CAPÍTULO SORPRENDENTE 1
¡NATSUME EN EL COLEGIO! ¡NATSUME MOLESTOSO!
Las nubes de color gris comenzaba a salir y el cielo estaba nublado, una señora salió de su casa, ella observó el cielo, levantó ambas manos, su rostro reflejaba una felicidad inmensa, no solo por la vida que tiene sino también por su hija, Mikan. En el interior de la casa, unas flores adornaban la mesa, sobre ella estaban cinco panes, una caja de leche, dos vasos y la azucarera. La mamá cerró la puerta, observó su reloj de pared y su rostro se tornó preocupado, subió muy presurosa las escaleras. Estaba frente al cuarto de su hija y escuchó un sonido de timbre muy fuerte que no paraba de timbrar, después de unos segundos, dejó de timbrar.
-Hija… -dice la mamá abriendo la puerta, su hija apenas comenzaba a levantarse de la cama y sus ojos apenas se abrían, deseaba seguir durmiendo; sin embargo, al ver a su mamá, frente a ella, con una cara enojada, no dudó ni un instante y se levantó-Ya está listo el desayuno, dormilona.
-Entiendo, ahorita bajo – responde Mikan muy feliz, solo había un motivo para su felicidad y esperaba encontrarse con ella, aunque estaba un poco nerviosa por las clases- Hoy curso 5° año de secundaria… ¡un nuevo día!
La mamá cerró la puerta y Mikan comenzó a sacar varias ropas de su ropero, había muchos polos que le gustaba, para ella era muy difícil escoger pero quería verse muy bonita para esa persona tan especial. Miró la hora y comenzó a desesperarse, llegado el momento se decidió por un suéter negro, un vestido rojo con rayas negras, medias rojas y zapatos negros.
Salió de su cuarto muy apresurada, no quería llegar tarde así que tomó su desayuno en poco tiempo, cogió su mochila y abrió la puerta, no pensaba que él vendría a su casa, pero solo verlo hizo que su corazón palpitara a una velocidad impresionante, sus mejillas comenzaron a sonrojarse al verlo, este lucía un pantalón yin, camisa azul y encima de ella, una casaca negra, además de una chalina que cubría su cuello.
-Natsume… -dice Mikan sorprendida porque no había ningún compromiso o algún concierto, aunque solo verlo la hizo sentir muy feliz- ¿Qué haces aquí?
-¿Qué pasa? ¿No puedo verte? –pregunta Natsume acercando su mirada a la de Mikan, ella retrocedió un paso. Natsume comenzó a sonreír al ver a Mikan, este cogió su mano y le dio una vuelta, tenía la mochila de Mikan en sus manos y siguió caminando – Apresúrate… vas a llegar tarde.
-¡Oye! ¡Mi mochila! ¡Devuélvemela! –grita Mikan corriendo detrás de Natsume, lo que más le enojaba era que no recibió una frase bonita o un halago con respecto a su forma de vestir y tanto que ella se esmeró. De tanto correr, tropezó y cayó al suelo, su rodilla estaba herida- Duele mucho. Esto me pasa por seguir a ese tonto.
-¡Mikan! ¡Sube a mi espalda! –dice Natsume arrodillándose, Mikan le miró muy contenta, antes le daba vergüenza que todos le miraban pero ahora ya no, porque su propósito es que toda la gente sepa cuanto ama a Natsume. Mikan se subió a la espalda de Natsume, comenzaba a pensar que muchas chicas quisieran estar en su lugar al tener a un chico como Natsume, este siguió caminando, aun faltaba mucho para llegar al colegio- Por cierto… escucha lo que te voy a decir porque no lo pienso repetir… ¡Te ves muy linda hoy!
Al escuchar las palabras de Natsume, su corazón comenzó a latir muy rápido, le abrazó muy fuerte del cuello, observó el cielo y comenzó a recordar los maravillosos momentos que vivió con Natsume. Por ejemplo, cuando se realizó el festival de canto, ese día fue, para Mikan, muy especial. Luego con los conciertos que ambos realizaban simbolizaron la conexión del amor entre los dos, asimismo, Natsume hizo todo lo posible con tal de protegerla, siempre daba su vida por ella, y por esa actitud, por su manera de apoyarla siempre, de darle consejos para enfrentar su carrera como cantante, sino fuera por él no hubiera logrado tal valentía al cantar en público. Había veces en que se comportaba como un niño, pero le encantaba discutir con Natsume, ya que era usual en ellos, también recordaba aquellos momentos en que se ponía celoso y no quería admitirlo. También se preocupaba demasiado por Natsume y es que él era demasiado orgulloso, había veces en que no quería lastimarlo pero él con tan solo un abrazo podía crear esa calidez, esa confianza en su corazón, que sin darse cuenta llegó a enamorarse de él y ahora no se arrepiente de ello.
