Época: Vikinga, ¿AU? Posiblemente, no tengo idea.

Raiting: K

Genero: Fluff, comedia.

Parejas: Hiccstrid (obvio :v)

Summary: Después de enterarse de un secreto familiar bastante importante, Hiccup decide preguntarle a Astrid como se enamoró de él.

La cantidad de libros en el Gran Salón había aumentado considerablemente. Algo bueno de Johann, por lo menos, les llegó a vender algunas cosas bastante útiles, libros de herbolaria, algunos otros de piedras (a Fishelgs le gustaban ese tipo de libros), armas y técnicas de pelea (aquí entran tanto Snotlout, quien casi no le gustaba leer, y Astrid, quien ponía en práctica casi todo lo que leía), así como explosivos, algunos libros con cuentos cortos (hubo que recuperar algunos de la casa de los gemelos). No sólo estaban los que Johann había traído, sino los que los nuevos mercaderes traían con nuevos temas, como los de cocina o recetarios (Astrid y Valka se la pasaban leyéndolos, poniéndolos en práctica, para desgracia de Hiccup), herrería (Hiccup se había dado cuenta de que no sólo él o Gobber los solía leer, Eret también lo hacía con bastante frecuencia) insectos, y algunos bastante reducidos sobre dragones.

De hecho, los de dragones los escribían ellos, aunque Hiccup llevaba más tomos que ninguno y era él el que revisaba la redacción de todos. Eret había resultado de gran ayuda, sabía bastantes cosas sobre trampas, como hacer repelentes de distintas especies de dragones, así como placebos para ellos; Astrid lo había sido para un buen entrenamiento de defensa para jinete y dragón, poniendo como clave la perseverancia, disciplina, y (Hiccup había añadido la última) paciencia. Fishelgs ya llevaba por lo menos una docena de libros acerca de los Gronckles, mezclas de rocas para obtener diferentes tipos de metales, así como un cuidado óptimo específicamente para la clase roca. Snotlout no tenía mucho interés en la literatura, sin embargo, había logrado publicar varias historias fantásticas y guías sobre que hacer y que no en diferentes situaciones; los gemelos (a pesar de que Hiccup no entendía el porque) sacaron varios libros de bromas, con mezclas ineditas de explosivos, secretos para no ser descubiertos (aunque, claro, ahora que Hiccup los había leído, lo agradecía secretamente) y algunos datos sobre el Cremallerus.

Valka tenia diversos diarios que ayudaban a todo el mundo sobre cosas desconocidas de los dragones (¿sabían que mudan de dientes? Algunas especies se los comen para obtener mayor resistencia en los huesos), Gobber compartía recetas y su libro "Herrería y Odontología de Dragones para pricipiantes " era un éxito.

Hiccup, a la edad de veinte años, ya llevaba al rededor de veinte libros en el Gran Salón. Sin contar sus diarios, claro, y todos los libros que había llenado con mapas.

Así que, debido a ello, la librería del Gran Salón, que antes sólo tenía dos raquíticos estantes, ahora era una pared cubierta de libros desde el techo hasta el suelo. Hiccup sabia exactamente cuales libros había en esa pared y cuantos eran, podía decir los los ojos cerrados la ubicación de todos y cada uno de ellos.

Por ello, cuando estaba regresando los libros a su lugar, le llamó la atención uno de ellos, escrito bajo el nombre de Hiccup Horrendous Haddock II. Su abuelo.

Eran sus memorias; a Hiccup le pareció extraño que estuvieran allí, ya que nunca las había visto. Después del dilema mental, el castaño tomó el libro y lo ojeo, la letra de su abuelo era parecida a la suya, hacían las mismas letras chuecas y se comía algunas palabras. El otro Hiccup también había sido jefe, y debido a que Hiccup estaba aprendiendo a ser uno, tenia que aprender lo más que se podía.

Ahí estaba él, leyendo las memorias de su abuelo cuando llego a un capítulo en particular: la llegada de los Hofferson. Los Hofferson no llevaban demasiado tiempo en Berk como se ha pensado, la abuela de Astrid había llegado de Bog-Burglar para vivir en la isla y al no ser una isla con alianzas con Berk, la mujer tuvo que hacer una especie de pacto: la primer mujer Hofferson que nazca en Berk se casará con algún hipo Haddock, independientemente de la situación que tenga (sea heredero o no), el sexo que posea, y la edad. De no ser así, el clan Hofferson se iría de la isla para no volver.

