Primero de todo y mas importante, los personajes no me pertenecen, son todos de mi reina Rumiko.

Traigo algo diferente esta vez. Tengo varias historias en mi cabeza desde hace tiempo y he decidido juntarlas en un fic que estará compuesto de One-shots. Algunos serán muy cortos (incluso drabbles) y otros un poco mas largos pero espero que tenga buena acogida y me digáis que os parece esta idea. Las historias no tendrán relación entre si pero tendrán un factor común, todas serán de Ranma y Akane como pareja principal.

Siento mucho si se me escapa alguna falta de ortografía y espero que me dejéis vuestras opiniones, tanto buenas como malas pues los reviews me animan muchísimo y me ayudan a mejorar como escritora. Hacedme saber si os gusta este formato o preferís que vaya subiendo de forma individual las historias.

Sin mas, a leer.


CELOS

- Maldito sea ese imbécil.

Sayuri dejó sus palillos a mitad de camino y se giró para observar hacia donde miraba Akane con ojos incendiarios. Rodó los ojos al ver a Ranma comer alegre el okonomiyaki que le había preparado Ukyo.

- No deberías ofenderte por eso – se quejó llevándose el trozo de pulpo a la boca – ya deberías estar acostumbrada – dijo con la boca llena.

Akane no contestó y apretó los puños con rabia rompiendo los palillos. Sayuri rodó los ojos y siguió degustando su comida.

- ese idiota – murmuró de nuevo la peli azul – nunca come lo que yo cocino.

- Eso es porque no pruebas tus elaboraciones antes y he de decir en su defensa que el pobre siempre sale maltrecho e indigestado.

Sayuri sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando la mirada furiosa de su amiga se centró en ella. Alzó los brazos haciéndose la inocente – yo solo digo lo que veo, las amigas estamos para eso.

Akane cruzó sus brazos y apartó su obento con rabia alejando la vista de lo que según ella era un coqueteo descarado. Sayuri resopló, a pesar de que habían pasado los años y ya estaban casi terminando la universidad Akane seguía siendo igual de celosa.

- Si tanto te molesta y tan celosa te pones, deberías decírselo.

- No sé de qué hablas.

Una vez más la amiga de Akane rodó los ojos – lleváis años así y no se vosotros, pero yo creo que es hora de madurar y hablar las cosas antes de liarse a los golpes.

- Yo soy madura – bufó molesta – es el quien sigue siendo un niño inmaduro.

- Akane, por favor, no está haciendo nada malo – giró la vista para encontrarse a un feliz Ranma devorando las ultimas partes del okonomiyaki.

- ¿Te parece poco aceptar la comida de otra?

- Es comida gratis – se encogió de hombros – yo también aceptaría.

- Sigue siendo imbécil – Akane de repente se tensó y simuló comer tranquila. Sayuri alzó una ceja preguntándose el cambio repentino de su amiga cuando una potente voz sonó a su espalda.

- Akane, ¿Preparada para el día de hoy?

La muchacha no contestó simplemente soltó un bufido y continuo comiendo. Ranma alzó una ceja y le preguntó con la mirada a Sayuri que pasaba. Esta, solo se encogió de hombros e hizo un disimulado gesto apuntando hacia Ukyo que recogía su propia comida.

- Ya lo entiendo – murmuró Ranma – Akane no tienes por qué estar celosa.

No había burla ni reproche en los labios del chico, sino más bien indiferencia. Akane por el contrario cerró los puños y dio un golpe en la mesa asustando a varios chicos que había alrededor – ¡No estoy celosa!

- ¿Y cómo llamas a esa cara de haber chupado un cerrojo oxidado? – preguntó Ranma, pero la mirada asesina que le dio Akane le asustó de tal manera que intentó quitar hierro al asunto – de verdad Akane, no es nada malo, Ukyo simplemente me trajo el almuerzo en agradecimiento por haberla ayudado el otro día.

- Sí, claro. Como siempre – dijo enfurruñada la muchacha poniendo un puchero.