Durante todo el camino, Mikan siguió abrazando el cuello de Natsume, este sonreía, nunca hubiera pensado que se enamoraría de Mikan, solo recordar que al principio no le agradaba pero al conocerla supo que Mikan es una chica muy buena y que es capaz de enfrentar cualquier problema, siempre pensaba antes en sus amigas, había veces en que se enojaba y le daba mucho miedo, aunque le cueste admitir sus sentimientos siempre hacía que Mikan le forzara a decirlos. Natsume seguía pensando en los recuerdos que vivió con Mikan, le molestaba que Micky se acercara a Mikan, tenía miedo de perder a Mikan, sabía que muchas veces había arriesgado su vida por salvarla, pero no le importaba en lo absoluto porque estaba dispuesto a protegerla para siempre y quería ser el único capaz de hacerlo, aunque muchos piensen que sea un pensamiento egoísta.
Sin darse cuenta, ambos estaban frente al colegio, ahora la estructura del colegio estaba muy cambiada, todo estaba remolado, además, los estudiantes llegaban muy contentos por ser el inicio de un nuevo año, aunque la sombra de un chico recostado en la pared de la puerta de entrada estaba ocultada.
Natsume se inclina un poco y Mikan baja de la espalda de Natsume, la herida que tenía en la rodilla ya no era tan doloroso, pero se sorprendió al ver que Natsume sacó un pañuelo del bolsillo de su pantalón, con este pañuelo cubrió la herida de Mikan, ella estaba con las mejillas sonrojadas.
-Pequeña pinocho –dice Natsume sonriendo a Mikan, comenzó acariciándole el cabello, los ojos de Natsume expresaban mucha ternura, solo verlos podías sentir cómo una calidez entraba en tu cuerpo. Se quita la chalina y abriga con esto su cuello, Mikan sintió como el calor de Natsume rodeaba su cuello- Va a comenzar a llover. Yo vengo más pronto de lo que te imaginas.
-Espera… -dice Mikan al observar que Natsume comenzaba a alejarse del colegio, este volteó al escuchar la voz de Mikan, ella corrió hacia Natsume y le abrazó muy fuerte, quería despedirse de él de la manera más alegre porque al fin y al cabo fue ella quien lo eligió. Natsume se quedó sorprendido con el abrazo inesperado de Mikan, y decidió corresponder a su abrazo – Te quiero, te quiero, te quiero mucho… Natsume.
-Yo no te quiero –dice Natsume apartándose lentamente de Mikan, su rostro reflejaba mucha tristeza, no quería escuchar esa respuesta, y ahora no sabía cómo mirarlo, había mucho silencio en el ambiente. Mikan volteó, dando la espalda a Natsume, esperaba que Natsume se retractara pero no decía nada así que cogió muy fuerte su mochila y, en ese preciso momento, Natsume cogió su mano. Ambos se miraron frente a frente- Todo lo contrario, te amo… Mikan, aun no entiendo cómo haces para que exprese mis sentimientos tan fácilmente.
Ntasume se despidió de Mikan con un beso en la frente, ella sentía cómo su corazón seguía palpitando, ese sentimiento que permitía mirar de distinta manera a Natsume, que lo hace diferente de los demás. Mikan seguía mirando a Natsume, mientras este se alejaba caminando del colegio, aunque le parecía muy extraño que Natsume no llamara a su chofer. Mikan sintió una mano que la cogía, pero no era Natsume porque lo estaba viendo alejarse, comenzó a sentirse incómoda, trató de apartar su mano pero le fue imposible y , después de varios segundos, se encontraba acorralada en la pared.
-Princesa, si pretendes sacarme celos… -dice Micky acercándose a los labios de Mikan, ella trataba de apartarse, pero no había escapatoria, ni por la de derecha ni por la izquierda ya que ambas manos de Micky estaban en la pared impidiendo que se escape- Lo estás logrando.
-Micky, esto… ¿cómo te lo explico? –pregunta Mikan un poco nerviosa, no le agradaba mucho encontrarse en estas situaciones tan incómodas, pero lo más importante es que no quería besar a Micky, así que lo empujó con toda su fuerza logrando que ambos se distanciaran- A mí me gusta Natsume, lo siento, así que, por favor, no te hagas ilusiones conmigo.
-Eso fue un rechazo total –dice Micky apartando ambas manos de la pared, le dolía mucho esas palabras, sabía que Mikan estaba muy enamorada de Natsume, pero su corazón le decía otra cosa. Por ejemplo, que algún día podría enamorarse de él- Entiendo que quieras a Natsume, pero no pienso rendirme porque yo soy tu príncipe.
