¡Hola! Bueno ahora les vengo con un nuevo fic, pues hace mucho les había prometido traerles otro fic para el fandom de Fairy Tail y aquí esta, eh de decirles que se me ocurrió un día mientra miraba mi serie favorita "mujeres asesinas" y quise hacer algo parecido con las chicas de Fairy Tail. Este fic tratara sobre las distintas chicas de Fairy Tail, en diferentes tiempos y situaciones.

Disclamer: Fairy Tail y todos sus personajes son propiedad exclusiva de Hiro Mashima y solo utilizo sus personajes con el fin de echar a volar mi imaginación.

...:*:..:*Fairy asesinas.:*:..:*:...

Capitulo I: "Lucy encerrada"

Por que a veces incluso el hada que puede obtener cualquier capricho que tenga… que tiene el mundo a sus pies…incluso esa hada puede llegar a ser… prisionera...

Un día común aproximadamente a las tres de la tarde, una chica de cabellos rubios y ojos café caminaba por las calles de Magnolia acompañada de un chico de cabello rojo-cobrizo peinado en picos y con una singular bufanda blanca de cuadros atada a su cuello, ambos vestían uniformes escolares y llevaban consigo mochilas colgadas de sus hombros.

-y fue entonces cuando Gray se dio cuenta de estaba semidesnudo corriendo por todo el centro comercial mientras que su ropa colgaba en el asta de la bandera del colegio-termino de relatar el chico pelirrosado las manos sobre su nuca y una gran sonrisa orgullosa en su rostro.

La rubia río al escuchar su versión de la historia, ya que Erza le había contado cual había sido su "castigo"- ustedes nunca dejaran de pelear- comento deteniéndose enfrente de los portones de gran altura que restringían el paso a una mansión lujosa y sofisticada, con verdes jardines y arbustos esculturales; La mansión Heartphilia.

-bueno…llegamos-dijo el chico tomando aire para luego sonreír -te veré mañana Lucy-se despidió el Dragneel de manera rutinaria, acercándose a ella tomándola de la cintura y besándola de manera rápida para luego soltara-hasta mañana-finalizo dándose media vuelta.

-no te vayas aun –le pidió tomándolo de la muñeca haciendo que este volteara-creo que es el momento de que conozcas a mi padre-.

-eh ¿Estas segura Lucy?-cuestiono con una mueca desconcertada ya que la joven le había platicado sobre el temperamento del Sr. Heartphilia.

-claro que si, el siempre esta ocupado con las finanzas de la empresa, debe dedicarle aunque sea un momento al día a pasar tiempo con su hija, o al menos debe conocer al chico con quien esta saliendo- afirmo decidida y a la vez molesta.

Ambos chicos pasaron por el sendero de piedrecillas de colores que llevaba a la mansión, donde como si esperara su llegada se abrieron automáticamente, dando paso a la recepción, que a pesar de ser pequeña no estaba para nada común, además de que una joven sirvienta de cabello rosa y ojos azules esperaba de manera anticipada a la rubia..

-bienvenida de vuelta princesa-saludo monótonamente pero con gracia, haciendo una reverencia -¿le ayudo con su equipaje?- dijo señalando las mochilas de ambos.

-no gracias, y ya te he dicho muchas veces que no me digas princesa, llámame Lucy-pidió amablemente la joven Heartphilia-Por cierto ¿esta mi padre?-

-esta en su oficina-respondió con el mismo tono militar.

-gracias Virgo- dijo dirigiéndose hacia el interior de la casa.

-es un placer servirle, princesa-alcanzo a decir la pelirrosa a sus espaldas.

Lucy se detuvo un momento y rodó los ojos harta por no lograr que le hablara de manera informal, luego continuo caminando hasta llegar a las escaleras doradas de caracol y subirlas con Natsu detrás de ella.

-guau Lucy, tu casa es muy grande-reconoció impresionado viendo a su alrededor.

-lo se, es por eso que no me gusta invitar a nadie, todos dicen lo mismo- suspiro para si.

Después de subir tres pisos la Heartphilia se detuvo frente a una gran puerta, poso su mano sobre la perilla cerro los ojos un momento para luego voltear su cabeza hacia Salamander.

-Natsu, por favor se muy precavido con lo que digas, mi padre es muy estricto y no tolera a cualquiera-pidió casi a manera de suplica con un tono de voz muy delicado.

El Dragneel ensancho una amplia sonrisa-claro-.

Lucy respiro hondo luego sin pensarlo mucho, giro la perilla y entre abrió la puerta, asomando solamente la cabeza para contemplar a un hombre rubio sentado en un gran escritorio escribiendo y firmando papeles.

-buenas tardes padre, ya e vuelto de la escuela-aviso con voz serena mostrando un gran grado de respeto.

-¿Qué quieres Lucy? ¿Qué no te das cuenta de que estoy muy ocupado?-respondió con un tono de voz agresivo y cortante, sin siquiera despegar la vista de la Laptop.

-lo lamento- se disculpo, sintiendo como a la vez se le oprimía el pecho, ya que a pesar del tiempo que ya había pasado, aun no se acostumbraba a lo duro que solía ser su padre-te quisiera pedir de favor, que me permitieras unos momentos de tu tiempo, tengo algo importante que decirte- pidió lo mas cortes posible.

El padre de Lucy se levanto exaltado -¡¿Lucy que no entiendes que estoy ocupado?- grito exasperado, entonces se percato de que detrás de su hija se encontraba un chico pelirrosado asomándose con curiosidad -¿Uh? ¿Quién es el?- pregunto con la voz un poco mas calmada, arqueando la ceja.

-Eh, padre el es…quiero decir, te quería presentar, hummm... su nombre es Natsu, e-el es…-titubeaba la rubia con la mirada baja, ya que no sabia como explicarse de manera que su padre no se exaltara.

El señor perdió la paciencia y el interés, así que se sentó de nuevo frente a su Laptop y tomo una tasa de café entre sus manos -Ya dilo, no me hagas perder el tiempo- señalo cerrando los ojos a la vez que tomaba un sorbo al café.

