Fic dedicado a Amnesia y PewDiePie...Mi manera de ver el mundo de Amnesia y de PewDie. Solo avisar que en este fic, todos los personajes son humanos. No haré descripciones de ellos, podéis imaginarlos como queráis o buscar en DeviantART la cuenta de ChibiGuardianAngel. Ella es quien a hecho las primeras versiones de los personajes en humano, bastante conseguidas por cierto y la verdad es que es así como la autora de este fic (yo 8DD) se los imagina. ¡Empecemos!

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Capítulo 1: El Comienzo.

En aquel lugar siempre había reinado el silencio. Un silencio oscuro y que parecía perdurar eternamente. Aquel Castillo escondido en el inmenso bosque de Brennenburg. Nadie sabía a quien pertenecía...anteriormente. Ya no vivía nadie allí. El Castillo había ahogado la risa y felicidad que alguna vez existió en aquel sitio. Ahora solo existía la Oscuridad y el silencio, solo interrumpido por una pequeña gota de agua de procedencia desconocida y que caía pausadamente. Nadie se había atrevido a entrar allí nunca. Nadie...hasta ahora.

La inmensa puerta de entrada, hecha de hierro y madera, crujió al abrirse lentamente. Haciendo que la luz tenue del exterior alumbrara muy levemente aquel inmenso salón y su alfombra roja. Aunque fuera del Castillo tampoco había tanta claridad. Siempre, cerca del bosque perteneciente a los terrenos del Castillo de Brennenburg, siempre, hacía un día gris y oscuro. Como si la lluvia fuera a emerger en cualquier momento, cosa que ocurría con frecuencia.

La luz se intensificó un poco más, esta vez, por un el farol que llevaba la niña que entró con una amplia sonrisa al lugar. Observándolo todo curiosa, volteó hacia el exterior, haciéndole una pequeña seña a alguien.

-Ven a ver esto, Daniel...¡Es alucinante! ¿Has visto lo grande que es?

El pequeño niño, hermano menor de la chica, salió detrás de ella a paso lento. A Daniel le daba demasiado miedo ese lugar, aunque era un chico bastante peculiar...A él siempre le daba demasiado miedo todo. Aunque su mayor fobia era la Oscuridad, pero no todo era culpa suya. Su hermana mayor solía asustarlo aun más contándole por la noche historias sobre monstruos...Desde ese día, debía dormir con su madre.

-No me gusta este sitio, Emily...-murmuró de forma baja el muchacho, observando las armaduras, las estatuas e incluso los muebles que parecían más terroríficos en aquella soledad.

-¡No seas bobo!-le recriminó su hermana viéndole burlona- Ya te dije que no te va a pasar nada...¡En este sitio no hay nadie!-comenzó a mover el farol para ver todo más de cerca.

-Pero...es que me da miedo la Oscuridad.

La chica bufó molesta. Al parecer, no era la primera vez que su hermano decía aquellas cosas, aunque en el fondo, sabía que era culpa suya. Volteando a verle, algo molesta.

-¿Y qué?-le preguntó, algo harta de sus miedos.

-E-En tus historias, me decías que cuando había Oscuridad s-siempre aparecía un monstruo...

La chica palmeó su rostro, frustrada. Efectivamente, era culpa suya.

-¿Eres estúpido? ¿En serio crees que entre las sombras aparecerá un monstruo con una enoooorme garra para cogerte y comerte? ¡Eso solo ocurre en los cuentos!-le recriminó la niña a su hermano, exagerando la explicación con sus manos.

El pequeño Daniel continuó asustado, más aun ante la descripción de su hermana.

En algún pasillo de aquel gran lugar. En aquella Oscuridad, "algo" abrió los ojos y despertó. "Algo" cobró vida y pensó. "Algo" se levantó y comenzó a caminar en aquella Oscuridad, en aquella soledad, a paso lento. Unos pasos que escucharon los niños, los cuales comenzaron a ponerse nerviosos.

-¿N-No dijiste q-que aquí no había nadie?-preguntó el pequeño Daniel, retrocediendo a la puerta.

Su hermana, Emily, veía las escaleras al piso de arriba sin comprender, los pasos aun más cercanos, moviendo su farol con rapidez ante el nerviosismo.

-N-No lo entiendo...-su voz también comenzó a temblar- S-Se suponía que-...

Un gruñido demasiado cercano la interrumpió e inmediatamente ambos niños gritaron. Emily dejó caer el farol que rodó por el suelo levemente y cuando perdió su luz, ambos niños ya estaban de regreso en sus casas, lejos de los territorios de Brennenburg.

De las sombras, una extraña figura, observó con seriedad el farol y con una de sus garras, lo tomó viéndolo de cerca. Lo dejó sobre una mesa y vio el exterior, fijamente durante unos minutos y cerró la puerta. Observando el lugar donde se encontraba, en penumbra. Su mente aun estaba algo confusa, pero una cosa estaba clara para él. No sabía como había llegado hasta allí, pero declaró que el sería el guardián de aquel lugar. Él mismo se encargaría de proteger a los que terminaran con un destino parecido al suyo y de matar a los destinados a perderse en el interior de su propia Oscuridad. Estuvo a punto de marcharse, pero paró en seco al ver a su lado, a unos cuantos metros, una figura que no parecía humana, pero tampoco un monstruo en sí. Acercándose lentamente, pudo observar que tenía un poco de ambas cosas. ¿Qué era aquel ser? Con su otro brazo, el que no contenía ninguna garra, intentó tocar a aquella criatura indefinida y se sorprendió asustado, retrocediendo. Lo que había tocado era un espejo, aquello era su reflejo.

Frunciendo el ceño, su rostro se oscureció y con su garra destrozó el espejo, haciendo que cayera en pequeños pedazos. Sin querer verse a si mismo durante más tiempo, comenzó a caminar en silencio por los pasillos, sus garras arañando con crueldad las paredes lentamente conforme caminaba.

Se denominó a si mismo un "monstruo", sin embargo, una parte de él, le decía que aquello no tenía por qué ser así...Pero la Oscuridad, le cegó y decidió no pensar más en ello.

En una pequeña estantería de algún cuarto cerrado con llave, una pequeña estatua de oro relució. Parecía ser lo único brillante en aquel sitio...

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Soundtrack de este Capítulo: watch?v=z1Ed4FaH8fw