saludos a todos. Este es mi nuevo fic. muchas personas creen que el final de clannad fue todo un sueño, pero si lo hubiera sido no hubiera tenido sentido el hecho del mundo ilusorio o las luces. Este fic habla dramaticamente sobre ese final tan maravilloso que la compañía Key nos ha dado. Lo dividiré en dos capitulos y un epilogo. Trate de recordar los sucesos y momentos que ocurrieron. Los titulos de los capitulos son los mismos que lo de los episodios. El primero es del episodio 21, el segundo el 22, y el epilogo el 23. Recomiendo leerlo detenidamente. Espero que los disfruten y si tienen dudas los ayude a aclararlas.
Disclaimer: Clannad y clannad after story no me pertenecen. Le pertenecen a la compañia visual art's key.
El lugar donde los deseos se vuelven realidad
Capítulo 1: El fin del mundo
Era aquel frio y nevado día. La blancura de la nieve cubría toda la calle. La belleza del invierno era de contemplar para todos los vecinos. La nieve llegaba hasta cubrir ciertos vehículos. Y la gente se abrigaba debido a este frio clima.
Entonces, caminaba por las frías calles aquel joven ya de unos 26 años de edad, cabello azul y ojos brillantes, con serios problemas económicos y un pasado lleno de dolor. Sí, era él, aquella persona que tanto había sufrido y aguantado. Aquel que trabajó hasta el último suspiro de su vida por ayudar a otros. Era aquel joven, Tomoya Okazaki.
Junto a él, lo acompañaba su pequeña hija de 5 años y medio. Él estaba cumpliendo el último deseo de su hija el cual era llevarla de paseo. Después de haber aguantado tanto, no tener dinero pues renunció a su trabajo para atender a su hija, no comer lo suficiente por la falta de este, la incertidumbre de saber cómo tratar la enfermedad de su hija, todas estas cosas rondaban por su mente.
Él decide llevarla a pasear y complacerla con ese deseo. Le ofrece cargarla pero ella lo rechaza y decide caminar. Con pasos lentos él le dice que cosas van a ver y conocer, pero ella está débil. En ese momento, las cosas cambiaron. Su cara se volvió pálida y asustada, estaba a punto de perderlo todo cuando ve a su amada hija, lo único importante que le quedaba para proteger y su razón para vivir, caer lentamente y sin fuerzas al suelo nevado. Antes de ella caer, él la sostiene y la abraza.
-Ushio, vamos…-dice llorando y con su hija en los brazos
No podía creer lo que sucedía, en aquel momento iba a perderlo todo. Recordó todos los hermosos momentos que pasó con su tierna hija y rompió en lágrimas.
-¡Ushio! –grita desesperadamente él. Ya casi no tenía fuerzas debido al dolor que sentía en su corazón.
Pero recordó algo, el odio que le tenía a esa ciudad. El hecho de que la ciudad le estaba quitando toda la felicidad. Su felicidad se le estaba siendo arrebatada justamente cuando comenzaba a apreciarla.
-¡No! no quiero esto –dice mientras la abraza.
También recordó algo que le había contado su suegro. Aquel momento en que Akio llevó a su hija Nagisa, corriendo hacia una pradera. Ella estaba muerta en sus brazos pero el sol le acarició sus suaves cabellos y ella abrió sus tiernos ojos. A partir de ahí Akio cree en el poder de la ciudad. Cuando dijo a los aires que salvara a su hija Nagisa, se le fue concedida su petición.
-¡Nagisa! ¡Salva a Ushio! –grita desesperadamente Okazaki confiando en que algo ocurriría, era su última esperanza. Lentamente cae al suelo nevado junto con su hija ya muerta por causa de su enfermedad.
Tomoya cae en la triste desesperación, no podía más. Todo su mundo se desplomaba en segundos. Pero él deseaba algo, nunca haber conocido a su esposa. De esta manera ella nunca hubiera muerto, no hubiera tenido una hija y no hubiera sucedido nada de lo que pasó. Si tan solo no le hubiera hablado aquel día frente a la colina de la escuela.
Una luz rodea a Okazaki hasta que se desmaya en sus pensamientos. La luz que su hija vio cuando entro en su pecho, en el momento en el que ayudó a su padre Naoyuki a regresar a casa. Aquella luz brillante que entró a su pecho, estaba saliendo de él e iluminaba toda la calle.
Aquellas palabras de Yukine Miyazawa, la chica tierna de la escuela que ayudaba a todos sin importar las diferencias, fueron palabras que se cumplían ese preciso momento. Ella siempre habló de lo bonito que era esa ciudad y de su poder para cumplir deseos. Un día ella dijo: ''Se dice, que si atrapas una de esas luces, las cuales son los sentimientos de las personas, se te cumplirá lo que más deseas''.
La luz de Tomoya iluminaba todo el lugar…
…
Mientras tanto, en el mundo oculto, la niña está tirada en la nieve. Entonces se le acerca el muñeco de basura y la ayuda a levantarse para continuar. Aquel robot, el cual tenía una apariencia sentimental comparada con el primer juguete que le compró Tomoya a su hija, ayuda a la joven a pararse de ese frio suelo y a continuar a pesar de la ventisca. Querían escapar de ese mundo.
-Gracias –dice la chica del mundo ilusorio.
-¿cuantos pasos más faltan para llegar? –Se pregunta el muñeco –estaremos a un solo paso ¿o tendremos que caminar sin fin?
Luego de unos cuantos pasos más, la chica vuelve a caer en la fría nieve.
En ese momento se cumple el deseo…
Aquellas luces que habían formado a la chica del mundo ilusorio, estaban brillando más que nunca…
…
Los pensamientos de Tomoya son confusos:
''Odio esta ciudad. Está llena de recuerdos que quiero olvidar. Ir a la escuela todos los días, hablar con los amigos y volver a la casa donde no quiero volver. Si hago esto ¿Algo cambiará eventualmente? ¿Llegará ese día?
Camina rumbo hacia la escuela. Entonces se para justo al lado de una hermosa chica de cabello castaño. Ella se veía bien tímida y con miedo de hablar.
-Pan dulce –dice la chica -¿Te gusta esta escuela?
Él se sorprende de lo que dice, ella le parecía conocida.
-Pues a mí me gusta mucho, mucho. Pero nada puede permanecer sin cambiar.
Inmediatamente la reconoció, era ella. Su esposa la cual había perdido en aquel embarazo. Ella estaba frente a él. Pero pensamientos confusos rondaban su cabeza:
-Si le hablo a ella aquí, Nagisa y yo nos conoceremos y eventualmente saldremos.
Luego giró su cabeza tristemente y siguió pensando:
-Pero, tal vez es mejor si no lo hago. Podría ser mejor si nunca nos hubiéramos conocido.
El deseaba nunca conocerla para que ninguno de los dos sufriera esas desgracias.
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