Hola!
Aquí me tienen con un fanfic ulquiorra x Oírme.
La verdad, es poco sobre Ulquiorra… pero me encanta este personaje!
Y sobretodo la pareja con Inoue… así que escribo un fic sobre ellos dos… posible lemon … jejeje depende de cómo vaya saliendo :
Espero que les guste!
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SOLITUDE
Habían pasado ya largas semanas desde que Inoue acepto la oferta de internarse en Hueco Mundo par así, poder salvar a sus amigos, sobretodo, a uno de ellos, Kurosaki Ichigo, el cual le tenía el corazón robado.
Había perdido toda la esperanza con que sus amigos volvieran a salvarla… sobretodo desde que Ulquiorra le entregó el brazalete para disimular su energía espiritual.
Aún se preguntaba, día tras día, que es lo que querían realmente de ella en aquel lugar, sombrío y frívolo.
Apenas comía y se pasaba gran parte del día tumbada sobre el lecho que yacía en el suelo de su pequeña habitación, y gran parte de la noche, la pasaba observando aquel gran astro que le brindaba algunas esperanzas….
Su única compañía que recibía en aquel lúgubre lugar (y no siempre estaba con ella) era la del Espada Ulquiorra, que al parecer, sólo iba a verla por si ella no comía.
En el tiempo transcurrido con su estancia allí, Inoue Observaba día tras día la frialdad de Ulquiorra, intentando poder entrar en su interior y así descubrir un pequeño sentimiento por parte de el.
Nada, el siempre se mostraba frío ante los demás y aseguraba no sentir nada ante las situaciones que le deparaban, NI MIEDO, NI AMOR, NO TRISTEZA… como el decía, estaba totalmente vacío.
Una noche, Inoue se encontraba observando la luna a través de la pequeña ventana cuando sintió un escalofrío recorrer su espalda. Al momento dedujo que alguien o algo había entrado en su habitación. Se dispuso a girarse para identificar al extraño, aunque ella imaginaba ya quien sería cuando una mano agarrando su cintura se lo impidió y otra se poso sobre sus labios con fuerza para suprimir todo grito salido de la mujer.
Inoue se quedó estática ante el tacto frío sobre su cintura y boca, el intruso la tenía apresada con tal fuerza que Inoue no podía zafarse de aquel fuerte agarre.
-Sabes preciosa… des de que entraste aquí, que mis amigos andan un poco extraños… sobretodo uno en concreto…-.
El joven Espada empezó a delinear los labios de Oírme con torpeza mientras con la otra mano inmovilizaba las manos de la chica con su energía espiritual.
-Aunque los Espada no tengamos sentimientos… no quiere decir que no nos podamos divertir un poco…-.
Ante esas palabras, Inoue quedó más estática de lo que estaba, al interceptar la indirecta de las frases dichas por el joven.
A pesar de estar presa por la energía de el, su cuerpo empezó a temblar y unas débiles lagrimas empezaron a Salir de sus ojos, al comprender el resultado de la situación.
No podía hacer nada ante las torpes y descuidadas caricias del joven que proporcionaba a su débil cuerpo.
El joven Espada dirigió su fría boca hacia la oreja de Inoue la beso con insistencia, haciendo que de la boca de la chica escapara un pequeño gemido involuntario. Al percibir las reacciones de la chica, el joven se dispuso a seguir con lo que había comenzado, así que empezó a guiar su madi por el cuello de esta, a la vez que depositaba pequeños pero insistentes besos por el largo recorrido.
Poco a poco fue desabrochando la cremallera que cerraba aquel estrecho trae blanco que tanto marcaba la figura de la mujer, para encontrarse ante el lo que tanto había ansiado desde que la vio entrar en Hueco mundo.
Sin miramientos, empezó a besar el pecho de la chica sin cuidado alguno hasta que llegó a uno de sus pezones rosados, donde, sin pensárselo dos veces, lo mordió con insistencia.
Inoue no podía con aquella situación, debía pararla, pero se veía incapaz de mover un solo músculo.
La mano del intruso empezó a descender por el interior del traje blanco hasta posarse sobre su intimidad, echo que disgustó de gran manera a Inoue, y sin poderlo contener, llamó a la única persona que en aquel momento OCUPABA SU MENTE.
-1Ulquorra!-
No lo podía creer, ella lo había llamado, llamado a el, al ser más frío que podía haber el la tierra. Mientras las lágrimas recorrían por sus mejillas, esbozo una sonrisa de arrepentimiento, puesto que sabía que el Espada nunca iría a por ella.
El otro joven quedó paralizado ante el grito de la mujer y rápidamente subió hacia la cara de ella propinándole una bofetada que la dejo tirada en el suelo mientras la maldecía sin piedad.
Iba a propinarle una patada cuando una fuerte energía lo estampó contra la pared de la habitación.
Oírme dirigió su débil mirada a la dirección des de donde había aparecido aquel foco de energía y allí estaba el, Ulquiorra-sama la había ido a rescatar.
