NOTA: Ninguno de los personajes de Naruto me pertenecen, solo Stephanie, Cristina, Sarima y Andrea. Espero que les guste!
ADVERTENCIA: Esta en la segunda temporada de "Imposible sentir esto por ti". Espero que les guste. En esta temporada colocaré canciones.
-- -- -- (cambio de escena)
(Música de entrada: Primer opening de Naruto Shippuden)
I
El Nuevo Brillar
Se despertó con pereza. Bostezó y se quedó contemplando el techo de su habitación. Era el aniversario. Ya eran dos años desde ese día… Dos años en los cuales había estado en contacto todos los días con sus tres amigas, y todo para saber si alguna había visto algo fuera de lo normal en su mundo como para que sea considerado… anormal. Se levantó y miró su reloj. Aun era temprano. Se levantó y se estiró para luego calzarse sus pantuflas. Tomó su teléfono celular y marcó un número. Sonó tres veces. Una voz adormecida contestó al otro lado de la línea.
-¿Aló?
-Ohayo, Sarima-chan…
-Hola, Cristina… ¿Qué pasa? Aún es muy temprano…
-No, sólo quería saludar… Sé que es temprano, pero eso no quita que podamos hablar…
-Ah… claro…
Conversaron un buen rato de tonterías y al final Cristina lanzó una risa tan alta que despertó a sus padres. La mandaron a colgar el teléfono y alistarse para ir a la escuela.
-Hablamos más tarde, Sarima.
-De acuerdo, Cristina.
-¡Sayonara! – se dijeron las dos.
Cristina se dirigió a su tocador y desenrolló su larga trenza que usaba para dormir. En esos dos años no se había cortado el cabello y ahora llegaba hasta la altura de las rodillas. Empezó a peinarlo y luego a cepillarlo. Luego, ya con práctica, se hizo una cola con su propio cabello, ocasionando que ahora pareciera que su cabello le llegaba a la cintura. No se lo cortaba. No
quería. ¿La razón? Ella y Sarima habían hecho un pacto: ninguna de las dos se cortaría el cabello a menos que la potra estuviera de acuerdo y ambas se cortarían el cabello el mismo día. ¿La razón? Como un símbolo de amistad.
Pero, sinceramente, estaba deseando que Sarima se decidiera a cortarse el cabello: ya no aguantaba tenerlo tan largo.
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Su despertador sonó repentinamente y ella se despertó sobresaltada. Tanteó en su mesita de noche. Lo encontró y lo apagó. Se empezó a estirar. Empezó a sentir cómo la sangre circulaba por su cuerpo. Sabía que habían pasado dos años. Sabía que habían pasado dos años desde que, en esa misma habitación, habían ido, ella y sus amigas, a otro mundo…
FLASH BACK
-¡Aaaaaaahhhhhhhhhhhhhhh! ¡Gaara es tan lindo! –exclamó en una de esas Stephanie.
-¿Qué le ves de lindo? – le pregunta Cristina –Mejor está Sasuke, mírale la cara… lástima que no sea real ese chico.
-¡Es recontra simpático! – exclamó Stephanie – Sobre todo porque es malo….
-Pues yo prefiero a Kakashi – dijo Sarima.
-Yo estoy con Cristina, pues Sasuke es el más simpático de todos por leguas - dijo Andrea.
-¿Se están metiendo con Gaara? – preguntó Stephanie, con voz tenebrosa.
Al momentito, empezó a corretear a sus amigas por toda la habitación, entre risas, enojos y burlas. Luego de correr y hacer saltos para esquivar el sofá cama, la cama, el aparato del DVD, Stephanie cayó sobre Cristina. Esta cayó sobre Sarima y todas sobre Andrea. Luego de un quejido comunitario y segundos de silencio, empezaron a reir.
-Pues yo pienso que Gaara es un chico bien simpático –dijo Stephanie al levantarse. Se acercó para tocar el televisor. Cuando lo toco, la pantalla se volvió agua y empezó a absorber a Stephanie. Esta pegó un grito, al igual que sus amigas. Cristina se lanzó a sujetarla de las piernas, Sarima del abdomen y Andrea a cogerla de un brazo que todavía no había sido absorbido. En un momento de suspenso, cuando parecía que la iban a sacar del televisor, este las absorbió a las cuatro.
FIN DE FLASH BACK
Sonrió contra todo pronóstico. No podía evitar sentir cierta felicidad con respecto al hecho de haber ido a ese mundo.
