Título: Una vez más.
Fandom:
Twilight.
Disclaimer:
Los personajes no me pertenecen, la trama sí.
Claim:
Embry.
Rated: K+
Advertencias: Nada, nadita.
Summary: Embry nunca se había enamorado, y se preguntaba si iba a ser un viejo solitario viendo porno.
Notas: Participa en el reto Palabras para el recuerdo, del foro lol, (Palabra clave: Repetición).


Una vez más.

Suspiró, saliendo de la casa de Emily y Sam; estaba feliz por todos los chicos, pero le enfermaba la soledad. Y no es quisiera imprimar, no, es que deseaba poder querer a alguien lo suficiente como para empezar una relación; Embry nunca se había enamorado, nunca había sentido esas mariconadas (mariposas en el estómago, descargas eléctricas y cables invisibles que lo ataban a una chica) que ya todos habían experimentado (Sam, Jared, Quil, Jacob y Seth).

Decidió dar una vuelta por Forks, lejos de La Push, para no tener la oportunidad de cruzarse con alguna de las felices parejas de imprimados.

Lo único que faltaba es que Leah apareciera de repente tomada de la mano por un chico y diciendo que está enamorada y se mudará con él a Dakota del Norte. O que Collin y Brady dijeran que habían imprimado el uno en el otro.

Se estaba quedando sólo, pensó con horror. Ya la manada no era su lugar, para ser sinceros; se preguntó si se volvería un viejo verde mirando porno en un sofá viejo, la simple idea le erizó todos los cabellos de la piel.

Iba muy distraído con sus pensamientos, siempre imaginando lo horrible que sería vivir entre tanta miel, ya le dolía ir a casa de Sam y descubrir que parecía una reunión de reencuentro de secundaria en la que iba solo. Tenía ya veintitrés años y no quería quedarse sólo todos los veintes, se preguntó si quizás debía buscar a Abby Collins e invitarla a salir.

Decidió que no y comenzó a cruzar la calle, lo próximo que ocurrió es que estaba en el suelo. Algo lo había empujado al concreto, un auto para ser exactos. Sintió una puerta cerrarse mientras se ponía de pie y, segundos después, un cuerpo alto pero delgado lo ayudaba a incorporarse totalmente.

—Lo siento, lo siento, lo siento mucho —dijo ella rápidamente, su tono de voz mostrando que estaba totalmente arrepentida—. Deberíamos ir al hospital para que te revisen, ¿vives aquí? Nunca te había visto, ¿eres nuevo?

—Ya, tranquila —se llevó una mano a la cabeza—. Estoy de maravillas.

Ella suspiró aliviada y, entonces, fue que él se volteó a verla.

(Cables invisibles que te atan a ella; la chica irradia luz y, de repente, no puedes ver nada que no sea ella. Estás imprimado).

—Soy Embry —le ofrece la mano, ella la toma y él se siente tonto (una corriente eléctrica pasa por sus venas, quizás hasta siente las maldita mariposas).

—Ángela.

Ahora su vida entera dependía de Ángela. Y le gustaba.

(Le había pasado lo mismo que a los demás; el, supuestamente, poco frecuente fenómeno se repetía una vez más).