El sándwich que estaba comiendo se quedo atrapado en su garganta, tuvo que toser desesperadamente para poder respirar y tomar agua. Esto debía ser una mala broma.

Gothi no sólo tenía sus propios libros, ella también había hecho un libro con el registro de todos aquellos que habían nacido en Berk, si eran un hipo o un niño grandulon, como eran sus ojos, si habían nacido vivos o en el Vallhala, y lo más importante: que posición ocupaban en su clan en nacer en la aldea. Todo con la firma del jefe. Hiccup se dirigió al Gran Salón a buscarlo, dispuesto a buscar su página.

Ahí estaba él, tenía un dibujo hecho por su madre, donde se veía bastante pequeño. La fecha era de hacia veinte años, más o menos; en las especificaciones estaba que pesaba lo mismo que una gallina normal (los demás niños que si nacían a su tiempo solían pesar lo mismo que un lechón recién nacido), tenía los ojos grandes y verdes, así como una cabeza bastante grande (sin embargo, Hiccup siempre había sostenido que su cabeza era normal e idéntica a las otras), media no más que media cuarta de su padre y lloro muy poco. Nació a los siete meses y medio. Y era el tercer hipo (el más pequeño de la manada) en el clan Haddock. Era el Haddock número 110.

Inmediatamente buscó el de Astrid. Ella había nacido después, aunque si había nacido con un peso y tamaño normales; ojos azules, sana, pesando lo mismo que un lechón gordo (un dato curioso de Astrid: hasta que tuvo 5 años, ella era... fibrosa. Algunas veces se le confundía con Fishlegs), y bastante llorona. Stoick solía decir que un guerrero se define por su tipo de llanto cuando bebé, aunque Hiccup había llorado poco, lo había hecho bastante fuerte. Astrid lloró mucho y MUY fuerte.

Y Astrid era la primer Hofferson en la isla.

No había nadie más. Su padre había nacido en Bog-Burglar. Su madre era de otro clan. Ella era la primera de todas. Astrid no tenia primas, hermanas o algo así; Astrid era la primer e irrepetible Hofferson que nacía en Berk.

Ah, y ahí estaba la firma de su padre. "Se llama Astrid Hofferson, primer Hofferson en nacer en Berk-- Stoick The Vast". Su madre no había firmado porque para entonces, Cloudjumper se la había llevado.

¿Saben lo que eso significa?

Hiccup y Astrid estaban comprometidos desde el momento en el que Astrid nació, ¡y nadie tenía ni idea!

Vio a Spitelout entrar al Gran Salón. Le llamo la atención y le pidió que llamara a la General Hofferson para una reunión sumamente IMPORTANTE y CONFIDENCIAL en el bosque.

Debía buscar comida.

Las reuniones sumamente importantes y confidenciales eran una forma discreta de Hiccup para pedirle una cita a Astrid ahora que ella era la general y Hiccup el jefe. Usualmente las tenían una vez que todos entregaban el informe de la situación en Berk.

--Bien, supongo que pueden irse-- decía Hiccup, los demás regresaban a sus actividades diarias después de eso-- General Hofferson, ¿puede quedarse un momento?

Todos lo sabían, pero igual fingían que no sabían de que se trataba.

Pero nunca eran de sorpresa. Así que supuso que Astrid vendría allí, preocupada o en extremo cariñosa (si saben a lo que me refiero); Toothless olfateo la canasta de picnic que Hiccup había traído, en busca de comida o algo similar. Sí olía a comida, pero no a pescado, así que no le gustaba mucho salvo por la mermelada. Toothless amaba la mermelada aunque le causaba dolor de estómago y se quejaba todo el día por el dolor cuando la comía.

--Sabes que no puedes comer eso, Toothless-- Hiccup le llamó la atención, usando un tono de padre sobreprotector. El dragón le regresó la mirada con los ojos entrecerrados-- Te pones peor que Gobber con las albóndigas de mamá.-- se estremeció, de sólo recordarlo-- Ew, las albóndigas de mamá-- repitió, asqueado.-- En fin, ayudame con eso, amigo.-- y señaló una rama repleta de cerezas.