Lucy cerro los ojos -Se llama Natsu, el es mi novio-.

Natsu dio un paso al frente e intento saludar-Hola señor, mucho gust…-.

De inmediato la calma desapareció del rostro del señor Heartphilia, transformándose en ira y furia-¡Que! ¡¿Ese arrabalero es tu novio? ¿Que te pasa Lucy? tan solo míralo, ¿Qué ves?- lo señalo de una manera degradante y repugnante.

Lucy sintió pena de que el chico recibiera un trato tan ofensivo –Padre, basta, el es un buen chico-.

-Ufff..., la forma en que viste, esa forma de hablar sin modales, el no viene de una familia prestigiosa ¿Cómo puedes salir con semejante persona? Estas mal de la cabeza- le humillo con frialdad.

-Vámonos Natsu- dijo bastante ofendida con la mirada baja, tomando de la mano al chico y dándose la vuelta.

-¡no quiero volver a verte por aquí ladrón!-grito el Sr. Heartphilia al Dragneel, Lucy molesta cerro la puerta de un portazo, luego recargo su espalda contra esta, cerrando los ojos abatida- lo siento… perdona lo que dijo mi padre, yo no pienso eso de ti, no fue una buena idea sugerir que lo conocieras, sabiendo cual iba a ser su reacción…- dijo con un hilo de voz, sumamente apenada, con la mirada baja y con los ojos cristalizados.

El chico vio como la rubia estaba a punto de llorar y no le gustaba verla triste y mucho menos por su culpa, así que la tomo de los hombros- Oye Lucy no te pongas así, no es para tanto-

Su novia negó con la cabeza angustiada-pero todo lo que te dijo, el te…-

-ya me habías contado como era tu padre, así que esta bien, no me molesta lo que haya dicho de mi- la interrumpió el Dragneel tomándola del mentón levantándole la mirada, quedando cara a cara- pero no te pongas así por eso, es algo sin importancia, ya paso ¿de acuerdo?-dijo con su gran sonrisa el pelirrosado, la chica asintió con la cabeza-bien, entonces creo que será mejor que me vaya a casa, te veré mañana en el colegio-se despidió besándole la frente, después se dio la vuelta para dirigirse a las escaleras.

La joven observo como cada vez que caminaba se desaparecía de su vista más y más, hasta convertirse en un punto rosado que pronto se esfumo entre la gran mansión, quedándose sola, sin ningún ruido.

De pronto se sintió molesta, muy enojada, su padre siempre le hacia lo mismo, se dio la vuelta disgustada y abrió la puerta de la oficina.

-padre ¿Por qué humillaste a Natsu?-pregunto con voz fría y molesta.

-los plebeyos no merecen un trato respetazo, son irrelevantes-respondió sin prestarle atención- deja de interrumpirme Lucy, soy un hombre muy ocupado y ya te lo dije, no me hagas perder el tiempo con tonterías como que esa cosa vulgar es tu novio-.

-¡pero es verdad padre! Yo lo quiero ¡tu ni siquiera lo conoces!- dijo cruzando los brazos, irritada al ver que su padre no tomaba en serio nada de lo que ella le decía.

-¿para que Lucy? ¿Para que debería conocerlo? Tan solo necesito verlo para saber que es un inútil y que no vale la pena- dijo con la misma voz fría que anteriormente había utilizado la rubia.

-¿Por qué padre? ¿Por qué siempre me haces esto?-pregunto bajando la mirada con nostalgia, recordando sucesos de su pasado- ¿por que ahuyentas a todas las personas que yo quiero?-pregunto cerrando los ojos evitando llorar-Loki...- murmuro para si, melancólica.

-¿sigues llorando por ese inepto? el tan solo estaba utilizándote por que eres una Heartphilia y quería toda tu fortuna-dijo de manera insensible su padre, luego se levanto con lentitud y observo hacia el jardín por los ventanales de la oficina -además yo no lo ahuyente, el se fue por voluntad propia-.

-¿por voluntad propia dices? ¡Tenias todo un escuadrón vigilándolo! Tu lo lastimaste y al igual que a todas las personas a las que amo, lo apartaste de mi lado, como…- entrecorto la frase y dio un respiro, sabiendo muy bien cuan doloroso seria el sufrimiento que sentiría después de mencionarla- como a mama…-completo la frase sin siquiera abrir los ojos, con voz tormentosa, con la tortura que le producía recordarla.

-Layla no acataba mis órdenes, era demasiada llorona, por eso murió, por su debilidad-dijo con gran indiferencia.

-no es cierto… ella murió por que no soportaba estar a tu lado, por el mal trato que le dabas a ella, odiaba la crueldad con la que tratabas a los sirvientes; eras tan horrible que no lo soporto y enfermo, por que ella prefirió la muerte que estar contigo-se defendió con gran valentía respondiéndole de manera acusadora.

Su padre se dio la vuelta encarándola enfurecido -¡como te atreves a hablarme así! Eres tan rebelde y testaruda como ella, ya deja de defenderla, ella ya murió y tienes que afrontarlo Lucy ¡tu eres una Heartphilia y tienes que actuar como tal!-.

-¡si el ser como tu significa ser una Heartphilia entonces no quiero serlo! ¡No quiero!- dijo sin soportar mas comenzando a llorar, abrió la puerta y corrió hacia su recamara; la manera tan despiadada que le hablaba su padre le dolía, sus palabras calaban demasiado.

Al llegar a su habitación cerró la puerta con todas sus fuerzas, y se tiro sobre su cama, abrazando su almohada, las lágrimas no cesaban, estaba en total descontrol, sufría y no podía detenerse.

De pronto un muñeco de peluche cayo de la cabecera blanca que descansaba sobre la pared, Lucy alargo su mano y lo tomo con desgano para volverlo a acomodar en la cabecera, se levanto un poco y observo a todos sus peluches uno por uno de izquierda derecha: primero estaba una sirena que le había regalado su estricta tutora de niña; Aquarius; enseguida un escorpión que le regalo el novio de esta, luego para su graduación de primaria, una muñequita con un arpa que le regalo su maestra de música, Lyra; posteriormente la muñeca vestida de sirvienta que le regalo Virgo, después una vaquita, Taurus, que le obsequio un chico que la acosaba en la secundaria; luego estaba ese… el león que que le obsequio su romántico exnovio Loki; ese obsequio le recordaba tanto a ese chico que fue el primero en darle la mano y hacerle ver la luz en medio de oscuridad, aquel chico que le enseño a volver a amar.

