Daring do y el Dr. Whooves En: la maquina del tiempo
Todo empezó en ponyville, en una pequeña casa cerca de sweet Apple acres, dentro de esa casa parecía una casa normal, muebles, luz (velas), una biblioteca, una cocina, todo lo que una casa común y corriente. Lo único que no correspondía eran unas escaleras que iban al "Sótano", el cual se encontraba vacío, lo único que estaba ahí era una caseta de policía inglesa, sin embargo, dentro de esa pequeña caseta de policía, había un laboratorio enorme, con una gran maquina en el centro para poder viajar en el tiempo.
-Asistente pásame por favor mi destornillador sónico, lo eh dejado en la cocina- el Doctor le decía a su querida asistente Ditzy doo mejor conocida de cariño como Derpy.
-Claro doc- respondió como siempre derpy saliendo de la TARDIS y dirigiéndose a la cocina, sin embargo al llegar se encontró con algo que no recordaba si estaba ahí o no.
-DOCTOR, doctor- gritó entrando a la TARDIS corriendo.
-¿Que pasa asistente. Trajiste mi destornillador?- dijo el doctor dejando de trabajar un momento y dirigiendo su atención a su asistente.
-Si, tenga- dijo dándole el destornillador, -pero doctor, ¿usted lee cuentos de fantasía?-
-me temo que no entiendo su pregunta asistente, ¿a que se refiere?-
-lo que pasa es que encontré un libro de Daring Do en la cocina-
-oh, bueno si, yo disfruto de una buena lectura, además, ese libro me llamó mucho la atención-
-¿porque?- preguntó derpy
-bueno, ¿usted recuerda asistente, cuando le conté sobre mi vida anterior?-
-¡SI!- respondió derpy feliz.
-bueno, hay una cosa que no le conté, por ejemplo, en mi mundo había algo llamado Cine, ahí podías ver proyecciones e imágenes moviéndose, gente… es decir, ponis actuando como en el teatro, donde transmitían, Películas. –
-ooh, ¡yo quiero ir!- dijo derpy Feliz.
-lo lamento asistente, pero ni siquiera yo sabría como llevarnos a mi mundo anterior, ni siquiera sé como llegue aquí-
-bueno como te decía, en una de esas películas, había una en particular la cual se llamaba; Indiana Jones, y era muy parecida a este libro.-
-Wow, entonces el libro le recordó esa película- Dedujo derpy.
-Exacto mi querida asistente, es por eso que quiero leer este libro, ahora, si me disculpas tengo que hacer unas reparaciones a la TARDIS-
-¿ya lo leyó? – pregunto derpy
-no, aun no, pero pienso hacerlo después de esto- le respondió el doctor dándole una sonrisa.
-me alegro de que aun no lo haya leído, dicen que es muy adictivo- dijo derpy poniendo en un buró el libro.
-mmm, ¿adictivo?- si algo había caracterizado al doctor, era su curiosidad, y siempre se ha sentido intrigado por las adicciones, no como drogas o alcohol, si no a las adicciones de la computadora o de libros, y este fue ese caso.
El doctor dejó su trabajo a un lado y galopó a gran velocidad hacia el libro, lo tomó con su boca, ya que para el era físicamente imposible tomarlo con sus pesuñas.
Se sentó en un sillón en la sala de su casá y comenzó a leer.
Daring do y la pieza sagrada
En esta aventura Daring do se encontraba con su compañero Traitor Liar, daring lo había conocido en la universidad donde ella daba clases de historia, ese sujeto no le inspiraba confianza, sin embargo era experto en arqueología y eso le resultaba muy útil.
Ambos compañeros entraron en la pirámide en la que encontraba la pieza sagrada que necesitaban, según el gobierno, el poder de esa pieza podría acabar con la guerra, es por eso que daring estaba aun más preocupada, si esa cosa tenía demasiado poder, es seguro que haya trampas en esa maldita pirámide, y de las difíciles.
Ambos ponis se adentraron en la pirámide y apenas tocar la entrada, miles de dardos empezaron a salir por los lados, daring pudo arreglárselas para salir de esa y salvar al doctor Liar.
Ya dentro de la pirámide, ambos se tuvieron que enfrentar con mil y un cosas entre ellas dardos paralizantes, leones, y lo que para daring fue lo peor, SERPIENTES, si a algo ella le tenia miedo, eran las serpientes.
-JAJAJA- el doctor no pudo contener sus carcajadas, era exactamente igual a Indiana Jones, todo incluso lo de las serpientes.
Dejó de leer un rato, ya era medianoche y no se dio cuenta, ese libro si que era adictivo, además su historia te atrapa.
Mejor el doctor se fue a dormir, mañana no tenia nada que hacer, pues no necesitaba el dinero del todo, para comer podía comer pasto o incluso comer un poco de carne a escondidas, se sentía mal por hacerlo ya que para los ponis era canibalismo, sin embargo no podía evitarlo.
Continuara…