Toothless le disparó, causando que la rama cayera al suelo estrepitosamente. Algunos frutos se aplastaron; Hiccup le dirigió una dura mirada a su dragón, y este solo bostezo.

--Me refería a que me levantarás hasta allá, dragón holgazán-- lo regaño nuevamente, Toothless se estiró, sin darle importancia-- Ah, acepto sus disculpas, señor Alfa de Dragones.-- agradeció sarcásticamente.

Toothless se pavoneo, Hiccup le lanzó una baya a la cabeza. El dragón se quejo por lo bajo, el vikingo se rió con ganas; colocó las bayas más jugosas en un frasco y luego lo puso dentro de la canasta. Sacó una manta y la extendió en el suelo, se acostó en ella con tranquilidad hasta que su dragón se colocó sobre él.

--¡Toothless, quítate!-- el dragón se acomodó sobre el cuerpo de su compañero, como si buscará la posición más cómoda-- ¡Ya veo! Esta es tu venganza, ¿no? ¡Pues prepárate...!-- Hiccup trató de quitarse al dragón de encima, pero era imposible. A pesar de que Toothless no estaba apoyando todo su peso (eso mataría a su hermano... y no le gustaría para nada) el castaño no logró moverlo ni un centímetro.-- ¡... para luchar contra él...!-- continuó entre jadeos-- ¡... vikingo más fuerte y letal de todo... ouh!-- gimió-- ¡... Berk!-- se rindió, dejo de luchar, pero Toothless no bajo la guardia-- De acuerdo, es todo, asumo mi cruel derrota, ¡pobre de mi!-- aviso Hiccup de forma teatral. Toothless no le creyó-- Ya puedes quitarte de encima.

El dragón no lo hizo, solo pareció sonreír de forma burlona.

--¡Toothless! ¡Quítate de...! ¿Acaso estas arremedandome?-- Hiccup noto que Toothless movía el hocico como si estuviera hablando cada que este decía algo. El dragón no dejó de hacerlo-- ¡Oh, tú...! ¿Acaso quieres problemas? ¡Pues yo te daré problemas!-- advirtió, divertido.

--¿Hiccup Haddock III, el defensor de dragones está acaso desafiando a un dragón?-- una voz femenina interrumpió el monólogo que Hiccup estaba haciendo con su dragón. Hiccup abrió los ojos como platos al notar de quien era la voz-- Eso no se verá bien con toda esa gente que lo admira y aprecia.

--¡M'lady!-- exclamó Hiccup, casi olvidando la razón por la que la había citado. Astrid estaba ahí, con Stormfly detrás, quien estaba buscando el porqué la rama del cerezo se había caído de esa forma. Hiccup nuevamente intento salir, pero no pudo-- Me alegra que estés aquí.

--Pues, es lo menos que pude hacer al ser llamada por el padre de Snotlout para una reunión super importante con el jefe de Berk en el bosque-- la joven se cruzó de brazos, disfrutando la situación-- Hola, Toothless.

Toothless se giro emocionado al ser nombrado por la linda chica rubia. Su llegada siempre significaba jugar con Stormfly y a él le agradaba mucho jugar con ella; corrió hasta la pareja de su hermano y se dejó mimar por ella. Astrid tenia las uñas más largas que Hiccup, por ende, ella rascaba mejor que él.

--¿Quien es el furia nocturna más tierno del mundo, eh?-- le dijo Astrid en tono infantil, acariciando su cabeza y rascando un poco, para placer de Toothless-- Tu lo eres, sí, eres tan lindo...

--Ah sí, estoy bien, gracias-- Hiccup se sentó en la manta, aliviado de poder respirar.

--¿Qué? ¿Ese vikingo sabelotodo te estaba molestando?-- le pregunto Astrid a Toothless. Este pareció ronronear de gusto-- Pobre Toothless...

--¡Tú, dragón mentiroso!--Hiccup lo señaló, fingiendo desprecio-- ¡Deja de quitarme a mi prometida!-- luego volvió a Astrid-- Astrid, lo estas malcriando.