Una nostálgica sonrisa adorno su rostro, vaya, miles de recuerdos vinieron a su mente, todos tenían un gran valor sentimental, aquellos peluches eran y siempre serian sus posesiones mas valiosas.

Pero entonces al lado vio su favorito, el mas especial, con delicadeza lo tomo entre sus manos a la par que cesaban los sollozos y se quedo observándolo un momento: un muñeco de nieve que tenia una expresión asustadiza, el fue el primero de su colección, el muñeco que le regalo su madre para su quinto cumpleaños, el ultimo cumpleaños que pasaron juntas, antes de que falleciera. Aquel pequeño peluche al que llamo Plue y fue el que se convirtió en su primer amigo con el que paso los momentos más difíciles de su infancia.

Su mirada recorrió desde su cama hasta la mesita de noche, extendió su mano y tomo un portarretrato que acerco a si misma apoyándolo sobre la almohada.

Observo con gran melancolía cada detalle de la mujer de la fotografía: sus cabellos rubios, sus ojos color chocolate, su piel nívea; era sumamente idéntica a ella.

De sus ojos cayo una lagrima que se deslizo por todo el contorno exterior del vidrio-te extraño tanto mama…- susurro mientras las lagrimas resbalaban de nuevo por su rostro.

La rubia lloro durante el resto de la tarde hasta quedar dormida, sus sueños estuvieron llenos de recuerdos dulces que había pasado con su madre y con Loki, sueños que se convirtieron en pesadillas cuando ella quedaba sola, sin poder alcanzar la luz y el calor que le ofrecían, quedándose de nuevo en la oscuridad.

El amanecer de un nuevo día hizo que escapara de aquellas pesadillas cuando despertó por la molesta luz que los rayos del sol le proporcionaban directo en el rostro, entre abrió los ojos y lo primero que logro divisar es que aun vestía el uniforme escolar, cosa que la confundió y la dejo sin sentido de orientación, fue cuando vio el portarretrato sobre su cama y recordó la mala noche que había pasado.

Se levanto con un dolor de huesos debido a la incomoda posición en la que había dormido, tomo un bata y se dirigió a su baño, tomo dos frascos de Burbujas y Sales y los vertió sobre la tina, luego abrió la llave de agua caliente y lleno la bañera hasta el tope. Seguidamente de desvestirse comenzó a entrar lentamente a la tina, sintiendo pequeñas punzadas debido a la temperatura del agua, pero que después de acostumbrarse logro relajar sus músculos y quitarle de encima todo el estrés acumulado.

Después de un largo rato salio de la bañera y posteriormente de ponerse la bata de baño se observo en el espejo, tenía un aspecto horrible: sus labios estaban secos, pronunciadas ojeras oscuras debajo de sus ojos y su cabello en vez de estar sedoso y brillante; se encontraba opaco y áspero. Se puso maquillaje y lápiz labial para ocultar su mal aspecto, pero aun así sus orbes hinchados y rojos la delataban.

Salio del baño y vio su cabello enmarañado, se había levantado muy temprano y no tenia muchos ánimos de ver a su peluquero personal ya que posiblemente este la regañaría por lo maltratado de su cabello, así que comenzó a peinarse por si misma.

En seguida del peinador tenia su calendario así que quito la hoja donde señalaba la fecha del día anterior encontrándose con la fecha actual, suspiro con pesar, el día de hoy comenzaba un nuevo mes, pero no era cualquiera, si no que hoy era el día: primero de Julio.

Momentos después de que termino de vestirse, salio de su habitación y se dirigió hacia las escaleras, pero se detuvo justo cuando estaba apunto de bajar las escaleras, ya que haciendo una suposición; su padre se encontraría esperando el desayuno en el gran comedor y no tenia ánimos de verlo después de la pelea que habían tenido la tarde anterior, además de que también estaría su fiel sirvienta Virgo y sinceramente no quería que esta le recordara la fecha especial del actual día.

Al final decidió evadir las escaleras principales y salio por la puerta trasera, a la vez que evitaba a todos los sirvientes. Ya estando fuera de la mansión, opto por irse caminando hacia la escuela, ya que llamaba mucho la atención bajándose de una limosina y aun era demasiado temprano como para esperar a que pasara el camión escolar.

Se dirigió a paso lento y tranquilo, no tenia prisa alguna por llegar, así que después de cruzar algunas calles llego al instituto; como de costumbre con bastante anticipación a que empezaran las clases a juzgar por los vacíos pasillos del colegio, abrió la puerta de su respectivo salón, vacío, suspiró, siempre era la primera en llegar, pues con tal de no estar en la prisión que era su casa llegaba lo antes posible al colegio.

Entro y se sentó en una banca frente al escritorio a un lado de un ventanal, observando el paisaje que este le ofrecía comenzó a divagar en su mente sosteniendo su cabeza con una mano y usando su codo como soporte sobre la superficie, cuando fue sacada de sus pensamientos por una ligera palmada en su espalda que le hizo dar un saltito por el susto, así que volteo para descubrir al responsable, resultando ser su chico pelirrosa con esa sonrisa adornando su rostro de la que se había enamorado.

-oh, Natsu-pronuncio con desanimo pero con cierto toque de sorpresa-me impresiona que hayas llegado temprano-añadió algo sorprendida ya que el joven Dragneel siempre llegaba con retardos.

-¿en serio?-pregunto despistado rascándose la sien- bueno lo que sucede es que me preocupó el como te deje ayer y necesitaba verte y ya que eres una alumna aplicada vine antes de tiempo, para ver como estabas-respondió sentándose en la banca de a un lado.

