OKaaaay XD, debo admitir que fue culpa de la sartén, pero en parte que en otros fanfics sale que Elizabeta le cuenta Rapunzel como cuento de dormir a los niños que ha tenido que cuidar (). Y con variaciones leves, tanto a la original como a la de Disney... aquí les traigo otro hetaprincess XD.
Gilbert POV~
Les contaré la historia, la historia del grandioso yo.
Está bien, debo de contarles otra, la que me llevó a una serie de desafortunados eventos, los cuales me han llevado a vagar, buscando un sueño.
Hace mucho tiempo, cayó una gota de sol, que creció en una flor y... no salgo yo. Y bueno, pues una vieja malvada llamada Madame Francinne la mantuvo oculta para ser siempre joven y bella. No salgo yo ¿Como va a ser grandiosa esta historia si no salgo yo?
En fin. El caso es que la reina de la islita cercana no awesome mas cercana se enfermó y su esposo fue a buscar un remedio, con ayuda del pueblo. Encontraron la flor, la reina se salvó ¡Aleluya, que felicidad! (sarcasmo marcado) y nacio una linda niña con el pelo rubio como el sol. A quienes sus padres le pensaron poner Rapunzel, ya que su mamá tenía obsecion por los rapunceles, unos nabos que crecían ahí, pero a ultima hora...
-Ese no es nombre cristiano- le dijo el sacerdote a los reyes.
Y la nena se llamó Érzebeth.
Para festejar su nacimiento, sus padres lanzaron un farol de papel y nombraron la forma de esa flor mágica como el símbolo del reino y de su reinado.
Todo muy lindo. Pero falto yo.
Pero Madre Francinne no quería perder su juventud y belleza. Ni que estuviera tan buena.
Así que una noche, entró al castillo y miró a la niña dormir. Descubrió que tenía el poder de la flor perdida y se la llevó.
Largos años pasó esa pobre criatura encerrada en una torre, rejuveneciendo a Francinne, llamándola madre.
18 años sin salir, anhelando conocer qué eran los faroles que lanzaban cada año en su cumpleaños. Madre Fran le decía que eran las estrellas.
Para que no estuviera tan triste la cosa, le daremos a Èrzebeth un pollito ¿Les parece? Y con el juega luego de que lee, pinta y cocina.
¡Y aquí es donde yo aparezco!
-¡Que cosas he visto hoy y eso que apenas son las 10 de la mañana!
¡Escapando de los guardias, a un paso de poner mi palacio soñado super awesome con grandiosas sirvientas que cumplirán mis caprichos... si tan solo ese maldito caballo con complejo de Héroe me deja alcanzar la bolsa que está al borde del árbol!
Demonios, esta situación no es genial.
Mira que caer 10 metros y sobrevivir no es cosa de todos los días. Y menos aún, encontrarte una torre en medio del bosque. ¿Que habrá ahí?
Sin preguntarme demasiado, subí por la torre con mi grandiosa fuerza -ja, estos bellos brazos no solo son para admirarse, preciosas-, y entré por la ventana.
Y entonces todo se volvió negro.
La muchacha que vivía en la torre lo golpeó con una sartén. Lo miró en el piso, un poco asustada. Le revisó las encías: no había rastro de los horripilantes colmillos que le había advertido Francinne. Su cara era amable hasta cierto punto.
¿Acaso él era malvado, como le había advertido su madre?
-¿Que demon...?- golpe instantáneo de sartén y el ladrón quedó inconsciente otra vez. Érzebeth miró el morral que tenía y sacó su contenido: una corona.
Se la probó, y sorprendida, comprobó que le quedaba.
-¿Donde estoy?
Esto ahora sí es raro. En extremo raro: ¿Que otro ladrón ha sido atado por cabello... y mas cabello... y mas cabello? Seguí su ruta hasta encontrarme con dos ojos verdes que me miraban sorprendidos pero fieros. Y sostenían la posible causa de mi inconsciencia momentánea.
-Escúchame bien... no pienses hacer nada y no te golpearé.
-Ah... no obligues al Grandioso Yo a usar su arma secreta- ¡Sí! ¡La infalible carita de perro pateado y remojado!... Que no sirvió. ¿Esta mujer es de acero o qué?
-¿Vienes de afuera, no?
-Si entré por la ventana, obviamente.
-Entonces te propongo un trato: te entregaré la corona si...
-¿Sí?- Oh no, cuando una mujer dice eso no sabes que te pedirá.
-Me llevas a ver los faroles que sueltan por mi cumpleaños.
¡Se los dije!
-Está bien- suspiré. ¿Que tanto podría tardar una nena sobreprotegida en querer volver a su casa? Seguro me pediría volver a los 15 minutos.
Bien y aquí es donde comienza la desgracia: la señorita... es bipolar. Ni bien decía que amaba estar afuera cuando se dolía de haber traicionado a su madre.
-Oye, mira, yo, el grandioso Gilbert Beillschmint te libera del trato. Me das la corona, te regreso a casa y tú y tu mami trabajan en una relacion basada en la confianza de que no saldrás de ahí para emborracharte o cosas así. ¿Vale?
-Ni creas que soy tan sencilla.- sonrió y continuó adelante. Definitivamente, parece decidida a probar su libertad.
Aunque... me agrada. Y su ganso es genial.
-¿Tu ganso tiene nombre?- le pregunté.
-Es un pollito. Y no, no le he puesto nombre por ahora
-¿Qué tal Gilbird? Es un nombre awesome como yo.
Se quedó pensando. ¡Sabía que podía lograr ese efecto con ella!
-Puede ser. Por cierto, soy Érzebeth.- se presentó.
Okay, no estoy seguro porqué en ese momento no relacioné el nombre de la niña ni los cabellos ni nada con el motivo del festival de las luces de cada año. De verdad, supongo que es porque me detuve a ver mi grandioso reflejo en el agua.
Siento que esta vez Gilbert me quedó mas cabrón y egocéntrico que nunca XD.
Pero espero lo disfruten.