-Micky, realmente te admiro por tu persistencia pero hay veces en los que uno no puede cambiar sus sentimientos. –dice Mikan sonriendo, mientras miraba a Micky, lo único que quería era que Micky no salga herido porque para ella, Micky es un amigo muy valioso- Además, yo quiero estar donde está Natsume, yo quiero protegerlo, no sé cuándo o dónde surgieron estos sentimientos por él. Es por eso que no me gustaría que salieras herido y…
Micky cogió la mano de Mikan, no quería escucharla porque le dolería mucho tener que aceptar su derrota, así que le jaló de la mano a Mikan, ella trató de soltarse pero la fuerza con la que sujetamente su mano era demasiado para ella. Mikan miraba a Micky, se puso muy triste al ver a Micky tan serio, no quería que él la odiara porque él es una buena persona, y a pesar de que no le agrada Natsume, tiene buenos sentimientos. Cuando ya estaban llegando al salón, Mikan ya no trató de apartar su mano, al contrario cogió la mano de Micky delicadamente, este se quedó sorprendido, pero se sintió muy feliz, aunque sabía que Mikan está enamorada de Natsume, lo único que quería en su corazón era protegerla y estar a su lado.
Sonó la campana del colegio, una profesora y un alumno subieron las escaleras, llegaron a un salón, la profesora ingresó, mientras que el alumno se quedó esperando afuera. Al ingresar a su salón, encontró a sus alumnos muy silenciosos, no le agradaba mucho esta escena porque usualmente están discutiendo por cualquier cosa, así que buscó por debajo de su pupitre si había una trampa que la haga quedar en ridículo, pero no había nada.
-¿Dónde están las peleas que siempre veo? –pregunta la profesora mientras buscaba por debajo de cada pupitre de sus alumnos, cada uno le miraba extraña, hasta que se le ocurrió un muy buen motivo con respecto al silencio de sus alumnos- Entiendo, entiendo…. Es porque Mikan está presente, ¿verdad?
-¡Claro que no! –grita Bori un poco molesta, no quería que Mikan, su mejor amiga, intervenga en este problema- Lo que pasa es que acordamos no volver a discutir para disfrutar del nuevo año.
-Bueno, está bien, Bori. –dice la profesora sonriendo, comenzó a coger un plumón de pizarrra y apuntó un nombre, el cual le llamó le llamó la atención a Mikan, quien observaba la pizarra, asimismo, Micky, quien estaba a su lado, no podía entender lo que iba a suceder-Este nombre es muy conocido para ustedes, así que les tengo una sorpresa….
-¿Sorpresa? –pregunta Misaki confundida.
-Puedes ingresar… -dice la profesora alzando un poco la voz, mientras miraba la puerta.
La puerta se abrió, las miradas de todos los alumnos se dirigían hacia el alumno nuevo, no podían creer lo que sus ojos estaban viendo, aunque les parecía muy extraño que esa persona ingresara recién al colegio y aunque él nunca fue al colegio a excepción de la escuela. La mayoría de las chicas volteaban a ver al alumno nuevo, no podían despejar su mirada de él, otras miraban su forma de vestir. Cada una de ellas tenía las mejillas sonrojadas, pero un grito distrajo su atención.
-¡¿Qué haces aquí?! –grita Mikan levantándose de su asiento, ya era suficiente tener que aguantarlo en la calle y ahora tiene que soportarlo en el colegio, no le importaba que todos sus compañeros la miraran e incluso la profesora- ¿Por qué viniste aquí? No es que no quiera, pero, bueno…
-¡Oye, tú!... guarda silencio – dice Natsume muy serio, creía que Mikan estaría feliz pero lo que más le gustaba era molestarla. Aunque ahora ella acababa de gritarle en frente del salón y eso no le gustó para nada, así que quería venganza. Decidió acercarse a Mikan y le jaló de la chalina- Vine a buscarte porque no te hiciste cargo de nuestro hijo. Eres una madre muy irresponsable, yo trabajo todo el día y tú aun quieres volver a tu vida escolar… además, en las noches regresas borracha.
-¡Retráctate! –grita Mikan muy enojada, todos sus compañeros le miraron sorprendidos, no pensaban que Mikan fuera ese tipo de chica. Mikan comenzó a avergonzarse, sentía que le hervía la sangre- ¿Qué me dices de ti? Me engañaste durante todo el año con muchas chicas y así dices que cuidas a tu hijo… ¡Padre irresponsable!
-Tú quisiste llamar a tu hijo sin mi decisión, eso no me parece justo –dice Natsume acercándose más a Mikan, ambos tenían chispas de fuego en sus ojos, ni uno quería ceder o retractarse.