-gracias por preocuparte por mi, es bueno saber que a alguien le importo- dijo bajando la mirada con una muy ligera sonrisa y voz afligida.

-claro Lucy, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea-dijo con alegría el chico resultando demasiado despistado como para darse cuenta de lo deprimida que se encontraba la rubia.

Momentos después la puerta se abrió entrando al aula un chico de cabello negro despeinado-vaya ojos bizcos hoy llegaste temprano- se mofo con una sonrisa burlona acercándose a ambos.

-oh, vaya ¿aun estas molesto por lo de ayer ojos tristes?- le respondió con sarcasmo Natsu intentando provocarlo.

-baka, vuelve a quitarme la ropa y ya veras-le amenazo molestándose al recordar lo sucedido, luego desvío la mirada hacia la Heartphilia-por cierto Lucy, feliz cumpleaños-felicito abriendo su mochila y sacando del interior una caja envuelta en color azul y un moño blanco extendiéndola frente a si para entregársela.

-gracias Gray, no debiste molestarte-agradeció la chica con una sonrisa alegrándose por el detalle de su amigo, mientras que el pelirrosado hacia una expresión sorprendida.

-¡¿hoy es tu cumpleaños Lucy?-exclamo desconcertado señalándola.

Gray se adelanto a contestarle-claro que si baka, no puedo creer que estas saliendo con ella y olvides cuando es su cumpleaños-dijo para poner una sonrisa burlona-tch, eres patético-.

-¡¿y quien a pedido tu opinión hielito?-dijo agresivamente el Dragneel poniéndose de pie a la par que intentaba darle un golpe al pelinegro.

-yo puedo decir lo que yo quiera- se defendió esquivando el golpe y lanzándole un puñetazo a la cara; llevándolos así a una agresiva pelea, Lucy solo los observaba ya acostumbrada a las discusiones de sus amigos.

-¿Qué sucede aquí?- dijo una voz autoritaria dejando paralizados a ambos jóvenes, al mismo tiempo que dejaba caer su pesada mochila sobre el suelo.

-Erza-dijeron al unísono dejando de pelear.

-¿Qué estaban haciendo?-exigió saber la pelirroja cruzando los brazos y arqueando una ceja.

-n-nada, tan solo "hablábamos" sobre el cumpleaños de Lucy ¿verdad Natsu?-respondió nervioso el joven pelinegro, mientras que su rival se limitaba a asentir con la cabeza.

El tema desvío la atención de la pelirroja, de inmediato ignorándolos para fijar su vista en la rubia-es verdad, hoy es tu cumpleaños ¿cierto?-recordó sentándose en el lugar que segundos antes ocupaba el pelirrosa, quedándose observándola fijamente.

-si, así es-respondió con desgano con la vista enterrada en el suelo.

-¿Por qué tan desanimada?-le interrogo la Scarlet luego la observo con más detenimiento-Lucy, tus ojos están muy hinchados-señalo con el dedo índice.

-Erza tiene razón, no te ves muy bien ¿estuviste llorando?-añadió el Fullbuster sentándose al otro lado de la muchacha.

La Heartphilia se puso muy nerviosa al haber sido descubierta, así que agacho más la mirada sin responder a su pregunta.

Fue en ese momento cuando las piezas encajaron en la cabeza de Natsu, recordando como el día anterior su novia quedo muy abatida cuando el se fue, así que se arrodillo frente a la banca de ella buscando sus ojos, pero la rubia constantemente cambiaba la mirada viendo hacia distintas direcciones evadiéndolo.

-Lucy-la llamo deteniendo el rostro de la chica con sus manos-¿Qué tienes? ¿Lloraste por lo que sucedió ayer? ¿Fue por tu padre?-pregunto con una gran preocupación en el fondo de sus ojos, Lucy sabia que no era capaz de mentirle a aquella mirada y que el verla le haría decir la verdad, así que tomo las manos de Natsu y las alejo de si para así desviar hacia otra parte.

-no, claro que no-mintió lo mas creíble posible viendo por la ventana-es tan solo que… el saber que a pasado un año mas de mi vida me pone muy nostálgica y no puedo evitar derramar algunas lagrimas-volvió a excusarles sin verles, intentando sonar lo mas natural- eso es todo, por favor no se preocupen- les pidió esforzándose por dibujar una sonrisa.

Sus amigos se quedaron observándose entre ellos como si charlaran telepáticamente, después de algunos segundos, decidieron no refutar nada más.

-bueno, de cualquier manera yo opino que deberíamos salir a festejar-comento Erza cambiando el tema.

-no creo que sea muy apropiado, mi padre podría molestarse-dijo indecisa la joven intentando hallar algún pretexto para no recordar esa fecha.

- vamos Lucy anímate, no haremos nada indebido como ir a un bar ni haremos nada indecente-le estimulo Natsu.

-por primera vez concuerdo con el cabello de chicle, podemos ir al cine o a un parque de diversiones, es tu cumpleaños, eres libre de elegir-secundo Gray.

-¿Qué dices Lucy?-pregunto la pelirroja al ver como los tres apoyaban la misma idea.

-si…supongo que me haría bien tomar un poco de aire-cedió por fin al ver que no podria negarles a los tres.

-bien ¿quieres que pasemos a recogerte?-pregunto el Fullbuster.

-¡no!¡nunca!-negó exaltándose la rubia, para luego percatarse de las asombradas expresiones de sus amigos al ver su violenta reacción -este…digo… mejor nos vemos en el parque central de la ciudad-. Propuso sintiendo preocupación de lo que podría llegar a hacer su padre si llegaba ver a ambos rondando por su casa.

Erza y Gray se preguntaron interiormente el por que semejante acto preocupado de su amiga, pero decidieron no decir nada mas.

-de acuerdo, entonces nos vemos allá-acepto por fin Erza, mientras que el salón empezaba a habitarse por los demás alumnos.

Las clases pasaron muy rápido para Lucy pues le sorprendió el escuchar el timbre que señalaba el fin del día, algo que la embriagaba de una sensación de decepción, pues el terminar el día escolar, a contrario de otros que les provocaba alivio y felicidad, para ella resultaba una tortura, pues sabia que eso implicaba regresar a su respectiva casa, al lugar al que nunca podría llamar hogar, por que un hogar es donde hay una familia unida y sabia perfectamente que ese nunca seria su caso.

