"La Venganza es mas oscura que una mancha de sangre."
¿Quién eres tú?
Los primeros rayos del sol caían sobre la ciudad de Tomoeda, anunciando que una nueva mañana comenzaría, Tomoeda era una ciudad pequeña en la que nadie pensaría que podía pasar algo extraño o fantástico pero no era así; Sakura Kinomoto vivía en esa ciudad; ahí tenía a sus amigos y a su familia: su padre Fujikata y su hermano Touya. La madre de Sakura, Nadeshiko, había muerto cuando aún era muy pequeña así que no tenía muchos recuerdos de ella. Pero eso no la ponía triste, solía saludar todos los días a su fotografía que estaba en una mesa como si ella estuviera ahí, con ella. Otra persona importante para ella, aunque no formara parte directa de su familia, era su mejor amiga Tomoyo Daidouji, ella siempre la apoyaba en todo lo que hacía, eran amigas desde muy pequeñas y se contaban todo.
Sakura solía pensar (al igual que los demás) que Tomoeda era un lugar tranquilo, hasta que descubrió que poseía poderes mágicos al abrir un extraño libro titulado:"The Clow" y liberar las cartas que estaban dentro, así fue como conoció a Kerberos, el guardián de las cartas, éste le dijo que como ella las había liberado, ahora tenía que recuperarlas, Tomoyo se unió a Sakura casi inmediatamente y juntas empezaron la caza y captura de las cartas, siempre que recordaba todo esto se ponía muy feliz y a la vez triste, nostálgica, por... aquella persona...
Él también era card captor y le enseñó muchas cosas, fue el primero en decirle sus sentimientos abiertamente y ella se descubrió correspondiéndole, pero había regresado a su país natal, ya que aunque era solo un niño tenía otras responsabilidades con su Clan. Solían enviarse cartas y se llamaban por teléfono muy seguido, además que él iba a Japón cada vez que podía. Hasta que recibió una llamada de su parte, diciéndole que pronto tendría que hacer un viaje "¿vendrás a Japón?" le había preguntado ella. "Esta vez no, lo siento. Son asuntos del Clan"
Después de esto ya no volvió a saber nada de él, intentó comunicarse con Meiling, una de las primas del chico y amiga de ella, pero contestó la servidumbre diciéndole que se había ido a estudiar al extranjero y que no tenían permitido dar más información. Aún así siguió enviando cartas a ambos pero nunca recibió una respuesta de ninguno.
Ya había pasado casi un año desde que esto pasó, y al no saber nada de él imaginó que ya se había olvidado de ella, quien sabe, tal vez había conocido a alguien más en su viaje así como alguna vez la conoció a ella. Tomoyo solía decirle que él no era esa clase de chico, que tenía que haber alguna razón, pero el tiempo pasaba y a Tomoyo se le acababan los argumentos. Así que un día decidió tratar de olvidarlo. Después de todo ella ya tenía dieciséis años, estaba en la preparatoria y no podía seguir viviendo en el pasado.
Aquella mañana sus pensamientos estaban muy lejos de esto, mientras revolvía su habitación buscando uno de sus libros recordó que había tenido un sueño muy extraño: se encontraba en un claro en una especie de bosque, se podía notar que el atardecer acababa de terminar dejando ver las primeras estrellas y enfrente de ella había dos chicos parados uno en frente del otro, cada uno con una espada en las manos en posición de ataque, uno de ellos llevaba una especie de capucha negra que le cubría la cara y no pudo distinguirlo, al otro en cambio podía verle el rostro claramente pero nunca antes lo había visto...
-Sakurita ¿no es este tu libro?- Una voz chillona la sacó de pronto de sus pensamientos y al voltear vio a un pequeño ser amarillo parecido a un muñeco de felpa con alas, que flotaba en la habitación y apuntaba hacia una mesita.
- Si Kero, gracias- tomó el libro y lo metió rápidamente en su mochila, miró el reloj de la mesa y vio con horror que ya era muy tarde.
- Sakura si es demasiado tarde ¿por qué no utilizas la Carta Vuelo?- Preguntó Kero adivinando el motivo de la cara de espanto de su ama. Siempre aprovechaba cualquier ocasión para convencer a Sakura de utilizar su magia, después de todo desde que terminó de cambiar las cartas Clow a cartas Sakura no las utilizaba mucho, ella decía que la ponía nerviosa el hecho de que alguien pudiera descubrirla y siempre repetía que no utilizaría la magia a menos de que fuera necesario. - ¿No crees que esta ocasión es importante?