-¡Natsume! –grita Mikan molesta, con todo lo que le acababa de decir, su furia comenzó a arder, sabía que Natsume era el único capaz de hacerle enojar pero nunca creyó que fuera para tanto y menos entendía por qué se comportaba de esa manera, así que volteó- ¡Te detesto!
-¡Retráctate! –grita Natsume molesto, todos sus compañeros comenzaron a prestar más atención al diálogo entre Natsume y Mikan, e incluso la profesora está comiendo su canchita en su pupitre. Natsume le jaló fuerte del brazo, ambos se miraron- ¿En serio me detestas?
-Responde, Mikan –dice la profesora muy desesperada, sabía que debía de estar estudiando pero esto le parecía mucho más interesante, aunque le encantaría que Mikan y Natsume se reconciliaran.
-¡Déjala en paz! –grita Micky levantándose de su asiento muy molesto, tener que estar escuchando todo lo que se decían el uno al otro era muy incómodo para él, no sabía si alegrarse al ver que la propia Mikan hirió con sus palabras a Natsume, pero no podía desaprovechar esta oportunidad- ¿Acaso no ves que Mikan está muy enojada porque viniste aquí al colegio?
-¡Tú, no te metas! –grita Natsume soltando el brazo de Mikan, siempre le enojaba que Micky intervenga en este problema, además él pensó que no hizo nada malo, solo quería estar con Mikan y verla, no quería estar lejos de Mikan, eso era todo. No pensó que al venir al colegio, iba a terminar de esta manera, se sentía muy decepcionado.
-¿Acaso quieres pelear? –grita Micky muy alterado, tener que estar frente a su enemigo no era reconfortante para él y ahora tener que soportarlo en el colegio, no sabía qué hacer.
-Perfecto, si quieres ir a un funeral –dice Natsume molesto, desafiando a Micky, ambos rivales se miraban con ojos penetrantes- será el tuyo.
-¿Y pretendes pelear en este momento? –pregunta Micky enojado, no soportaba la actitud tan fría de Natsume, además pensaba que si ganaba en la pelea, capaz llamaría la atención de Mikan, su querida princesa- Eso es un poco...
-¡Natsume!-grita Mikan con lágrimas en los ojos, mientras le abrazaba muy fuerte, no quería discutir con él y menos enojarse, no quería perderlo, el que Natsume estuviera a su lado significaba mucho para Mikan, los gritos de sus compañeros y la profesora se escucharon hasta afuera del salón- Lo dije de broma, lo siento. Jamás te voy a detestar, porque tú… porque tú… has hecho muchas cosas por mí, es por eso que te amo.
- Realmente yo solo vine porque quería estar a tu lado –dice Natsume correspondiendo al abrazo de Mikan, se sentía muy mal por hacerla llorar, pero, al mismo tiempo, se sentía muy feliz. Miró a Micky muy sonriente, este se enojó mucho, pero no podía hacer nada porque no quería lastimar a su princesa, así que cogió su mochila y fue a sentarse con Misaki- Pero si te incomodo, me voy.
-No digas tonterías –dice Mikan abrazando más fuerte a Natsume, recostaba su cabeza en el pecho de Natsume, se sentía tan feliz por verlo y además, estar juntos en el colegio, resultaba muy interesante- Estoy muy feliz de tenerte a mi lado y por cierto… hueles bien.
El momento más interesante se ve interrumpido cuando comienzan a tocar la puerta, la profesora se asustó mucho y lanzó su bolsa vacía de cancha al tacho de basura y comenzó a coger, precipitadamente, un plumón de pizarra y un libro de historia. Al ingresar el director, observó un ambiente muy silencioso, la profesora estaba leyendo un capítulo, mientras los demás alumnos estaban con sus libros.
-Director, ¿ocurre algo? –pregunta la profesora tratando de sonreír, no quería que el director se diera cuenta de sus nervios, aunque su corazón seguía latiendo rápidamente por el susto.
-Es que escuché mucha bulla y me dijeron que era en este salón, pero deben de haberse confundido.
-Debe ser porque nosotros estamos estudiando desde la mañana –dice la profesora riéndose, ya no sabía cómo ocultar sus nervios.
-Bueno… -dice el director buscando con la mirada si había algo sospechoso o algo que confirmara lo que le dijeron, volteó y observó al chico que estaba al lado de Mikan, se acercó lentamente y le estrechó su mano- Bienvenido, joven Natsume.
-Mucho gusto –dice Natsume estrechando su mano, él le miró muy frío al director, había algo que le inquietaba y apartó su mano inmediatamente, hasta la propia Mikan sentía una ambiente muy tenso y escalofriante- Di-rec-tor.