Se despidió de sus amigos concordando en verse a las seis en el parque; solo que esta vez Natsu no podría acompañarla a su casa por que tenía que hacer unos arreglos para la tarde, así que regreso sola a la mansión Heartphilia.

Al llegar Virgo la recibió deseándole un feliz cumpleaños, así como la esperaban varios sirvientes para entregarle sus respectivos regalos.

Tal y como lo había previsto no le dieron tiempo de nada por estar festejándola, e incluso la llevaron de compras, ella solo quería comprar un simple vestido, pero eso no fue suficiente para sus sirvientes, quienes la obligaron a que comprara muchas cosas mas: zapatos, maquillaje, bolsos, accesorios y kilos de ropa innecesaria, y después de haber andado en cada local del centro comercial la llevaron a comer a un restaurante de lujo.

Cuando por fin regreso a la mansión se dio cuenta de lo tarde que se le había echo, ya que el reloj marcaba las cuatro en punto, rápidamente se dio otro baño y se vistió, dirigiéndose hacia el tocador profesional de su estilista.

-termine, ebi- dijo su estilista personal al concluir de peinarla, a la vez que guardaba las tijeras y sus instrumentos de belleza.

Lucy se levanto y se observo en el espejo, sonrío, su peluquero nunca la decepcionaba ya que siempre la sorprendía con un nuevo peinado-gracias, Cáncer-le agradeció mientras se observaba de arriba a abajo –por cierto ¿Cómo me veo?- cuestiono dudosa de su apariencia.

La rubia llevaba puesto el vestido que le había regalado Virgo: sin mangas y cinco dedos arriba de la rodilla, de un color verde limón que hacían juego con los zapatos plateados que compro esa tarde.

-te ves muy bien, Ebi- respondió el peluquero acomodándose los lentes- que pases un feliz cumpleaños Lucy- finalizo entregándole una bolsa de regalo, para luego desaparecer del tocador sin siquiera darle tiempo a la joven de agradecerle.

La rubia se quedo un momento observando como se iba, su estilista era algo extraño pero lo conocía de años para estar consciente de su fría personalidad.

Sin desviar mucho sus pensamiento recordó la bolsa que tenia entre sus manos así que movió un poco las tiras de colores que formaban parte de la decoración del obsequio y de dentro de esta saco un pequeño peluche que la lleno de emoción, pues era un cangrejo que ella instantáneamente reconoció, al parecer Cáncer estaba enterado de que estaba coleccionando los doce muñecos de los espíritus estelares.

Con gran alegría salio del tocador dando saltitos hacia su habitación para agregar al peluche a su colección, fue cuando abrió la puerta y se quedo helada al no ver a sus muñecos en la cabecera de su cama, el pánico inundo su mente, tenia un mal presentimiento.

comenzó a buscarlos con desesperación pero no los encontró por ningún lado, entonces recordó que Virgo limpiaba y ordenaba a diario su habitación así que bajo las escaleras corriendo en busca de la sirvienta.

-¡Virgo!-grito al localizarla limpiando un estante, la mencionada se dio la vuelta.

-¿se le ofrece algo princesa?-pregunto con su voz serena.

-¡¿Dónde están mis muñecos estelares?-cuestiono casi en un grito.

Virgo hizo una mueca confusa ladeando la cabeza- ¿no lo sabe hime? Pensé que usted había dejado una nota donde decía que ya no los quería y que los tirara a la basura-.

Los ojos de Lucy se abrieron notablemente debido a la sorpresa, ella nunca hubiera escrito eso-¿Qué escribí que?-volvió a repetir con un nudo en la garganta.

La pelirrosa asintió con la cabeza-así es princesa, esta mañana encontré una nota en su mesita de noche donde decía que como Heartphilia había madurado y que ya no era una niña-.

Por la mente de Lucy solo paso una idea-¡mi padre! ¡Debí suponerlo!- dijo subiendo corriendo las escaleras dejando a la muchacha mas confundida de lo que ya estaba.

La rubia abrió bruscamente la puerta sin preguntar.

-¿Dónde están mis muñecos espíritus estelares?-exigió saber muy molesta.

-¿Qué no tienes modales Lucy? Que manera mas irrespetuosa de hablarme-la regaño con gran calma pero con molestia su padre-además no se de que rayos me estas hablando- dijo de manera disimulada.

-¡¿Cómo es que no lo sabes? ¡¿Que les hiciste a mis peluches?-repitió furiosa.

-ah, te refieres a las muñequitas que tenias en tu recamara-dijo comprendiendo el señor Heartphilia, luego se acomodo el cabello hacia atrás- le dije a Virgo que se deshiciera de ellos, así que posiblemente están en la basura-respondió sin piedad alguna.

Lucy retrocedió unos pasos hacia atrás, en shock, con un dolor que le oprimía el pecho y con una mano en su boca evitando llorar, su padre había sido tan cruel como para desaparecer lo que mas significaba para ella-¿Por qué lo hiciste? Eran lo mas importante para mi…- dijo con un hilo de voz y apunto de llorar- esos muñecos no eran simples peluches…eran todo lo que me quedaba de quienes llegue a amar… todos sus recuerdos vivían en ellos… y aun así…los destruiste como si no tuvieran importancia- dijo sin ser consciente de que algunas lagrimas habían escapado de sus ojos.

-¡deja de lloriquear! ¡No seas una niñita!-le regaño furioso su padre levantándose de golpe con ambas manos sobre el escritorio, nunca había sido tolerable con las lagrimas, le enfurecía ver a alguien llorar- por esa misma razón los quite de tu habitación, por que eres una niña demasiado mimada e infantil, esos muñecos no te dejan ver la realidad, te tienen encerrada en tu mundo de fantasías, ya te lo he dicho muchas veces ¡crece de una vez Lucy!- le grito exaltado..