--Hablas como si fuera tu hijo.-- rió ella.

--Sería nuestro hijo en todo caso-- soltó Hiccup sin pensárselo.

Astrid y Toothless le miraron sorprendidos. Hiccup también de tono pálido, a rosa instantáneamente.

--¡Yo no...! ¡Ah...! Solo si tú quieres, claro... No es que yo quiera...-- repuso él, nervioso-- ¡Digo! ¡Sí quiero! ¡Quiero muchos niños, todos los que vengan!-- se dio cuenta de que eso era peor-- ¡No me refiero a...! Ya sabes... ¡No estoy diciendo que deberíamos...!

Astrid estalló en carcajadas.

--De acuerdo, tendremos niños, pero no serán más de dos-- acepto ella, medio bromeando medio diciendo la verdad-- Sí me pides tres te cortaré el cuello.

--Cuatro.

--Como tu no estarás nueve meses hinchada y de mal humor.

--Pero estaré contigo.

--No es lo mismo.

--Tampoco es como que seas la mujer más... estable y dulce de la aldea.

--¿Estas llamándome inestable y desagradable, Haddock?

--¿Mi integridad depende de que respuesta te dé?

--Puede ser.

-- Entonces no.

Una piedra impacto a la cabeza del muchacho. Astrid se rió cuando el joven hizo una expresión de dolor bastante graciosa.

--Idiota-- le dijo, dejando de acariciar a Toothless. Este corrió hacia Stormfly, los humanos eran raros, en especial ellos dos. El castaño parecía disfrutar que la rubia lo golpeara o atentara contra su integridad.

--¿Eso significa que...?

--Significa que no tendremos cuatro hijos-- la rubia se sentó junto a él.

--Bien, de acuerdo. Tres.

--¡No, ya te dije que no!-- chilló ella y le golpeó con fuerza moderada en el riñón.

--Deja de golpearme-- el joven le tomó de los brazos. Le gustaba mucho el sonido de su risa-- Un día me vas a romper algo, y te sentirás muy mal.

-- Te ves preocupado por eso-- bromeó ella.

--No, tu deberías. Tu trabajo es ayudarme a proteger Berk y a mi persona y lo único que haces es golpearme.

--¿Y que harás al respecto? ¿Me quitarás el puesto?

--Es probable-- murmuró el contra sus labios.

La besó, no lo había hecho en todo el día y era una cosa que el había desarrollado con el paso de los años. Todos los días necesitaba por lo menos un beso de ella para sentirse completo. Eso y montar a Toothless.

Recordó el porqué estaban ahí de nuevo. Esa idea estaba ahí y no pensaba irse hasta que el le preguntará.

--Entonces-- suspiro ella, después del beso; tenia las mejillas sonrojadas y la voz un poco ronca por la risa-- ¿Por qué esta repentina reunión, Jefe?

--Digamos que hoy vi una canasta enorme en el Gran Salón, y dije, ¿por que no hacer un picnic hoy?

--Sabes que la aldea puede ser incendiada hasta los cimientos por los gemelos, ¿verdad?

--Es un riesgo que estoy dispuesto a aceptar-- Hiccup se encogió de hombros-- Traje un montón de cosas.

--¿No son las albóndigas de tu mamá, cierto?

Ambos se estremecieron ante el recuerdo de tan terrible platillo.

--No lo menciones de nuevo-- pidió el castaño. Ella asintió.

--De acuerdo...-- se sentó junto a él, cruzando sus piernas.-- Así que hiciste un picnic sorpresa...

--Sí.

--Con...-- Astrid reviso la canasta-- Pierna de yak, pan, queso, una salchicha, pitepalt, y... ¡tyttebærsyltetø*! ¡Mermelada de arándano!-- exclamó sacando un frasco lleno de un espeso líquido rojo. Astrid enarco una ceja, como si sospechase algo-- Bien, ¿que esta pasando?

--¿De que hablas?-- Hiccup estaba tratando de disimular.

--Siempre que traes algo entre manos haces mi comida favorita-- aclaró ella. Hiccup sonrió, ella lo conocía muy bien.

¿O no?

