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Era una linda mañana en el reino de Arendelle. La princesa Anna se levantó tarde, bueno, la princesa había intentado levantarse temprano pero la princesa no era una princesa madrugadora…

Cuando la princesa Anna salió de su habitación corriendo porque ya era muy tarde al primero que se encontró en su camino fue a Olaf, el muñeco de nieve. El pequeño Olaf caminaba tarareando "verano" mientras de su nube mágica caían delicados copos de nieve y una frescura invernal.

¡Buenos días, Olaf!- saludó Anna.

¡Hola!, ¡Buenos días, Anna!- saludó Olaf brincando alegremente por todo el pasillo- ¡Oh, cierto! –recordó de pronto Olaf- la reina Elsa y Kristoff te esperan en el comedor, bueno, te esperaban para el desayuno pero creo que el desayuno ya se terminó…

Lo sé, lo sé, ya es muy tarde- le detuvo Anna- aunque no es muy amable el no esperarme a desayunar- hizo una pequeña mueca de niña enojada la princesa.

Ya son más de las once- Olaf se rascó la zanahoria que tenía por nariz.

Bueno, bueno, solo es un poquito más tarde que lo normal para desayunar pero eso no los justifica- continuó Anna risueña una vez más- Ven Olaf, veamos si nos dejaron algo de chocolate esos dos malvados.

La reina Elsa y Kristoff ya habían terminado de desayunar desde hacía largo rato, pero por costumbre habían esperado a que la princesa Anna despertara, se arreglara y bajara a desayunar, curiosamente el día de hoy había tardado más de dos horas contrario a lo acostumbrado, por eso habían mandado a Olaf a ver si la hermana de la reina necesitaba algo.

Cuando la puerta del comedor se abrió y Anna entró con Olaf, la reina respiró tranquilamente, las costumbres nunca se olvidan y preocuparse por la seguridad de Anna en todo momento era una costumbre muy arraigada de la reina Elsa.

Kristoff solamente negó con la cabeza, Anna vivía en las nubes, no le extrañaba que se hubiera levantado así de tarde y que en lugar de dar alguna explicación para su comportamiento mejor hubiera corrido directamente a las fuentes para rellenar su plato hasta el tope (algo que no era necesario ya que los sirvientes se desvivían por atender a las hermanas)

Si comes chocolate tan temprano te dolerá el estómago por la noche- le regañó amistosamente Kristoff.

Eso nunca me ha pasado y siempre lo he hecho- dijo la princesa con la boca llena de chocolate- ¿Vedad, Elcha?- continuó hablando con la boca llena.

La reina de Arandelle veía a su hermana con los ojos muy abiertos, ese no era un comportamiento digno de una princesa al estar en la mesa; pero, finalmente su hermanita podía comportarse como quisiera o mejor dicho siempre terminaba comportándose como quería.

Desde que éramos niñas siempre ha hecho lo mismo- dijo tranquilamente la reina Elsa- y no, nunca le ha dolido el estómago, creo que es parte de su magia.

Anna sonrió con la carita llena de chocolate como cuando era niña, adoraba que Elsa dijera que ella también era mágica. Anna adoraba a Elsa y Elsa adoraba a Anna.

Kristoff solamente se encogió de hombros, nunca podría ni con Anna ni con Elsa, afortunadamente para él, la reina Elsa le había aceptado como parte de la familia ¡Y como no iba a aceptarlo si Anna y él estaban locamente enamorados!

Yo también quiero chocolate- dijo Olaf logrando subirse a su silla.

El muñeco de nieve siempre se sentaba junto a Anna y Elsa.

No creo que puedas comer chocolate, Olaf- negó Kristoff aunque le acercó un poco de chocolate del que había caído del plato de Anna a la mesa.

Elsa…- llamó de pronto Anna.

La reina se giró para ver a su hermana.

Yo… quería preguntar si… bueno, ahora que las puertas se han abierto y tú ya no te encierras en tu habitación…- Anna se veía nerviosa de lo que iba a preguntar.

Anna, lo que quieras puedes decirlo- le invitó a continuar Elsa al ver como se ponía nerviosa su hermana.

Me preguntaba si este año… vendrías conmigo a la ceremonia de papá y mamá…- soltó de golpe Anna.

El silencio se hizo presente en el comedor, Kristoff veía alternativamente a ambas hermanas, Anna esperaba no haber dicho algo malo, Elsa no se atrevía ni a parpadear y Olaf seguía comiendo chocolate.

Anna…- inició Elsa- me encantaría acompañarte… - Elsa sonreía tiernamente- nunca antes había podido asistir, ahora… será un honor para mí ir contigo…

Anna estaba radiante de alegría, de un salto se puso de pie y abrazó con todas sus fuerzas a su hermana.

Era hermoso ser de nuevo tan buenas hermanas y tan buenas amigas…

El día de la ceremonia en recuerdo de los reyes de Arandelle, ambas hermanas partieron del castillo al montículo acompañadas de Kristoff, Sven y Olaf.

El mismo ministro que había estado presente en la ceremonia funeraria de los reyes y después en la ceremonia de coronación de la reina Elsa estuvo presente y dijo unas hermosas palabras en honor de los antiguos monarcas que sacaron lágrimas a las hermanas.

Todos los aldeanos de Arandelle presentes también recordaron a sus amados monarcas y dieron una vez más sus condolencias a las hermanas reales aunque en esta ocasión también recordaron los buenos tiempos cuando los reyes vivían y Arandelle veía unos días de luz y prosperidad como no habían tenido hasta ahora que la reina Elsa cuidaba de Arandelle y todos los habitantes del fiordo.

En muestra de amor y recuerdo a sus padres, Elsa hizo nevar por un momento nieve mágica como lo había hecho en el castillo para que todos patinaran; todos los presentes aplaudieron emotivamente el gesto de la mágica reina.

Cuando la tarde declinaba, todos los pobladores de Arandelle bajaron de nuevo al castillo ya que la reina había anunciado un banquete (organizado por Anna) en honor de sus padres.

También las hermanas reales, Kristoff, Olaf y Sven estaban a punto de retirarse cuando algo llamó la atención del fiel amigo de Kristoff.

Sven se alejó de ellos trotando hacia el fondo de las rocas para honrar a los reyes.

¿Qué sucede amigo?- preguntó Kristoff al ver que su compañero de aventuras se veía muy interesado en algo al fondo.

Anna y Olaf también caminaron hacia donde iba Kristoff siguiendo a Sven, Elsa cerraba la marcha siguiendo a su hermana.

Wow- no pudo evitar exclamar Kristoff.

Sven había encontrado una hermosa guirnalda de hielo, una escultura de hermosas flores de tonalidades de hielo que recordaban el candelabro helado en el castillo que Elsa se había construido en la montaña del norte, era tan delicado, elegante y fino que cualquiera olvidaba al verlo que era frío como el hielo.

¡Es hermoso!- exclamó Anna al llegar junto a Kristoff- ¡Oh, Elsa! ¡Es hermoso!

La princesa Anna creía que su hermana lo había hecho para recordar a sus padres.

Anna…- habló después de un rato de haberse quedado sin habla la reina Elsa al ver la hermosa guirnalda helada- Yo no lo hice…

Kristoff y Anna se miraron confundidos.

Si Elsa no era la responsable del hermoso arreglo floral de hielo, entonces ¿Cómo era que estaba ahí? ¿Quién lo había hecho?

Continuara…