La rubia trato de controlarse y hacerse la fuerte, su padre resultaba muy cruel cuando alguien no le obedecía.

El hombre al que llamaba padre la observo de pies a cabeza de manera reprobatoria-¿Por qué estas vestida así?-cuestiono tranquilizándose y volviéndose a sentar.

-voy a…salir con mis amigos- respondió aun con voz temblorosa esperando de antemano el regaño.

-¿y quien te dio ese permiso? Además ¿Qué no te deje claro que no quería volver a saber nada de ningún arrabalero? Mucho menos con ese pelirrosado ladrón al que llamas novio-

-Lo estas acusando falsamente-dijo por lo bajo su hija.

-Lo que quiere es mi fortuna, se esta aprovechando de ti-le dijo molesto, luego suspiro-toda esa bola de callejeros te están lavando el cerebro, tan solo mírate nada mas como te vistes ya andas por las calles como una cualquiera-.

La rubia se quedo helada sintiendo una horrible apuñalada en el corazón-¿una…cualquiera?-repitió lo ultimo sin poder creer como era insultada.

-¿acaso no te has dado cuenta del oprobio que le traes a la familia cuando todos te por las calles vestida como una zorra?- le dijo su padre con gesto de repugnancia, la joven Heartphilia muy ofendida volvió a llorar pero su padre la ignoro continuando con sus crueles opiniones – es mas, ahora incluso no me sorprendería que terminaras trayéndome descendencia de cualquiera que se te ponga enfrente-.

La rubia se sintió humillada y su llanto aumento-si eso es lo que tu piensas de mi ¡entonces no me conoces! Podría apostar que ni siquiera recuerdas que día es hoy-pronuncio con voz ahogada entre las lágrimas.

-¿y acaso debería importarme? No importa que día sea mientras existan buenas finanzas-respondió sin siquiera molestarse en pensarlo.

-¡te odio! ¡Siempre arruinas mis cumpleaños!-finalizo saliendo de la oficina sin siquiera verlo debido a que el mar de lagrimas se lo impedían, como siempre sucedía se encerró en su recamara recargándose en la puerta, cada palabra de su padre le destrozaba mas lo que quedaba de su corazón, le hacía una herida cada vez mas profunda con sus palabras.

Con el paso de los minutos sus lágrimas seguían fluyendo perdiendo su fuerza, cuando escucho un sonido proveniente de su bolso con las manos temblorosas rebusco entre sus cosas hasta sacar su móvil, dio un gran suspiro al ver el número, respiro hondo intentando controlar sus sollozos para regular su voz y así poder contestar.

Después de unos momentos abrió con cuidado la tapa de su celular y fue cuestión de centésimos de segundos para escuchar la estruendosa voz por el otro lado de la línea.

-¡Lucy! ¡¿Dónde estas? ¡¿Por qué aun no has llegado?-grito con su ruidosa voz su novio, ya se lo esperaba y tenia razón, ya se había pasado un buen rato de la hora acordada.

-lo siento Natsu-se disculpo con voz inaudible cuando se el escapo un sollozo entre la voz.

-Un momento… ¿estas llorando?-pregunto el chico notando su voz afligida, la rubia no respondió tan solo se escucharon mas sollozos –Lucy, Lucy ¿Qué te pasa?-pregunto mas alarmado al no recibir respuesta de la joven y solo escuchar el fuerte llanto a cambio.

-d-d-di-discúlpame c-c-con G-Gray y E-Erza, Natsu, p-pero n-no –p-podré -ir c-con u-ustedes, p-perdóname- finalizo sin poder articular bien las palabras.

-¡Lucy no…- la rubia apago el celular sin siquiera darle la oportunidad de responderle.

El llanto se apodero de ella, abrazo sus piernas escondiendo su rostro, no tenia autocontrol sobre si misma, dentro de si sentía un dolor insoportable que solo podía descargar con lágrimas, ahora no pensaba parar, o por lo menos no creía que existirá cosa alguna que la calmara, pues lo único que lograba hacer que las lagrimas cesaran había sido destruido por el mismo causante de las lagrimas.

De pronto escucho ruidos en el exterior de su ventana, así que aunque no tuviera ánimos se puso de pie y se acerco confusa, el cielo estaba oscuro así que abrió con cautela la reja de la ventana, quedando al instante sorprendida al ver al chico de cabellos rosados y bufanda a cuadros.

-Hey ¿Por qué colgaste la llamada cuando estaba hablando?-pregunto con una ceja arqueada acomodándose en la parte inferior de la ventana.

Lucy no respondió a su pregunta y se abalanzo contra el, llorando desesperadamente.

El Dragneel se impresiono ante la reacción de su novia, pero luego comprendió, así que la rodeo con sus brazos en señal de consuelo-Lucy, tu padre de nuevo ¿no es así?-

-Natsu ya… ya no puedo mas ¿Qué debo hacer?- le pregunto dejando descansar su cabeza en el pecho de el.

-Bueno pues…-

Antes de que el pelirrosado hablara escucho un grito desde la puerta – ¿¡Lucy con quien estas hablando!-grito la voz enojada por el otro lado golpeando fuertemente la madera.

- ¡Sal de mi vida!- grito harta la joven.

-¿¡Que! ¿Es ese bueno para nada de tu novio verdad? ¡Ven de inmediato!- exclamo el señor Heartphilia golpeando mas fuerte la puerta.

Natsu jalo a Lucy de una mano y tan impredecible como siempre dijo algo inesperado -Lucy, ven acompáñame, tengo algo importante que mostrarte-pidió ya fuera de la habitación acomodándose en el árbol listo para saltar.

-Pero Natsu…-pronuncio indecisa viendo hacia la puerta donde se escuchaba el renegar de su padre.

El pelirrosa mostró sus dientes con una gran sonrisa infundiéndole confianza –Descuida todo saldrá bien-

El magnate abrió la puerta con violencia – ¡¿Pero que diablos están haciendo?- sin embargo ya no había nadie, solo una ventana abierta, a la cual ni siquiera se acerco por su orgullo –hmp, ha ido demasiado lejos, ya vera cuando regrese- fueron sus ultimas palabras para luego marcharse.