El ambiente que se respiraba en el aula era muy escalofriante, Mikan observó lo ojos que tenía el director, no podía comprender por qué tenía un poco de miedo, sentía que había algo malo en todo esto, y es que su mamá siempre le había dicho que cuando miras a una persona a los ojos, puedes saber cómo es. El director volteó a ver a Mikan y sonrió, esto la confundió aun más, sus manos comenzaron a temblar, así que Natsume cogió su mano, ella se quedó muy sorprendida pero al mismo tiempo, dejo de sentir miedo.
El director cerró la puerta, la profesora suspiró por el alivio que sintió, así que para evitar que el director se enoje con ella, decidió seguir con las clases, cogió el libro y siguió con la lectura. Todos siguieron con la lectura, a excepción de Mikan, quien observaba a Natsume, estaba muy preocupada por su actitud, él seguía con esa mirada penetrante, sujetó muy fuerte la mano de Mikan, ella estaba muy confundida, no entendía por qué Natsume actuó tan frío con el director.
-Natsume… -dice Mikan observando a Natsume, no le gustaba verlo de esa manera, comenzó a sentir un poco de miedo por los ojos penetrantes de Natsume, así que le abrazó muy fuerte dejando a Natsume tan sorprendido- Si ocurre algo o pasa algo, no dudes en contármelo, porque yo también quiero protegerte y ayudarte, así como tú lo haces.
-No pasa nada, perdón por preocuparte, Mikan –dice Natsume acariciando el cabello de Mikan, ella comenzó a sonrojarse pero estaba muy feliz porque Natsume volvió a ser el mismo.
-Yo esperaré el momento en que tú me digas la verdad, Natsume –dice Mikan apartándose de Natsume, ella le sonrió, sabía que no estaba diciendo la verdad, pero lo quería tanto que simplemente esperaría el momento indicado- Verdaderamente eres…
-Tú lo serás –dice Natsume acercándose a Mikan, ella le miró muy molesta- Pinochito.
Así comenzaron, una vez más, a discutir. Mikan trataba de mantener la calma pero es que Natsume decía cada cosa que le hacía enojar, no le agradaba que le llame pinocho porque para ella, ese apodo significaría que es una mentirosa y que engaña fácilmente a las personas, cuando es todo lo contrario.
La profesora seguía explicando claramente los detalles, y todos miraban atentos a la profesora, a excepción de Micky, quien no paraba de mirar a Natsume con unos ojos llenos de furia, no soportaba que su eterno rival estuviera tan cerca de su princesa. Misaki observaba a Micky, no entendía por qué amaba tanto a Mikan, y aunque sabía que ella no sentía lo mismo por Micky, no podía hacer nada porque Micky aun no ha abierto los ojos a la realidad.
Sonó la campana, la bulla inundó el patio, muchos alumnos salieron de sus aulas para comprar comida o jugar diferentes deportes. Micky estaba muy molesto, no quería apartar su vista de Natsume, y este se dio cuenta, le miró y cogió la mano de Mikan. Natsume se levantó de su asiento y jaló de la mano a Mikan, ella estaba muy sorprendida, pero se sentía muy feliz, su corazón no paraba de latir, el tener a Natsume tan cerca era un sueño cumplido.
-Juego perdido –dice Natsume riéndose mientras salía del aula, dejando a Micky aun más molesto.
-Micky, ¿por qué no te rindes? –pregunta Misaki, quien se sentaba al lado de Micky. Ella no comprendía por qué él insistía tanto, no quería ver a una persona sufrir y menos a Micky, a pesar de no conocerle muy bien, no quería que saliera lastimado- Estás luchando contra un amor imposible.
-No tengo por qué darle explicaciones a una extraña –dice Micky levantándose de su asiento, tenía la mirada cabizbaja, y aunque sabía que era verdad, no quería aceptarlo y es que no pensaba que se enamoraría demasiado de Mikan.
Misaki se quedó sorprendida al ver caer una lágrima de los ojos de Micky, nunca le había visto a llorar. No pensaba que su amor a primera vista fuera tan grande, tampoco sabía si Micky quería mucho más a Mikan que el propio Natsume, pero lo que sus ojos veían era que Micky amaba a Mikan. Entendía claramente que Mikan solo quiere a Natsume, solo tenía ojos para él, y es que Mikan es una gran amiga porque siempre se preocupa por todo y es de las chicas que arriesgan todo con tal de proteger a sus seres queridos. Micky se retiró del aula con la mirada cabizbaja, y encontró ante sus ojos a Natsume comiendo el helado de Mikan, ella intentaba quitarle el helado pero él se daba la vuelta cada vez que lo hacía.
-¡Oye! –grita Mikan llorando al ver que su helado desapareció y se encontraba en el estómago de Natsume, el comenzó a reírse, estaba muy feliz por el delicioso helado que acababa de comer- Mi…mi…mi… he-la-do. ¡Cómprame otro helado!