Sakura volteó a ver a Kero pensativa, y después de un segundo sonrió y levantó su mano hasta su pecho, la introdujo en su blusa del colegio y sacó un dije con la forma de una llave con una estrella, aunque ya no la usara mucho, aun tenía la costumbre de siempre llevarla consigo.
-Llave que guardas el poder de mi estrella...- en ese momento un círculo luminoso con una estrella en el centro se dibujó a los pies de Sakura y la llave levito en una esfera de luz azul- ...muestra tu verdadera forma ante Sakura, quien aceptó esta misión contigo… ¡Libérate!- el objeto comenzó a hacerse mas largo hasta tomar la forma de un báculo rosado con la misma estrella en la punta.
Después de esto tomó una carta rosa, la arrojó al aire y mientras ésta se mantenía girando en el aire decía:- Carta Sakura dame la habilidad de volar –en ese instante dirigió la punta del báculo hacia la carta para después gritar: -¡Vuelo!
Al momento de tocar la carta ésta se empezó a desvanecer convirtiéndose en una especie de hilos de viento que comenzaron a dirigirse a la espalda de Sakura para formar dos alas con un ligero toque rosado, haciendo esto tomó su mochila (su báculo tomó de nuevo la forma de llave), abrió la ventana y ya se preparaba para saltar cuando giró su cabeza hacia donde se encontraba Kero, cerró los ojos y sonriendo le dijo:
- ¡Nos vemos Kero! Estas listo para cuando llegue ¿de acuerdo? ¡Adiós!- y diciendo esto saltó por la ventana. Al parecer había dejado de pensar en ese extraño sueño.
-¡Adiós Sakura!- gritaba Kero agitando su patita despidiéndose desde la ventana.
En poco tiempo pudo ver el edificio en el que tomaría sus últimas clases ya que el día de mañana empezarían las vacaciones de verano, miró el reloj de su muñeca y con alivio confirmó que había llegado a tiempo, después de todo la magia era muy útil en ocasiones y aunque no lo decía abiertamente le encantaba usarla, solo estaba el pequeño problema que debía mantenerlo en secreto.
Bajó donde había cerca varios árboles juntos para que nadie la notara, guardó la Carta Vuelo en su mochila y se dirigió al edificio, de hecho había llegado a una hora adecuada y al pasar por la entrada oyó que alguien la llamaba por su nombre:
-¡Buenos días Sakura!-
Sakura volteó y se encontró con el rostro sonriente de Tomoyo, tenía la misma sonrisa desde que eran niñas.
-¡Buenos días Tomoyo! -Saludó Sakura a su mejor amiga devolviéndole la sonrisa.
-Ya es este el último día de clases ¿Qué rápido se pasa el tiempo no?
-Si tienes toda la razón Tomoyo.
-Será muy divertido pasar las vacaciones juntas.- Pero luego añadió -: aunque siento mucho que tu padre se haya tenido que ir a una excavación en las vacaciones.
-No te apures, claro que será divertido- dijo Sakura de inmediato sonriendo.
Ese verano Sakura iba a quedarse en la casa de Tomoyo por el trabajo de su padre, y también porque su hermano Touya se había ido con su mejor amigo Yukito a estudiar fuera y no regresarían a casa ese verano, así que Sakura no podía quedarse sola en su casa, Tomoyo tampoco saldría de vacaciones porque su madre estaba muy ocupada y también saldría por asuntos laborales.
Juntas se dirigieron a sus respectivos salones, por la mala suerte no habían tocado en la misma clase ese ciclo, aunque solían pasar los recesos en el jardín donde había bancas y mesas, tomaban sus almuerzos junto con otras de sus compañeras y platicaban de un sin fin de cosas. Al llegar Sakura a su salón, tomó asiento y esperó a que el profesor llegara, no pasó mucho tiempo cuando el ruido de la puerta se oyó para dar paso a un señor canoso de mirada gentil y varios alumnos regresaron a sus lugares. Aunque las clases apenas habían comenzado más de un alumno estaba ansioso por terminar, por el hecho de que al día siguiente ya estarían de vacaciones, así pasó aquel día hasta que por fin llegó a su final y todos los alumnos se dirigieron hacia sus casas para poder disfrutar de un buen merecido descanso.
Sakura esperaba a Tomoyo en la entrada de la escuela cuando sintió una presencia extraña, no era algo conocido, no, eso era diferente...
-¡Sakura!
La voz de Tomoyo llamándola la sacó tan repentinamente de sus pensamientos que la asustó y dejó escapar un pequeño grito.
-Perdóname por haberte asustado – se disculpó apenada.
-No te apures Tomoyo- se apresuró a decir Sakura aunque tenía la respiración agitada por el reciente susto.- ¿nos vamos?
