Descargo la responsabilidad: no soy dueña de nada, tan solo de mi imaginación, que es la que ha creado esta historia.

Nota del autor: segunda historia que escribo sobre Operación UNCLE. Me ha encantado que os gustase la primera historia. Esta se centrará más en la vida privada de Illya y Gaby. ¡Disfrutadla!

1965

Siempre había sentido curiosidad por saber cómo se había hecho esa cicatriz que tenía al lado de su ojo derecho, pero él siempre había sido reacio a contarla la historia.

Un día, después de haber tenido un día muy ajetreado en la oficina de UNCLE, se acurrucaron el uno junto a el otro en su cama, en el apartamento que compartían en Londres. Habían estado saliendo durante los últimos tres años, y cada vez que ella le preguntaba cómo se había hecho esa cicatriz, cambiaba de tema de conversación. No sabía por qué no le gustaba hablar de ello. Ella le había contado la historia que había detrás de cada cicatriz que tenía en el cuerpo, pero él seguía negándose a contarle la suya.

Estuvo observándosela durante un buen largo rato cuando creía que se había dormido. Tenía forma de v, y le parecía muy sexy. A las mujeres nos gustan los hombre con cicatrices, le había dicho una vez, mientras hacían el amor y ella le acariciaba la cicatriz con cariño.

"Tenía doce años" de repente dijo, con su profundo acento ruso. Gaby, que no se lo esperaba, se sobresaltó un poco al oírle hablar. "Me habían cambiado por tercera vez en el mismo año de orfanato, y no conocía a nadie" siguió, aún con los ojos cerrados. Gaby se incorporó un poco para ponerse más cómoda. "Al tercer día, unos chicos unos años mayores que yo se acercaron a mí mientras leía un libro infantil. No tenían otra cosa en la biblioteca" continuó. "No sabían a qué venían, pero sabía que no era a algo bueno. Me quitaron el libro de las manos y me lo tiraron al suelo. Intenté salir de allí corriendo, no quería problemas con ellos, pero, cuando comencé a correr, me agarraron entre dos y, el que parecía ser el líder, comenzó a pegarme en la tripa, gritando que era el hijo de un traidor y que merecía morir. Uno de sus golpes me lo dio en la cara con un anillo que llevaba en el dedo" abrió los ojos y miró a Gaby a los suyos, "por eso tengo esta cicatriz" dijo, señalándose la cicatriz.

"¿Qué pasó luego?" preguntó Gaby con lástima y curiosidad a la vez.

"Cuando se aburrieron y se fueron, me dirigí a la enfermería, donde me pusieron unos cuantos puntos y me curaron las heridas" dijo Illya. "Estuvieron así un par de meses más, hasta que un día, en uno de mis peores ataques de rabia, me encaré contra ellos, y conseguí que me dejaran en paz por un tiempo. Hasta que me volvieron a cambiar de orfanato".

"Lo siento mucho" dijo Gaby, acercándose a él y dándole y tierno beso en los labios. "Me alegro de que me lo hayas contado" dijo, mirándole a los ojos.

"Se que quizás no sea una historia demasiado trágica, pero es parte de mi pasado, me guste o no" dijo Illya. "Historias como esta me han convertido en la persona que soy ahora" dijo.

"Está bien que me cuentes estas historias y te desahogues" dijo Gaby, acurrucándose otra vez con él. "Yo tampoco tengo un pasado fácil y es bueno que nos refugiemos en el otro".

"Si" fue lo único que dijo. Sabía que podía confiar en ella. Se lo había demostrado en los últimos tres años. Suponía que estaba intentando compensar lo que les había hecho a él y a Solo durante el caso Vinciguerra.

"Te prometo que jamás se lo diré a nadie" dijo Gaby mientras le acariciaba la cicatriz.

Illya giró la cabeza para mirarla y dijo "lo sé" antes de darla un beso y quedarse dormido al lado de la única persona, junto con Solo (aunque había excepciones), a la que podía confiarle hasta el más oscuro secreto sabiendo que jamás lo contaría, ni aunque estuviese bajo tortura.

¡Espero que os haya gustado! Por favor, hacédmelo saber a través de comentarios. Ah, y si os gustaría leer algún momento concreto en la "vida" de Illya y Gaby, con un comentario y el tema, lo escribiré lo más rápido y mejor que pueda. ¡Gracias! :)