Ya habían terminado con varias de las encarnaciones de Naraku y ella no sería la acepción, pronto terminarían con ella. Sesshomaru era el único que podía acudir, InuYasha ya había intentado matarla y ya no confiaba en el. Traicionaría a Naraku era su única opción para poder ser libre, libre como el viento. Poder ir a donde quiera, cuando quiera sin que nadie le diga que hacer. Esa era su vida perfecta, poder enamorarse de un Youkai de su alcurnia de preferencia Sesshomaru de quien siempre estuvo enamorada, ese Youkai frio, calculador y de muy buenos modales aunque de actitud fría como sus ojos.

-¡Kagura! ¡Incompetente! Ve a buscar más fragmentos de Shikon- esa era su obsesión, "Kagura busca mas fragmentos de Shikon" "Kagura no son los suficientes" "Kagura faltan unos 10 fragmentos ve y búscalos, no quiero que vuelvas hasta que por lo menos encuentres 5 fragmentos o si no apretare tu corazón tan fuerte que no sentirás absolutamente nada" esas eran sus palabras de siempre, ¡no la dejaba en paz! Salió en su pluma hasta un pueblito donde se suponía que debería haber un par de fragmentos, eran pan comido puros demonios débiles que creían que porque tenían un par de fragmentos eran invencibles. Llego más rápido de lo esperado a su destino, una pequeña aldea, sin nada más que 5 o 6 cabañas. Un pequeño demonio estaba incendiando las cabañas en busca de más fragmentos. Kagura simplemente ajito su abanico y lo destrozo en unas pocas piezas

Los fragmentos cayeron en su mano, estaban opacos, Naraku prefería que así estuvieran. Esa maldita rata no quería arriesgarse, prefería lavarse las manos y enviar a otros. Era detestable en verdad pero pronto seria libre cuando lo mataran. Volvió a subir a su pluma y fue hasta la guarida donde Naraku guardaba a Akago (su corazón) para encontrarlo en los brazos de Kanna, sabía que ella también quería ser libre pero el mismo Naraku le había quitado sus sentimientos. Vuelvo a repetir ¡maldita rata! Una y otra vez nunca me cansare de decirlo

-Kanna déjame a Akago yo lo cuidare, Naraku quiere que vayas a verlo- claro que era mentira, pero lo que ella no sepa no le hará daño

-está bien- dijo con su acostumbrada frialdad de siempre. Akago estaba durmiendo por lo que no se dio cuenta de nada. Lo tomo en brazos y vio como Kanna se alejaba caminando

-muy bien maldita criatura- dijo en un susurro, lo puso delicadamente en el suelo para que no se despierte. Alzo su abanico y lanzo uno de sus ataques más poderosos destruyendo a Akago –genial, ahora solo tengo que decirle a Sesshomaru de esto y todo estará terminado- salió del lugar volando en su pluma hasta donde podía percibir el olor de Sesshomaru

-tengo buenas noticias Sesshomaru- dijo llegando a su lado

-¿Qué quieres Kagura?- le pregunto en tono neutro

-he acabado con Akago, ahora te será más fácil derrotar a Naraku- dijo con una sonrisa

-lo habría destruido sin tu ayuda de todos modos- dijo con su acostumbrada arrogancia y su "soy el más fuerte Youkai no necesito tu inútil ayuda"

-de todos modos- no tenía nada más que hacer con él, así que se fue en su pluma a recorrer el poco territorio que había en esos lares

En unos días Sesshomaru e Inuyasha acudieron al palacio donde se encontraba Naraku. El peleo demasiado tranquilo como si su corazón estuviera a salvo en manos de Kagura. Cometió el error de confiar en ella, pero se dio cuenta de eso tarde porque sin que se diera cuenta su cuerpo no se regeneraba otra vez como antes solía hacerlo

Al final por a ver confiado en Kagura termino muerto y ella… ella consiguió su tan preciada libertad