-Sí- contestó inmediatamente Tomoyo.
Sakura y Tomoyo acostumbraban irse por el mismo camino todos los días al salir de clases (siempre y cuando no fueran con otras de sus amigas), pasando por un parque con grandes y hermosos árboles, después se separaban y se iban rumbo a sus respectivas casas, pero en esta ocasión las dos se dirigirían a la casa de Sakura, iban por su ropa y por Kero ya que Sakura se quedaría con Tomoyo desde ese día. Justamente iban pasando por aquel parque cuando Sakura sintió de nuevo esa extraña presencia aunque esta vez más cerca, haciendo que se detuviera inesperadamente, Tomoyo continuó caminando y al no ver a su amiga a su lado volteó hacia atrás con inquietud.
-¿Qué pasa Sakura?- preguntó -te has comportado algo extraña desde que salimos de clases
-Tomoyo... creo que algo se está acercando...
-¿Algo?- repitió Tomoyo- ¿Te refieres a una presencia?- dijo bajando la voz aunque no había nadie en el parque en esos momentos.
-Sí pero... esto es diferente- contestó Sakura tratándose de concentrarse –no es la misma sensación que sentía con las cartas, Shaoran o Eriol.- y diciendo esto sacó la llave que colgaba de su cuello.
-¿Crees que sea algo de qué preocuparse?- preguntó Tomoyo al ver a su amiga sacar su arma mágica.
-No lo sé, pero preferiría no arriesgarme- y al igual que aquella mañana invocó el hechizo que transformaba la llave en su báculo mágico y lo sostuvo con decisión... esperando... no quería decirlo para no asustar a su amiga, pero esa sensación no era nada linda, sino que le causaba cierto nerviosismo.
-¡¿Pero qué es eso?- dijo de pronto Tomoyo al mismo tiempo que apuntaba con su mano a las ramas de un árbol detrás de Sakura, ésta volteó hacia donde apuntaba. No gritó pero estuvo a punto.
Había una extraña criatura parada sobre las ramas que de un salto aterrizó sobre tierra firme no muy lejos de la asombrada Maestra de las Cartas, su estatura era casi la misma que la de Sakura, pero mantenía una postura un tanto jorobada, sus pequeños ojos eran tan rojos que parecían de pura sangre, la nariz ganchuda, orejas puntiagudas y con una prominente mandíbula, todo esto en una cabeza calva, sus brazos eran más largos de lo normal, su piel era de un color grisáceo y vestía con harapos sucios y remendados. Sakura se quedó ahí mirándolo asustada al no saber que hacer, su aspecto no significaba que estaba ahí para hacerle daño ¿cierto?
Pero sus dudas fueron disipadas de inmediato, aquel ser no tardó en atacarla tan de pronto que Sakura casi no logra esquivar su golpe saltando hacia el otro lado, de pronto recordó: Tomoyo estaba justo detrás de ella. Giró sobre sí misma y vio con alivio que Tomoyo también se había quitado del camino de la criatura, pero esta distracción le costó mucho ya que de pronto sintió como una mano la tomaba por el cuello, era aquel ser que trataba de estrangularla, dejó caer su báculo y con ambas manos tomó el brazo de la criatura para tratar de soltarse.
-¡Sakura!- gritaba una Tomoyo desesperada y en su desesperación no supo nada más que hacer que correr hacia aquel monstruo y tratar de ayudar a su amiga, lo tomó del otro brazo y comenzó a estirarlo, la criatura al sentir esto volteó a mirar a la joven que estiraba de su brazo y sin ningún esfuerzo la arrojó hacia atrás golpeándola contra el tronco de un árbol y quedó tirada en el suelo.
-To...mo...yo...-apenas y pudo decir esto, el aire le faltaba y sentía que ya no iba a poder resistir mas.
-¿Esto es lo único que puede hacer la nueva Maestra de las Cartas Clow?-dijo aquella criatura con una voz ronca y apretó un poco más el cuello de Sakura.- Será más fácil de lo que creí. –y soltó una siniestra carcajada.
La vista de Sakura se estaba nublando cada vez mas pero aún así pudo ver como la silueta de una persona cruzaba sobre ellos y caía a unos cuantos metros detrás de la criatura por lo que éste no pudo darse cuenta, en cambio Sakura pudo ver como aquel tipo (el cual no podía distinguir bien) levantaba una espada y una especie de luz amarilla empezaba a cubrirla y que al estar totalmente iluminada la jaló con fuerza hacia el frente.