--Sólo quiero pasar tiempo con mi prometida--hizo énfasis en la última palabra. Astrid frunció el ceño, sin embargo, no quiso discutirlo; ambos sacaron los platos y empezaron a servirse de comer (un poco de carne, algo de patata del pitepalt, mermelada, y agua).

Astrid estaba picando del queso junto con el pan cuando Hiccup carraspeo. Se veía repentinamente incómodo, cosa que nunca era buena señal.

--¿Te gusta?-- preguntó, Astrid asintió lentamente. Hiccup la imitó-- Lo hice a la carrera, ni siquiera lo probé.

A Hiccup le gustaban esas cosas como cocinar, tejer, lavar... excepto claro limpiar, era un desordenado de primera. A Astrid le gustaba cazar, cocinar de vez en cuando y mantener en orden absolutamente todo; eran una pareja bastante extraña.

--Esta rico-- comento ella, tratando de decifrar lo que Hiccup quería preguntarle.

Si era por lo de la boda, aquello se pondría raro. No será que ella no quisiese casarse, al contrario, pero, ¿no eran muy jóvenes aún? ¿Qué pasaría cuando estuviesen casados? Ella se convertiría en una mujer de casa, en la esposa del jefe, ellos tendrían hijos, y una casa, y...

Eso era demasiado por el momento.

Y las cosas se empezaban a poner incómodas. Oh no.

--¿Como te enamoraste de mi, Astrid?

La chica salto en su lugar. No esperaba eso.

--¿Cómo?-- exclamó ella. Hiccup enrojecio.

--Sí, ¿como fue que tú...? ¿Como lo digo?

--¿Como me fije en ti?-- adivino Astrid, el muchacho asintió.-- Ah-- exclamó, alargando la sílaba-- Eso.-- volvió a asentir, entre cerrando los ojos, ¿no se suponía que ella debía preguntar eso? Es decir, las chicas son las que se lo preguntan a sus novios-- ¿Por qué lo preguntas?-- y eso es lo que responden los chicos.

Hiccup hizo el tic de los hombros, como si no le dieran mucha importancia.

--Curiosidad, estaba pensado mientras leía en la biblioteca...-- explicó, vacilante. A pesar de ser un chico, a veces Hiccup actuaba como la novia en la relación, cosa que hacía reír a Astrid. Tomó una cucharada de pitepalt y lo examinó como si se tratara de una nueva especie de dragón.-- Y dado que... bueno, estamos comprometidos...-- luego trago saliva--... prácticamente desde que nacimos, y que te tienes que casar conmigo si quieres que tu familia se quede aquí-- añadió rápidamente, casi sin hacer espacios en las palabras que decía. Astrid se volvió hacia él con los ojos como platos-- ¿Más mermelada?-- le ofreció el frasco de mermelada y ella lo observó con furia.

--¿¡Qué!?-- explotó ella. Él no hablaba en serio, ¿a que se refería?-- ¿Estas amenazandome?

Oh no, estaba molesta. Le había entendido mal.

--¡No, no me refería a eso!-- Hiccup se cubrió la cara, esperando un golpe-- ¡Me refería a que es un tratado! ¡Tu abuela hizo un trato con mi abuelo! ¡Es solo eso!

--¿¡Por qué lo haría!? ¡tu abuelo y mi abuela están muertos!-- Astrid se levantó, tal vez llamaría a Stormfly por su hacha-- ¡Ella ni siquiera me conoció!

--¡Pero tu familia es de Bog-Burglar!-- Hiccup también llamaría a Toothless para que este le salvará el trasero de Astrid... de nuevo-- ¡Sabes que Blugar no era de nuestros aliados en ese tiempo! ¡Y mi abuelo les permitió quedarse con una condición!

--¿¡Y en esa condición era que nos casaramos!?

--¡Yo solo lo leí en su libro de memorias!-- se justificó el muchacho, desesperado. La chica respiro hondo, creyendole-- Fueron bastante específicos. Toda tu familia era de Bog-Burglar por nacimiento, todos menos tú.

Astrid sabía eso. Se lo habían dicho muchas veces; su tío Finn siempre le contaba historias sobre Bog-Burglar. Había ido unas pocas veces. Stoick la conocía por eso, "la primera Berkiana-Bog-Burglar y la mejor guerrera de todo Berk".