Miró su reloj. Aún era temprano como para que se apresurara a cambiarse para ir a la escuela. Extrañaba a Cristina. Ya eran seis años desde que ella se había cambiado de colegio y sólo en algunas ocasiones se veían. Desde luego, sin contar los cumpleaños de cada una.
De repente, se le ocurrió una idea. Se levantó y cogió su teléfono celular y marcó un número.
Un segundo…
Dos…
Tres…
-¿Aló? – una voz familiar.
-Hola, Cris.
-¡TEFÓN!
-¿Perdón?
-Ok, ok, Stephanie. ¿Cómo estás?
-Yo bien. ¿Hoy comienzas clases, no?
-Sí, ¿tú?
-También, porque si no, no me habría levantado a las seis de la mañana…
-Claro, conociéndote, te despertarías al medio día.
-Ja ja ja - dijo Stephanie con sarcasmo -, muy graciosa.
-¡SI!
-OOOOOK… Oye, Cristina, te llamaba para que pidas permiso para que, dentro de dos semanas, vengas a dormir a mi casa junto con Andrea y Sarima.
-¡HECHO!
-OK! Entonces…
-Entonces mejor hablamos más tarde, recuerda que en mi colegio soy de la escolta, y hoy debo llegar temprano para marchar frente a todo el colegio.
-De acuerdo, ahora, hablando de eso, yo también debo llegar temprano…
-¡Entonces hablamos!
-¡Sayonara!
-¡Chau!
Colgó. Cristina estaba realmente despierta, ya que escuchaba el sonido de sus zapatos de colegio dando vueltas por su cuarto… o por donde sea que ella estaba.
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Habían pasado dos semanas y por fin era el día esperado por las cuatro. El hecho de que ella estudiara en una escuela distinta a la suya dificultaba las ocasiones para verse. Terminó de arreglarse y se encaminó hacia la sala de su casa.
-¡KA-SAN! ¡¿A QUÉ HORA BAJAS!?
-¡Ya bajo! – gritó su madre. Momentos después, ya estaban en su auto, saliendo rumbo a la casa de Stephanie –Realmente, no ´se por qué hablas japonés, Cristina.
-Ay, mamá – dijo Cristina -, nunca está demás saber un idioma adicional.
-Sí, pero yo hablo español, así que a mí me hablas así, ¿de acuerdo?
-Ay, que espesa eres algunas veces.
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Luego de unas horas, estaban, nuevamente, sentadas frente al mismo televisor. El mismo televisor que las había absorbido hacía dos años.
-Oye, Sarima, ya es hora de que te cortes el cabello, porque, aunque tú no lo tengas muy largo, Cristina sí que lo tiene largo.
-¡Pero si a ella le gusta! – exclamó Sarima.
-Corrección – dijo Cristina -, ya me cansé de tener el cabello tan largo. ¡ES UN TORMENTO AL MOMENTO DE LAVARLO Y PEINARLO!
-De acuerdo… Espera a que me crezca un poco más y te aviso para acortarlo.
-¡Qué chistosa! ¿Y cuánto quieres esperar?
-A que me crezca hasta la cadera.
-¿¡QUÉ!? ¡Ni siquiera llega a la cintura! Bueno, está cerca de, pero… ¡Ya no voy a aguantar tanto cabello!
-¡Si vas a poder!
-¡Pero ya es demasiado cabello!
-¡YA! ¡SILENCIO LAS DOS! - gritó de improviso Andrea.
Silencio repentino.
-De acuerdo – dijo Cristina, sonriendo.
Su mirada se dirigió hacia su mochila. Vio un extraño resplandor dentro de ella. Se acercó y la abrió. La piedra negra, que había llevado escondida en su maleta, estaba brillando.
De repente ocurrió todo. Un remolino de imágenes in sentido. Aire con mucha fuerza. Cristina abrió los ojos, que los había cerrado fuertemente. Vio a sus amigas volar junto a ella. Un ventarrón y vio una escena que desde hacía mucho tiempo quería volver a ver. Konoha.
-Nuestro deseo… - dijo Sarima, que no habñia cambiado para nada –Se cumplió.
Y era cierto.
Sé que es muy corto, pero tenía que avanzarlo. Además, les prometo hacer los capítulos mñas largos, pero me demoraría un poco más. Espero que les guste y me gustaría que me dejasen reviews. Cuídense mucho y espero actualizar pronto. Sayonara!