La luz amarilla se transformó en una onda de energía que salió con fuerza de la espada y se dirigió hacia donde estaban Sakura y la criatura, al ver esto Sakura se limitó a cerrar los ojos esperando que el ataque llegara hasta ellos pero el ataque nunca llegó a ella, al contrario, pudo sentir como la mano que la sostenía la soltaba por fin y la dejaba caer; inmediatamente llevó su mano derecha hasta su cuello. Tosiendo y tomando grandes bocanadas de aire, pudo recuperar al fin el aliento, si hubiera tardado un poco más...
Al abrir los ojos pudo ver como la criatura había sido arrojada lejos de ella y volvía a ponerse en pie, aunque era evidente que había recibido daños por el ataque así que sin decir más giró sobre su propio eje desapareciendo de pronto.
-¡Tomoyo!- Sakura corrió hacia donde Tomoyo aun estaba tirada en el suelo (más por lo confundida que estaba que por algún posible daño que hubiera recibido), estaba tan preocupada por su amiga que pasó al lado de la persona que le salvó la vida sin tomarlo en cuenta siquiera -¿Estás bien Tomoyo?- preguntó una muy preocupada Sakura al mismo tiempo que se hincaba al lado de Tomoyo.
-Claro que estoy bien pero... ¿y tú?- dijo Tomoyo como volviendo de un trance-¿Qué era esa cosa y por qué te atacó?- antes de que Sakura pudiera contestar oyó una tercera voz detrás de ella.
-Creo que yo puedo responder eso- terció el misterioso sujeto acercándose hacia las chicas confundidas, Sakura volteó a verlo y notó que era un chico que al parecer era mayor que ella, era alto y se notaba que tenía una buena condición física, tenía el rostro delgado y (tenía que admitirlo) muy apuesto, pelo corto, despeinado y muy negro, sus ojos eran color amarillo, parecidos a los de un halcón, luego vio que había guardado su espada en una funda negra que colgaba de su cinturón, y en su mano izquierda traía el báculo de la estrella. Fue entonces que recordó que lo había dejado tirado, al parecer el chico lo había levantado del suelo-. Ese era Figg, un sirviente bastante idiota que vino a hacer lo que su maestro le ordenó- dijo dirigiéndose a Sakura con un tono de voz tan tranquilo como si hablara del clima, al mismo tiempo que estiraba su mano para devolverle el báculo a Sakura- Deberías de tener más cuidado con esto- agregó.
-Gracias- dijo Sakura tomando su báculo y mirando al joven algo confundida, sentía que ya lo había visto antes pero... ¿dónde? El báculo se convirtió de nuevo en llave y estaba apunto de colgarla en la cadena de su cuello cuando notó que ya no la tenía consigo. Ese tal Figg debió de haberla arrancado cuando recibió el golpe de ese chico, tenía que conseguir una nueva.
Volvió a mirar al joven frente a ella armándose de valor, y aunque suponía la respuesta a la duda que iba a formular, preguntó:
-¿Qué clase de orden es esa?
-Qué otra mas que robar las cartas –contestó el joven como si fuera evidente el hecho.
-¿Pero quien es usted y por que me ayudó? –a cada respuesta Sakura estaba mas confundida y asustada, Tomoyo por su parte solo observaba al chico con inquietud.
Esta ocasión el joven no se apresuró a contestar, en cambio únicamente le sonrió, se agachó hasta donde estaba Tomoyo y la ayudó a levantarse, luego le tendió la mano a Sakura para que se pusiera de pie, ella la tomó y se levantó. Luego con la misma sonrisa le dijo:
-Bueno...- empezó el joven -...eso es un poco más complicado de responder.
Fin del capitulo
Bien... pues aquí va el primer capitulo, primero que nada quiero aclarar que este es mi primer Fanfic así que no sean muy malos conmigo, espero que les haya gustado y sigan leyendo mi fic, este es un capitulo cortito y la razón de esto es por ser el primero y el punto en el que deciden si seguir leyendo o pasarse de largo, los demás capítulos serán un poco mas sustanciosos no se preocupen que los demás personajes ya aparecerán.
*Figg: Para los fans de Harry Potter se habrán dado cuenta de que 'Figg', es el apellido de Arabella Figg, la vecina squib, de Harry, en Privet Drive. Me gustó como nombre del 'sirviente', no sé porque, siempre me ha gustado ese nombre.
Ozai: ese nombre lo saqué de una serie de cartoon network pero ahora no recuerdo como se llama. :P
Avances: muchas preguntas serán respondidas pero no todas, Sakura se sentirá un poco deprimida y Kero estará muy confundido en cuanto a que pensar sobre ese tipo que está con su dueña.
Próximo capitulo: La despedida de Sakura