-No tengo plata –dice Natsume ignorando a Mikan, ella se molestó aun más, quería ese helado tan rico y además, era un helado con un sabor único.
-¡Mentiroso! –grita Mikan, su furia estaba comenzando a salir, su mano comenzó a formar un puño, la estrechó con toda su fuerza y Natsume le detuvo, ella intento apartar su mano pero no lo logró, ya que la fuerza de Natsume era demasiado para Mikan.
Mikan le lanzó una patada pero fue detenida por la mano izquierda de Natsume, este trató de soportar el dolor de su mano, sabía que Mikan es muy buena peleando pero ese golpe fue demasiado fuerte, tanto así que la mano de Natsume comenzó a sangrar. Mikan trataba de apartarse, entonces Natsume le acorrala en la pared con toda su fuerza.
Micky se quedó sorprendido al observar lo sucedido, nunca había visto a Mikan pelear de esa manera, no creía que fuera tan fuerte, incluso más que Natsume. Comenzaba a pensar que Natsume sabía muchas cosas de Mikan, aquellos que son desconocidos para Micky. Él entendía que la relación entre Natsume y Mikan era muy fuerte, pero no quería darse por vencido porque sigue viviendo con la ilusión de que su princesa sienta algo por Micky aunque sea un poco. Cuando vio a Mikan acorralada en la pared, comenzó a preocuparse, sintió que Mikan estaba a punto de llorar.
-Esa no es forma de tratar a una dama –dice Micky acercándose lentamente, jaló del brazo a Mikan y ella le miró muy confundida. Micky se colocó delante de su princesa para protegerla de cualquier intento de maltrato-No voy a dejar que toques un solo pelo de mi princesa.
-¡¿Qué?! –gritan Mikan y Natsume consternados, ambos estaban sorprendidos por lo que acababa de decir Micky.
-Tranquila, princesa. –dice Micky sonriendo a Mikan, ella estba comenzando a comprender lo que sucedía pero no pensaba que Micky lo viera desde otra perspectiva- Yo te protegeré de ese idiota.
-Espera… -dice Mikan posando su mano en el hombro de Micky, este volteó y le miró- Lo estás malentendiendo. Yo y Natsume…
-No la estaba maltratando –dice Natsume muy serio, Mikan le miró sorprendida porque usualmente Natsume ya habría comenzado a pelear con Micky, comenzó a pensar que Natsume estaba cambiando su actitud- Todo lo contrario, la estaba castigando.
-¡Atrevido! –grita Micky enojado mientras Mikan estaba sorprendida y tenía la cara roja, Micky no pudo controlarse y le propinó un puñete a Natsume, no iba a perdonarle por lo que acababa de hacerle a su princesa.
Micky y Natsume comenzaron a pelear, Mikan estaba muy desesperada, quería separarlos pero ni uno estaba dispuesto a perder. Natsume tenía una pequeña herida en el labio superior y Micky apenas podía levantarse porque sentía todo su cuerpo adolorido, aun así ambos seguían peleando. Natsume estrechó su mano y Micky hizo lo mismo, pero ambos se detuvieron al ver a Mikan en medio de los dos.
-¡Basta! –grita Mikan muy molesta, no le gustaba que ambos se pelearan por un mentira que inventó Natsume y al observar a los dos muy lastimados hizo que su decepción aumentara, no quería ver a sus amigos intentar lastimarse el uno con el otro- ¿Qué les pasa a los dos? Se comportan como niños. ¿Acaso intentan matarse? Son amigos… ¡No soporto ver a los dos pelearse!
-Pero… -dice Micky un poco incómodo al ver a Mikan muy molesta.
-Micky, lo que dijo Natsume es mentira pero gracias, porque cualquier hubiera reaccionado de la misma manera que tú lo hiciste; sin embargo, hay distintas maneras de solucionar este problema y no es necesario recurrir a las peleas. –dice Mikan mirando a Micky, este se quedó muy avergonzado, no tenía palabras para defenderse, luego, Mikan miró a Natsume muy molesta- Natsume, déjate de bromas. ¿Tanto odias a Micky? ¿Es que acaso tu rencor es tan fuerte? Micky está muy lastimado…. ¡Discúlpate!
Natsume se quedó sorprendido al escuchar las palabras de Mikan, estaba muy ofendido y aunque sabía que Mikan odiaba las peleas, no podía hacerle caso, así que siguió caminando cabizbajo, había posibilidades de que Mikan se decepcione de él pero simplemente no quería disculparse, subió las escaleras y abrió la puerta del aula con su mano izquierda y aunque su mano derecha aun estaba sangrando, trató de ocultarlo para que Mikan no se preocupara.