--¿Y que hay con eso?-- ella lamentó seguir sonando agresiva.

--Se pactó específicamente que la primer mujer del clan Hofferson que naciera en Berk se casaría con un hipo, independientemente de si era heredero o no-- explicó Hiccup, pero no dejó de protegerse la cara.-- Puedo probarlo, tengo su libro aquí, en serio.

Ella se sentó, respiró hondo y luego lo miro. Hiccup apartó las manos, no muy convencido.

--¿Y que pasa si no?

--Tu familia debe irse. Es la regla. Pero es tan vieja que nadie sabía de ella... Por lo menos yo no.

Ahí estaba el porqué. Hiccup creía que ella ya sabia sobre eso.

--¿Y tú creías que yo sí?-- cuestionó ella.

--Llegue a considerarlo. Tendría sentido, después de todo... ¡No quiero decir que... bueno, no crea que no me quieres! Me quieres, lo sé y lo demuestras, pero...-- Hiccup suspiró-- De alguna forma eso explicaría porque de repente fuiste tan buena conmigo cuando apareció Toothless.

--Oh-- Astrid no encontró nada que decir.

--Aja...

Toothless y Stormfly jugaban a atraparse entre ellos, se mordian juguetonamente y gruñian. Astrid se quedó absorta, viéndolos.

--Teníamos cinco años-- dijo ella, todavía ida. Hiccup se volvió a ella, con duda en sus ojos.-- Y yo ya te había visto desde que eras un niño..., eras el hijo del jefe después de todo-- ella sonrió, nostálgica-- pero creo que la primera vez que te hablé fue cuando chocaste conmigo e hiciste que cayera de cara al suelo.

Hiccup se rió, recordandolo. Iba corriendo donde Gobber para su primer clase de herrería en la fragua. Ese día aprendió a darle filo a su daga pequeña que hoy en día usaba para afilar su carbón.

--Recuerdo eso.-- confesó él.

--Chocaste conmigo.

--Y luego me golpeaste. Fuerte. Y dijiste: "¿¡Por qué no te fijas por donde vas, cabeza de troll!?-- Hiccup hizo la voz chillona e infantil, causando que su prometida se riera.

--Seh... Te iba a decir otras cosas, pero luego me fije en que no lloraste-- Astrid se acostó en la manta, manteniendo la vista fija en la luz que se colaba de las hojas de los árboles-- Solo te quejaste. Y mis golpes siempre habían hecho llorar a Snotlout o a Tuff; pero tu solo hiciste una mueca, arrugaste tu nariz, abriste tu boca... Y tus pecas te hacían ver más adorable. Te quejaste tan lindo que no quise golpearte más.

Hiccup sonrió.

-¿Por eso me dejaste ir?

--Ajá. Siempre pensé en hablarte. Pero nunca supe como-- explico ella, se sentía bastante tonta revelando aquellas niñerías-- Me gustaba golpearte, claro, pero también me gustaba cuando te reias siempre que golpeaba a Snotlout. Realmente quería hablarte, ya sabes, tener alguien con quien practicar para ser la mejor guerrera-- aseguró--. Sin embargo, cada que me acercaba a ti era... Me sentía una boba. No sabia que hacer, o que decir, o incluso saludar. Entonces era grosera y te golpeaba.

Hiccup alzó las cejas, todavía sentado. No se esperaba eso; de alguna forma siempre pensó que Astrid (la inalcanzable y bella Astrid) le había odiado desde siempre o algo así.

--¿Dices que no sabías expresar tus sentimientos?

--Los golpes eran una señal, claro.

--Mi cuerpo no dice lo mismo.

--Como sea. Sí, era una niña muy tonta. Y quería ser la mejor guerrera, tampoco es que me quitará el sueño hablarte.-- bromeó la rubia, Hiccup puso una mano en su pecho, actuando como alguien herido.-- Pero, no estaba enamorada de ti.

--¿Entonces?

--Me gustan tus dientes-- opinó ella, sonriendo con ternura. Hiccup se sonrojo, sin entender la razón de aquel comentario-- Más ese diente chueco que tienes enfrente.

Se refería al incisivo central superior derecho de Hiccup. Este sonrió con los dientes, exponiendolo.