Ranma soltó un suspiro y se sobó el puente de la nariz – Akane, tienes veintiún años, deberías dejar de…

- ¡Siempre aceptas la comida de cualquier mujer menos la mía! ¡Sobre todo la de Ukyo!

- No me lo creo – dijo Ranma desesperado ante los desvaríos de la muchacha. Sayuri seguía muy de cerca la conversación de esos dos que a pesar de los años, le seguían pareciendo muy entretenidas – de verdad no me lo creo.

- Pues créetelo – bufó molesta.

- Akane, por Kami no tienes dieciséis años – se quejó – ¿en serio te molesta que acepte comida de Ukyo?

Akane aumentó su ceño fruncido y apartó la mirada de Ranma quien se desesperó – ¡Por Kami Akane, estamos casados! ¡Tenemos un hijo!

- ¿Y eso que tiene que ver? Parece que a pesar de todo las mujeres te siguen persiguiendo como perritos falderos. Y lo peor es que a ti te encantan sus atenciones ¿no?

- Ukyo no tiene ningún interés en mí ni yo en ella, recuerda que desde hace año y medio sale con Ryoga - entonces Ranma frunció también el ceño - además tu tampoco eres inocente, siempre tienes una bola de babosos a tu al rededor.

La muchacha quiso responderle algo pero fue incapaz de encontrar algún argumento, por lo que permaneció callada pero con gesto de enfado. Antes muerta que darle la razón a su marido. Ranma al ver que Akane no daría el brazo a torcer suspiró.

- Akane, vida mía – dijo Ranma con cansancio – te quiero, pero a veces me agotas.

- ¡Pues anda que tú a mí! – espetó con rabia recogiendo sus cosas y marchándose furiosa. Cuando pasó al lado de la castaña esta la saludó alegremente pero la heredera Tendo no le contestó, sino que siguió caminando con pasos furiosos.

- Te compadezco a veces Ranma – dijo Sayuri quien bebía un zumo – quiero a Akane como a una hermana, pero sus celos son horribles.

Ranma suspiró y soltó una débil risa – ambos somos iguales, incluso Hideki ha heredado nuestros celos – los ojos de Ranma se iluminaron al hablar de su hijo – con un año ya es el guardián de su madre, no le gusta que nadie que no sea él toqué a Akane.

Sayuri sonrió ante la anécdota sobre el que ella consideraba su sobrino – Mejor vete a por ella y haz que te perdone, según me contó antes de que se enfadara hoy ibais a pasar la noche fuera ¿no?

- Así es, mi madre y Kasumi iban a cuidar de Hideki para que Akane y yo pasáramos tiempo juntos – Ranma se cruzó de brazos con algo de hastío – y la muy tonta no me puede dejar plantado porque ya tengo reservado tanto el restaurante como el hotel.

- Pues buena suerte – dijo Sayuri haciéndole la señal de la victoria con los dedos – si conseguiste casarte con ella, puedes con esto y más.

- Sin duda – contestó el chico de la trenza saliendo detrás de su mujer. Antes de que desapareciera del todo, Sayuri dijo:

- ¡Y Ranma, esta noche ten cuidado, no vaya a ser que me traigas otro sobrino tan pronto!

Ranma se sonrojó furiosamente pero no pudo evitar soltar una carcajada ante las palabras de la chica, se giró para darle un gesto de aceptación con el dedo pulgar y siguió su camino en busca de Akane. Sayuri lo vio desaparecer mientras recogía sus cosas. Sin duda quería mucho a su amiga pero a veces era demasiado celosa. Aunque Ranma tampoco se quedaba atrás.

- Definitivamente son el uno para el otro – murmuró para sí misma. Akane perdonaría a Ranma, no tenía duda de ello y Sayuri con envidia sana pensó que a diferencia de su amiga ella no tendría mucha aventura esa noche - Quizás deba llamar a Hiroshi…

Si Sayuri llamó a Hiroshi esa noche, es otra historia.


El obento es la fiambrera típica japonesa.

En esta historia quise reflejar que a pesar de estar casados y con un hijo Ranma y Akane siguen con sus estudios ya que desde mi punto de vista, que séas padre joven no te condiciona a dejar de estudiar y de labrarte un futuro.