De esta manera finalizó el recreo, Natsume y Mikan se sentaron juntos, pero no se dirigían la palabra, ni uno se miraba. Natsume seguía leyendo un libro, trató de seguir ocultando su mano lastimada y Mikan seguía pensando en la actitud de Natsume, no entendía por qué no se disculpaba, además, pensaba que Natsume tenía la culpa. Si no hubiera mentido y dejara al lado sus bromas, nada de esto hubiera pasado, y aunque sabía que el orgullo de Natsume era muy grande, comenzaba a pensar que él nunca se había disculpado.
-Te están llamando –dice Bori interrumpiendo los pensamientos de Mikan, ella despertó a la realidad, volteó y observó a Bori- Coge un plumón, la profesora te llamó para que resuelvas un ejercicio de matemática.
Mikan cogió un plumón de pizarra, miró el ejercicio, no sabía cómo resolverlo, además, no habría prestado atención, sus manos comenzaron a sudar ante las miradas de todos sus compañeros y de su profesora.
-No prestaste atención a la clase, ¿verdad? –dice la profesora un poco molesta con Mikan, sabía que ella no prestaba mucha atención a las clases pero si no aprendía, no sería capaz de ingresar a la universidad.
Mikan estuvo cinco minutos en el ejercicio, no había resuelto nada, su mente estaba en blanca. Sius compañeros comenzaron a reírse, no podían creer que Mikan no pudiera resolver un ejercicio tan fácil que no tardaba ni cinco minutos para resolverla. Mikan estaba más nerviosa que nunca, no sabía cómo salir de este problema hasta que sintió una mano en su hombro, volteó y el solo verlo olvido por completos sus nervios. En menos de un minuto, el ejercicio estaba resuelto.
La profesora no estaba contenta, ella quería que Mikan aprenda. Sus compañeros comenzaron a burlarse de Mikan porque no era muy inteligente a diferencia de Natsume, no comprendían por qué Natsume se había fijado en ella, teniendo un montón de chicas a su alrededor. Micky se levantó de su asiento muy enojado, no soportaba que se burlaran de su princesa, y calló a todos con una mirada muy penetrante, aunque había un chico que no paraba de reírse.
-¿Qué te causa tanta risa? –pregunta Natsume acercándose a aquel chico, este sonrió y Natsume le jaló de la camisa – Cualquiera que intente molestar o burlarse de mi novia, tendrá que atenerse a las consecuencias.
-¡Silencio! –grita la profesora, todos se quedaron callado y Natsume soltó la camisa del chico, no quería que vuelva el director y todo esto se vuelva un problema- Natsume, para la próxima , trata de que Mikan resuelva el ejercicio.
-De acuerdo, lo que pasa es que… -dice Natsume mirando a la profesora, no quería que le regañaran a Mikan por su culpa, así que él asumiría toda la responsabilidad- yo la distraje porque tenemos una entrevista este fin de semana y con respecto al curso de matemática, yo seré su tutor. Además, pienso que estoy calificado para serlo ya que soy el campeón en el concurso de matemática a nivel mundial.
-Natsume… gracias –dice Mikan muy seria, no podía olvidar lo que pasó en el recreo, no podía mirarle a la cara, se sentía muy triste porque comenzaba a preguntarse por qué Natsume la eligió a ella.
Las clases continúan, Natsume observaba a Mikan, ella estaba muy triste y Natsume también, ambos no soportaban estar de esa manera. El tener a Mikan tan cerca y a su lado era demasiado para Natsume, él tenía unas ganas de besarla y no soltarla nunca. Natsume comenzó a golpearse contra su libro, no encontraba alguna manera de solucionar este problema, aunque había una solución pero para Natsume no era en absoluto agradable. Mikan deseaba abrazar a Natsume y sentir ese calor que le brinda él, pero no podía, cogió su hombro y se dio cuenta de que su hombro estaba manchado de sangre, esto sorprendió a Mikan, quien no entendía nada, miró con mucho cuidado el piso, tratando de que Natsume no se diera cuenta y en el piso habían gotas de sangre.
Mikan comenzó a preocuparse por Natsume, no entendía de dónde salía esa sangre pero no le agradaba y durante toda la clase se quedó muy pensativa y preocupada hasta que sonó la campana, esto significaba que las clases culminaron.
-Quiero que sonríes, así que… -dice Natsume mirando a Mikan, sabía que ella se sentía mal por lo que había pasado, y Natsume no quería verla así ya que se prometió a sí mismo hacer feliz a Mikan cueste lo que le cueste. Volteó y observó a Micky, este seguía molesto- Esto… lo siento. No me hagas que te lo repita porque no pienso hacerlo.