Mientras que a Lucy, el chico Salamander la llevo caminando y rodeando muchas partes de la ciudad, ella no tenía ni idea ni a donde fueran a parar y menos a esas horas de la noche.

-¿A dónde vamos?-pregunto con curiosidad, ya cansada de rodear tantas calles.

-falta poco, ya casi llegamos-respondió con una sonrisa cuando dieron la vuelta en una esquina y Natsu que se había adelantado unos pasos le cubrió el paisaje con su cuerpo -aquí es-dijo haciéndose a un lado dejando ver un parque no muy grande pero si con muchos árboles y en el centro de este una fuente donde los finos rayos de la luna se reflejaban en el agua-¿recuerdas este lugar?-.

Lucy se sorprendió, reconoció perfectamente que en donde estaban- no puede ser…aquí…-

-aquí nos conocimos-completo la frase el chico-recuerdo que tu estabas llorando detrás de un árbol, yo estaba en una rama del mismo, cuando te vi pregunte por que razón llorabas y tu me respondiste que habías escapado de casa por una pelea con tu padre-explico indicándole que lo siguiera quedando enfrente de el árbol mas grande y grueso de todos- todo sucedió aquí-dijo palmeando el tronco, luego se dirigió a la parte trasera de este dejando momentáneamente a la Heartphilia quien estaba recordando todo lo vivido de pequeña, luego el muchacho regreso, pero no solo, si no con un gato azul en sus manos, este tenia un moño rojo atado al cuello-feliz cumpleaños Lucy- dijo extendiéndole al minino.

-Happy-dijo con una pequeña sonrisa tomando entre manos al minino luego vio al pelirrosado-Natsu…tu ¿me obsequias a Happy?-pregunta a la que su novio que estaba recargado en el árbol asintió, mientras que el gatito le lamió la mejilla provocando que riera-no, yo no puedo aceptarlo, Happy es muy especial para ti, el hace que seas feliz- lo rechazo colocándolo en el piso, no quería sentirse culpable de cortar un vinculo de amistad, ya que el Dragneel tenia al minino desde que este era un gatito.

-lo se, por eso te lo obsequio-El de la bufanda de escamas se levanto y se acerco a ella dándole un abrazo-Happy lleva felicidad a donde vaya, y yo quiero que seas feliz Lucy, no soporto verte tan triste, me saca de quicio no saber como ayudarte-confeso con impotencia recargando la barbilla en la cabeza de ella.

-perdóname, pero no puedo ser feliz mientras este en casa, me siento tan… encerrada- respondió recargando la cabeza en el pecho de el y con la voz deprimida.

-entonces ¿por que no escapas de casa? Vive conmigo-le invito con simpleza.

-no es tan fácil como lo dices Natsu, no quiero que termines en prisión por mi culpa-.

El muchacho que mantenía los ojos cerrados sabia la razón de su sufrimiento- tu padre ¿no?-dijo más como afirmación que pregunta.

-ya no se que hacer, estoy desesperada, no hay manera de que el deje de herirme, no hay manera de escapar de el-.

Natsu medio sonrío-¿y por que no lo matas?-.

La rubia se separo de el, impresionada y atemorizada-¿ma…tarlo?-repitió viéndole a la cara sin poder creer lo que escucho.

- no me creas, es broma- dijo riendo volviéndola a abrazar como si nada hubiera sucedido, pero la rubia no le correspondió, estaba paralizada, y por su mente solo pasaba esa frase: "matarlo…"

Natsu se dio cuenta de que Lucy no reaccionaba, así que se separo y la vio al rostro -¿Lucy por que pones esa cara?-

-¿Cual cara Natsu? Estoy bien, no hay por que alarmarse- dijo nerviosa.

-Lucy…-dijo algo incrédulo viéndola a los ojos.

Lucy corto las sospechas de Natsu besándolo en los labios -Nos vemos mañana-finalizo recogiendo al minino azul-gracias por regalarme a Happy, te prometo que lo cuidare bien-dijo por ultimo para luego darse la vuelta e irse, dejando al chico confundido.

-¿Qué le sucedió? Tan solo bromeaba…-pensó alzando los hombros, sin comprender el cambio de personalidad de la joven.

Mientras que la joven rubia caminaba de regreso a su casa, sintiéndose muy culpable-¿Cómo pude pensar algo así? no lo aprecio como debería de ser, pero el desear la muerte de alguien… en especial de alguien de mi propia sangre… no esta bien, debo desechar esos pensamientos- se dijo dentro de si deteniéndose un momento antes de entrar a la gran mansión, sacudiendo la cabeza intentado así despejar su mente aquellas ideas que pasaban por su mente.

Al abrir la puerta espero unos momentos a que Virgo apareciera como de costumbre, pero nunca apareció, algo muy extraño a su parecer, ya que ella solía ser la primera en recibirla cuando llegaba de algún lugar.

-vamos Happy, busquemos a Virgo- dijo la rubia un poco preocupada mientras comenzaba a vagar por todo el primer piso.

Sala, Cocina, Comedor, Sala de Estar, Habitación de Música, Jardines Interiores, en cada una de las habitaciones fue buscándola mas no la encontraba, algo inusual pues por lo regular siempre se encontraba limpiando u ordenando cualquier detalle; por mas innecesario e insignificante que fuera.

Subió al segundo piso donde el resultado fue el mismo, no la encontró.

Cansada y muy preocupada por la joven sirvienta, subió al tercer piso donde se hospedaban la mayoría de los trabajadores de la mansión, busco una habitación en particular, pero en el camino noto como una puerta estaba entreabierta, la respectiva recamara de su maestra de música Lyra, con curiosidad abrió un poco mas la puerta y se sorprendió al ver como la habitación estaba vacía; deshabitada. Se quedo unos momentos meditando en que pudo haber sucedido, pero luego recordó su objetivo principal así que cerró la puerta.

Así fue a dar a la recamara de Virgo, se detuvo frente a ella y vio al rostro felino al gato azul- espérame un momento aquí Happy-dijo colocándolo con delicadeza sobre el suelo, después se acerco de nuevo a la habitación.

