Aquel
Tiempo Pasado
Por: Joysa-chan
Nadie había ido a esperarla, ni sus padres, ni su hermana, ni InuYasha... y Kagome intuyó con temor de que algo pasaba. El desamor de su hermana Kikyo no le extrañaba, pues siempre la había envidiado, y se había mostrado deseosa de superarla en todo. Cuando por fin llegó su novio a buscarla, notó en él cierta inquietud. "Tengo algo grave que decirte... algo que ha sucedido en este año de ausencia", le confesó.
Capítulo I
Nada más bajar del avión se dio cuenta que algo sucedía. El hecho de que InuYasha no estuviera esperándola, indicaba, a buen seguro, que el interés anterior, si no había muerto, estaba a punto de disiparse.
La ausencia de sus padres no llamó su atención: eran dos personas tan entrañablemente unidas en sí mismas y en el negocio, que apenas si se percataban de que eran padres. Pero que Kikyo, su hermana, tampoco se hallara en el aeropuerto, aumentaba su desconcierto.
Recogió la maleta y la bolsa de viaje y decidió dirigirse a la cafetería del aeropuerto para tomar el desayuno antes de irse a su casa.
Aquella ausencia le hacía recordar demasiadas cosas. Un año, al fin y al cabo, es demasiado tiempo a veces, aunque en otras ocasiones resulte excesivamente corto.
Sentada ante la barra, con la maleta y el bolso de viaje a sus pies, y con el café humeante ante sí, miraba a su alrededor. No conocía a nadie, tampoco tenía por qué conocer en aquellos rostros a personas familiares o amigos, porque la ciudad no era precisamente un pueblo, muy al contrario, era una ciudad de provincia grande, próxima a una gran capital.
Kagome Higurashi hubiera deseado fumar en aquel instante, pero no era un hábito que frecuentara. Evocaba, sin embargo a su hermana Kikyo, que le llevaba tres años y que desde que ella entró a la preparatoria, intuyó que Kikyo procedía con demasiada indiferencia hacia ella. A la sazón, Kikyo tendría 21 años, y ella, 18. El hecho de llevarse tres años no indicaba en modo alguno que Kikyo la quisiera. Tenía muy claro el modo de ser de su hermana: envidiosa, desafiante, y deseosa siempre, no sabía por qué, de superarla en todo, aunque realmente, y a su propio juicio, no la superara en nada.
Aquel momento tampoco era ideal para reflexionar sobre un pasado que estaba demasiado cerca. De súbito, su reflexión se detuvo. En el umbral de la cafetería apareció InuYasha. Miraba a un lado y a otro como buscando algo, y entonces Kagome alzó la mano y le llamó.
InuYasha al verla echó a andar a toda prisa, pero cuando ya se aproximaba, acortó el paso y se diría que tardaba una eternidad en acercarse.
"Siento mucho haberme retrasado, Kagome", murmuró. Y besó a la chica en la mejilla.
"Me extrañaba no ver a nadie. Con papá y mamá", añadía Kagome mansamente, "ya no cuento. Están en la tienda y siempre demasiado ocupados, pero cuando los llamé hace dos días advirtiéndoles que volvía de Boston, pensé que lo lógico es que mi hermana Kikyo y tú estuvieran aquí."
Kagome apreció en el semblante de InuYasha una cierta inquietud y sospechó que había intuido la verdad, algo diferente a lo que sospechaba.
Por toda respuesta, InuYasha se subió a la banqueta y miró al frente con expresión apagada. Kagome lo miró a su vez. Tenía el cabello largo plateado, con los ojos ambarinos; un tipo atlético, con 23 años ya cumplidos. Tampoco eran tantos. Pero su relación con InuYasha databa desde los 17. Tenía uno más tan solo. Ella había aprovechado el tiempo en Boston con el fin de regresar y organizar su vida al lado de su novio y al fin estaba de vuelta.
"No pareces alegrarte demasiado de verme, InuYasha", dijo Kagome lentamente, y muy bajo.
Y su intuición se profundizó aún más, observando el semblante desencajado de su novio.
"Tengo que decirte algo, Kagome."
"Grave¿verdad?"
"¿Cómo lo sabes?"
"Lo veo en tu mirada esquiva, en tu semblante pálido, en toda tu actitud. Algo no anda bien¿cierto, InuYasha? Algo ha ocurrido en este año de ausencia."
"Realmente sí ha ocurrido algo, y además muy grave." Pasó los dedos por el cabello y lo alisó maquinalmente. "Te advierto que fue sin darme cuenta, me sentí atrapado. Cuando te fuiste, empecé a trabajar en una inmobiliaria donde aún estoy como aparejador. Hubiera sido el momento de que tú y yo formáramos una familia, sólida y firme, pero tú no estabas."
Kagome pudo responder muchas cosas, todas inducidas por su intuición, pero prefirió que InuYasha hablara. No obstante, y aunque fugazmente, evocó su estancia en el instituto, aquella época en que terminó el bachillerato e inició la carrera de Turismo, y fue cuando decidió estudiar idiomas, de tal manera que el día que ella e InuYasha formaran un hogar, pudieran ayudarse mutuamente.
InuYasha estuvo de acuerdo, sus padres la aprobaron y hasta Kikyo, su hermana, la apoyó, claro que, lo que ella dijera le importaba poco. Para entonces, ya conocía demasiado a su hermana, sus envidias, sus traiciones, sus deslealtades.
Fue un año bonito, desde los 16 hasta los 17 años. Para ella no hubo más mundo que InuYasha Taisho, un hombre que tenía la carrera terminada...
"Cuando te fuiste a Boston", le decía InuYasha mientras ella reflexionaba, "empecé a salir en el grupo de Kikyo. No sé como fue, Kagome, sólo pasó. Me equivoqué completamente."
Kagome tomó lo que le quedaba en la taza y dejó el bollo sin empezar.
"Dime lo que sea, InuYasha."
"Vamos." Atajó InuYasha levantándose de la banqueta. "Te llevaré la maleta y el bolso. Te acompañaré a casa."
Continuará...
Nota: Hola a todos. Aquí vengo con un nuevo fic, esta vez de InuYasha. Es un poco la historia típica del triangulo amoroso entre Kagome, InuYasha y Kikyo que tanto nos gusta. Espero que sea de su agrado y no se olviden de dejarme reviews, su opinión cuenta mucho. Y a todos aquellos que están esperando por nuevos capítulos de Pequeñas Alas, disculpenme. En realidad me ha pasado de todo un poco y soy bastante flojona para escribir, pero no crean que me he olvidado de ustedes.
