Sueña niña, sueña y no llores más, que yo estoy aquí para cuidarte y tomar tu mano cuando te sientas débil. Duerme. Duerme y sé feliz en un mundo perfecto creado especialmente para ti, porque cuando despiertes no encontrarás más que sufrimiento y dolor. Gracias. Gracias por los momentos en que tu mirada intentó alegrar mi vida y tus sonrisas trataron de quitar ese gran peso de mi corazón. Descansa… Mañana necesitarás ser más fuerte, necesitarás ser mejor, porque yo no estaré aquí para proteger tu delicada alma. Ya no te miraré con ese odio que te impulsa a querer ser fuerte para gustarme. Cómo has cambiado en estos pocos meses… No, no, no despiertes aún, que la noche acaba de cubrirnos; sueña con tus amigos, con tu familia, pero no sueñes conmigo. Porque no estaré cuando abras los ojos. Me iré lejos de ti. Será difícil pero superarás mi partida y algún día, cuando me vuelvas a ver y yo pronuncie tu nombre, sabrás que nada ha cambiado, que aún me amas y que aún eres la niña débil que necesita protección… Sakura.