-Yo también lo siento… -dice Micky sorprendido, pero a la misma vez alegre, porque era la primera vez que Natsume le pide una disculpa , ya que usualmente siempre arreglan sus problemas peleando, aunque sabía que sus disculpas era a pedido de Mikan- aunque no debería porque yo no tengo la culpa ya que te arruinaste tú solo.
Natsume trató de calmarse, tenía unas ganas de golpearlo pero si era por Mikan, soportaría todo, aunque las miradas de Micky y Natsume cambiaron, ambos lucían desafiantes. Luego, detrás de Natsume, apareció Mikan, ella le miró muy triste y Natsume solo atinó a sonreír.
-No estás enojada conmigo, ¿verdad? –dice Natsume sonriendo a Mikan, ella comenzó a llorar, y Natsume se desesperó, no sabía qué había hecho mal- Ahora… ¿qué te hice?
-Tonto… -dice Mikan llorando, ella cogió la mano derecha de Natsume , sacó un pañuelo y alcohol, trató de cubrir la herida con el pañuelo. Natsume no quería que se preocupara pero Mikan ya se había dado cuenta y no podía hacer nada- ¿Cómo te lastimaste tu mano?
-Más bien… ¿quién? –pregunta Natsume mirando a Mikan , ella le mira confundida- Además, no importa es sólo una herida. No tiene importancia.
-¡¿Cómo puedes no darle importancia a tu mano?! –grita Mikan muy triste, para ella cualquier herida que Natsume es como si ella lo tuviera- Esa mano es muy importante porque con esa mano siento ese calor con el que me abrazas, con el que tocas la guitarra para dedicarme canciones, con esa mano me sacas de muchos problemas y me proteges a cada rato. ¿Cómo pudiste volver a lastimar tu mano?
-Con el pañuelo, me siento mucho mejor. ¿Por qué siempre te preocupas por mí? Siempre te la pasas preocupándote, llorando. –dice Natsume mientras abrazaba a Mikan, ella se sentía un poco mejor al estar al lado de Natsume, el chico del que está enamorada- Tú eres la única que a veces fuerzas para que salgan mis verdaderos sentimientos. Por cierto, pinochito, deberías controlar tus patadas ya que para la próxima me vas a dislocar mi mano.
-No me digas que… -dice Mikan sonriendo y riéndose a la vez, comenzaba a pensar que ella lastimó la mano de Natsume, enterarse de la verdad, le dolió mucho – Lo siento… ya no voy a pelear más contigo… lo…
-Pi-no-cho –dice Natsume sonriendo, él no se sentía para nada dolido, estaba muy contento de que Mikan fuera muy fuerte porque así nadie podría hacerle daño y eso le alegraba- Si no peleas, no seré feliz, ¿entendiste? Así que levanta la mirada. Si tus ojos están abiertos, ¿cómo puedo besarte?
Mikan cierra sus ojos, estaba deseando tanto ese beso que ya era la hora y estaba muy feliz, pero no notó ni siquiera el roce de los labios de Natsume, abrió los ojos y no vio a Natsume, volteó y observó que él siguió caminando, eso le molestó mucho, pero a pesar de todo estaba muy contenta porque ahora Natsume estaba a su lado y siempre lo va a estar, es por eso que decidió atesorar los momentos que vivía con él en el colegio.
-¡Natsume! –grita Mikan muy alegre y corriendo hacia él, susurró en voz baja- Ya que tú no vas a besarme, yo lo haré.
Natsume volteó y sus labios rozaron con los de Mikan, ella cerró sus ojos y Natsume se quedó sorprendido, pensaba que Mikan no deseaba el beso tanto como él, pero en el preciso momento en que sus labios se rozaron, sintió una gran fuerza y eso significaba el amor que sentían el uno por el otro. Mikan se apartó, sus mejillas estaban sonrojadas, entonces Natsume se acercó, cogió su cintura y la besó.
-Besarse en el patio –dice Misaki bajando las escaleras, observó a Mikan y Natsume besándose, a ella ver a su amiga feliz con el chico que le gusta, le ponía muy contenta- Nada mal.
-No permitiré que mi princesa siga besándose con ese idiota –dice Micky corriendo hacia ellos para tratar de impedirlo cuando sintió un golpe en su mejilla que le dejó inconsciente.
-Tú no vas a hacer nada –dice Bori muy seria, no quería que nadie intervenga en ese tierno beso, quería mucho a Mikan y no iba a permitir que arruinen su mejor momento- Porque Natsume es el chico adecuado para Mikan.
PRÓXIMO CAPÍTULO SORPRENDENTE 2: ¿ESTÁS BIEN, MIKAN? ¡¿POR QUÉ HACES QUE SIEMPRE ME PREOCUPE POR TI?!