--¿Te refieres al que quedó más chueco que todos por que los gemelos me lo sacaron torciendolo?-- Hiccup negó con la cabeza-- Son horribles.

--Me gustan. Después de que no pudieron arrancarte el diente así, te di un puñetazo en la boca porque derramaste cerveza sobre mi.

--Ah, sí... ¿Fue ahí?

Astrid negó con la cabeza.

--No... luego paso el entrenamiento de dragones y me fastidiaba que no pusieras atención o que no te importará nada-- continuo-- Es más, todavía me molesta que no te preocupe que te maten.

--Es un gaje del oficio.

--Lo que sea.

--¿Fue ahí? ¿Fue cuando te lleve con Toothless a volar?

--¿Te refieres a cuando me secuestraste y sintiera el mayor terror mortal que había sentido?

--Así no es como lo recuerdo.-- Hiccup sonrió de forma burlona y Astrid le miró con fastidio.

--No, no fue ahí. Te besé porque

... creí que seria mejor que solo golpearte. Te lo merecías, supongo.--se encogió de hombros. Hiccup asintió lentamente.-- Luego todo fue más fácil, empecé a hablarte con más facilidad. Me gustaba darte besos como premio.-- Hiccup seguía mirándola expectante-- Y luego crecí, me di cuenta de que... empezaba a ser más complicado todo. No sabía lo que sentía por ti, eras un gran amigo, me escuchabas y hacías sentir mejor, pero al mismo tiempo... Me gustabas.

"Lo cierto es, que nunca supe cuando pasó. Me dí cuenta la vez que casi muero y encontramos al Buffalord que no podía dejar de pensar en ti. En lo mucho que te quería, y necesita. Yo de verdad no podría vivir en un mundo sin ti, y ese día me di cuenta de que siempre lo supe. No tengo ni idea de cuando me enamore de ti, solo empece a sentirlo sin darme cuenta. No sé si sea suficiente...

Se quedó callada. No tenía nada más que decir.

Hiccup se recostó a su lado, le tomó la mano y la llevo a su boca, sobre sus labios. Ella sintió cosquillas cuando la respiración de él chocó contra su delgada piel.

--Es más que eso-- murmuró-- Mucho más.

Ambos se quedaron en silencio por un rato. Los dragones regresaron para dormir a sus pies. Todo estaba tranquilo y silencioso (de ese lado de la isla, las explosiones de los gemelos no se escuchaban, así como todo el barullo de Berk), Hiccup cerró los ojos perezosamente. Necesitaba dormir más y mejor si quería permanecer cuerdo.

Una voz lo saco de sus pensamientos.

--¿Igual nos vamos a casar, no?-- cuestionó Astrid, volviendo su cabeza, Hiccup hizo lo mismo-- No ahora, pero si después.

--Ah, sí. Si tu quieres, sí.

--¿Eso significa que el tratado sigue?

Hiccup abrió los ojos como platos.

--Claro que no. No puedo obligarte.

--Oh, bien.

Ambos volvieron a mirar al espacio, hasta que Hiccup recordó algo.

--¿Me dabas besos si era un buen chico?-- preguntó, haciendo que Astrid se sonrojara.

--Callate.

--¿Me darás uno ahora si yo...?

--Haddock, romperé tu otra pierna si te atreves a decir algo más.

--Yo también te amo, Astrid.

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Este fic vino a mi gracias a un sueño que tuve (nunca vean Race To The Edge todo el día xd), esto es lo poco que recuerdo... o algo así.

La actualización de esto no será muy estricta como mi otro fic, y espero que la mayoría no tenga más de un capítulo de continuación. Este, por ejemplo, no lo tendrá.

Hace mucho que no escribo Fluff, ni un fic con un problema no tan serio o de tan pocas palabras; me gusta ver esta historia no sólo como un fic de ideas que no llegaron a cuajar o de referencias, sino como un arma para no perder la práctica e inspiración.

Se llama "Fic de las Referencias", porque tiendo a escribir referencias en mis fics o porque algunos tendrán temáticas que ya se han visto. Si llego a usar una, la anunciare arriba.

¡Mil gracias por leer! ¿Reviews?