Se acabó. Todo se acabó. Siento como si el mundo se partiera debajo de mí, como si hubiera sido tirado a un suelo frío luego de haber oído que ella prefiere a Konno sobre mí. Lo sé, era una decisión dura para ella, pero no puedo evitar sentirme muy lastimado. Muy, muy lastimado. Ella me llamó para decírmelo, no quería que yo siguiera luchando con Konno por su atención, porque ya lo había elegido a él. No puedo evitar sentirme terrible, pero intento permanecer taciturno. No quiero que ella se preocupe, no quiero seguir viéndola. Que ame a otro hombre, y que ese hombre haya sido mi amigo, ese hecho me supera por completo. Por su culpa nos hemos separado, ya sabía desde el principio que uno de nosotros terminaría lastimado, y creo que también supe que ese sería yo. Esperaba que no fuera así, que Konno terminara mal, aunque me duela pensar eso, pero parece que fue inevitable. Quiero irme ahora, ya no quiero estar frente a esta mujer, ¿no ve que yo ya entiendo lo que sucede? Ya no quiero nada que ver con ellos dos, estarán más felices sin mí... Al fin terminó de hablar. Es un alivio, ahora puedo darme la vuelta e irme. Mi chofer me pregunta si me sucede algo, y le miento que estoy bien. Durante todo el camino a casa me aguanto lo que siento, y no es hasta que bajo del auto, camino por el pasillo y subo las escaleras hacia mi cuarto que comienzo a llorar.