voy así puedes descansar y oh, relájate, no hace falta que seas tan estructurado-

Gakupo rio un poco y agradeció a Kaito por la invitación, cerró la puerta y se dirigió a la mesa tocador que había heredado de su madre para buscar un cepillo. Quizás era extraño que tenga uno de esos muebles pero le recordaba a su hogar y la cantidad de veces que su madre lo sentaba frente al espejo para arreglarlo. Dividió el pelo a la mitad para poder desenredarlo con más facilidad, mirando su reflejo detenidamente mientras lo hacía. Un nuevo llamado a su puerta lo exaltó y exhaló fuerte antes de levantarse a ver quién era.

-¿¡Len!?-

-Hola Gakupo- dijo el joven algo desanimado

-¿Sucede algo?- preguntó el mayor, puesto que eran 11:22pm, lo cual lo llevó a suponer que probablemente el chico ya tendría que estar dormido para entonces

-Uhm...bueno...me preguntaba si podría...si no es de mucha molestia claro...-

-¿Si?- Preguntó el veinteañero con curiosidad ya que el rubio parecía algo nervioso

-Si podría dormir aquí...- Len miraba sus pies y sentía vergüenza absoluta

Esa pregunta tomó a Kamui por sorpresa y no comprendía realmente el porqué, pero dejarlo una vez no hería a nadie y para ser sincero, el adolescente parecía que iba a derretirse por la ansiedad.

-Claro, adelante, Len- pronunció calmado

-Siento molestarte, en verdad...me apena mucho venir a esta hora por esto...-

-¡Ey! tranquilo- dijo Gakupo apoyando una mano sobre el hombro del joven

-Lo siento.- Len respiró profundamente -Desde que las chicas se fueron de gira no pude dormir bien solo en mi habitación, así que estuve quedándome con Piko pero me asusta cuando habla dormido. Kaito nunca fue una opción, además de que siempre lleva gente a su cuarto para hablar hasta quién sabe qué horas y con el resto no tengo tanta confianza...-

Kamui sonrió.

-Entiendo. Bueno, usa mi cama, iré a buscar un futón-

-Oh no, yo dormiré en el fu-

-No no, esta bien, eres mi invitado- dijo el mayor sonriente

Len decidió no discutir mas aunque se sintiese culpable por dejar que Gakupo duerma en el piso. Al ver al otro salir de la habitación, se abrió paso entre las frazadas y sábanas, tapándose hasta el cuello, dejando salir un resoplo para desestresarse.

La habitación de Gakupo era una de las grandes, ya que al ser uno de los mayores de la mansión se daba por entendido la necesidad de espacio y privacidad. Probablemente tenía un baño espacioso y lo mejor del lugar era la gran ventana que se podía abrir para salir a un pequeño balcón. Lastima que estaban en invierno.
Kamui entró de nuevo con el futón y unas frazadas extra para él. Tiró todo en el piso y acomodó todo justo a la izquierda de su cama, tomó una de las almohadas que Len no estaba usando y la dejó caer en donde él iba a dormir.

-Muchas gracias Gaku...¿puedo decirte así?-

-No hay problema y si tu quieres...- A decir verdad le parecía tierno y gracioso que eligiese "Gaku" como apodo* -¿Estás cómodo?-

-¡Sip!-

-Ok- dijo Gakupo dirigiéndose hacia el interruptor para apagar la luz -Que descanses Len-

-Gracias, tu igual Gaku-

Sus respiraciones eran lo único que se oía en la habitación. El joven Kagamine parecía relajado en la cama a comparación del dueño de esta. No comprendía la razón por la cual el sueño lo abandonó tan pronto apoyó la cabeza en la almohada y no se quería molestar en pensarlo, así que dejó su mente en blanco y clavó sus ojos en el techo, luego bajó su mirada hacia donde estaba Len y sonrió. Era extraño ver al rubio tan calmado en contraste a su naturaleza hiperactiva que vió en los últimos dos meses que estuvo viviendo allí. Lo que también era raro fue verlo con el pelo suelto, nunca lo había visto de ese modo y era bastante tierno ver como le llegaba a los hombros, apenas más largo que el de su hermana y con ondas por usarlo atado constantemente. Aquella era una imagen tan linda que le arrancó un suspiro y una sonrisa al mayor. Gakupo decidió darse vuelta sobre sí mismo y darle la espalda al joven así poder detener tantos pensamientos de una vez y tratar de conciliar el sueño.

-

Len abrió los ojos luego de haber dormitado un rato, se levantó levemente y miró en dirección a Kamui quien parecía haber entrado en un sueño profundo. Se sentó y abrazó sus piernas pensando en qué estará haciendo su hermana. Probablemente ella estaría en algún hotel luego de haber dado el segundo concierto de la gira, descansando, completamente opuesto a lo que él hacía. Giró su vista hacia Gakupo de nuevo y pensó la posibilidad de deslizarse en el futón con el otro y probablemente lo despertaria/molestaría, pero el sentimiento de soledad lo estaba inquietando cada vez más. Se acercó al borde de la cama y decidió que era mejor preguntar primero.

-Psst...Gaku...Ey...-

No recibía respuesta alguna. Se levantó de la cama y se arrodilló junto al samurai, haciendo una entrada para poder acostarse junto a él. "En la mañana daré alguna excusa estilo 'me levanté al baño y me acosté aquí por accidente' o algo así" pensó. Al taparse trató de moverse lo menos posible hasta que su brazo derecho lo traicionó y empujó levemente al otro siendo lo suficiente para arrancarlo de sus sueños. Gakupo se dió vuelta y miró al chico a los ojos, quién instantáneamente se enrojeció de la vergüenza.

-P-Perdón, intente des-pertarte y p-preguntarte s- balbuceaba el rubio

-Está bien...siento no haberte escuchado.- dijo Kamui con la voz grave por haber estado dormido, lo cual envió escalofríos por el cuerpo de Len -Movámonos a la cama entonces- sugirió

El adolescente asintió y se puso de pie, dando tan solo un paso para llegar a la cama en donde estuvo. Gakupo lo siguió con su almohada en las manos y se acostó con el chico, quién lo seguía con la mirada. Estaban frente a frente y mientras Gaku volvía a dormir con facilidad, el joven Kagamine lo observaba. Había quedado confundido por el shock que le provocó oír la voz de Kamui en ese estado. Este último sintió la insistente mirada del chico sobre él y abrió lentamente los ojos para tratar de encontrar el porqué de las acciones de Len. Intercambiaron miradas en silencio. El rubio mantenía el sonrojo en sus mejillas, esta vez por la situación de tensión en la que se encontraban. El veinteañero por otro lado estaba sosteniendo el aire inintencionalmente, sintiendo como lentamente se cautivaba más por Len, sonriéndole de la forma más dulce posible. Llevó una mano a la cara del joven y le acarició suavemente una mejilla, de los pómulos a su mentón. Kagamine se relajó al tacto y sonrió también. Al sentir la mano del otro abandonar su piel, se acercó a él y posó su cabeza sobre su pecho, acción a la cual Gakupo correspondió con un abrazo y un beso en la frente para indicarle al chico que tenían que dormir.

Ambos sonreían ¿Porqué? Muchas razones, como vergüenza, liberar tensión y quizás...algo más, algo que claramente ninguno de los dos tenía tiempo de pensar en ese momento.