Golpeo ligeramente la puerta esperando a que esta se abriera-Virgo, Soy yo Lucy-dijo esperando unos momentos a que la recibiera, pero al no escuchar respuesta del interior le dio mas ansiedad, de su bolsa saco un juego de llaves doradas y lujosas, las cuales le había entregado su padre, cada llave resultaba ser la habitación de cada uno de los sirvientes, ya muy preocupada decidió hacer algo que nunca haría si no fuera necesario, tomo una llave y la introdujo en el cerrojo de la puerta abriéndola lentamente-¿Virgo?- pregunto esperando escuchar la melodiosa voz de la sirvienta, pero vaya fue su sorpresa la encontrar la habitación en la misma situación que la anterior: vacía.

Una nueva sensación de pánico comenzó a inundarla, así que desesperada salio de la habitación y fue al siguiente cuarto.

-¡Cáncer!-dijo abriendo la puerta sin siquiera tocar, todo estaba sin ninguna pertenencia del peluquero.

Paranoica salio de la habitación y noto como el Sr Heartphilia se encontraba frente a la barandilla que daba paso a las escaleras, de espaldas a ella.

-hasta que decidiste volver- dijo con gran calma sin siquiera darse la vuelta.

-¡¿Qué le hiciste a Virgo? ¡¿Por qué la habitación de Cáncer esta vacía? ¡¿Dónde están todos?-Pregunto con falta de aire debido a la histeria.

-hmp, cada momento empeoras mas Lucy, incluso has perdido el respeto con el que deberías hablarme-dijo con el mismo tono de voz que antes.

-¡¿Donde están?-exigió saber con miedo de que algo les pudiese haber ocurrido.

-los despedí-respondió sereno acomodándose el cabello hacia atrás, la Heartphilia se quedo helada- me e dado cuenta de que el haberte dado sirvientes personales fue un gran error de mi parte, ellos solo han consentido mas a la niña mimada que eres, cumpliendo cada capricho que se te ocurre alimentan cada vez mas tu rebeldía-dijo con las manos entrelazadas detrás de su espalda.

Las emociones de la rubia chocaron a la vez, tristeza, ira, confusión, miedo, coraje, odio. Todas a la vez sin saber como reaccionar, se encontraba sometida contra la pared y con las manos sobre el puentecillo de la nariz hasta la barbilla, cubriendo así su boca para evitar gritar. Por su mente vagaban las imágenes de Lyra, Cáncer, Virgo, Aquarius…

-además ya no los necesitaras mas, el hecho de que tu rebeldía llegara al grado de que escaparas y me desobedecieras al ir con ese vulgar pelirrosado, a cambiado mi convicción de que sigas en casa-prosiguió dejando mas confundida a la joven - he decidido que iras a un internado de mujeres a otra ciudad, muy lejos de aquí, ya no volverás a ver a toda esa bola de plebeyos vulgares- finalizo con indiferencia.

Lucy sintió estremecer todo su ser, quedándose en shock, su padre quería alejarla de sus amigos… no, no de sus amigos, de su familia…por que eso eran, su familia, la unica familia que tenia –no…no puedes hacerme esto…- dijo con un hilo de voz sintiendo como por una vez mas se repetía el ciclo: la opresión en su pecho hacia que las lagrimas se acumularan en sus ojos.

-claro que puedo hacerlo, por que yo soy tu padre y decido que pasara con tu vida- dijo despiadadamente, cuando llego el pequeño gato azul caminando hacia el comenzando a frotarse en sus pies, cuando lo vio le dio un estornudo-¡que hace este gato pulgoso aquí!-exclamo molesto dándole una fuerte patada al minino provocando que este diera un maullido ensordecedor.

Ella vio horrorizada como Happy salía volando por los aires y se estrellaba contra una pared…a la vez que sentía como el liquido en gotas resbalaba por su mejilla, teniendo contacto con su mano, la alejo viendo como efectivamente las lagrimas habían vuelto a comenzar a correr por su rostro-no…otra vez lagrimas no…-se dijo a si misma viendo el cristalino liquido sobre las yemas de sus dedos.

Su mirada se dirigió de nuevo a Happy que se encontraba tirado en el piso, de nuevo vio el liquido en su mano, lo que la hizo tomar su decisión sin dudar mas-no…no voy a llorar mas por tu culpa-dijo con una convicción firme despegándose de la pared y acercándose a su padre- pudiste hacer sufrir a mama, ahuyenta a Loki, insultarme, despedir a los sirvientes…pero el que intentes separarme de mis amigos; la única familia que me queda, el que quieras controlar mi vida ¡no te lo voy a permitir!- le grito con furia estando a unos centímetros de el empujándolo con fuerza con ambas manos.

Entonces lo vio todo de una manera tan lenta: su padre tropezó con sus propios pies, haciendo que cayera por las escaleras golpeándose constantemente y escuchando los gritos agonizantes de el, observando sin expresión alguna, con gran frialdad como el cuerpo inerte daba su ultimo golpe contra el piso; su cráneo se abrió en dos y masa encefálica salio de la abertura llenando el piso, el prospero señor Heartphilia había llegado a su fin en manos de su propia hija única…

Una sensación de liberación, de alivio, invadió a la joven rubia, por que después de haber sufrido al fin…era libre.

Epilogo:

Después de matar a su padre, Lucy transfirió todo el dinero de su padre a una cuenta bancaria personal. Antes de ser descubierta por la policía le confeso a Natsu lo sucedido y este le dijo que no la abandonaría. Actualmente ambos son prófugos de la ley y son buscados por toda Magnolia.

….

¿Qué tal les pareció? Este es mi segundo proyecto de FT así que no estoy segura de cómo maneje los personajes, igual espero y me hará muy feliz saber a quienes les gusto, así como siempre espero sus críticas constructivas.

Este capitulo fue dedicado a la hermosa Lucy ¿Cuál será la siguiente hada? Eso depende ¿a que chica fairy les gustaría ver y con que situacion?

Bueno, nos seguimos leyendo ¡un saludo!